De la pasión a la rutina, una cautivadora novela que explora las dos caras de las relaciones amorosas.
Luis, un periodista cansado de su trabajo y su matrimonio, planea asistir a un congreso en Austin, Texas. El viaje es una mera coartada para encontrarse brevemente con Camila, quien se ha convertido en el único aliciente en su vida. Pero cuando está a punto de partir, recibe un mensaje suyo: «Dejémoslo aquí, quedémonos el recuerdo». Desconsolado y sin saber qué hacer en Austin, se refugia en la biblioteca de la universidad, donde se topa casualmente con unas cartas de William Faulkner a su amante Meta Carpenter. La lectura de esta larga correspondencia lo ayuda a reconstruir el recuerdo de su aventura amorosa y a reflexionar sobre su situación matrimonial. Con altas dosis de verdad y humor y una enorme fuerza narrativa, Jacobo Bergareche arrastra al lector en esta singular y cautivadora novela que explora de forma universal la fiebre del enamoramiento y la inevitable rutina de las relaciones de largo recorrido. Un libro cuya excepcional solidez y originalidad revela la madurez literaria del autor.
Tengo dicho, creo, que no me gusta exhibir mis reparos lectores. Probablemente para evitar que el día que me convierta en escritor me receten la misma medicina, ya se sabe que quien a hierro mata a hierro muere, y que uno recolecta lo que siembra, es ley de vida. Pero, por otro lado, mi diablillo dominical me susurra qué leches, si has invertido una parte de tu tiempo en él, con lo caras que cotizan esas acciones a cierta edad, al menos cuéntalo, suelta por esa boca, si todo fuera laudatio dónde quedaría el espíritu crítico, que no deja de ser una vacuna contra la estulticia y el jibarismo mental. Y además no seas ingenuo, si alguna vez publicas te van a destrozar igual, y seguro que con razón. Reconozco que el tema central (la crisis de la relación de pareja con la inevitable erosión de la pasión con el tiempo), unido al bombardeo mediático, me acabaron de decidir. También reconozco que no es nunca fácil que un lector, por muy predispuesto que esté, firme a priori ese pacto que el escritor necesita para lograr su complicidad. Que entre por la puerta que se abre ante sus narices. Que trague. Y, en descargo del autor, que esa química, imprescindible para que la odisea lectora arranque, a veces no depende solo de las letras que rasgan el papel, sino de una conjunción astral entre todos los actores de la obra, cuya fórmula no está aún patentada, y solo se transmite de boca en boca por los elegidos, si acaso. Y que igual hasta la ignoraban el propio García Márquez cuando nos narraba el amor eterno de Florentino Ariza por Fermina Daza, o Tolstói la locura de Ana Karenina por el conde Vronsky, o Nabokov la irrefrenable atracción de Humbert Humbert por Lolita. “Los días perfectos” es un libro muy bien escrito, con una prosa cuidada, y un planteamiento epistolar inteligente, que va desgranando al hilo del detonante con el que se abre (la infidelidad del protagonista) toda una serie de reflexiones sobre su matrimonio, oportunamente expuestas, y con la suficiente capacidad como para trascender la propia relación, y operar de lenitivo, o al menos de consuelo identificador, a gran parte de los lectores de esa franja de edad, que sin duda pueden verse reflejados (“Me pregunto si es el tedio lo que nos espera, si debemos resignarnos sin más, y aceptarlo…”; “Me cabe la duda de si solo nos enamoramos de nosotros mismos enamorados”; “Vivir sin pasión no me parece ya vivir sino meramente estar de paso, contando los días…”). Pero esa relación que detona la obra y sostiene la argamasa de todo el entramado no he acabado de creérmela, cualquiera sabe si por su supuesta artificialidad, como de película de serie b de los domingos por la tarde, o por no verse el lector capaz de ponerse en esa piel, por pura gazmoñería. Y ya se sabe que sin fe no hay salvación, a mi pesar. “Entre la pena y la nada, elijo la pena”.
