JuanCarlos Maldonado

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En 1821, lo dejó claro en un discurso, característico de los gobernantes Habsburgo, que dio ante los profesores de una escuela de Laibach, en el que afirmó: «No necesito sabios, sino ciudadanos buenos y honestos. Su tarea es educar a estos jóvenes para que sean esto último. Aquel que me sirva debe enseñar lo que yo le ordeno. Si alguien no puede hacerlo, o viene con ideas nuevas, se puede ir, o yo haré que se vaya».
Por qué fracasan los países: Los orígenes del poder, la prosperidad y la pobreza
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