Pedro Cayuqueo's Blog, page 35

November 24, 2017

Purgatorio

Contradiciendo el embrujo de la post-verdad que nos indicaba que estaba todo dicho y que casi no valía la pena abrir las urnas, las elecciones abrieron la puerta a lo imprevisible, como pocas veces ocurre en este país. Aunque resulta natural remitirse a la contienda Lagos-Lavín para registrar una sorpresa semejante a la que nos sometimos el domingo pasado, hay otros episodios que en su momento dieron vuelta el tablero, como el estrecho triunfo, en 1938, de Aguirre Cerda sobre Ross, el mago de la Bolsa. En ese tiempo, Pablo Neruda arrendaba una casa en Irarrázaval con Pedro de Valdivia, que no tenía el sello que después impondría en La Chascona o La Sebastiana. En esta vivienda sin gusto a nada, el poeta decidió celebrar el estrecho triunfo del Frente Popular metido adentro de un gallinero junto a algunos amigos y armó un concurso de kikirikíes en honor al profesor que llegaría a La Moneda. Las gallinas sufrieron buena parte de esa noche al no reconocer la voz de su amo y señor, hasta que se dio por ganadora a mi tía Graciela Matte, hermana de Eugenio, uno de los fundadores del PS.


En estos días de asombro se han escuchado más cacareos que kikirikíes. Cacareos justificados, otros bien intencionados, algunos derechamente sólo gritos para sobreponerse al desconcierto.


Lo peor es que, si seguimos ensimismados o sólo cacareando, seguiremos perdidos en la lectura de los cambios que ha experimentado nuestra sociedad y también lejos de captar sus demandas. En este purgatorio que se ha convertido el intermedio entre primera y segunda vuelta para la élite chilena, como si tuviéramos un pie en el infierno y otro en el cielo, ningún grupo político se absolverá de cara al electorado con trucos populistas. A la luz de los resultados, lo primero que podemos decir es que el Gobierno de Michelle Bachelet ha movido el cerco de la ideas y esto no parece una ilusión, contraviniendo lo señalado con tanto empeño por algunos analistas que confiaron ciegamente en las encuestas disponibles.


La votación nos demuestra que fracasó la idea de que Chile va camino al despeñadero. El Frente Amplio, la Nueva Mayoría, la Concertación y otros suman un gran colectivo que busca llevar adelante los cambios que la sociedad y los tiempos modernos reclaman.


Sin embargo, si tomamos nota que la sociedad chilena está cansada de “ lo mismo y de los mismos”, que está aburrida de la corrupción y de las malas prácticas privadas y públicas, y que a nivel parlamentario hoy premia a aquellos que fueron unidos (como el Frente Amplio y Chile Vamos) y castiga a quienes se separan y fracturan (como la Nueva Mayoría), podemos concluir que los ciudadanos hoy requieren otra forma de hacer las cosas y prefieren ser representados por quienes son capaces de leer los cambios culturales, sociales y económicos ocurridos. Vivimos una campaña que no fue sobre-ideologizada, donde no se expusieron muchas ideas, pero sí el proceso remarcó la necesidad de adecuarse a los nuevos tiempos.


La gente común quiere mejorar su calidad de vida e ingresos, no quiere retroceder en progreso y estabilidad, pero quiere un proceso integrador, con menos clasismo, elitismo, cuoteos y pitutos.


Es un hecho que la gobernabilidad está cada día más difícil para cualquiera que pretenda ser Presidente, sobre todo si no se tiene mayoría parlamentaria. Esto ocurre aquí y en todo el mundo, porque la volatilidad es un fenómeno global, que se explica por todas las transformaciones tecnológicas, económicas, culturales, productivas, energéticas y tantas otras que estamos atravesando como humanidad. Este escenario, como ya hemos visto en otros países, es caldo de cultivo para ideas populistas, que aquí ya se aventuró con eso de que “vamos a convertirnos en Venezuela”. No, no vamos para allá. Es un abuso funcionar con ese tipo de retórica para infundir un terror alimentado por los temores que vivimos globalmente en vez de asumir de manera noble el desafío de comprender los requerimientos de una sociedad que está en plena transformación y por lo mismo es tan impredecible.


Hoy debemos revalorizar la buena política como herramienta para direccionar la conducción social en estos tiempos complejos y de cambios. Y también para salir del purgatorio y así avanzar hacia una sociedad más integradora como la que nos propone Alejandro Guillier.