Un libro narrado maravillosamente que te atrapa desde su primer párrafo, con una dosis de realidad apabullante que no deja indiferente. Te lleva por una historia que, reconozcámoslo, no es la más novedosa del mundo, pero que hace que no puedas soltar el libro hasta que lo acabas.
"Ahora ya sé que el dolor es la parte inevitable de esto, aquello que le da coherencia; el dolor es lo único que uno es capaz de mantener, de quedarse; que lo que tiene valor es lo que has perdido, puesto que es por ello que nunca tuviste la posibilidad de agotarte, y de perderlo por desgaste."
Creo que es uno de esos libros en los que a la hora de leerlo influyen mucho tus vivencias y experiencias. Uno de esos libros que para algunos son una joya y para otros pasa desapercibido. Para mí este libro ha sido una grata sorpresa, se cruzó en mi camino por casualidad y era justo lo que estaba buscando. Reflexiones sobre lo humano y algo que me hiciera pensar. Objetivo conseguido.
Me encanta cuando encuentro un libro que me engancha desde la primera línea y solo me hace pensar en acabar pronto mis obligaciones para seguir leyendo. Me encanta la mirada del autor, con un lenguaje fácil y fresco para hablar de lo eléctrico y maravilloso de la primera fase del amor y de como la curva va girando al temeroso tedio que impregna la rutina. La última parte es cruda, pero también me pareció tierna. Muy recomendable.
Decía Pessoa que todas las cartas de amor eran ridículas pero que, al final, el único ridículo era aquel que no escribía cartas de amor. En este libro hay dos, y las dos se leen con las mismas ganas con las que se come un helado en los primeros días de junio. Nos gustan las cartas de amor por dos cosas: a todos nos gusta imaginarnos destinatario de una y, también, que pongan en palabras lo que, a veces, no nos hemos atrevido a decir. Lean “Los días perfectos”.
Es una novela de Marías pero sin Marías y, claro, tiene ese problema de ser una novela DESPUÉS de Marías: carece de la profundidad y de la carga y, por supuesto, se equivoca al no irse a un extremo frívolo sino que se toma muy en serio
El inconveniente de la novelita es el mundo desde el que está escrito: ese en el que profesionales liberales maduros tienen sus viajes y comidas en las que intentan inventar una trascendencia de la que carecen, sus hazañas birriosas cuyo patetismo Bergareche sólo acierta a mirar un par de veces en todo el libro. El resto del tiempo escribe desde y para los habitantes de ese mundo, a los que gustará fantasear con aventuras amorosas que añadir al "storytelling" de su vida
Una preciosa reflexión sobre el amor y su desgaste, sobre la novedad frente a la rutina, sobre los días perfectos que vivimos sin ser conscientes. En forma de dos largas cartas (aunque la novela en global es cortita), una a su amante y otra a su mujer, el protagonista analiza todos esos factores, tomando como referencia la correspondencia entre William Faulkner y su amante. Una maravilla.
Cautivadora esta novela de principio a fin. Nos hace ver la exicitación del enamoramiento y como luego con el paso del tiempo y la rutina todo se termina. Narrada con humor y verdades como puño hacen que este libro sea de gran solidez. Muy recomendable su lectura. Recalcar en la palabra tedio, ojalá en una relación no existiera esa palabra, palabra que Jacobo ha usado perfectamente para definir como acaba la relación entre el protagonista de la historia con su mujer. ❤️❤️❤️❤️
A ver, creo que debo ser sumamente objetivo para este libro. En principio creo que les debo decir que a mi los libros que giran en torno a romance me agotan pues no son lo mío. Este libro es de esa índole entonces me gustó, lo disfruté, pero no me fascinó por eso.
Sin embargo creo que es un muy buen libro. Aquí se explora el amor en sus diferentes facetas. El amor apasionado y desmedido contra el amor un tanto lento y de familiaridad. Lo interesante es que todo es resultado de unas cartas de William Faulkner a su amante. De ahí de desatan diferentes interpretaciones.
No quiero decir mucho porque creo que el ir desmenuzando lo que sucede es parte de la experiencia. Incluso al final te queman las manos por saber más. Eso es algo muy positivo del libro.
