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Fueron las instituciones que había en las distintas partes del mundo las que determinaron el impacto, y éstas eran realmente diferentes entre sí, puesto que las pequeñas diferencias iniciales se habían ampliado con el tiempo debido a coyunturas críticas anteriores.
La revolución industrial todavía no se ha extendido a África porque dicho continente ha experimentado un largo círculo vicioso de persistencia y recreación de instituciones políticas y económicas extractivas.
Los comerciantes indios comerciaban a través del océano Índico y se desarrollaba una gran industria textil, pero el sistema de castas y el absolutismo mogol impidieron el desarrollo de instituciones económicas inclusivas en la India.
Esta revolución política japonesa permitió que hubiera más instituciones políticas inclusivas y muchas más instituciones económicas inclusivas que desarrollar y sentó las bases para el rápido desarrollo japonés posterior, mientras China languidecía bajo el absolutismo.
este desarrollo económico fue precedido por cambios históricos en las instituciones económicas de estos países, aunque no siempre en sus instituciones políticas, como deja claro el ejemplo chino.
los esfuerzos por lograr una reforma fueron frustrados por el temor habitual de la élite dirigente a la destrucción creativa y a perder sus privilegios económicos y políticos.
Mientras los reformadores otomanos hablaban de introducir derechos de propiedad privada en la tierra para aumentar la productividad agrícola, persistía el statu quo debido al deseo de recaudar impuestos y controlar la política.
Permitir que la gente tome sus propias decisiones a través de los mercados es la mejor forma de que una sociedad utilice eficientemente sus recursos. Cuando el Estado o una reducida élite controla todos estos recursos, ni se crearán los incentivos adecuados ni habrá una asignación eficiente de la habilidad y el talento de las personas.
El desarrollo industrial de la Unión Soviética avanzó mucho porque su tecnología estaba muy atrasada en relación con la de Europa y Estados Unidos, por eso se podían lograr grandes beneficios reasignando recursos al sector industrial, aunque se hiciera de forma ineficiente y por la fuerza.
A pesar de que las políticas de Stalin y los posteriores líderes soviéticos pudieran favorecer un desarrollo económico rápido, no podían hacerlo de forma sostenida.
La lección más importante que se puede aprender es que las instituciones extractivas no pueden generar un cambio tecnológico sostenido por dos razones: la falta de incentivos económicos y la resistencia por parte de las élites.
después de 9600 a. C., las temperaturas globales volvieron a aumentar siete grados Celsius en menos de una década y, desde entonces, permanecen elevadas.
La domesticación es un cambio tecnológico que permite que los humanos produzcan mucha más comida a partir de las plantas y los animales disponibles.
Para cada élite que se beneficia de una extracción, existe una no élite que querría sustituirla.
Sin embargo, el desarrollo generado por las instituciones extractivas es muy distinto del que se crea bajo instituciones inclusivas. Lo más importante es que no es sostenible.
Por lo tanto, las luchas internas y la inestabilidad son rasgos inherentes de las instituciones extractivas y no solamente crean más ineficiencias, sino que también suelen revertir la centralización política, en ocasiones incluso conduciendo al fracaso total de la ley y el orden y al caos, como experimentaron las ciudades-Estado mayas tras su éxito relativo durante la era clásica.
El hecho de que las instituciones inclusivas puedan cambiar totalmente de rumbo muestra que no existe un proceso acumulativo simple de mejora institucional.
A finales del siglo II a. C., la situación había llegado a un punto peligroso, porque la brecha entre ricos y pobres había aumentado hasta llegar a niveles sin precedentes y porque había hordas de ciudadanos descontentos en Roma dispuestos a rebelarse y a enfrentarse a la aristocracia romana en respuesta a estas injusticias.