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Published on November 24, 2017 21:35

Mejores datos públicos para mejores políticas públicas

La urgente necesidad de modernizar el Estado para responder a los cambios sociales y tecnológicos del siglo XXI parece ser un objetivo compartido por el mundo político. Así se desprende de los programas presidenciales en competencia y de lo expresado por los candidatos de primera vuelta en el Ciclo de Diálogos Sofofa-UDP. En este contexto se insertan también las propuestas realizadas por un grupo de académicos de las universidades Católica, de Chile y Adolfo Ibáñez (crecerjuntoschile.cl), así como las contenidas en el muy valioso informe reciente del CEP, “Un Estado para la Ciudadanía”.

Si bien los temas abordados son múltiples, quisiera referirme a uno en particular: la necesidad de tener mejores datos públicos, integrados y abiertos. Se trata de un tema crucial por una razón sencilla: buenas políticas públicas requieren buenos diagnósticos, y estos últimos, buenos datos. Lamentablemente, estamos al debe en esta materia.


El Estado produce enormes cantidades de datos administrativos en sus distintas reparticiones. Sin embargo, esta información se encuentra diseminada y muchas veces no sistematizada. Por lo mismo, recurrentemente el Estado no conoce la información estadística de la que dispone, lo que la transforma en inservible.


Cuestiones básicas como un registro exacto de funcionarios que efectúan labores o la cantidad de beneficiarios del reajuste del sector público no son accesibles a la ciudadanía y a veces ni siquiera al propio Estado. Otras veces la información está sistematizada pero el Estado no la comparte. Un ejemplo es la base inmobiliaria del SII que registra el universo de transacciones de propiedades a valores de mercado. El valor público de esta base -para mejores evaluaciones de crédito, decisiones de inversión o de posicionamiento espacial de las personas- sería gigantesco, pero lo estamos desaprovechando.

A su vez, el cruce de datos por RUT entre distintos servicios públicos resulta imposible la mayoría de las veces. Otro desperdicio, ya que tener un compendio de variables aisladas es de escaso valor para mejores diagnósticos, diseño y evaluación de políticas. Solo por dar un ejemplo, disponer de bases de datos de empleo, educación e ingresos, pero no poder interrelacionarlas es un completo derroche. Es cierto que ha habido avances en conferir facultades al Ministerio de Desarrollo Social para cruzar ciertas bases sectoriales, pero el punto es que es necesario que esta sea una práctica generalizada y de acceso abierto.


Estos son solo algunos de los múltiples ejemplos que se repiten y que constituyen un desperdicio de información valiosa. En este contexto, la propuesta del CEP, siguiendo ejemplos como los de Nueva Zelandia, Dinamarca o Francia, es tan simple como potente. Plantea la creación una plataforma que integre toda la información de los ciudadanos en poder del Estado, que sea accesible de forma innominada y cuente con los resguardos y sanciones necesarias para velar por la privacidad de los datos personales.


En pleno siglo XXI este es un desafío urgente. Una adecuada sistematización de la información acumulada por el Estado y un acceso expedito a ella puede transformarse en un potente motor de innovación. No solo para mejores diagnósticos y propuestas de política pública desde el Estado, sino que también desde la comunidad académica y la sociedad civil.


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Published on November 24, 2017 21:30

Antonio Ledezma, en libertad

El recambolesco escape de Antonio Ledezma, legendario ex alcalde de Caracas que se convirtió en un líder de la resistencia democrática contra el régimen chavista, suscita sentimientos encontrados. De un lado, cómo no regocijarse de que haya alcanzado la libertad un hombre al que cruelmente tenían preso y neutralizado en su propio país. En España, adonde llegó después de ingresar a Colombia, podrá tener una base desde la cual emplear su considerable cabeza política (quizá la más estratégica y sofisticada de la oposición) para seguir batallando por la democracia.


Del otro lado, además de tristeza por el hecho de que Venezuela pierda, en el interior del territorio, a una persona tan valiosa por el simple hecho de pedir libertad, está la frustración que supone para la causa democrática no poder contar con él ya donde se juega el destino venezolano, que no es en el exterior sino dentro de su país. Es una tragedia -como la que vivió en su día Cuba- que los líderes más capacitados para llevar a cabo una transición y dotar a la democracia de contenido no puedan vivir en su país y se vean obligados, para evitar la muerte o las mazmorras, a actuar desde el exilio.


La oposición venezolana está partida y debilitada dentro del país y carente de organización y conducción en el exterior. Quizá, ahora que Ledezma está libre y puede dedicar su tiempo a Venezuela sin constreñimientos, él sea capaz de dar a los venezolanos del extranjero, que son muchísimos y cuentan con importantes figuras políticas, empresariales, intelectuales y profesionales, una cierta estructura desde la cual ser más eficaces en la titánica tarea que hay por delante. Ninguna oposición ha logrado derrotar a una dictadura desde el exilio; las cosas se definen en el interior. Pero son muchos los casos -en Europa central y oriental, o en la propia América Latina- en los que un exilio bien organizado y eficaz en sus acciones logró contribuir a la victoria que obtuvieron principalmente los que estaban en el interior del territorio.


