Álvaro Bisama's Blog, page 206

April 4, 2017

Ciber seguridad (ll): Las preguntas del directorio

En la columna anterior, reseñamos las gravísimas consecuencias  económicas, comerciales y de imagen corporativa ocasionadas por el devastador ciber ataque que Target, el gigante estadounidense del retail, sufrió en 2013;  y cómo este episodio revela que una preocupación hasta entonces reservada a técnicos especialistas, se ha transformado en una inquietud que amenaza con poner en jaque la reputación y los activos de las empresas más sofisticadas del planeta.


Parte de la lejanía de estos temas con el mundo de los directorios se debe, en parte, a que los responsables de la seguridad informática hablan como nosotros, los economistas, con un vocabulario ininteligible. Pero la “incomprensión de lenguaje” no justifica que el directorio eluda estas responsabilidades. Tal conducta, por cierto irreflexiva e imprudente, tiene, al menos, dos caminos para ser corregida:  (a) asignar un director capaz de preguntar a los expertos y de transmitir (o traducir) a sus pares la información recibida; (b) delegar esta tarea en personas o comités específicos que indaguen la situación e informen al directorio.


Como en muchas materias donde el desafío es enorme, lo que importa al directorio es la certeza de que su empresa cuenta con sistemas de protección cibernética superiores a los tienen empresas similares, locales e internacionales, disminuyendo así los eventos de un ingreso furtivo.


El día a día consume las preocupaciones de la Administración -es bueno que así sea- pero descuida temas críticos cuya solución, desde la perspectiva del directorio, puede ser más simple de lo que muchos suponen: demostrar que la empresa está mejor preparada que empresas afines para prevenir los ataques cibernéticos, reaccionar con prontitud frente a ellos y enmendar sus efectos. Para ello, nada mejor que indagar y no darse por satisfecho hasta obtener respuestas tranquilizadoras. Propongo, a continuación, algunas preguntas que el directorios debe hacer:


 



¿Cuánto demoraría un buen hacker en vulnerar nuestros sistemas de seguridad? ¿Cuánto tardamos hoy en saberlo?
¿Qué hemos hecho antes, durante y después de esos ataques?
¿Cuántas veces nos han atacado y cuántos de esos ataques tuvieron éxito? ¿Qué entendemos por éxito?
Cundo fuimos hackeados por terceros no conocidos, ¿Cómo lo hicieron?
¿Monitoreamos el flujo de información que sale de la compañía?
¿Por qué debo creer que todo está bajo control? Compruébamelo para quedar tranquilo.
¿Quién es el responsable de comunicar la desvinculación de un empleado que cumplía funciones en el área TI u otras relacionadas? ¿Cuál es el protocolo que debe seguir?
¿Cuál es el plan de contingencia ante un ataque y quiénes sus responsables? ¿Cuántos simulacros hemos hecho y cuál ha sido el resultado? ¿Cómo medimos esos resultados?
¿Hemos contratado hackers que nos vulneren de manera inadvertida para medir nuestras debilidades? ¿Dónde y cómo han navegado? ¿Qué resultados han tenido?
¿Hemos educado a nuestro personal con respecto al tema?
¿Hemos testeado la disposición de los empleados a seguir los procedimientos? ¿Cuál ha sido el resultado? ¿Hemos insistido con aquellos “incontinentes”?
¿Cada cuánto tiempo adiestramos y chequeamos al personal con respecto a buenas prácticas?
¿Cómo prevenimos que el personal se abstenga de navegar por áreas de información interna que no le son pertinentes?

 


Hay dos tipos de compañías que han sufrido ataques cibernéticos: (1) las que saben que sus sistemas de seguridad fueron intervenidos por hackers; y (2) las que fueron intervenidas o lo están siendo, pero no lo saben. En el ejercicio de sus deberes administrativos y de gestión, el Gerente General y su Gerente de TI deben responder estas inquietudes corporativas y satisfacerlas, ahora con el respaldo y presencia proactiva de un directorio que asume estas tareas como prioritarias.


 


 


 


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Published on April 04, 2017 05:35

La reforma laboral que nadie quiere

Acaba de entrar en régimen la reforma laboral, pero por lo que podemos apreciar nadie se encuentra destapando botellas para celebrar. Por ahora, al menos, los mismos creadores de la ley agachan la cabeza y niegan la paternidad de una reforma que no dejó a nadie sonriendo.


