los grupos poderosos suelen oponer resistencia al poder económico y a los motores de prosperidad. El crecimiento económico no es solamente un proceso de más y mejores máquinas, y de más y mejores personas con estudios, sino que también es un proceso transformador y desestabilizador asociado con una destrucción creativa generalizada. Por lo tanto, el movimiento solamente avanza si no queda bloqueado por los perdedores económicos, que prevén que perderán sus privilegios económicos, y por los perdedores políticos, que temen que se erosione su poder político.

