Aún falta, para desactivar la ocupación de nuestra mente, cambiar la atención a algo relajante. La clave para ello consiste en una experiencia de inmersión, donde nuestra atención pueda ser total, sin dejar de ser pasiva. Y esto es algo que empieza cuando activamos lentamente los sistemas sensoriales, lo que correlativamente atenúa los circuitos propios de la concentración esforzada. Cualquier cosa que nos resulte grata y en la que podamos sumergirnos puede lograr el mismo objetivo. Recordemos los resultados de la encuesta anteriormente mencionada, según la cual la actividad más concentrada y
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