Este cambio legislativo que, en sus inicios, prometía “modernizar” por completo el sistema de relaciones laborales en Chile, terminó por transformarse en un conjunto de cambios que en suma sólo generarán desbalance en la ponderación de los derechos de trabajadores sindicalizados, empleadores y no sindicalizados, cuestión que se recibe sin ninguna gota de euforia..


Es así como, el hecho de considerar como una práctica antisindical el mero otorgamiento a no sindicalizados de beneficios que no se consideren remuneración, como cheques restaurantes, reducción de jornadas y becas, si se estima por algún interesado que aquellos significa un desincentivo a la formación de un sindicato, afecta claramente la libertad individual de los trabajadores que no están sindicalizados a convenir con su empleador las condiciones de trabajo que estimen pertinentes.


Sin perjuicio de lo anterior, el no envío por parte del Ejecutivo de ley adecuatoria que reconociera expresamente a los grupos negociadores y la poco afortunada interpretación de la Dirección del Trabajo sobre la materia, precarizan la libertad de asociación de los trabajadores en orden a elegir la forma en que mejor les acomode negociar colectivamente.


Por otra parte, la nueva ley tampoco dejó satisfechas las ansias de poder desmedidas de la CUT y algunos sindicatos radicalizados de izquierda que pretendieron de alguna manera alcanzar un monopolio sindical y una afiliación prácticamente forzosa de trabajadores a sus organizaciones, toda vez que el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional y, por ende, eliminó del proyecto, toda disposición referida a dicha titularidad de la negociación colectiva, restableciendo dicho derecho en favor de los trabajadores.


Asimismo, los empleadores tampoco quedaron satisfechos en lo absoluto, pues la eliminación del reemplazo en la huelga y la forma en que se condicionan los servicios mínimos generó un gran desequilibrio entre lo que es el derecho a huelga de los trabajadores y el derecho de los empleadores de desarrollar actividad económica. Con la nueva normativa, pasamos de un extremo a otro, pues transitamos de permitir todo tipo de reemplazo externo e interno a un sistema extremadamente restrictivo, convirtiéndonos en el único país, junto con México, en tener este sistema a nivel OCDE.


Y como si no fuera suficiente, durante los seis meses de vacancia de la ley, la Dirección del Trabajo, ejerciendo su labor interpretativa de la normativa laboral mediante dictámenes, no se hizo cargo de despejar una serie de dudas e inconvenientes que se advierten en la implementación de la nueva ley, como es llenar ciertas lagunas legales y delimitar ciertos conceptos indeterminados.


Por lo visto, la reforma laboral más que ser un remedio a todos los males se convierte en un nuevo dolor de cabeza, no sólo para el Ejecutivo, sino que para todos los trabajadores y empleadores, quienes deberán desde ahora negociar atajando cuchillos en una pieza oscura.


 


 


 


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Published on April 04, 2017 05:30

Apuntes finales sobre Big Little Lies

1. Big Little Lies fue de menos a más, pero ese menos inicial era bastante mejor que muchas series. Era, después de todo, un “evento televisivo”, como los que le gusta hacer a HBO, tratando de arrancarnos de las garras de Netflix y obligándonos a servirnos semana a semana. Cuando no lo consigue con dragones y Jon Snow, HBO lo ha conseguido con series como The Night Of y, ahora, con una serie protagonizada y producida por una ganadora del Oscar, Reese Witherspoon, y su pandilla: Laura Dern, Nicole Kidman, Zoe Kravitz, Shailene Woodley.


2. Hay pocas series sobre mujeres. O sea hay, pero a veces no se adentran en lo que importa, o que interesa. Está Olivia Pope y Scandal y su versión teleserie de House of Cards, está Robin Wright en House of cards, pero rodeada de un mar de testosterona, están las de Ryan Murphy que es un creador que ama a sus mujeres, como a Sarah Paulson en American Crime Story o a Jessica Lange y Susan Sarandon en Feud. Está Carrie Mathison en Homeland y está Kerri Russell en The Americans. Pero el día a día, la amistad, la pelea chica y la grande, la maternidad, sólo están presentes en Girls, confinadas a la realidad de veinteañeras. Big Little Lies se presentaba como “los ricos también lloran”, pero terminó siendo una ventana a las interacciones femeninas adultas, a cómo se relacionan con los hombres en su vida y la tendencia casi genética que tenemos a convertirnos en hermandad, incluso cuando no nos caemos ni bien. A pesar de ser Big Little Lies una serie con arquetipos -la ejecutiva, la perfecta, la hippie-, su éxito demuestra que las mujeres queremos ver más historias de mujeres en pantalla, algo que cada cierto tiempo asombra a Hollywood pero es una obviedad. Como cualquier producto de cultura pop, necesitamos reflejos para sentirnos parte y dar sentido a lo colectivo.


