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Era infantil sentirse decepcionado; pero el infantilismo afecta casi con la misma facilidad a un hombre que a un niño, y Gaal tenía un nudo en la garganta.
Sólo era consciente de la extrema proeza del hombre; la conquista completa y casi desdeñosamente final de un mundo.
No, señor. La verdad científica está más allá de toda lealtad y deslealtad.
La apariencia de fuerza no es más que una ilusión. Parece tener que durar siempre. No obstante, señor abogado, el tronco de árbol podrido, hasta el mismo momento en que la tormenta lo parte en dos, tiene toda la apariencia de sólido que ha tenido siempre.
Los hombres ambiciosos no esperarán y los poco escrupulosos no se quedarán atrás. Por medio de sus acciones precipitarán la decadencia de los mundos.
No, no. Ahórreme su sorpresa y buenos deseos. Mis médicos me han dicho que no viviré más de uno o dos años. Pero entonces ya habré realizado todo lo que me había propuesto en la vida y, ¿puede uno morir en mejores circunstancias?
Nada de eso. No es más que el producto del medio en el que vive. No entiende gran cosa aparte de «Yo tengo un arma y tú no».
–La violencia –fue la contestación– es el último recurso del incompetente.
–No lo han intentado siquiera. No lo han intentado ni una sola vez. En primer lugar, ¡rehusaron admitir que existiera siquiera una amenaza! ¡Después depositaron una fe ciega en el emperador! Ahora le ha tocado a Hari Seldon. Siempre han confiado en la autoridad o en el pasado, nunca en sí mismos.
¿No lo ven? Es algo que afecta a toda la Galaxia. Es un culto al pasado. Es una degeneración, ¡un estancamiento!
Pero no podemos confiar en él para encontrar la solución. En el mejor de los casos, pudo indicar el problema, pero si hemos de llegar a una solución, tendremos que encontrarla nosotros mismos.
En cuanto esté en posición de dar órdenes, delas como si hubiera nacido para hacerlo, y le obedecerán por la costumbre que han adquirido. Ésta es la esencia de un golpe de Estado.
Procura ser claro, especialmente si tienes fama de ser sutil.
Cada crisis sucesiva de nuestra historia está trazada y cada una depende, en cierta medida, del buen desenlace de las anteriores. Ésta no es más que la segunda crisis, y sólo el Espacio sabe el efecto que una minúscula desviación tendría al final.
Por lo menos, considero que la violencia es una forma antieconómica de obtener un fin. Siempre hay caminos mejores, aunque a veces no sean tan directos.
Que los televisores de esta nave, que son sus ojos, queden ciegos. Que las garras, que son sus brazos, se paralicen. Que los cohetes atómicos, que son sus puños, pierdan su fuerza. Que los motores, que son su corazón, dejen de latir. Que las comunicaciones, que son su voz, enmudezcan. Que su ventilación, que es su aliento, cese. Que sus luces, que son su alma, se desvanezcan. En nombre del Espíritu Galáctico, así maldigo a esta nave.
Salvor Hardin, alcalde de Términus, rodeado por aquella suave aureola, sonreía con confianza. Ante él todo el poder de Anacreonte se había reducido a cenizas, era demasiado para ellos, a pesar de las órdenes del vociferante maníaco que tenían enfrente.
Y, con un grito de desesperación, Wienis cambió de blanco y disparó de nuevo… y cayó al suelo con la cabeza desintegrada. Hardin parpadeó ante el panorama y murmuró: –Un hombre de «acción directa» hasta el final. ¡El último recurso!
«¡Nunca permitas que el sentido de la moral te impida hacer lo que está bien!»
«Para triunfar, el solo planteamiento es insuficiente. También se debe improvisar.»
La disciplina no tiene ningún mérito en circunstancias ideales. Yo la tendré frente a la muerte, o será inútil.
Si los que están en tinieblas rehúsan la luz, ¿no es éste el signo más claro de que la necesitan?
Es sólo que una entrada tan fácil significa que no hay nada que ver.