Como Ledezma tiene un ascendiente sobre muchos opositores internos y, a juzgar por la ayuda que debe haber recibido de militares y guardias nacionales para poder burlar obstáculos en su escape, contactos dentro del chavismo descontento, quizá su esfuerzo pueda tener consecuencias internas también.


Como es sabido, la Mesa de la Unidad Democrática ha volado por los aires debido a sus trayectoria errática, la mala conducción de tiempos recientes, y las divisiones que el régimen exacerbó entre sus dirigentes. Urge que algo reemplace a esa MUD y que lo que la suceda tenga amplitud, convocatoria y una conducción estratégica. No será fácil para Ledezma contribuir a eso desde afuera, pero si alguien puede hacerlo, aunque sea parcialmente, es él. Lo acompaña la legitimidad moral que le ha conferido haber acertado en sus juicios y pronósticos, además de haber sabido recobrar su libertad en contra de la aplastante maquinaria represora que lo había aherrojado.


La comunidad internacional ha tomado una actitud mucho más solidaria con la causa democrática venezolana que hace algunos años, cuando había complicidad con el chavismo al tiempo que cometía sus tropelías. Ledezma será ahora una voz autorizada ante esa comunidad internacional y será indispensable que los gobiernos y la opinión pública mundial lo escuchen con respeto y atención.

Dos palabras finales para transmitir a su familia mi alegría. Tuve el honor de tratarlos y compartir con ellos jornadas de denuncia de las violaciones a los derechos humanos y las libertades públicas. Sólo puedo imaginar la felicidad que los embarga tras haber recobrado a Antonio Ledezma.


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Published on November 24, 2017 21:25

Un bocón en pos de la mudez

Si usted acostumbra a recorrer librerías en busca de algo decente que leer, por favor tenga presente esta advertencia: aléjese de inmediato, no más lo vea, de un librillo blanco de aspecto inocentón. Me refiero a El silencio en la era del ruido, obra de un noruego insufrible llamado Erling Kagge. Ahora bien, si usted es de aquellos lectores que sienten debilidad por la autoayuda, le recomiendo no dejarse tentar por el subtítulo (“El placer de evadirse del mundo”), ni echar en saco roto la sugerencia recién expresada. Mucho mejor será que relea a Paulo Coelho o que espere con calma a que Pilar Sordo publique su próximo bestseller, ya que de las pobrísimas divagaciones de Kagge, se lo juro por Dios Santo, no obtendrá beneficio alguno.


Bajo la fotografía ubicada en la solapa del libro –la imagen del rostro de Kagge es de una pretensión apabullante–, se lee que el hombrote nació en Oslo, el año 1963, y que ejerce como “escritor, explorador, abogado, coleccionista de arte y editor”. También “fue el primero en completar el desafío de los tres polos (Norte, Sur y cima del Everest)”. Y a lo largo de las 160 páginas restantes, se presenta ante nosotros, ahora de cuerpo entero, el presumido, el timador, el mercachifle y el narciso. En suma, el cultivador insigne de una retahíla de lugares comunes que, según él, guardarían relación con el sacrosanto acto de guardar silencio. Vaya paradoja.


A los rasgos mencionados habría que sumar la vocación hipster del autor. Cuando ve a alguien tejiendo, a alguna abuelita o a un pescador, no está especificado, Kagge siente en carne propia la misma “paz interior” del que teje, “y no sólo en mis expediciones, por cierto, sino también cuando leo, toco música, medito, hago el amor, esquío, hago yoga o me siento tranquilamente, ocioso y sin preocupaciones. En mi condición de editor, veo que vendemos cientos de miles de libros que tratan sobre cómo hacer punto, fabricar cerveza o apilar leña. Se diría que todos, o al menos muchos de nosotros, deseamos volver a algo original, auténtico…”. No obstante lo dicho, su discurso resulta tan impostado, tan a la moda, que francamente cuesta imaginar qué sentido cobra el término “auténtico”  dentro del léxico de este osado aventurero.