3. Celeste: el personaje de Nicole Kidman quizás ha hecho más por las víctimas de violencia intrafamiliar que cualquier otro en la TV. En la pantalla chica, cuando una mujer es golpeada por su pareja, todo es negro o blanco y se vuelve artificial. La violencia no tiene grises: el personaje de Perry, el marido de Celeste, era un animal que eventualmente -como le dijo su terapeuta- terminaría matándola. Pero ella necesitaba, como muchas veces las víctimas necesitan, ayuda, fuerza y sobre todo convencimiento. Porque generalmente las víctimas han sentido amor por su pareja. Y tienen miedo. Y esas dos cosas juntas son difíciles, y explican por qué muchas mujeres se quedan con un abusador o, como Celeste, tratan de excusarlo una y otra vez. Son secuestros emocionales que pocas veces se retratan en la cultura pop, porque no tienen fácil resolución, y Big Little Lies encontró ahí su línea argumental más fuerte y, probablemente, un Emmy para Kidman.


4. La mejor Reese Witherspoon es la buena con alma de mala.


5. El final: y ahora los spoilers. Se veía venir que nuestro malvado abusador iba a recibir un castigo, porque Big Little Lies era una serie de mujeres y cómo estas se ayudan, se cuidan, se esconden cosas, se las cuentan, se odian, compiten, y se aman. La amistad femenina en sus múltiples caras, no excluyentes. Perry (Alexander Skarsgard), además resultaba ser el violador de la joven Jane. Quizás algunas decisiones del director eran cursis, pero acá estuvo muy bien manejada la tensión de no tener que explicitar lo obvio: ante el ataque del depredador, la manada femenina cerró filas, y sin importar quién fue la que lo empujó al vacío -¡Bonnie!-, se cubrieron las espaldas y siguieron adelante. Terminaron tomando vino en la playa, libres al fin.


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Published on April 04, 2017 04:42

April 3, 2017

Las tres guerras de Donald… y las que vienen

Es normal que los presidentes choquen contra sus opositores políticos y que tengan fricciones con otros países. También es usual, y muy sano, que los gobiernos y los medios de comunicación no se entiendan. O que los presidentes se enfrenten a la burocracia pública que, según ellos, no ejecuta con entusiasmo las políticas que ellos han prometido.


Todo esto es normal. Lo que no es normal es la diversidad, intensidad, peligrosidad y, a veces, la banalidad de los conflictos que origina el nuevo Presidente de Estados Unidos. Pero Donald Trump no es un gobernante normal.


Los presidentes suelen gozar de un periodo de alta popularidad al inicio de su mandato. Trump, en cambio, tiene el porcentaje de aprobación más bajo jamás registrado en estos sondeos de opinión.


Los intentos de hacer realidad sus principales promesas electorales están naufragando, afronta amenazantes investigaciones criminales contra miembros de su equipo -algunos de los cuales ya se han visto obligados a renunciar- y no logra llenar las vacantes que le permitirían tener una mejor gestión. Las filtraciones de información que salen de la Casa Blanca son incesantes. China está ocupando rápidamente los espacios de liderazgo mundial que Estados Unidos está abandonando y la Rusia de Putin se crece y trata de influir en las elecciones europeas tanto como lo hizo en las presidenciales americanas.


En vista de todo lo anterior, cabría pensar que Trump intentaría estabilizar la situación y construir alianzas. Pero el Presidente está haciendo todo lo contrario. En vez de conciliar, busca la confrontación; en vez de cerrar frentes de batalla está abriendo otros nuevos y en vez de unir está dividiendo. Estas son tres de las principales guerras internas de Donald Trump.

>La guerra contra su propio partido: Todas las formaciones políticas tienen facciones y el Partido Republicano no es una excepción. Sus divisiones internas impidieron que se aprobara la ley que desmantelaría la reforma sanitaria impulsada por Barack Obama. ¿La reacción de Trump? “Debemos pelear contra ellos”, refiriéndose a los miembros de su partido que no estuvieron a favor de su propuesta. También ha dicho que en las elecciones parlamentarias de 2018 promoverá candidatos que hagan perder la reelección a los congresistas que no lo apoyen. Las reacciones de los republicanos disidentes no se ha hecho esperar: “La intimidación no funciona”, “esas amenazas pueden dar resultados en la escuela primaria, pero nuestro gobierno no funciona así”… Si bien ambas partes harán esfuerzos por mostrar que han superado sus diferencias, la realidad demostrará que estas divisiones tienen efectos duraderos.