En conclusión: si buscas algo romántico este libro te va a encantar. Es muy bueno y más aún si es tu tipo de lectura. Si tú no eres muy romántico, como es mi caso, es bueno y vale la pena pero debes entrar advertido que la línea centra es romance.
'Lo que nos separa (además de, por ejemplo, la ludopatía, el alcoholismo, el maltrato, el embrutecimiento, la prodigalidad y la obesidad sobrevenida) suele ser principalmente el tedio, jamás la muerte. El tedio de ver cómo todo lo que te irrita da tu pareja y lo que a tu pareja le irrita de ti se repite siempre, porque nadie es capaz de cambiar jamás, y ya no llega nada nuevo que compense como un contrapeso aquello que sabemos que se repetirá mañana, y que nos volverá a irritar, y que a veces no es más que el ruido que hace tu pareja al tragar agua, la manera en que guarda la botella de vino de pie y no tumbada, como ha de guardarse siempre un vino, o la manera que uno tiene de sonarse los mocos sonoramente antes de dormir, ese hacer la cama sin precisión, que deja el edredón más largo por un lado que por el otro, o la previsible petición de que bajes la música al tercer tema de algún disco que el otro considere inapropiado para ese momento en que tan apropiado es para ti, o en fin, cualquiera de esas mínimas molestias que manan de nuestra cotidianidad como gotas de grifos que no pueden cerrarse del todo, gotas que no provocan nunca una inundación, pero que jamás nos dejan descansar del implacable y enloquecedor ruido del goteo'.
Una novela con una estructura original, que alrededor de las cartas de Faulkner a su amante Meta Carpenter cuenta una historia sobre el amor, la pasión, la pena, la nada, y sobre si es posible burlar el tedio que trae el paso del tiempo y seguir teniendo días perfectos.
Lectura con una prosa que me me ha gustado mucho, con ciertas metáforas a lo largo de la misma, con cierta dosis de humor, con varias frases que he ido anotando y con un tema central : el amor.
El protagonista de la historia, Luís, nos relata su "affair" con Camila en comparación con la relación existente con su mujer, Paula.
La ilusión por el amor vivido actual, le hace recordar aquello que se ha ido desgastando con el paso de los días con su pareja, su mujer, a causa de la rutina y del día a día. En esta historia seremos conocedores de como han sido de satisfactorios los días vividos al lado de Camila, recobrando de nuevo la pasión, el deseo y la ilusión , viviendo una "realidad paralela" a su vida real, junto a su familia. Guardando en su memoria lo que para Luís han estado unos días perfectos.
También seremos conocedores de la relación con su pareja, Paula, de como lo diario y cuotidiando ha hecho mella negativa en su relación, sobre la importancia de cultivar diariamente el amor si no se quiere que este caiga irremediablemente en un pozo.
En resumen, historia donde se nos explica la relación paralela que tiene el protagonista y que le sirve de refugio temporal a su relación con su mujer. Una historia esperanzadora donde se acentúa la importancia de ir cultivando siempre la magia de pareja a pesar del transcurso del tiempo.
"¿No será mejor escoger la pena y empezar a quedarnos con lo perdido?" - Jacobo Bergareche en 'Los días perfectos'.
Una historia de amor y desamor, de rutina y aventura, de pasión en la aventura y de tedio en la rutina. Pero es también una historia que ilustra de manera muy realista lo que es la vida en pareja, sin idealizar, con sus claroscuros, abriéndonos al interrogante de: ¿qué es un día perfecto en esas circunstancias?
Creo que la tendencia a idealizar el amor nos hace menos tolerantes a la frustración que genera la rutina de la cotidianidad del día a día. También creo que la felicidad está en lo pequeño, en lo aparentemente insignificante, en las personas que te acompañan en la vida, es un topicazo, pero creo que esta historia lo ilustra muy bien. Pone palabras a esta idea y nos acerca también a la infelicidad (¿o quizá rutina nuevamente?) de buscar constantemente un día perfecto que no llega. Quiero creer que si sabemos vivir la rutina de una manera adecuada (y no como nos han vendido que hay que vivir), sabiendo apreciar cosas que no sé siquiera describir bien, podemos llegar a alcanzar la perfección de los días.
