Los naturales de Arlodia han convivido durante siglos con las almas de los recién fallecidos antes de que emprendan su último viaje. Es un lugar donde la vida y la muerte conviven en paz y sus habitantes cumplen un importante papel en el equilibrio de fuerzas entre el Bien y el Mal.
Sin embargo, la llegada de un misterioso y encantador viajero va a alterar la apacible existencia de los lugareños hasta enfrentarlos a situaciones desconocidas. Solo Gabriela es capaz de ver lo que el recién llegado esconde, y con la ayuda del páter Cósimo luchará por descubrirlo.
Una intrigante trama donde los dilemas morales se mezclan con lo sobrenatural y el thriller. ¿Hasta dónde serías capaz de llegar con los estímulos adecuados? El libre albedrío, el poder de los seres tóxicos y la influencia de las circunstancias en la conducta sustentan una trama que discurre por un mundo con sus propias normas.
Publicada originalmente bajo el seudónimo de M. S. Quebec, la obra de Querol mantiene el estilo y ritmo habituales así como su conexión con la realidad, lo que hace que los lectores hagan suya la historia incluso en este mundo paranormal creado por la autora.
La valenciana Marta Querol llegó a la escritura por accidente. Estudió Económicas e Ingeniería de Calidad y su trabajo se desarrolló siempre en este último campo. Tal vez por eso sus escritos son tan cuidados, tan redondos, tan directos. Con su primera novela, El final del ave Fénix (2008, 2010, 2012), cometió la insensatez de enviarla al premio Planeta y fue una de las diez finalistas de 2007. A esta le siguió Las guerras de Elena (2012, 2013,2015) y Yo, que tanto te quiero(2015, 2016). Con esta saga familiar ―que le gustaría pensar son unos Buddenbrook a la española― ha conquistado a lectores de todo el mundo y las tres han ocupado puestos destacados en las listas de ventas. Su última novela, El infiltrado (Ed, Sargantana), es una fábula sobre el poder de las personas manipuladoras, un thriller psicológico con aires de leyenda fantástica que ha sorprendido a público y crítica y fue publicada originalmente bajo el seudónimo de M. S. Quebec.
Tampoco pensó nunca que haría televisión y radio ―en esto último sigue― o que escribiría en el periódico centenario de su ciudad (Las Provincias), y sin embargo lo hizo durante cuatro años con su columna Piedra, papel, tijera que ahora continúa, cuando puede y como puede, en su blog. Parece que le gusten las prisiones, a ella y a sus novelas, y se la puede ver en Zenda como una «prisionera» más entre firmas a las que siempre ha admirado, o bien puedes encontrar sus novelas en las manos de los narcos más conocidos del planeta como el Chapo Guzmán. Los que la conocen la definen como inconformista, difícil de etiquetar, solidaria, discutidora y franca, y estas características impregnan sus artículos y muchos de los relatos que ha escrito. Es muy activa en las redes sociales y tanto en su página oficial de Facebook como en Twitter o en las distintas webs de sus novelas se precia de contestar a todo el mundo, siempre que se dirijan a ella con respeto.
Como lectora empedernida que es, puedes encontrar sus reseñas aquí en Goodreads y en formato de vídeo en su canal de YouTube
Creo que es muy sano, para cualquier lector, hacer de cuando en cuando incursiones en géneros de lectura que se salgan de lo que reconozcan como su «zona de confort»; aunque solo sea por constatar que hay vida —y quien dice «vida» dice «literatura de la buena»— en cualquier género literario. Que la altura literaria —y perdón por la obviedad— es una cuestión de oficio, de creatividad y de compromiso.
Marta Querol, por su parte, tampoco es de las que se acomodan en un género. Tras sus éxitos sostenidos en el tiempo —hoy en día casi un milagro— con la trilogía de los Lamarc: El final del ave Fénix, (2007), finalista del Premio Planeta 2007, Las guerras de Elena (2012) y Yo, que tanto te quiero (2015), recientemente ha publicado el recopilatorio de relatos Breverías. Relatos para lectores impacientes (2020). Tirando del hilo de un relato corto publicado en una antología, sorprende ahora con la publicación de El infiltrado, una novela en las antípodas de la contemporaneidad de sus novelas anteriores; un triple mortal muy de agradecer en una época en la que vemos cómo los autores se acomodan en «lo suyo» y no cesan de repetirse.