Las frases cursis y vanas que aquí abundan serían mucho más tolerables si no aspirasen a ocultar, tras numerosas citas trilladas de pensadores célebres, la precariedad intelectual que las vio nacer. El listado de escritores y filósofos que Kagge saquea sin pudor –peor aun, sin gracia– es bastante extenso. Entre sus favoritos figuran nada menos que Pascal, Foster Wallace, E.B. White, Heidegger, Parménides, Kant, Wittgenstein, Blake, Diderot, Stendhal, Rumi. Y a propósito de esto, permítaseme una ligera digresión: debido a mi oficio, vivo en cierto modo de citar las palabras de otros, pero nunca he leído algo similar a esta engañifa. Llama la atención que un volumen livianito, que apenas pesa entre los dedos, contenga tal exceso de necedades. Corresponde entonces reconocerle un mérito al noruego: el tipo es capaz de corromper el pensamiento de quien sea con tal de propagar sus fruslerías. Dos ejemplos breves bastan para ilustrar lo anterior: “El libro más importante es el que trata de ti mismo. Y está abierto”. “Lo que viene de fuera ya está dicho. Lo importante, aquello que es único, existe ya en tu interior”.


Se queja el autor de los ruidos mentales y de las distracciones que producen las nuevas tecnologías (las horas ociosas gastadas en Google, en los teléfonos inteligentes, en las tabletas), mas su ignorancia de la fascinante literatura que se ha publicado al respecto en los últimos treinta años viene a ser un poco vergonzante, puesto que allí, precisamente en esos libros, el intrépido vikingo habría podido aventurarse en un mar de citas desconocidas. El gusto de Kagge por la música tecno plantea una duda desconcertante, además de dejar bien establecido su mal gusto: ¿qué clase de apologista del silencio se declara amante del punchi-punchi? No hay más que hablar: el único aporte que nuestro guapo explorador podría haber emprendido en pos del silencio era dejar en blanco las páginas de su librillo. Pero el humor, por básico que sea, tampoco brilla entre sus cualidades.


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Published on November 24, 2017 21:20

Somos todos como hermanos

Los más entusiastas, quizás los más jóvenes y cómo culparlos, han citado a Jorge González como ejemplo de cordura ante el belicoso clima imperante con una vieja frase suya que decía algo así como “el músico nunca es el enemigo”, obviando de paso que en sus días más filosos el sanmiguelino acostumbraba descuerar a cuanto cristiano se le cruzara por el camino incluyendo a sus compañeros de banda.


Ha sido el ingenuo guiño histórico de una semana en que los músicos chilenos han estado particularmente activos en eso de agarrarse de las mechas y por los motivos más diversos. Desde el duro intercambio virtual entre Ases Falsos y Dënver, por un texto de Cristóbal Briceño donde explicaba por qué no votaría en las elecciones pasadas; hasta los emplazamientos también en redes sociales de Alex Anwandter en contra de Planeta No, (Me Llamo) Sebastián y Javiera Mena, a raíz de su eventual tibieza ante las graves denuncias que afectan a algunos miembros del nuevo pop capitalino, pasando por la dura respuesta de Cee Funk, de Los Tetas, al mencionado Anwandter a quien básicamente cuestiona por haberlos acusado de encubridores cuando un ex compañero de banda fue acusado de violencia intrafamiliar.


En breve, la clásica camaradería del rubro, ese ambiente en que todos son como amigos y nadie dice lo que realmente piensa, se ha quebrado en pos de una franqueza que podrá alimentar el morbo inmediato de todos los que han leído estos posteos interminables (y hasta delirantes), pero que a la larga quizás termine aportando a derribar la hipocresía reinante.

Porque seamos francos: difícilmente sume algo separarse en trincheras sobre un campo de batalla tan pequeño y necesitado como el mercado musical chileno. Pero lo que no se ganará en unidad, que son muchos los que creen que falta hace, se compensará con menos máscaras y más verdad a la hora de hablar del colega o de cualquier cosa. Quizás tiene que ver con lo más elemental, con aquello de la naturaleza humana y que se vincula con sensaciones como el celo, la rabia o la competencia tan inherentes al músico como a cualquier mortal. La gracia probablemente está en que en episodios como los mencionados todos se revelan tal como son. Sin palabras de buena crianza o convenientes omisiones. Para decirlo en simple, en la música chilena lo que se escucha es lo que se lee. Aunque en muchos casos, sea mejor escucharlos que leerlos.


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Published on November 24, 2017 21:09

November 23, 2017

Genealogía de Rubem Fonseca

Nacido en 1925 en Minas Gerais, Rubem Fonseca comenzó su carrera literaria a los 38 años con la publicación de cuentos, y solo 10 años después debutó en la novela. Desde entonces ha alternado ambos géneros, dando forma a una obra en la que el deseo, la violencia, el poder y la marginalidad conforman una madeja imposible de desenredar.


