El gran friso narrativo de los Episodios Nacionales sirvió de vehículo a Benito Pérez Galdós (1843-1920) para recrear en él, novelescamente engarzada, la totalidad de la compleja vida de los españoles -guerras, política, vida cotidiana, reacciones populares- a lo largo del agitado siglo xix. En NAPOLEÓN EN CHAMARTÍN, de nuevo es Madrid escenario de las aventuras de Gabriel de Araceli. Su asendereada existencia y su amor por Inés lo llevan a la capital de España, a la que se aproximan los ejércitos franceses. Asiste -y con él los lectores, gracias a la viveza descriptiva del novelista- a la entrada del Emperador en la Villa y Corte. Sin embargo, por encima del hecho histórico predomina en este episodio un escenario de tipos y aspectos de la realidad cotidiana madrileña -artesanos, frailes, hombres públicos-, de cuya pintura es Galdós el gran maestro.
People know Spanish writer Benito Pérez Galdós especially for his Episodios Nacionales (1873-1912), a series of 46 historical novels.
Benito Pérez Galdós was a Spanish realist novelist. Some authorities consider him second only to Cervantes in stature as a Spanish novelist. He was the leading literary figure in 19th century Spain.
Galdós was a prolific writer, publishing 31 novels, 46 Episodios Nacionales (National Episodes), 23 plays, and the equivalent of 20 volumes of shorter fiction, journalism and other writings. He remains popular in Spain, and galdosistas (Galdós researchers) considered him Spain's equal to Dickens, Balzac and Tolstoy. As recently as 1950, few of his works were available translated to English, although he has slowly become popular in the Anglophone world.
While his plays are generally considered to be less successful than his novels, Realidad (1892) is important in the history of realism in the Spanish theatre.
This is the fifth Episode of the first series and it is somewhat different from, at least, those which have preceded it. The historical aspect has a lighter weight and the novelistic predominates.
Nonetheless we have Napoleon himself appearing in these pages, as the title announces. Chamartín was at the time a town north of Madrid, with the full name of Chamartín de la Rosa, but now it is a large district where one of the main train stations is located.
At the time the town and its surroundings belonged in great part to one of the major Noble houses, the Dukes of Pastrana - Infantado. And it is in their palace that Napoleon lodged when he entered Spain.
And by one of those coincidences, a couple of architects friends of mine, just won the project to accommodate the building to the ONCE, the foundation that protects the blind in Spain, the current owners of the palace.
Anyway, back to Napoleon and Galdós.
Napoleón, who had come with his Grande Armée entered Madrid in November 1908 after two significant battles - the Espinosa de los Monteros and the Guadarrama. But the reader does not meet the Emperor until the last pages when Gabriel, the hero-pícaro whom we have been following in the previous novels, Gabriel, manages to introduced himself close to Napoleon's inner circle. Writing this now seems a forced situation, but Galdós's ability is to narrate the whole episode in a very plausible manner, similarly to the way he has done in comparable episodes in the previous volumes.
There are several other interesting elements in this Episode. One is the attention it devotes to the development of the political publications through which the liberals would eventually rally behind their cause. The chapters dedicated to the listing and evaluation of these works are a parallel of chapter VI of Don Quijote, work that keeps reverberating in Galdós's episodes. Second, the portrayal of the various levels of society, from the very popular with prostitutes to the more sophisticated areas of nobility, is again one of the appealing aspects of this work. Third, Galdós's own political views gradually come to the fore. He is clearly looking for the roots for the disastrous century in which it has been his lot to live. The rulers abandoned their country and treason is a theme that comes to the fore. Fourth, the topographical descriptions of a Madrid occupied by the Napoleonic forces, inevitably haunts the reader who lives in Madrid. To imagine the Retiro park, where the flowers are so beautiful after the abundant rain we had this Spring, as a battlefield requires an, unwelcome, leap of the imagination.
