El sonido de la notificación rompió el silencio. Era la tercera vez que mi móvil emitía un pitido en menos de cinco minutos. Me incorporé como un resorte para atender la conversación en cuestión. Aunque la primera vez que me había abalanzado sobre el móvil me había llevado una decepción, creyendo que me escribía alguien que, probablemente, todavía estuviese durmiendo, ahora me encantaban los derroteros que había tomado el chat con mis amigas. &nb...
Published on July 19, 2018 10:24