Contigüüüm. Capítulo VI. Vigésimo cuarto
«La maldición fortifica;
la bendición relaja».William Blake
Al escuchar la historia de Nils se le formó en la mente un remolino de sensaciones, recuerdos, palabras, una fusión de recuerdos transmutados en palabras que se fusionaban para formar frases, e imágenes, muchas imágenes, que no eran suyas, y la mezcla se materializó en su mente, similar al momento en que escuchó su voz en el sótano y, se sorprendió a sí misma, diciendo:—yo me sé una historia similar, ji, ji, ji.Nils y Utla se giraron por la interrupción, el primero en actitud claramente sorprendida y el segundo más tranquilo:—Cuéntanosla también —Le invitó Utla ante la mudez del muchacho.—me da vergüenza…—¡Quizá sea otra pista para ayudar a Nils! Adelante, por favor.Le daba vergüenza ser el centro de atención, así que bajó la cabeza y, como pudo, enunció los versos de aquel poema-historia, tallado en una piedra y perdido tiempo ha:
«Una joven duerme mil añosentre ricos y escondidos tesoros.El gallo aguarda encima de una pila de oroy, orgulloso vigilante, protege un sueño.Cuando el pueblo se encuentre en peligrodespertará a la beldad, con un canto locoy la virgen levantará de un profundo sueño.Luego, ella dirá:Recordad, he guardado aquí un tesorolo dejo para la defensa de la ciudadque recaiga en manos del verdadero valor».
Nada más acabar el verso sintió las mejillas acaloradas y continuó con la mirada clavada en la mesa, ¿de dónde había sacado semejantes palabras? ¡Qué vergüenza! ¿Qué pensaría de ella Nils a quien había interrumpido? ¿Y Utla? ¿Qué pensaría él? ¿Y cómo sabía ella todo aquel verso de memoria? También se le pasó, en un fugaz pensamiento, que las viejas leyendas son como las supercherías, que tanto coexisten las certeras con las engañosas, las artificiosas con las ruines; que no por ser una más corta y otra más larga, habríamos de creer con más veracidad a la segunda que a la primera, ni tampoco a la inversa ni a la viceversa, pues ni anchura, ni estilo, ni brevedad, ni cortedad, podrían, sabiendo lo que se sabe acerca de la una y de la otra, afirmar nada sobre su veracidad, pues las verdades y las mentiras que tras ellas se esconden nadie las conoce. Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte. Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on July 26, 2020 01:00
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