Me he encontrado con una narración sólida que incita a una lectura continuada y casi adictiva en la que el protagonista central es el poder de la manipulación; el elemento extraño —lo que hoy llamamos tóxico— que todos nos hemos cruzado alguna vez en nuestras vidas y que se infiltra sigilosamente en una familia, en una pareja, en un entorno profesional, o en la sociedad, para sembrar de forma imperceptible una semilla que predisponga a unos contra otros hasta que el ambiente se vuelve pútrido e irrespirable. El relato parte de una base en principio increíble —en la misma aldea conviven de forma natural los vivos y los muertos— que la autora resuelve de forma rotunda para que la verosimilitud no sufra ni un rasguño. El secreto está en la solidez de la construcción de unos personajes muy bien matizados, y en la ambientación de una aldea apartada y gótica en algún lugar de Centroeuropa y en una época en la que se viajaba a caballo y se vestía capa y espada.
Querol mezcla el thriller fantástico y lo paranormal en una ambientación histórica, con algunos pasajes eróticos con los que a mi juicio se podría haber recreado más ya que daban mucho juego y se han quedado cortos, apenas unos tímidos esbozos, aunque sospecho que es una dosificación buscada por aquello de dejar con ganas de más. ¿Se estará cocinando una secuela?
El infiltrado en una lectura muy recomendable para el aficionado a la novela gótica de misterio, pero también para otros lectores de géneros muy diversos que necesitan de vez en cuando un ejemplo que les recuerde, como dije antes, que la altura literaria no es una cuestión de género, sino de oficio, de creatividad y de compromiso.
Me encanta la manera de escribir de Marta Querol y sabía que El Infiltrado no me defraudaría. ¡Todo un acierto! Durante la lectura tuve que detenerme a pensar en varias ocasiones acerca de los dilemas morales que plantea. Da para discutir largo y tendido. Y eso es lo que tiene la buena literatura: que conecta contigo y te hace crecer. Un libro muy muy recomendable.
Una novela fuera de lo común y lo predecible, donde no existe un personaje central, al menos no con nombre, con cuerpo físico y con voz de humano, aunque sí muy presente y con una fuerza extraordinaria. El infiltrado es una magnifica novela que adopta al thriller, al erotismo, al misticismo, al crimen, a lo gótico, y por la ambientación, casi a lo histórico. Según veo yo las cosas, este es de esos libros que se infiltra en la memoria lectora con serias intenciones de quedarse. ¡Altamente recomendado!
Original, inquietante, fantasía escrita en una prosa sencilla que lleva a una lectura ágil y casi desazonada.Los personajes, los espacios y las situaciones te atrapan en la reflexión sobre si se trata de una trama sobrenatural o no tanto… Como pasa al regresar de algunos viajes, tras terminar la lectura mi alma aún sigue en Arlodia.
Lo cierto es que este género no es mi estilo, pero Marta ha conseguido engancharme y hacerme una habitante más de Arlodia. La prosa me ha encantado y, sin duda, creo que la autora es una escritora como la como la copa de un pino.
A una aldea en donde los vivos conviven con las almas de los muer-tos y en donde todo transcurre con paz y tranquilidad, llega un forastero que alterará el orden natural de las cosas para los lugareños. La capacidad de seducción de dicho forastero pondrá en jaque la supuesta integridad de los aldeanos y cuestionará ciertos valores que todos dan por hecho. Se trata de una novela fuera de lo común y lo predecible, donde no existe un personaje central, al menos no con nombre, con cuerpo físico y con voz de humano, aunque sí muy presente y con una fuerza extraordinaria. El infiltrado es una magnifica novela, escrita con pulcritud, que adopta al thri-ller, al erotismo, al misticismo, al crimen, a lo gótico, y por la ambientación, casi a lo histórico. Según veo yo las cosas, este es de esos libros que se infil-tra en la memoria lectora con serias intenciones de quedarse. ¡Altamente re-comendado!