>La guerra contra las agencias de inteligencia. Los servicios de inteligencia de EE.UU. emplean a más de 100.000 personas que trabajan en 17 organizaciones diferentes. Si bien, en el pasado, han existido fricciones entre esta comunidad y la Casa Blanca, nunca antes el conflicto había sido tan fuerte como ahora. El Presidente Trump ha dicho que estas agencias son tan deshonestas como los medios de comunicación que diseminan noticias falsas. También las ha llamado “nazis”. Por su parte, las agencias de inteligencia emitieron un informe cuya conclusión es que el Kremlin influyó en las elecciones de EE.UU. y que Vladimir Putin tiene una clara preferencia por Donald Trump.

>La guerra contra la Reserva Federal. Esta guerra contra el Banco Central de EE.UU. aún no ha comenzado, pero se ve venir. A los presidentes les gusta que las tasas de interés sean más bien bajas, lo cual suele estimular el consumo, la actividad económica y el empleo. Pero si el déficit fiscal aumenta, el dinero en circulación también y los precios comienzan a subir, es deber del Banco Central aumentar las tasas de interés para mitigar los riesgos de una alta inflación y otros males económicos.


Estas tres son guerras internas, pero la pugnacidad de Trump también se manifiesta en las relaciones internacionales de su país. Y el peligro más grande es que sus derrotas domésticas lo motiven a buscar peleas afuera. No sería el primer líder de un país que usa un conflicto externo para distraer de sus problemas internos. Putin le puede dar lecciones sobre eso.


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Published on April 03, 2017 05:50

La teleserie previsional: mala forma y peor contenido

Los anuncios en materia previsional, que se han ido filtrando desde la mesa de conversaciones del Ejecutivo, se han tomado los titulares de los medios de comunicación. Lamentablemente, no porque sean soluciones técnicamente valorables, sino por los conflictos internos que trasuntan, las influencias de la llamada posverdad y lo más grave, por significar retrocesos en la solución del problema de fondo; mejores pensiones para todos los trabajadores.


El tema partió con el impasse de la Ministra del Trabajo, que adelantó uno de los anuncios  principales; el destino del 5% de cotización adicional, con su ya famosa frase, en la saga de la legendaria “retroexcavadora”; “ni un peso más para las AFP’s”. El Ministro de Hacienda reaccionó con disgusto, lamentablemente no motivado por lo equivocado del postulado, sino por la filtración antes de tiempo. El concepto detrás de esta frase es un claro tributo a la era de la posverdad, ya que involucra una opción que, en vez de favorecer a los trabajadores, los perjudica. Esto por dos razones; la primera es que si hay algo que ha funcionado bien en nuestro sistema previsional es la administración de los fondos por parte de las AFP’s, y la segunda es que si son éstas las que manejan la cotización, no habría ningún costo adicional para los afiliados -la comisión es un porcentaje del ingreso mensual del trabajador, no del fondo-, lo que no sería factible bajo cualquier otra alternativa. Pero la gravedad de estos dichos errados va más allá, por cuanto contribuyen en forma importante a la campaña de desinformación y mentiras en materia previsional que lleva ya varios años. Mal la podremos revertir si son los Ministros de Estado sus principales auspiciadores.


Tampoco es buena noticia que esa cotización adicional sea “con cargo al empleador”. Sabemos que eso es una ficción, y que finalmente se trata de un impuesto al trabajo formal, reconocidamente el más ineficiente y regresivo de los tributos ¿De qué magnitud es este impuesto? Utilizando los datos de cotizantes dependientes e ingreso promedio imponible actual, sería la nada despreciable cifra de US$ 3.700 millones anuales, equivalente a la mitad de lo que se esperaba recaudar con la reforma tributaria de 2014.