The complexity of these times is best followed in the vicissitudes that Goya's painting Allegory of the Villa (of Madrid)
The Town Hall in Madrid commissioned this painting in 1809. The shield on the right was to contain a portrait of José Bonaparte. When he left the country in 1812 his effigy was substituted with the word Constitution. A few months later he returned and so did his face on the shield. Then when he finally left and Ferdinand VII came back Goya's regal portrait was placed instead. As this did not please, an alternative portrait of the same king by a different painter (Vicente Lopez) was put in its place. Somewhat later, when the king died in 1843, the words 'The book of the Constitution' were painted over the restless shield. And then finally a few decades later in 1873, time of the liberals, a less political solution was found by inscribing "The Second of May" (Madrid's day - commemorating the revolt against the Napoleonic forces -see El 19 de Marzo y el 2 de Mayo) in that castigated shield. This is the version that one can see now in the History Museum.
With such complex history, no wonder I am using Galdós's Episodes to guide me through the tortuous century.
Quinto libro de la primera serie de los Episodios Nacionales y el primero de los que en cierto momento llegué a bufar y a mirar cuántas páginas me quedaban para terminar un capítulo.
La trama, como siempre, gira en torno a nuestro protagonista, Gabriel, que es testigo de primera mano de los actos que tienen lugar en un momento tan importante en la historia de España como es la toma de Madrid a manos de Napoléon y la re-instauración de su hermano en el trono tras la huida apresurada de éste tras el episodio de Bailén.
Algo que tampoco cambia es el tono, siempre divertido y a la vez fiel a lo que sabemos de los sucesos que tuvieron lugar en ese momento. No hay que olvidar que el padre de Pérez Galdós había sido soldado durante la Guerra de la Independencia.
En este caso la novela nos da el punto de vista no sólo de los políticos que cambian de chaqueta a la primera de cambio y se vuelven más papistas que el Papa, sino también de la Iglesia, que se ve por primera vez en mucho tiempo víctima de un poder que no la mira con buenos ojos.
Los personajes son puramente Galdós. Arrastra muchos de la anterior novela, tomando en esta particular importancia alguno de ellos. Destacar la figura del Gran Capitán y del diplomático que siempre consiguieron arrancarme alguna sonrisa.
Como he dicho, el libro es entretenido, un poco por debajo de los anteriores, pero el último tercio de éste sin duda le hace recuperar esas 4 estrellas. El único bache que me llevó a plantearme las 3 estrellas fue un capítulo (creo que un homenaje al Quijote) en el que se narra una sucesión de libros que llega a ser realmente aburrido. Por lo demás, un libro que hay que leer, porque el principio y el final realmente compensan ese bache en el medio.
Para mí leer un Galdós al año, sino alguno más, se ha convertido en tradición, y es una tradición muy sana que recomiendo.
En esta ocasión tocaba Napoleón en Chamartin, cuando el emperador en persona, herido en su orgullo tras el ridículo de Bailén, se cruzó España para llegar a Madrid y restituir a su hermano en el trono. Sin muchas complicaciones, por cierto.
Pero como suele ser tónica habitual, la historia real casi es lo de menos, y lo que más se disfruta son las intrahistorias, que por ser ficción no son menos trascendentes. Gracias a ellas nos adentramos de lleno en la sociedad del momento y conocemos sus filias y sus fobias, sus diferentes puntos de vista en cuanto a la invasión o las nuevas corrientes que van abriéndose camino.
Todo con mucha ironía y sarcasmo, y como también es habitual, mucha critica. Por un lado, a la iglesia; tan acomodada en sus viejas practicas que no ven sino por ellos mismos, y por otro, a los traidores o afrancesados; aquellos que se pasaron al bando enemigo a las primeras de cambio, ya sea por temor a perder sus privilegios o por no tenerlos.
Aunque lo mejor de todo es lo de siempre: la prosa de Galdós, sus acertadas reflexiones y los valores que impregnan cada novela.
Quizá no sea el mejor episodio, pero que más da, no me canso de leerlo.
¡Nos vemos en el siguiente!
"-El pueblo español - declaró Castillo - es de todos los que llenan la tierra el más inclinado a hacer chacota y burla de los asuntos serios. Ni el peligro le arredra, ni los padecimientos le quitan su buen humor; así vemos que rodeados de guerras, muertes, miseria y exterminio, se entretiene en componer cantares, creyendo no ofender menos a sus enemigos con las punzantes sátiras que con las cortadoras espadas".
Si bien le doy 4 estrellas, es por guardarme algo de margen para aquellos que me conmuevan especialmente como "Bailén"... Leídos como una serie o novelas por entregas, en conjunto merecen las 5 estrellas "cum laude".