De su vida se sabe muy poco. Estudió comunicación y leyes, pero ni siquiera los premios recibidos (el Rulfo, el Manuel Rojas, el Comões) han modificado su decisión de no conceder entrevistas. De ahí que resulte especialmente iluminador el libro La novela murió, conjunto de crónicas en las que se filtran sus intereses, placeres y obsesiones. Fonseca se opone a las pieles bronceadas, divaga sobre los spam que llegan a su correo y muestra un humor despiadado ante las contraindicaciones de los medicamentos.


No resulta exagerado afirmar incluso que en estas páginas se configura  un mapa para entender de qué están hechas las historias que Fonseca cuenta de manera magistral, combinando siempre velocidad y suspenso, indagación sicológica y aliento social, referencias artísticas doctas y expresiones propias de la cultura de masas.


Mención especial merece su pasión por el cine: ha sido guionista y cinéfilo inveterado, lo que se nota al hablar de las palomitas de maíz o al reconocer que el cine aún no logra producir “la obra de arte completa”, eso que Wagner llamaba Gesamtkunstwerk. La razón radica en la temporalidad de las películas: por mucho impacto que haya tenido un filme, siempre está fechado, pertenece a una época. En otras palabras, una película como Ciudadano Kane tiene valor dentro de la historia del cine, pero no ha resistido el paso del tiempo como El Quijote. ¿Por qué las imágenes envejecen peor? La respuesta quizá se encuentre de manera oblicua, sugiere Fonseca, mirando la literatura, cuya mayor riqueza reside en la imaginación del lector: es él quien completa la historia concebida por el autor.


La joya del libro es un ensayo autobiográfico que parte como un relato de iniciación a la literatura y termina con la sumisión a las pulsiones de la ciudad, de Río de Janeiro, adonde Fonseca llega tras la quiebra de su padre en el pueblo de Juiz de Fora. A los 12 o 13 años ya no se queda todo el día en su pieza leyendo. Prefiere salir. Descubre los cines, las bibliotecas públicas, la playa, los prostíbulos, los cafés. Trabaja como repartidor, el oficio ideal para perderse en el centro y los suburbios. Entra a escondidas a ver películas de adultos y contempla hipnotizado a la gente al interior de las confiterías. Se da cuenta que la vida es más rápida que en las novelas y las personas más atractivas: voluptuosas, alegres y elegantes a veces; decrépitas, feas y sin alma también. Son apenas 34 páginas, lo más que sabemos de la vida de Fonseca hasta ahora. Pero allí está toda la materia que más tarde compondría su fascinante universo literario.


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Published on November 23, 2017 04:16

Llegó la factura

Bachelet se apuró en invitar a Guillier a La Moneda para dejar establecido que hará todo lo que esté a su alcance, incluso en el límite de la ley, para que él sea su sucesor. Aunque el candidato obtuvo solo 22,7% de los votos, ella espera que todas las corrientes izquierdistas se unan para asegurar otro gobierno como el suyo. La voz de orden para ministros, subsecretarios y otros funcionarios es movilizarse para lograrlo. Y el poder de La Moneda puede usarse desaprensivamente.


El cuadro surgido del domingo 19 empezó a incubarse en octubre de 2014, cuando los discursos grandilocuentes del bloque bacheletista empezaron a chocar con la realidad y las “grandes reformas” a provocar la desaprobación mayoritaria de la sociedad, lo que no ha variado hasta hoy. El argumento de que los cambios profundos son valorados con el tiempo es la versión chilena de “la historia me absolverá” de Castro. Lo indesmentible es que el balance electoral de las fuerzas oficialistas concuerda con la persistente desaprobación al gobierno. Incluso si se suman los votos de Guillier y Goic, solo se llega a 28,58%. En la votación de diputados, la factura indica que la DC bajó de 15,5% a 10,3%; el PS, del 11,1% a 9,75%; el PPD, de 11,03% a 6,1%; el PR de 3,63% a 3,61%. Solo el PC subió de 4,11% a 4,6%.


Bachelet enterró a la Concertación e inventó un imbunche que no la sobrevivirá. Exacerbó las expectativas, sembró populismo y ahora disimula los resultados, sobre todo en la economía. Alentó una visión del cambio social en sintonía con las supersticiones de la izquierda refractaria a la historia, en rigor reaccionaria, que busca ansiosamente un sucedáneo del socialismo que se derrumbó. Con esa izquierda ha vibrado Bachelet. Mientras tanto, la corriente socialdemócrata ha pagado caro los equívocos y los acomodos.