Sumándose a las malas ideas, sólo la mitad de esta cotización adicional iría a las cuentas individuales, y con el resto se crearía un mini sistema de reparto, que no por ser de menor envergadura deja de tener todos los problemas de ese esquema, cuando además la demografía juega claramente en contra. El resto iría supuestamente a las cuentas individuales, aunque sólo supuestamente, ya que al no ser heredable, de acuerdo a otra de las filtraciones de la mesa de conversaciones, no parece claro entonces el derecho de propiedad sobre los fondos. Esto, además de tener probables vicios constitucionales, genera un problema práctico entre el retiro programado, que tiene opción de herencia, y la renta vitalicia. Obviamente se genera un incentivo a optar por la segunda opción, que no estaría expuesta a expropiación en caso de fallecimiento.


Por último, el Ministerio de la Mujer y la Equidad de Género, contraviniendo su nombre, se ha manifestado en contra de ir igualando paulatinamente la edad de jubilación de hombres y mujeres, a pesar de que esta diferencia en la edad de retiro es la causa más importante para explicar la brecha en las jubilaciones de ambos.


En definitiva, con lo que se conoce hasta ahora, si finalmente el gobierno manda al Congreso un proyecto de ley de reforma previsional, pasaría a ser el broche de oro de las negativas reformas estructurales que nos está dejando de herencia.


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Published on April 03, 2017 05:27

Reflexiones sobre la democracia representativa en Chile

La democracia representativa es una alianza un tanto incómoda, así lo relata Hanna Pitkin (2004) en su ensayo del mismo nombre (an uneasy Alliance). La autora plantea que desde sus orígenes, la democracia consistió en un ejercicio político directo de los ciudadanos, que nace en la antigua Grecia, en que los hombres libres votaban y participaban en asambleas, sin cuerpos políticos intermedios. No obstante, para poder avanzar en eficiencia gubernamental las repúblicas modernas, decidieron incorporar la representación utilizada por las monarquías, quienes enviaban a sus representantes a cobrar los tributos a distintas partes de los reinos, a vigilar controversias y resolver asuntos de gobierno.


Tal como la conocemos en estos días, la democracia representativa en ciertas oportunidades tiende a sufrir tensiones (debe ser por este forzado matrimonio), por lo que el concepto de representación política ha sufrido fuertes cuestionamientos en estos tiempos.


Pitkin (1967; 2004) nuevamente nos entrega un marco analítico para poder encuadrar las distintas acepciones de un término tan complejo. Ella hace referencia particularmente a dos conceptos de representación: descriptiva y sustantiva, que vale la pena desarrollar, para intentar comprender los fenómenos políticos que están sucediendo en el Chile actual.


La representación descriptiva se refiere a que los representantes actúan basados en la conexión que poseen con sus grupos de electores y actúa en la lógica del reflejo/semejanza (espejo). En cambio, la representación sustantiva conlleva al ejercicio de la representación política por medio de la detección de los intereses ciudadanos, y se espera que el “representante actúe a favor del interés de los representados” (Pitkin, 1967).


Diversos estudios de opinión púbica han reflejado sistemáticamente el desgaste de los partidos políticos en Chile, particularmente en los últimos diez años, éstos han venido decayendo estrepitosamente, alcanzando en la actualidad su nivel de confianza institucional más bajo, el cual no supera el 3% (equivalente al margen de error de cualquier encuesta). Por lo que se podría deducir que los partidos tradicionales ya no representan a nadie.


En un contexto de desencanto y de desgaste de los cuerpos representativos convencionales, han emergido una serie de alternativas, como Revolución Democrática, Movimiento Autonomista/Izquierda Autónoma, y otros grupos de izquierda que lograron confluir en el denominado Frente Amplio. Por otro lado, al interior del Partido Socialista Fernando Atria dio un respiro al conservadurismo y ha obligado a que se retomen una serie de discusiones políticas, al parecer olvidadas, fortaleciendo a uno de los sectores más críticos al establishment, y que pese a la renovación de rostros, cabe destacar que siempre ha existido en esas filas.


El domingo recién pasado el Partido Socialista celebró sus elecciones internas. Para sorpresa de la opinión pública, pese a su aparente falta de musculatura política, logró convocar una cantidad similar de adherentes a votar, que en la polarizada elección de 2015, alcanzando por completo su proceso de refichaje en todos los rincones del país.


El escenario esta vez resultó algo extraño. En un escenario que se plantea como desgastado y con mucha crítica (a veces beligerante) contra del conservadurismo político y el statu quo que representan los/as mismos /as de siempre, la lista C Unidad Socialista, que hizo confluir a los sectores mayoritarios del Partido Socialista, excluidos Izquierda Socialista (sector de Atria), Osvaldo Andrade, Maya Fernández Allende y Gonzalo Durán, alcanzó el 20% de la votación, versus el 80% que obtuvo la lista continuista a la gestión de Isabel Allende.