La historia transita sobre la afirmación de Faulkner "entre la pena y la nada, elijo la pena", e inevitablemente, como lectora, me hacía pensar qué eligiria yo si estuviese en la situación del protagonista, pero también que estoy eligiendo yo ahora mismo en mi vida y en cada una de mis circunstancias personales. Me parece que es una idea que evoca esa sensación de vértigo que tenemos cuando nos metemos en algo que sabemos que tarde o temprano acabará, trayendo consigo su consiguiente duelo, pero que sin motivo racional alguno, nos compensa vivir. Se me ocurren varios ejemplos. La historia nos muestra que el dolor, algo inevitable, me atrevo a decir que, en ocasiones, no es tan malo como nos lo pintan en esta sociedad que trata de anestesiarlo, ya que es la prueba de que algo que hemos vivido ha merecido realmente la pena.
Recomiendo la lectura de este libro, ligero pero profundo, cuyo estilo ayuda a ponerse en el lugar del protagonista, haciendo que, como lectores, nos planteemos sus mismas encrucijadas vitales.
"Para ser feliz es preciso no saberlo", Pessoa, citado en el libro.
Me siento dividida. La novela está escrita de una manera que engancha, con una redacción ágil y una temática que a todos nos toca de una manera o de otra. La idea de un amor romántico e intenso siempre conmueve al lector, bien porque lo añora irremediablemente, bien porque se encuentra en el tedio de una relación estable. Sin embargo, veo el tono algo cursi y ñoño, sobre todo en el relato de la historia con Camila. Además esta parte no la veo del todo bien cerrada. La carta del final a su mujer es para mí la mejor parte y al mismo tiempo la más desoladora. Quiere insuflar esperanza por momentos pero no lo consigue. El tedio. El tedio. El tedio…
Como una montaña rusa, lo vives palabra a palabra; si bien la primera parte es mucho más apasionante que la segunda. Está escrito de un modo delicioso y algunos pasajes han ido directos a mi mente y corazón, hacía unos cuantos libros que no releía pasajes de forma obsesiva. Me he sentido muy identificada con alguna de las cosas que detalla y describe.
Met de brieven die William Faulkner aan zijn geliefde Meta Carpenter schreef als uitgangspunt, evalueert de hoofdpersoon Luis (what's in a name) zijn buitenechtelijke affaire, die welgeteld zeven dagen duurde, en zijn huwelijk. Drie keer raden waar de titel op slaat.
"entre la pena y la nada, elijo la pena" - decía el narrador al poner el punto y final a la novela de Faulkner Las Palmeras Salvajes. porque la nada es el vacío, es lo contrario a la existencia, a sentir, a estar vivo. la pena, sin embargo, como sinónimo de estar, de arriesgar, de despilfarrar, de amar... "no pain, no gain". Al final todos hablamos un idioma universal que nos balancea de un sitio a otro. ¿Pero cuánto tedio, cuanto aburrimiento, cuánto de lo mismo estamos dispuestos a soportar a lo largo de nuestra vida? ¿asumimos qué igual que nosotros nos cansamos de lo repetitivo, de lo q no ofrece riesgo alguno, al resto de la gente le puede ocurrir igual? . Jacobo Bergareche plantea en #losdiasperfectos la gran máxima con la que luchamos a diario : el aburrimiento, el tedio, el hastío, ¿qué hay peor que una persona aburrida? pero ¿hasta dónde nos puede llevar este aburrimiento? Luis conoce a Camila en Austin, Texas, en un hotel de congresistas. Luis lleva casado casi dos décadas con Paula pero, sin saber como, le está tirando los trastos a Camila a más de veinte mil kilómetros de su casa. Faulkner también tuvo sus escarceos amorosos con Meta Carpenter, con la que se carteaba con frecuencia y le incluía viñetas sobre "los días perfectos". Luis busca esos días perfecto como ese antídoto contra el tedio. Camila pone punto y final a la relación con Luis. Meta también se casó y tuvo hijos y Faulkner quedó relegado a un archivo literario, esperando a revelar a Luis el secreto de los días perfectos. . Escrito de manera epistolar #losdiasperfectos son dos cartas que envía el protagonista a su amante y a su mujer, invitándolas a compartir esa apatía en la que puede llegar a convertirse la vida y como se tiende a buscar las soluciones más dispares, para intentar recuperar esa chispa que un día se tuvo y que ya no alcanza ni a llamarse nostalgia. .
