Todo lo que tienes que hacer es recordar que pensar es la causa de cómo nos sentimos. Una vez que seas consciente de ello, no luches contra el acto de pensar. Tan solo toma conciencia de que pensar es lo que está causando los malos sentimientos, acógelo con amor, y poco a poco se disipará ante tus ojos. Poco después, volverás a tu estado natural de paz, amor y alegría.