Es de común conocimiento la capacidad de movilizar personas que posee el Partido Socialista. Después de este ejercicio electoral quedó demostrado que sigue siendo un partido con raíces sociales fuertes, y que justamente son esas bases las que entregaron un contundente apoyo a una propuesta “moderada”, y que prometía compactar al Partido Socialista, a modo de prepararse para la difícil contienda presidencial del presente año, en que puede pasar cualquier cosa.


¿Qué nos dice este resultado? Hoy en día es difícil pronosticar resultados electorales futuros. En un escenario de descontento social e inmovilismo ciudadano, en un contexto de alto fraccionamiento del sistema de partidos y dificultades de ordenamiento de las élites partidarias, por lo que es probable que pueda pasar cualquier cosa. Sin embargo, es preciso hacer un alto en este punto, pues hay dos hechos que permiten una reflexión mayor.


Es importante aclarar que por lo general, no se deben comparar elecciones de diferente naturaleza, por lo que se recurrirá a la elección municipal de 2016 sólo para ejemplificar.


La elección en la comuna de Valparaíso y el triunfo del Frente Amplio el 2016, contó con un 69% de abstención electoral, en que las personas que habitan los cerros y aquellas menos educadas, decidieron simplemente marginarse de la elección. El alcalde Jorge Sharp obtuvo su triunfo, no sólo por el respaldo de sus adherentes, también contó con los votos de la Nueva Mayoría y de la Alianza, particularmente de sectores más educados, quiénes cansados de una deficiente y clientelista gestión municipal, no vieron otra opción plausible que apoyarlo, situación que le permitió ganar, pero contrario a lo que se piensa, no logró movilizar a los desencantados, pues la comuna registra incluso 3% más de abstención que la elección de 2012. Es importante agregar también, que las elecciones municipales (para tener cuidado con las comparaciones), poseen desde hace algunos años mayor volatilidad que otras. Por lo que no resulta extraño que desafiantes hagan perder a incumbentes que llevan años en sus cargos (Luna & Altman, 2011).


 


El segundo hecho es precisamente lo que pasó con el sector de “izquierda” del Partido Socialista, que si bien logró movilizar personas, no pudo reclutar un número significativo de militantes que le permitiera disputar la hegemonía del aparente conservadurismo encabezado por Álvaro Elizalde.


Si pensamos entonces en el concepto de representación sustantiva, de sectores que se atribuyen la delegación de poder de las bases, será necesario detenerse a pensar y reflexionar sobre el posible éxito del Frente Amplio.


Beatriz Sánchez, sin duda es una de las figuras más atractivas en la carrera presidencial. Nadie dudaría jamás de su profesionalismo, franqueza y carisma, pero su grupo político si bien está aglutinando el enojo colectivo, la plantilla parlamentaria, ha sido poco estudiada, y procura crecer a costa de la Nueva Mayoría y no de la derecha. Situación que podría complicar los ánimos, encontrando reacciones beligerantes en su contra, por parte de sectores con quienes deberían tender puentes, en un Chile que requiere de transformaciones profundas. Obviando el componente de la representación sustantiva del pueblo, incluso sin formar parte de éste.


La ciencia política afirma que los electores, siempre buscarán situarse en posiciones intermedias, alejándose de la confrontación dura y radical en la arena política (teoría del votante medio), por muy mediática que sea la candidatura, los votantes tenderán a rechazar el conflicto, la confrontación y las posiciones extremas.


Será preciso observar entonces los acontecimientos en este convulsionado año electoral, que recién comienza.


Fuentes:


 


Luna, J. P., & Altman, D. (2011). Uprooted but stable: Chilean parties and the concept of party system institutionalization. Latin American Politics and Society53(2), 1-28.


Pitkin, H. F. (1967). The concept of representation. Univ of California Press.


 


Pitkin, H. F. (2004). Representation and democracy: uneasy alliance. Scandinavian Political Studies27(3), 335-342.