El estrellato electoral del Frente Amplio (FA) le debe mucho a este gobierno. Sus líderes son hijos políticos de Bachelet, y no solo porque miran la sociedad más o menos como ella (la fascinación neoestatista), sino porque los ayudó a subirse al escenario, como les consta a Jackson y Crispi. La Mandataria les abrió la puerta del Ministerio de Educación para que lo usaran como laboratorio de sus proclamas. Ellos aprovecharon la oportunidad, y cuando las cosas empezaron a ir demasiado mal se marcharon con cara de inocentes. ¿Hay idealismo y sentido de justicia entre la gente del FA? Por cierto. ¿Tienen conciencia sus dirigentes de los errores que el país no debe repetir? Ninguna.


Bachelet quiere que Guillier y Beatriz Sánchez gobiernen juntos. Esa es la herencia política que le quiere dejar a Chile. Y en una de esas, lo consigue. Además, sueña con que la definición del 17 de diciembre sea una especie de referéndum sobre su mandato que le permita obtener un triunfo in extremis antes de irse a Nueva York.


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Published on November 23, 2017 04:12

¿Cuál debería ser la estrategia de Piñera para tener posibilidades de ganar las próximas elecciones?

No cabe duda que una vez más la mayoría de los chilenos podemos observar con desazón cómo las encuestas han fracasado. Las dos más altas mayorías en primera vuelta se ven con un bajo apoyo ciudadano. Tal vez ello era esperable, desde que en primera vuelta los chilenos solemos darnos gustitos políticos; pero también se hace necesario tratar de racionalizar los resultados de las elecciones.


A diferencia de lo que algunos analistas han señalado, la votación del Frente Amplio no sorprende para nada. Los votos obtenidos por el conglomerado sumado a la votación de Meo se pueden comparar con las cifras alcanzadas por el propios Meo y Arrate en la elección del 2010. Los números a este respecto son elocuentes.


Si sumamos las cifras alcanzadas por el Frente Amplio y Meo en la presente elección, dan un 25,98% de la votación total, lo que es un poco más bajo que el 26,35% de la votación obtenida en la elección del 2010 por Meo y Arrate. Naturalmente, estos sectores son comparables desde que representan una línea de izquierda más dura. Una línea de pensamiento que ha puesto en tela de juicio la democracia como la conocemos. Y comparativamente la cifra no ha aumentado, sino que ha disminuido (en este caso caso 1,5%).


Lo que sí sorprende es que tanto parte de la votación de una izquierda más dura, como de centro izquierda, también va a Guiller, que no es un candidato de centro izquierda, sino que es un candidato muy cercano a Beatriz Sánchez. Y si se suman ambas cifras, el resultado es impresionante. La votación de Sánchez, Meo, Guiller y Navarro y Artes (excluyendo Goic), es de nada menos que 49,55%. Y esto es lo que puede definir las elecciones, ya que existe una votación anti-sistema que ha aumentado considerablemente, y que se ha ido a la izquierda más dura.


Esta es una cifra difícil de remontar, aún si se suman los porcentajes de la centro derecha y de la derecha dura (Piñera y Kast), o sea, 44,57%, por una parte, y de centro izquierda, es decir el 5,88% de Goic, por la otra, lo que da un total de 50,49% (operación que es discutible desde que parte del electorado DC optará por la izquierda). Las cifras indican que la elección sería muy reñida, y que la delantera la tiene Guiller.


Sin perjuicio de lo anterior, como la mayoría de la gente sabe, los votos de un candidato no son endosables a otro, aunque el líder de un sector ceda su votación de forma clara. Y, en este sentido, los candidatos deben ser evaluados en su mérito. Ante esto cabe preguntarnos: ¿Qué ha hecho tan mal Piñera que ha bajado de un 44,06 %, en la elección del 2010, a aproximadamente un 36 % el 2017?  Esta es una pregunta vital. Y ella tiene tres posibles respuestas.


La primera es que su gobierno no fue tan bueno como se dice. Y ello tiene que ver con la incestuosa pugna que tuvieron liberales y conservadores durante su período  (baste recordar el triste destino de Rodrigo Hinzpeter). La segunda, es que los casos de corrupción ha salpicado a Piñera (existe una percepción que la clase política, de la cual es parte Piñera, es corrupta). Y, finalmente, que no ha llevado bien su campaña.


De estos tres factores con el que debe trabajar Piñera, si quiere tener opciones, es el último. Acá es importante llamar la atención de la forma en que se ha planteado Piñera en ambas elecciones. Y si se recuerda bien, en la primera campaña se presentó como un candidato liberal y de centro; pero en la actualidad se presenta como un candidato conservador y de centro.  A pesar de lo mal que lo ha hecho la actual administración, de lo poco preparado que está Guiller como candidato presidencial; Piñera necesita ser creíble como un candidato de centro capaz de ir a pescar votos en el centro político. Es más, debe ser creíble como el articulador de un gran centro político, cosa que prometió en su primera compaña y lamentablemente no pudo cumplir.


