Lidia Rodriguez

33%
Flag icon
¡Que te aproveche, Cathy, ese cobarde de sangre de horchata! –dijo su amigo–. Te felicito por tu buen gusto. Ahí tienes al ser encogido y baboso que preferiste a mí. No se me ocurriría nunca ponerle la mano encima, pero un puntapié sí me gustaría mucho dárselo. ¿Qué le pasa? ¿Está llorando o a punto de desmayarse de puro miedo?
Cumbres borrascosas
Rate this book
Clear rating
Open Preview