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Published on April 03, 2017 05:20

Proyecto de ley sobre la protección y tratamiento de datos: un avance necesario

En nuestra vida cotidiana, muchas veces no estamos conscientes de la cantidad de datos personales que diariamente entregamos a terceros, mediante el uso de aplicaciones en nuestro celular, la navegación que hacemos en internet o nuestros hábitos de consumo reflejados en una tarjeta de crédito, ni sabemos de qué modo se utiliza esa información. Con el fin de tener un regimen legal acorde a un estándar internacional que regule el tratamiento de dicha información, el pasado 13 de marzo finalmente se firmó el proyecto de ley que busca actualizar e introducir modificaciones sustanciales a la actual ley No. 19.628 “Ley Sobre Protección de la Vida Privada”, comúnmente llamada Ley de Protección de Datos.


Si bien aún es incierto si se logrará aprobar el proyecto antes que finalice este gobierno y si en dicho proceso el proyecto no sufrirá ulteriores modificaciones, es importante reconocer que se trata de un gran avance respecto a la ley actual. El mismo proceso pre-legislativo fue ejemplar, en cuanto se convocó a la sociedad civil, gremios y organizaciones no gubernamentales a participar en la elaboración del mismo. Se buscó consensuar posturas y recoger la opinión de quienes más saben del tema en el país. Algo digno de imitar, en un contexto legislativo que no se ha caracterizado por el diálogo o consenso.


Ahora bien, al analizar el fondo del proyecto, existen varios puntos destacables. Entre ellos, resalta la creación de una verdadera institucionalidad encargada en velar por el correcto tratamiento de los datos personales de los ciudadanos y el otorgamiento de facultades fiscalizadoras y sancionadoras, contra entidades públicas y privadas, contra violaciones a la nueva normativa.


Se solía decir que la gran falencia de nuestra ley anterior, era que “no tenía dientes”, refiriéndose a que no tenía adecuados mecanismos de fiscalización ni sanción, más allá del recurso de habeas data, rara vez usado. En contraste, el actual proyecto contempla  la creación de una Agencia de Protección de Datos, con autonomía y presupuesto propio, encabezado por un Director seleccionado por sistema de Alta Dirección Pública, el cual junto con velar por el cumplimiento de la norma, tiene entre otras misiones realizar acciones de difusión e información a la ciudadanía en relación al respeto y protección del derecho a la vida privada y a la protección de sus datos personales.


Respecto a la sanciones, éstas pueden llegar a ser considerables dependiendo de su gravedad.  Por poner un ejemplo, no disponer de una dirección de correo electrónico a través del cual los titulares de datos puedan dirigir sus comunicaciones o ejercer sus derechos conlleva una multa de 1 a 50 UTM. Infracciones gravísimas como comunicar o ceder a terceros, a sabiendas, datos personales sensibles sin el consentimiento del titular, puede significar una sanción de 5000UTM,  que podría llegar a triplicarse hasta los 15000UTM, si ha existido reincidencia.


Si bien algunos señalan que en regímenes comparados, en la práctica la mayoría de las sanciones efectivamente  aplicadas son de mucha menor magnitud, se hace necesario poner estas cifras en su contexto internacional. La Information Commisioner’s Office (ICO) la institución a cargo de velar por el cumplimiento de la Ley de Protección de Datos en el Reino Unido, el año pasado aplicó multas por un total de más de dos millones de libras esterlinas (1600 millones de pesos), incluyendo la multa individual más alta impuesta hasta el momento a una misma empresa en dicho país, 400 mil libras esterlinas (aproximadamente 320 millones de pesos). La Agencia Española de Protección de Datos ha impuesto multas, en los casos más graves, de hasta 300 mil euros (más de 200 millones de pesos).


En definitiva, la correcta protección de los datos personales de cada ciudadano es algo que en economías desarolladas es fuertemente fiscalizado. Dentro de nuestros compromisos legislativos al ingresar a la OCDE estaba justamente actualizar nuestra normativa a este nuevo estándar.


Otro rasgo destacable, que se contempla expresamente, es la coordinación con el Consejo de la Transparencia, organismo que tiene entre sus misiones velar por la transparencia de la información pública y el Derecho de Acceso a la Información Pública. Otra cara de la misma moneda, por lo que se busca tener una aproximación completa al tema de la información.


Las transferencias internacionales se contemplan en detalle, poniendo requisitos precisos para transmitir nuestra información a terceros países que no tengan un estándar adecuado para su tratamiento. Esto resulta particularmente importante en un contexto en que es común la tercerización de servicios, a países con costos menores pero sin el mismo nivel de protección legal.