La percepción que tenga la ciudadanía de los candidatos será clave para Piñera, por cuanto las cifras indican que el país se está inclinando a favor de una izquierda mucho más estatista que la tradicional socialdemocracia. Ello sólo puede ser contrarrestado mediante la votación de electores de centro, que no se sienten identificados con las políticas estatistas de los últimos años, ni con un centro político conservador.


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Published on November 23, 2017 03:25

Nuevas reglas, nuevos ganadores

La elección del domingo fue el debut de las nuevas reglas electorales, desde la campañas hasta la fórmula electoral, el famoso método D’hondt que reemplazo al sistema binominal, por lo mismo abundaron las sorpresas y las caras de presidentes de partido que buscaban una explicación,  finalmente quienes supieron adatarse mejor a los cambios triunfaron quienes siguieron haciendo lo mismo de siempre cosecharon insospechadas y dolorosas derrotas.


Competir siempre. Esta es una de las claves del nuevo sistema, los partidos que se atrevieron a competir ganaron, quienes buscaron proteger lo que tenían perdieron. Ejemplos hay muchos pero parte del éxito del Frente Amplio, de Renovación Nacional y de Evopoli fue que miraron el tablero sin temor al pasado electoral de los incumbentes. En cuantas elecciones anteriores un diputado en ejercicio que había ganado en el pasado con una amplia mayoría inhibía naturalmente la competencia, hoy la abundancia de cupos y que se eligieran varios escaños por distrito les dio una oportunidad a muchos desafiantes.


Hay Incumbentes e incumbentes. Detrás de grandes votaciones pareciera que en muchos casos solo se escondía una falta de oferta, en esta oportunidad tuvieron que enfrentar no solo a una mayor cantidad de candidatos sino incluso a candidatos de su mismo partido, haciendo inútil cualquier esfuerzo por reducir la oferta o bloquear la competencia, quienes lo hicieron y se hicieron acompañar de candidatos no competitivos en la mayoría de los casos terminaron no alcanzando el apoyo suficiente ni siquiera para ser elegidos.


El Frente Amplio irrumpió con una votación importante, que le permitió crecer de 3 diputados a 20, un mensaje claro y definido, le permitió a la nueva izquierda desplazar de una gran cantidad de distritos a la vieja izquierda de la Nueva Mayoría. Sin duda el gran beneficiado con el nuevo sistema electoral fue esta nueva izquierda frente amplista, la lógica de muchas listas distintas les abrió la puerta a que muchos que en el sistema anterior votaban obligados por el partido Socialista y PPD, ahora tuvieron la oportunidad de cambiarse a una nueva oferta que a diferencia de Juntos podemos, ahora si tenía opción de elegir diputados y senadores por haber bajado los umbrales de votación para obtener escaños de representación.


La Nueva Mayoría sufrió su peor derrota. Bajo fuertemente en votación y en cargos elegidos. La incapacidad política de ponerse de acuerdo y evitar la división en 2 listas parlamentarias les paso la cuenta. Subestimaron tanto al Frente Amplio como al buen momento de ChileVamos, siguieron apostando a la inercia de creer que por una parte ellos son los únicos representantes de la izquierda, lo que el Frente Amplio demostró como falso, y  por otra que la derecha no tendría la fuerza o la audacia de disputarle bastiones tradicionales lo que tampoco se cumplió.


ChileVamos tuvo una gran elección parlamentaria. Vio premiada su capacidad de unidad al competir dentro de una solo lista parlamentaria la que termino siendo la más votada por lejos en todo Chile. 73 diputados elegidos, a solo 5 de la mayoría absoluta, 12 senadores elegidos de 23 en disputa son solo un reflejo del buen trabajo y de algo que todavía es nuevo para la centroderecha, la institucionalización de la Coalición, esta nueva gobernabilidad dio frutos.


Renovación Nacional creció fuertemente en votos, diputados y senadores por lo que hoy es el partido más grande de Chile, justo premio a un partido que entendió las nuevas reglas y se adaptó mejor que otros a los cambios. Su bancada de diputados aumento de 20 diputados elegidos el 2013 a 36 este domingo.


Evopoli no compitió en todo Chile, pero tuvo victorias emblemáticas como la de Felipe Kast y la Francisco Undurraga en Las Condes, sus 6 diputados y 2 senadores lo consolidan como tercera fuerza en ChileVamos.


