De músico, poeta y loco... Todos tenemos un poco

A raíz de un conversatorio al que asistiré este viernes, donde un autor costarricense (José Ricardo Chaves) presentará su libro Tránsito de Eunice, me "entró la espinita" de buscar la obra de Eunice Odio y me encontré disponible en Amazon la versión electrónica de Los elementos terrestres.

Devoré el libro con avidez, extasiado por las imágenes y emociones que me evocaban cada uno de esos maravillosos ocho poemas, escritos por una poetisa costarricense, que representan un canto al amor y al deseo, expresado de manera sublime e intensa. Me conmovió profundamente la historia de la poeta y me identifiqué con aspectos de su personalidad que, he de confesar, descubro en mí y siempre he requerido "trabajar", por el bien de mis congéneres.

Yo tenía mucho de estar "barajando" la idea de escribir un poemario para tocar un tema muy personal y, aunque en el pasado había escrito poesía en momentos donde el alma ha necesitado expulsar lo que tiene dentro y la agobia, nunca me había dado a la tarea de escribir diez poemas juntos con una línea temática clara, de modo que iniciaran, desarrollaran y concluyeran esa línea temática manteniendo una coherencia descriptiva y evocativa. Pero sobre todo, nunca había publicado nada, salvo uno que otro "posteo" en Internet.

Bueno, pues ayer quedó lista la "criatura"... Mi primer "bebé poesía" que, aunque perseguía un propósito muy íntimo y personal, creo que le podrá servir a más de un enamorado para hacer las paces con su "media naranja", cuando tengan algún altercado importante... Me lo imagino como una tarjeta de Hallmark de 40 páginas, no apta para menores, jajaja.

Y es que, al fin y al cabo, la poesía es eso: es desgranar el alma y dejar trozos de ella en la historia, para que otros se nutran con ese caudal infinito de energía que somos capaces de lanzar de manera tan sencilla al Universo.