Empezaba a leer
El mapa y el territorio, de Houellebecq, y tenía a medio terminar
El libro de las ilusiones, de Auster, cuando
SoHo me invitó a escribir sobre un libro de autoayuda. Siempre he tenido prejuicios contra este tipo de libros y he hablado mal de ellos, pero acepté el encargo y leí
Un grito desesperado. Ahora puedo afirmar que todo cambió. Ya no tengo prejuicios, tengo certezas.
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Published on August 07, 2012 14:01