Lidia Rodriguez

33%
Flag icon
Cathy –dijo–, este corderito tuyo amaga como un toro. Y corre el peligro de romperse los cuernos contra mis puños. Vive Dios, señor Linton, que me contraría sobremanera no considerarle digno ni siquiera de un puñetazo que lo tirara al suelo.
Cumbres borrascosas
Rate this book
Clear rating
Open Preview