Pero siempre que podamos, debemos darles ocasión de practicar la toma de decisiones por su cuenta. La toma de decisiones requiere lo que se llama «funcionamiento ejecutivo», que se produce cuando el cerebro superior sopesa distintas opciones. Analizar distintas alternativas rivales, así como el resultado de esas elecciones, permite que el cerebro superior de un niño se ejercite, fortaleciéndolo y ayudándolo a mejorar su rendimiento.

