Itzel Guevara del Ángel es firme partidaria del cuento como género y, todo indica, finalmente decidió salir del clóset como novelista con Morderse las uñas. Sospecho, con todo el pecho, que la autora puso tres condiciones para hacerlo: 1) que la novela se base en una construcción fragmentaria, 2) dotar al narrador de una enciclopedia, 3) divertirse con los puntos 1 y 2.
El lector cinéfilo se encontrará aquí con un guiño al narrador de Amélie. El lector nerd será feliz con los datos útiles, inútiles, serios y absurdos que la novela provee. El lector escritor exigirá MÁS, más páginas, más recovecos, más arreglos florales, más uñas qué morder.