La historia de la religión cristiana, por ejemplo, es un proceso a lo largo del cual los relatos mitológicos y las leyes de la Iglesia han influido en la manera en que los humanos consumimos alimentos, mantenemos relaciones sexuales y entablamos relaciones íntimas, mientras que, de manera simultánea, esos mismos mitos y leyes han sido moldeados por una serie de fuerzas y dramas biológicos subyacentes.