En "Napoleón en Chamartín" la acción continúa después de la inaudita y espléndida victoria de los españoles alzados frente a las tropas del general Dupont, en campo abierto, tenida como la primera derrota de un ejército napoleónico y que tuvo una gran resonancia en otros países europeos. Napoleón decide tomar el mando de sus tropas en persona e invade España con un enorme ejército para reponer a su hermano José en el trono. En este caso, la batalla de Madrid no pasa de una escaramuza y la corte cae en manos de los franceses.
Galdós no abandona su estilo de retratar la acción desde el punto de vista de las clases populares con un desfile de personajes secundarios, divertidísimo por otro lado, pobres gentes que se sienten empujados al heroísmo de la defensa, porque los madrileños más acomodados son más remisos a la defensa de la patria arriesgando sus comodidades. Para Galdós, la dignidad está más a flor de piel entre los que menos tienen, un hecho que se repitió durante la invasión francesa por toda España, con especial ejemplo en su retrato de las mujeres.
La historia de amor entre Gabriel e Inés sigue desarrollándose y vemos un punto de inflexión hacia el final de la novela, que nos anima a leer sin dilación la siguiente entrega... Nos trasladamos al sitio de Zaragoza!
(EPISODIOS NACIONALES, PRIMERA SERIE –NOVELA #5) Lejos de resignarse con la derrota francesa a manos de los españoles en la batalla de Bailén, Napoleón Bonaparte decide poner las cosas en el lugar que él les había destinado, y entra en España al mando de La Grande Armée, un ejército de un cuarto de millón de soldados. Se dirige a Madrid, y allí repone en el trono a su hermano José, proclamándolo como José I, en el Palacio del Pardo, donde se establece la nueva corte, en lo que él monta su cuartel general en Chamartín de las Rosas Gabriel Araceli y el resto de los personajes de la anterior novela, dejando atrás Andalucía, también han ido a parar a ese Madrid ocupado, en donde continúan entrelazándose sus intrincadas historias. Gabriel se une a los defensores de Madrid, pero la superioridad del enemigo los hace desistir. Después de haber recibido Gabriel el tajante rechazo de la condesa Amaranta, tras confesarle su amor por su hija Inés, aquélla, obligada por las circunstancias, cambiará su parecer respecto al joven, al Gabriel, no sólo descubrirle las intenciones de Santorcaz de raptar a Inés, sino además impedir dicho secuestro. En Madrid, Santorcaz se destapa como agente de los franceses y es nombrado jefe de alguaciles. Convertido también en una especie de mentor del joven don Diego, ha terminado de pervertir al inocente conde de Rumblar, mostrándole las delicias de la vida mundana, a las que éste, ni corto ni perezoso, se entrega, en una vida de embriaguez y libertinaje en ese Madrid sometido, para escándalo de su conservadora madre doña María, condesa de Rumblar, y el rechazo de la madre de la novia, la condesa Amaranta, ahora instalada en la nueva corte. A don Diego no le interesa Inés, pero sí el matrimonio, por el cual ganará la herencia y el mayorazgo de su casa, por lo que pacta con Santorcaz para intentar su rapto nuevamente. Convencida Amaranta de que es a Gabriel a quien ama Inés, pacta con éste un acuerdo: conseguirle una ejecutoria de nobleza y un destino en el Perú, a cambio de no ver más a Inés. Descorazonado, Gabriel rechaza los ofrecimientos, pero acepta no ver más a Inés, y se dispone a abandonar Madrid, disfrazado de cierto conde, con todo y su salvoconducto (impostura que le facilita Amaranta), pero, enterado de los planes de Santorcaz con el condesito de Rumblar, va hacia el Palacio del Pardo para alertar a la condesa. Allí encuentra a Inés…, y cae rendido ante ella, comprendiendo que no puede dejar de amarla. La impostura de Gabriel es descubierta, y Santorcaz, valiéndose de sus alguaciles, lo prende y es enviado a Francia, en una reata de presos opositores a Bonaparte, sin contar esta vez con la intervención de la condesa Amaranta, quien lo piensa un traidor al acuerdo de ambos. Es esta quinta entrega de la primera serie una novela en la que el ingrediente épico es moderado, pero en la que el aliento histórico y el suspense psicológico se hacen sentir, con añadidos del humor de la picaresca y la tragicomedia (la muerte del Gran Capitán), y en la que volvemos a tener un rico retrato del Madrid de la ocupación francesa, con algunos nuevos personajes, como es el caso del padre Salmón, clérigo popular del pueblo bajo de Madrid.