Este es un libro muy especial para mí. Lo empecé en ebook en la piscina de un hotel de Benidorm, donde estaba por trabajo. Leí cuatro o cinco páginas y ya solo con eso supe que lo necesitaba en papel. Por supuesto, me lo compré y no me arrepiento.
Me parece un libro muy especial porque en menos de 200 páginas le puse casi 60 post-its, y eso tiene que significar algo.
Es un libro insolente que no se anda con sutilidades, que nos transmite a la perfección lo que se siente al enamorarse, pero también lo que es la rutina y cómo puede ir matando el amor si no se hace nada por evitarlo.
El protagonista se dirige directamente a las destinatarias de las dos cartas que componen el libro para recordarles los momentos que los unieron y lo felices que fueron, pero también cómo es su realidad y todo lo que conlleva.
Aun siendo un libro tan cortito, tiene muchísimo que decir sobre la vida, sobre el amor y sobre nuestra propia actitud ante los sentimientos, nuestros y ajenos, y lo que nos vamos encontrando en un camino que esperamos que sea perfecto, pero que el tiempo va resintiendo. Y todo lo que dice lo hace de una forma preciosa.
Hay que valorar los días perfectos que vivimos, por poquitos que sean, para que el amor y la vida tengan sentido. Y tenemos muchos más días perfectos de lo que creemos porque la perfección está en los pequeños detalles y en los momentos que vivimos con aquellos a quienes queremos, por nimio que parezca el tiempo a su lado.
P.D. No considero que sea un libro para personalidades sensibles, abstenerse ofendidos, que no considero que el autor sea políticamente correcto y para mí, personalmente, eso ha hecho que el libro me guste más aún.
“Perfect day”, esa magnífica canción de Lou Reed sirve de base a la banda sonora de otra magnífica película que es Trainspoting …. palabras mayores, el tema, la película. Ese creo es el origen del título del libro y que sirve de norte y guía de toda la novela. Tras esa canción que narra lo que Lou Reed identifica como un día perfecto, y que no consiste en una cena en un 3 estrellas Michelín, ni ir de vacaciones a las Bahamas, sino ir al zoo a dar de comer a los animales, tomar un sangría y ver una película en casa, todo eso con su chica, con la chica que quiere. Ahí creo que surge la idea de toda la novela. Se identifica también lo que el genial William Faulkner consideraba un día perfecto con su amante, a base de unas viñetas que el genial autor le dibujaba y enviaba a Meta, hago un poquito de spoiler diciendo que para él su día perfecto lo construía con estos dibujitos, y aparte de un final de día en la cama con su amante, consistía en jugar al ping pong, ir a la playa a tomar el sol y luego tomar unas cervezas con una pareja de amigos. Como le ocurre a Reed tampoco está en su guión ir a cenar a un restaurante en plan gourmet, ni tampoco ir ver una puesta de sol reflejado sobre el mar, con no sé qué música, ni con tambores de fondo. Ese día perfecto soñado por el autor es la línea conductora de todo el relato de Bergareche. Poco más puedo añadir, que es un libro divertido, un tanto irregular, combina fases geniales (las referencias a las costumbres de los honky tonk del suroeste americano, las múltiples referencias a la buena música rock de esa zona, etc) con otras no tanto (algunos topicazos de la convivencia en pareja, etc). Solo que vale la pena leerlo en dos ratos, encima es cortito.
