Los hombres nunca deberían dejar de estudiar, de volver a esas fuentes en que bebieron en su juventud, porque en los libros existe mucha sabiduría y no hay fin para los conocimientos que pueden adquirirse. Todo hastía, excepto el saber. Todo se vuelve rancio y fatigoso si es cosa del cuerpo, pero lo que es de la mente y el espíritu nunca cesa de satisfacer, nunca deja saciado y exhausto. Es como si uno poseyera la eterna juventud, porque uno anda siempre descubriendo y siempre exaltado por cada nuevo tesoro que le es revelado. Todos los senderos son prístinos, como si jamás hubieran sido
...more