Con todo el pesar de mi corazón, Napoleón en Chamartín supone un bajón en lo que llevo leído de los Episodios Nacionales que continúa las malas prácticas de Bailén. Entiéndaseme: Pérez Galdós escribe muy bien y manejando un gran vocabulario, pero estos dos libros tienen mucho de folletinesco, algunas enumeraciones interminables (recurso muy peligroso) y poco de la nitidez en la trama que se veía en los tres primeros libros. La segunda parte del libro gana algo en acontecimientos, pero tengo la impresión de que Galdós desaprovecha mucho de lo que aconteció en la Guerra de la Independencia para centrarse en hechos anecdóticos o en intrahistorias de importancia menor. Además, creo que su lenguaje, que era agilísimo y cortante antes, se ha vuelto plúmbeo en este libro y el anterior, con diálogos cargantes y superfluos en más ocasiones de las deseables. Un buen resumen de lo que pasa en el libro es el pasaje en que los dos curas principales y la condesa se ponen a catalogar los libros surgidos en la época al calor de la cuestión afrancesada. Es interesante, es profundo (es una cita irónica al Quijote) pero es demasiado largo, sin que en realidad aporte nada a la trama o a las reflexiones tan acertadas sobre España que hay en otras partes del libro. ¿Por qué entonces tres estrellas? Porque tampoco se puede decir que sea un mal libro, o que no lo he disfrutado. Es sólo que no es ni de cerca tan bueno como los primeros de la serie, y que cuesta querer a este hijo de Galdós y al anterior como a los otros.
Después del magnífico Bailén este quinto libro de los Episodios Nacionales de Galdós ha bajado bastante el listón y me ha parecido un poco de relleno entre otro episodio, el siguiente, que intuyo interesante por el título, Zaragoza. Aunque lo digo desde el desconocimiento más absoluto creo que este libro es de los que Galdós redactó rápido, puesto que he echado mucho de menos esas largas parrafadas narrativas, esas descripciones de personajes y esas opiniones del autor que son lo que más voy valorando hasta ahora.
Los hechos históricos de trasfondo son la breve visita que hizo Napoleón cerca de Madrid, aunque todo este ambiente se narre de modo indirecto, con muchas conversaciones de personajes en las que intuyo las diferentes posiciones ideológicas de la época y múltiples referencias a obras menores o hechos de la época en los que directamente me he perdido y/o aburrido.
El hilo conductor vuelve a ser nuestro querido personaje Gabriel y sus amoríos con Inés, un folletín en toda regla, pero entretenido y que me ha amenizado la lectura y sé que concluiré la tanda de la primera serie para cerrar este inverosímil y entrañable cuento.
En estos días primeros del año he llevado como siempre varias lecturas en paralelo y a pesar de lo negativo que he contado este libro ha sido el que de un modo u otro acababa siempre primero en mis manos. Será porque Galdós es quien es y me gusta escuchar esa voz que me cuenta la historia que está tan cercana a su tiempo, aunque no tenga el enganche de una novela histórica actual.
En este libro encontraras: - Patriotismo. Atentos al personaje del gran capitan. - Amor. Gabriel e Ines. El gran capitan y su mujer que llevan toda la vida casados y se quieren como el primer dia - Venganzas. Hay varias, por despechos amorosos y por otras razones, no doy pistas. - Mucho catalogo (2000 soldados , 200 caballos, 6 piezas de artilleria, etc) - Algunos dialogos de dudosa aportacion. Hay un capitulo entero dedicado a revisar libros y documentos. Si empiezas a leerlo y no te interesa, saltatelo entero, no habras perdido nada. - Algunas pensamientos de gran interes. "Si bien no hay nada que sea perfecto en el mundo, tambien es cierto que no hay nada que sea completamente malvado"
Posiblemente parecido a Bailen donde el catalogo de gentes a veces se hacia un tanto arido, y en un principio la historia personal de Gabriel no estaba muy clara si avanzaba o no. El ultimo tercio del libro gana mucho en mi opinion y la cosa queda en un punto muy muy interesante.