Cabe destacar que la creación y expansión de las nuevas tecnologías del período romano parecen haber sido impulsadas por el Estado. Es una buena noticia, hasta que el gobierno decide que no está interesado en el desarrollo tecnológico (un caso demasiado común debido al temor a la destrucción creativa).
durante el reinado del emperador Tiberio, un hombre inventó un vidrio irrompible y fue a ver al emperador pensando que conseguiría una gran recompensa. Hizo una demostración de su invento y Tiberio le preguntó si se lo había enseñado a alguien más. Cuando el hombre respondió que no, el emperador hizo que se lo llevaran y que lo mataran «para que el valor del oro no se reduzca al del barro».
La primera es que aquel hombre se dirigió a Tiberio, en primer lugar, para obtener su recompensa, no pensó en crear una empresa y obtener beneficios vendiendo el vidrio, lo que ejemplifica el papel del gobierno romano en el control de la tecnología. La segunda es que Tiberio se alegró de destruir la innovación por los efectos económicos advers...
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la innovación fue rechazada por la amenaza que suponía la destrucción creativa, no tanto por su impacto económico, sino por el temor a la destrucción política creativa.
Los plebeyos romanos tenían que mantenerse ocupados y debían ser maleables, así que estaba bien tener trabajo que darles, como trasladar columnas de un sitio a otro. Esto complementaba el pan y el circo, que también se daban gratis a la población para mantenerla contenta.
Otra razón importante para la falta de innovación tecnológica fue la prevalencia de la esclavitud.
¿Dónde se iba a originar la innovación? Hemos defendido la idea de que ésta procede de personas nuevas, con nuevas ideas, que desarrollan nuevas soluciones para viejos problemas.
Evidentemente, la esclavitud y la servidumbre crearon una riqueza enorme para quienes tenían esclavos y controlaban a los siervos, pero no crearon innovación tecnológica ni prosperidad para la sociedad.
La innovación tecnológica hace que las sociedades humanas sean prósperas, pero también supone la sustitución de lo viejo por lo nuevo, y la destrucción de los privilegios económicos y del poder político de ciertas personas.
Pueden hacer que la sociedad sea próspera, pero el proceso de destrucción creativa que inician amenaza el medio de vida de quienes trabajan con tecnologías viejas, como los tejedores manuales que se habrían encontrado sin empleo debido a la tecnología de Lee.
Lo más importante es que las grandes innovaciones, como la máquina de tejer medias de Lee, también amenazan con cambiar el poder político.
no era la preocupación sobre el destino de los que se quedarían sin trabajo debido a la máquina de Lee lo que provocó que Isabel I y Jacobo I se opusieran a su patente, sino su temor a convertirse en perdedores políticos. Les preocupaba que quienes quedaran desplazados por...
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Este proceso dinámico fue desencadenado por los cambios institucionales originados por la Revolución gloriosa. No se trataba solamente de la abolición de los monopolios nacionales, que se logró en 1640, ni de los distintos impuestos o del acceso a las finanzas. Se trataba de una reorganización fundamental de las instituciones económicas a favor de innovadores y emprendedores, basada en la aparición de derechos de propiedad más seguros y eficientes.
Los derechos de propiedad eran mucho más seguros después de 1688, en parte porque garantizarlos coincidía con los intereses del Parlamento y en parte porque las peticiones podían influir en las instituciones pluralistas. Vemos aquí que, después de 1688, el sistema político se hizo significativamente más pluralista y creó unas condiciones de igualdad relativas dentro de Inglaterra.
Muchas tierras estaban gravadas por numerosas formas arcaicas de derechos de propiedad y reclamaciones cruzadas.
el propietario de la tierra no podía hipotecarla, alquilarla ni venderla.
El Parlamento empezó a cambiar esta situación al permitir que grupos de personas hicieran peticiones para simplificar y reorganizar los derechos de propiedad,
estas modificaciones posteriormente se tradujeron en cientos de leyes parlamentarias.
También eran importantes las sedas de China. Los percales y las sedas eran importados por la Compañía de las Indias Orientales, que, antes de 1688, disfrutaba de un monopolio autorizado por el gobierno sobre el comercio con Asia.
el monopolio y el poder político de la Compañía de las Indias Orientales se sostenían gracias a grandes sobornos a Jacobo II.