La costumbre general de todos los comerciantes es introducir la religión con su comercio. –Me adhiero a la ley, no a la costumbre.
una sincera amistad por medio del comercio será mil veces mejor que una odiada supremacía basada en un poder espiritual extranjero, que, en cuanto se debilite un poco, se derrumbará completamente y no dejará nada sustancial excepto un temor y un odio inmortal.
»Ahora bien, cualquier dogma, basado primariamente en la fe y el sentimentalismo, es un arma peligrosa usada sobre los demás, puesto que es imposible garantizar que el arma nunca se vuelva contra el que la emplea.
«Una pistola atómica es una buena arma, pero puede apuntar en ambas direcciones.»
Un enemigo conocido es relativamente inocuo.
Todo este juicio es la mayor farsa que se ha elaborado nunca sobre un tema que nunca ha existido.
Por eso, las soluciones de las diversas crisis deben conseguirse gracias a las fuerzas que se nos presentan en el momento.
Habrá otras crisis en el porvenir, cuando el poder del dinero se haya convertido en una fuerza muerta como es ahora la religión.
Si un hombre viene con naves y riqueza, con talante de amistad y con ofertas comerciales, es de sentido común evitar su enemistad hasta estar seguros de que su buena disposición no es una máscara.
Ataque ahora o nunca, con una sola nave o con todo el poderío del Imperio, con la fuerza militar o con la presión económica, con una abierta declaración de guerra o con una emboscada traidora. Actúe como quiera y ejercite hasta el máximo su libre albedrío. Perderá de todos modos.
Acepto el desafío. Será una mano muerta contra una voluntad viva.
Mejor estar solo que ver aquellas insípidas máscaras tras las cuales se tejían tortuosas especulaciones sobre las posibilidades de muerte y las fortunas de la sucesión.
Un traidor incompetente no es un peligro. Son los hombres capaces los que hay que vigilar.
—Se lo agradezco —dijo fríamente el general—, pero me gustaría recordarle que existe una diferencia entre la osadía y la ceguera. La acción decisiva está indicada cuando se conoce al enemigo y se pueden calcular aproximadamente los riesgos; pero moverse contra un potencial desconocido ya supone una osadía de por sí.
la vida atareada e indiferente de la gigantesca metrópoli le sumía en una terrible sensación de aislamiento e insignificancia.
—Es un riesgo —convino Barr—, pero, como es natural, todo riesgo tiene sus compensación.
Las palabras son pobres sustitutos de las ecuaciones matemáticas.
Él sabía que un hombre como Riose tenía que fracasar, ya que su mismo éxito provocaba el fracaso, y cuanto mayor fuese el éxito, mayor sería el fracaso.
—El muchacho tiene razón, Fran. Cuando escuches la voz de tu interior sabrás que la tiene. Es una voz incómoda, y por eso la ahogas con tus gritos. Pero sigue existiendo.
Excelencia, el plan de Seldon ayuda a quienes se ayudan a sí mismos.
Es una lección invariable a la humanidad que la distancia en el tiempo, y asimismo en el espacio, da perspectiva a las cosas.
—Si utilizara el ingenio que los buenos espíritus me dieron —dijo—, entonces diría que esta dama no puede existir, pues ¿qué hombre en su sano juicio llamaría al sueño realidad? Sin embargo, yo preferiría no ser cuerdo y prestar crédito a mis ojos hechizados.
«La gratitud mejor y más efectiva es la que no se evapora en frases vacías.»
A menudo los buenos ejecutantes son idiotas en otras cosas. Se trata de uno de esos extraños fenómenos que hacen interesante a la psicología.
Las creencias sólo pueden ser desarraigadas por una sacudida importante, en cuyo caso resulta un desequilibrio mental bastante completo. Casos leves: histeria, un morboso sentido de inseguridad. Casos graves: locura y suicidio.
Todo lo que estaba vivo parecía haber perdido su poder de acción, convirtiéndose en un mar infinito de hibernación.
¿No es igual que un axioma de geometría, que dos cosas iguales a una tercera son iguales entre sí?