Més enllà de l'episodi de l'entrada de Napoleó a Madrid, aquest capítol és una guía de viatges del Madrid de principis del segle XIX que, de rebot, explica perfectament l'Espanya contradictòria de la guerra del francés.
Nuevo episodio con algunos de los personajes habituales y otros nuevos que posiblemente reaparezcan más adelante. Alguno también desaparece definitivamente, pues pierde la vida. España ya se encuentra en plena guerra, se han perdido importantes batallas. Nuestro entrañable protagonista, como ya veíamos en el libro anterior, vuelve Madrid y se incorporará a su defensa, vivirá su capitulación y llegará al Pardo, donde se encuentra el emperador y en nuevo rey José Bonaparte. Aunque para él, lo principal es su imposible historia de amor. La novela es un gran retrato de la sociedad de la época, de cómo vivieron unos y otros esa parte de la historia de España, a través de distintos personajes de los diferentes estatus sociales, desde los bajos fondos a la alta sociedad, pasando por esos nobles sin recursos económicos. Me han llamado la atención algunas cosas, como es ese decreto de Napoleón para reducir el número de conventos a una tercera parte. De nuevo, el autor nos deja el final con Gabriel en una situación muy complicada, de la que no sabemos cómo saldrá.
Tras la victoria de Bailén, Gabriel de Araceli sigue en casa del Gran Capitán y de su mujer, donde ya se recuperó de los acontecimientos del 2 de mayo. Los franceses siembran el pánico en la capital con el gran ejército imperial y mientras tanto Gabriel, que tiene prohibido ver a Inés debido a la diferencia de clase social entre ambos, va conociendo a todo un variopinto muestrario de personajes, alguno de los cuales, como el padre Salmón, le proveen de noticias de su amor; a otros, como el condesito don Diego de Rumblar, los tiene que alejar del mal camino.
Me gusta el profundo amor que sigue mostrando Gabriel por Inés y también que ella le corresponda, pese a su ascenso social. Esta novela ha sido más entretenida que otros episodios de la primera serie, me gusta cuando se habla de la vida personal de Gabriel y el final climático que anima a seguir leyendo los restantes.
Es indignante que existan libros publicados de manera tan dantesca como el ejemplar en el que me ha tocado leer este capítulo de los Episodios Nacionales. Editorial Iano Books. Dobles espacios por doquier, puntos o comas detrás de guiones, la numeración de las páginas en mitad del texto o números de referencia de notas al pie que no llevan a sitio alguno, errores gramaticales...
Independientemente de todo ello, la historia es bastante floja e insustancial. Entiendo que Galdós tenga que ir hilando la trama de Gabriel con los sucesos que va narrando, pero todo lo contado en 'Napoléon en Chamartín' se resume en apenas tres o cuatro capítulos.
Mucha vuelta, mucha conversación anodina y poco desarrollo.
He tardado mucho en terminarlo por circunstancias diversas, pero sin duda no ha ayudado que apenas ocurra nada en la novela hasta su último tercio. Durante muchas páginas la historia no avanza y la lectura resulta algo aburrida. El final es todo lo contrario, me ha mantenido en vilo y completamente hipnotizada con las idas y venidas de Gabriel, lo cual ha "salvado" un poco la experiencia de esta lectura, pero no lo suficiente como para dejar de considerar a 'Napoleón en Chamartín' como el peor de los 'Episodios nacionales' hasta ahora.
Quinto libro de la primera serie de los Episodios nacionales. Tras la derrota en Bailén y el repliegue hacia el norte de España Napoleón en persona se hace cargo de la campaña para conquistar la península, retomando Madrid y estableciendo su cuartel de mando en la zona norte de la capital, el entonces pueblo de Chamartin. El libro sigue con Gabriel de Araceli como personaje que nos guía a través de la época en un paisaje costumbrista de cómo era la vida de los españoles en aquella época.
Narración de la conquista y sumisión de Madrid bajo la invasión napoleónica, esta vez implacable. Gabriel sigue su periplo en la ciudad de Madrid tras el amor de Inés, quien es deseada por toda la alcurnia de la Corte. Gabriel termina huyendo de Madrid por el deseo de venganza de crueles enemigos, ahora en puestos de responsabilidad de la administración napoleónica.
Por el momento es el libro que más largo se me ha hecho de todos los episodios junto con el de Bailén. Demasiadas referencias a libros y folletines de la época.