Se produjo una intensa guerra de peticiones en la que los comerciantes que deseaban hacer negocios en el Lejano Oriente y la India pedían que el Parlamento autorizara la competencia a la Compañía de las Indias Orientales, mientras que ésta respondía con contrapeticiones y ofertas para prestar dinero al Parlamento.
Aquellos productores se enfrentaban a una fuerte competencia de las importaciones indias baratas. En aquel punto, los productores nacionales más importantes fabricaban artículos textiles de lana, pero los productores de tejidos de algodón estaban pasando a ser cada vez más importantes económicamente y más poderosos políticamente.
Fomentó las «leyes suntuarias» que, entre otras cosas, prohibían llevar tejidos ligeros. También presionó al Parlamento para aprobar nuevas leyes en 1666 y 1678 que ilegalizarían que en los entierros se empleara algo que no fuera un sudario de lana. Ambas medidas protegían el mercado de los artículos de lana y reducían la competencia asiática a la que se enfrentaban los fabricantes ingleses.
setiembre
La rápida expansión del algodón diezmó la industria de la lana. Era pura destrucción creativa. La destrucción creativa redistribuye no solamente la renta y la riqueza, sino también el poder político, como William Lee averiguó cuando vio lo poco receptivas que eran las autoridades a su invento porque temían sus consecuencias políticas.
La revolución industrial empezó y tuvo su mayor avance en Inglaterra debido a sus instituciones económicas especialmente inclusivas.
Naturalmente, estos hombres, una vez alcanzado el éxito, tenían los mismos deseos que cualquier otra persona. Querían bloquear la entrada de otros en sus negocios y evitar que compitieran contra ellos, y temían el proceso de destrucción creativa que podía dejarlos sin negocio, igual que otros habían ido a la bancarrota antes que ellos.
En 1445, en la ciudad alemana de Mainz, Johannes Gutenberg presentó una innovación que tendría consecuencias profundas para la historia económica posterior: una imprenta basada en tipos movibles. Hasta aquel momento, los libros tenían que ser copiados a mano por los escribas, lo que hacía el proceso muy lento y laborioso, o se imprimían en bloques con piezas concretas de madera cortadas para imprimir cada página. Los libros eran un bien escaso y muy caro. Tras el invento de Gutenberg, las cosas empezaron a cambiar. Como los libros se imprimían, eran más fáciles de conseguir. Sin esta
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Pero no todo el mundo consideraba que la imprenta fuera una innovación deseable. Ya en 1485, el sultán otomano Bayezid II emitió un edicto que prohibía expresamente a los musulmanes imprimir en árabe.
No fue hasta 1727 cuando se permitió la primera imprenta en tierras otomanas. Entonces, el sultán Ahmed III emitió un decreto por el que concedía a Ibrahim Müteferrika permiso para montar una imprenta.
Con el fin de que los libros impresos no tengan errores de imprenta, los eruditos religiosos especializados en ley islámica inteligentes, respetados y meritorios, el excelente cadí de Estambul, Mevlana Ishak, y el cadí de Selaniki, Mevlana Sahib, y el cadí de Galata, Mevlana Asad, que aumenten sus méritos, y de las órdenes religiosas ilustres, el pilar de los eruditos religiosos rectos, el jeque de Kasim Pasa Mevlevihane, Mevlana Musa, que crezcan su sabiduría y conocimiento, controlarán la revisión.
Müteferrika obtuvo el permiso para montar una imprenta, pero cualquier cosa que imprimía debía ser examinada por un grupo de tres eruditos religiosos y legales, los cadíes. Quizá la sabiduría y el conocimiento de los cadíes, y de cualquier otra persona, habrían aumentado mucho más de prisa si la imprenta hubiera estado disponible con más facilidad. Pero no iba a ser así, ni siquiera después de que Müteferrika obtuviera el permiso para montar su imprenta.