La UDI vivió una noche extraña, todos celebraban a su alrededor y sus dirigentes sonreían ante las cámaras. Pero los números eran elocuentes respecto del fin de su hegemonía en la centroderecha Chilena. Si bien creció en diputados paso de 29 a 31 diputados, solo capto 3 de los 24 nuevos diputados que obtuvo ChileVamos. En Senadores mantuvo su presencia en el norte pero sufrió dolorosas derrotas en la V región y en la Araucanía. Una estrategia equivocada de bloquear la competencia, como mecanismo de proteger su posición dominante y no entender el nuevo escenario político les dejo a todos un sabor amargo tras esta elección, paradojalmente hace 16 años una identidad nítida, liderazgos audaces en atreverse a competir y ser la vanguardia ante los cambios que vivía el país habían sido las claves de su pasado éxito.


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Published on November 23, 2017 03:17

Infancia vulnerada: prioridad inexcusable

El pasado domingo 19 reveló un nuevo escenario con la emergencia potente de actores en uno u otro lado del diálogo político. Sin duda, la última fase de campaña será altamente competitiva disputando un electorado huérfano de candidato o aquél que se abstuvo en la primera vuelta.


Por ello que sabiendo la eventual polarización resultante, es más que nunca necesario converger en umbrales mínimos que permitan avanzar como nación en aquellas prioridades que resultan inexcusables para quienes aspiren a conducir un país con visión de Estado y pensando en la unidad de todos, más allá de nuestras legítimas diferencias.


Es evidente que uno de esos mandatos perentorios es la capacidad con la que el Estado garantizará el bienestar y los derechos de la infancia y en particular la que ha sido vulnerada una y otra vez, muchas veces por el mismo Estado que dice protegerla.


Existen en la actualidad 6 proyectos de Ley en discusión en el Parlamento: el de Garantías, Subsecretaría de la Niñez, Defensoría, entrevistas video-grabadas,  Servicio de Reinserción Juvenil y el nuevo Servicio de Protección Especial. Tales proyectos constituyen un cuerpo referencial de la nueva institucionalidad que se espera dé respuesta a los compromisos adquiridos por el Estado de Chile, en distintos tratados internacionales, a partir de la ratificación de la Convención de los Derechos del Niño hace más de un cuarto de siglo.


Si bien es cierto ha habido avances importantes en la tramitación de algunos de dichos proyectos, la ley marco y fundamental sobre la cual se articulan ha evidenciado importantes carencias que permitan dar operatividad al sistema que pretende ser garante de los derechos de la infancia. La fragmentación de la estrategia legislativa ha puesto de manifiesto graves postergaciones como las de remitir a la tramitación del Sistema de Protección la realidad de los niños más vulnerados, suponiendo una lista de espera legislativa frente a la realidad del resto de la infancia, otra lista de espera que por situaciones de pobreza y exclusión deben enfrentar.


Es necesario que las candidaturas se pronuncien de manera contundente en estas materias. La postergación legislativa de los niños que requieren más protección transgrede un límite que no se condice con un Estado definido desde su constitución para esos fines, más aún  en el ámbito de la gestión resulta de la mayor gravedad que los poderes públicos no adopten eficazmente las medidas correctivas que pongan término con urgencia al actuar negligente  e incluso culpable, derivando en la muerte o el riesgo inminente de ella de miles de niños bajo el sistema de protección.


Precisamente una, sino la principal razón de la crisis ha sido el abandono de la intersectorialidad al sistema de Sename, que finalmente depende de la capacidad de articulación con los otros ministerios y que, como sabemos, han fallado rotundamente. Por esta razón, resulta preocupante  que no habiendo claridad ni evidencia respecto a los beneficios de establecer un margen de protección administrativa se esté avanzando en un marco legal que tendrá un trámite legislativo sin resolver materias fundamentales de operación. Un ejemplo de ello es la falta de acceso a cobertura de atención en salud física y mental para niños en grave riesgo.


Es en estos temas que esperamos que los candidatos encuentren un camino común para converger en soluciones que demuestren el compromiso del Ejecutivo en dar sustento a las acciones que tanto el Poder Legislativo como el Judicial han previsto desde sus ámbitos y que hasta el momento siguen siendo una deuda dolorosa con los niños más postergados y excluidos de Chile, donde debiera estar el fundamento del estándar ético de nuestra sociedad.


 


La entrada Infancia vulnerada: prioridad inexcusable aparece primero en La Tercera.

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Published on November 23, 2017 03:11

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Pedro Cayuqueo
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