«Sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal». Es decir, que todo el atolondrado escenario del profeta renuente, la tormenta en el mar y el viaje en el vientre del gran pez tuvo lugar porque Jonás no pudo confiar en Dios; o sea, no pudo confiar en que se fuera a comportar con dureza y sin misericordia hacia Ní