Hoy os traigo la reseña de Los días perfectos de Jacobo Bergareche. El autor nos presenta a Luis un periodista que se desplaza a Austin, Texas, para un congreso. Este viaje es una coartada para verse con Camila. Cuando está a punto de partir recibe un mensaje que trastoca sus planes y se esconde en un archivo de la universidad, donde se topa con unas cartas que escribía William Faulkner a su amante Meta Carpenter. Inspirado por estas cartas, redacta dos cartas larguísimas sobre su matrimonio y su aventura amorosa. Le lleva a reflexionar sobre ¿qué es un día perfecto? Es un libro que se me hace difícil valorar porqué hay frases que me han gustado, pero por otro lado el periodista me ha parecido egoísta, que no tenía sangre en las venas. ¿Me hubiera gustado conocer el otro punto de vista? Sí, para mí, este libro pedía también el punto de vista femenino. Se lee muy rápido y te deja algún fragmento para el recuerdo y te hace plantear las relaciones. “… ya se sabe que los recuerdos que no se apoyan en imágenes, ni palabras, ni objetos se deshacen poco a poco en la memoria, pierden la nitidez, sus contornos se diluyen, sus colores se entremezclan y al final solo queda una mancha borrosa de luz contra esa oscuridad que termina por engullirlo todo”. “Días que no necesitemos explicarnos ni recordarnos el uno al otro, que sean parte de un repertorio a prueba de óxido, que no admita desgaste, como los standards de jazz que jamás se desgastan, que pueden tocarse mil veces, ser siempre distintos sin dejar de ser nunca ellos mismos”.
Una novela, una reflexión, un desnudo del alma y el corazón, a través de dos cartas que conforman el libro. Dos cartas que el propio autor, que hace pensar que es una experiencia autobiográfica, envía a su amante, y a su mujer. Dos sensaciones, dos realidades, dos confesiones, hiladas perfectamente y con una prosa que engancha. Por todo eso, le doy 5 estrellas. Valoro muchísimo la hilvanación de ideas, sentimientos y los monólogos sobre sensaciones, pensamientos y miedos, sin un solo diálogo, y que a la vez no se me haya hecho pesado.
"Mientras escribo esto, me cabe la duda de si en realidad solo nos enamoramos de nosotros mismos enamorados, si lo que de verad temo perder es la posibilidad de ser la persona que estaba enamorada de ti, esa persona que pude hcer, decir y sentir las cosas que hace, dice y siente una persona enamorada".
Es cierto que he llegado a él por ser el libro de moda del inicio del verano, pero es fantástico. Lo he leído despacio, y luego rápido y después lo he saboreado con pena y nostalgia. Pensando en mis días perfectos. Posiblemente el mejor de este año, por ahora.
mmmmm no se q pensar es muy bonito y en otra época me hubiera encantado pero ahora mismo solo veo a un HOMBRE justificando una infidelidad que si que tu vida monótona y tu matrimonio de 17 años y tus tres hijos pero los cuernos son cuernos aquí y en austin texas aunque también te digo un aplauso a ese hombre que intenta hacer algo por que su matrimonio cambie (y no son los cuernos) confirma una vez más que el matrimonio y/o la vida conyugal es un sistema que ya no funciona? un barco que inevitablemente va a pique? nos da jacobo bergareche la solución al famoso tedio? quizá tenemos que asumir que el amor en pareja tal y como lo entendemos tiene fecha de caducidad ?????
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“Y estas otras historias me llevan a otros lugares, con otra gente, imaginaria o real, y tengo que decirte que tengo miedo de que algún día el manantial de mi fantasía termine topándose con el manantial de otra fantasía, y que juntas se hagan un río, porque los ríos buscan siempre a otros ríos y unidos se hacen caudalosos, mueven piedras, excavan cañones, y al final llegan al mar”
Aunque brillante es un adjetivo un poco pomposo, es lo que me ha parecido. Es como lo describiría. Para mí, todo lo que pensé que sería y nunca fue “Feliz final”
Muy bien escrito, giros de frase elocuentes y temática que nos interesa a tod@s, el fin de la pasión. El problema es que no me lo llego a creer. No me emociona la historia con Camila, no me la creo; y su necesidad de días perfectos con Paula, me parece que le da un toque infantil