No obstante, me parece una maravilla la idea de Galdós de resumir la historia y acercarla al pueblo en forma de novelas breves y exquisitamente escritas.
Ddemasiado enredo amoroso y más largo de lo necesario. Primer bajón en los Episodios Nacionales. No obstante, un retrato del oportunismo en los cambios de régimen.
Episodio que narra los hechos de Noviembre y Diciembre de 1808 donde Madrid es derrotada frente al ejército de Napoleón. Esta novela está mucho más recargada de tramas folletinescas si la comparamos con los libros anteriores. Disfruté la lectura y devoré sus páginas pero es el episodio que menos me ha gustado de los cinco primeros 😕
Después de la derrota sufrida en Bailén las tropas francesas entran en Madrid. Eñ pueblo con el mismo espíritu del 2 de Mayo intenta resistir pero la inferioridad logística enseguida se hace patente. El joven Gabriel vive estos días de diciembre de 1808 tratando de decidir hacia donde encaminarse y, sobre todo, qué hacer respecto a su amada Inés.
Este episodio me ha vuelto a congraciar con el autor porque vuelve a aumentar el abanico de personajes que nos van dejando sus opiniones y puntos de vista de la situación que vive España. Para mí éste es el punto fuerte de esta serie de novelas y quizás en el episodio anterior el foco se ponía en hechos y personajes puntuales que no proporcionaban una imagen completa. Parece mentira como algunos párrafos nos continúan definiendo a la perfección: "¡Oh España, cómo se te reconoce en cualquier parte de tu historia adonde se fije la vista! Y no hay disimulo que te encubra, ni máscara que te oculte, ni afeite que te desfigure, porque a donde quiera que aparezcas, allí se te conoce desde cien leguas con tu media cara de fiesta, y la otra media de miseria, con la una mano empuñando laureles, y con la otra rascándote tu lepra." Cierto que la primera parte es más dispersa, pero la segunda es fantástica en cuanto a ritmo y emoción. Muy recomendable.
Napoleón en Chamartín, quinta entrega de la primera serie de los Episodios Nacionales, recorre de nuevo las calles madrileñas tras la victoria conseguida en Bailén. Lejos quedan ya las revueltas populares del Dos de Mayo, aunque el espíritu de aquel día vuelva a estar presente en el fervor patriótico de los españoles. Aun así, la nación se resentía de pequeñas fisuras provocadas por el asentamiento de nuevos ideales que competían con la acérrima defensa del legítimo rey. La sombra de las intrigas y las conspiraciones era cada vez mayor, por lo que no era de extrañar que el temor y la desconfianza se asentara entre los que decidieron combatir cara a cara con la muerte. «Madrid […] continuaba inquieto, como presagiando grandes males […]. La noticia de que los franceses estaban a las puertas de la villa, lo hizo, sin embargo, olvidar todo, y corría la gente azorada y medrosa, creyendo ver asomar al volver de una esquina la figura característica del azote de Europa» (cap. XV). Si aquellos miedos triunfaron debe descubrirlo el lector curioso; quien ya lo haya hecho, está invitado a continuar nuestros pasos hacia la indómita Zaragoza.
Relata el momento en que Napoleón viene a Madrid con el objetivo de nombrar Rey de España a su hermano José, José I, entre los madrileños Pepe Botella, aunque parece ser que nunca probó el alcohol lo cual tampoco está muy claro. Sigue el autor utilizando a Gabrielillo como elemento conductor de sus historias y aquí posiblemente exceda la imaginación para justificar la presencia del personaje en una reunión en el Palacio del Pardo con lo cual termina el libro. Interesante y ameno y siempre con un énfasis especial en relatar la psicologia de los personajes lo cual se agradece siempre.
Gabriel vuelve a Madrid después de la batalla de Bailén. Participa en la defensa de la ciudad, que transcurre sin mucho éxito. Lo más interesante son los ardides de que se sirve para ir viendo a Inés en varias ocasiones, terminando en la culminación en el palacio real. El final es de lo que más me gustó de este libro.
¡Qué bonito poder conocer parte de la historia de Madrid, de la mano de sus gentes, como los personajes de esta novela!, algunos de ellos haciendo alegoría a figuras emblemáticas de la literatura española, como el Gran Capitán con sus tintes quijotescos.