La vida en el pequeño pueblo de Wall es tranquila, o lo era. Maggie siempre había visto a sus vecinos como almas cariñosas, gente con la que vivir una vida y compartir la experiencia de la dura existencia en los campos. Pero los corazones se enturbian, las mentes enajenan y la idea de quemar viva a tu cariñosa vecina ya no es tan desagradable. Pues, ¿quién no iba a gritar de jubilo por la muerte de una bruja?
Creo que es la primera vez que leo algo de Erik y estoy muy impresionada (con razón ha entrado en Iridiscencia). Su forma de describir te hace imaginarte las escenas sin dificultad, casi como si vieras una película y la historia, aunque corta, te hace tener los ojos pegados a las páginas, queriendo saber qué pasará al final. Además, rematando con frases bastante potentes. Solo puedo justificar estas cuatro estrellas (4,5 más bien) porque algunas erratas me han hecho pararme a releer alguna parte, pero nada que una segunda revisión no arregle.
Espero seguir leyendo cosas suyas. Cuatro estrellitas que suben.
No me esperaba esta historia. En el momento en el que me hablas de quemar brujas suelo ponerme algo a la defensiva, pero el desarrollo de este cuento ha sido muy inesperado. No llega a ser del todo de mis gustos, pero es inesperado y con un planteamiento muy curioso en torno a Maggie.