Desde un punto de vista jurídico, resulta interesante destacar que si bien se mantiene la regla general que el titular de los datos debe entregar su consentimiento al tratamiento de datos, salvo excepciones, se detalla con precisión las distintas formas que puede tomar este consentimiento. Este puede tomar la forma verbal, escrito, por medios electrónicos o mediante un acto afirmativo que de cuanta con claridad la voluntad del titular. Lo importante es que sea una manifestación inequívoca. Sin duda esto aclara las dudas y dificultades que imponía el estándar anterior, de consentimiento previo informado y escrito, para el correcto funcionamiento de actividades que al momento de la redacción de la ley original no eran comunes, pero hoy forman parte de la vida diaria, tales como navegar por internet, compartir información por apps, ingreso a lugares de videovigilancia, etc.


Finalmente, cabe destacar que el mismo proyecto entiende que los cambios en nuestra legislación no pueden imponerse de manera repentina, por lo que establece un periodo de 48 meses, contados desde la entrada en vigencia de la ley, para adecuar la base de datos constituidas con anterioridad a la nueva normativa. La ley misma no entratrá en vigencia sino 13 meses después de su publicación, por lo que se ha tomado una decisión consciente de darle a los distintos actores la oportunidad de adecuarse al nuevo escenario.


En conclusión, se trata de un proyecto de ley que eleva nuestro actual estándar en la materia y obliga tanto a nuestros organismos públicos, como entidades privadas, a tomar consciencia del tratamiento de nuestra información, algo que hasta la fecha ha sido subestimado tanto por nuestras autoridades, como por la ciudadanía.


 


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Published on April 03, 2017 04:59

Pesada mochila

EL VERDADERO drama de un mal gobierno es la pesada mochila de ineficiencia y mala gestión que los ciudadanos sienten día a día en su vida cotidiana. Lamentablemente, la actual administración ha batido récords en el último mes y los chilenos tienen dudas e incertidumbre sobre la solución a sus problemas… Y a veces mucha rabia.


Hoy las personas tienen el legítimo derecho a dudar de la capacidad de reacción del gobierno frente a futuras catástrofes. Lo vimos en el verano, cuando en una comedia casi surrealista el gobierno le ponía todo tipo de obstáculos a la llegada del Supertanker a Chile, la misma aeronave que luego era aplaudida a su paso por las zonas afectadas por incendios. Hace pocos días pudimos conocer mails y WhatsApp que revelan cómo la burocracia de la Conaf dilataba la llegada del avión, insistiendo en que no servía para Chile. Qué equivocados estaban.


También hace pocos días, el duro reclamo del Contralor al atraso del nuevo plan de descontaminación del gobierno nos permitió conocer una noticia que habían hecho pasar piola: la restricción a los vehículos catalíticos facturados antes de septiembre de 2011, anunciada con bombos y platillos para mayo de este año, deberá ser postergada para 2018. La noticia se conoció sólo 32 días antes de que debiera comenzar la restricción, cuando ya muchos chilenos habían hecho el esfuerzo -quizás con crédito- de renovar su auto anterior a septiembre de 2011 para eximirse de la restricción.

Y suma y sigue.


Hoy los padres de familia de los sectores más vulnerables tampoco saben si sus hijos podrán acceder a la gratuidad en el futuro, pues vemos cómo varias universidades anuncian que podrían retirarse del sistema, ahogados por el déficit de recursos que comienzan a arrastrar. La gratuidad universal no sólo era una promesa que no se podía cumplir, sino que ahora varios rectores piden no seguir avanzando -al sexto decil comprometido- en las actuales condiciones. Hoy un santiaguino no sabe cuánto se va a demorar en llegar a su casa: subieron los tiempos de espera del Transantiago y la duración de los viajes (sin hablar de la evasión, en su máximo histórico, de 35%). La peor política pública de nuestra historia simplemente no mejora. Hoy los chilenos tienen miedo a perder su trabajo y ven con preocupación cómo sube el desempleo (6,4%), siguen cayendo los empleos estables (se perdieron 120 mil empleos asalariados en un año), con contrato y previsión, y la opción que queda es trabajar por cuenta propia (crecieron 131 mil), muchas veces en la calle. Hoy los esforzados dueños de pymes literalmente transpiran para tratar de entender la reforma tributaria…


Es por esto que la mayoría del país quiere un urgente cambio de rumbo: no resisten que se sigan postergando las definiciones y soluciones a los acuciantes problemas que los afectan. El Gobierno puede tratar de cambiar de tema, puede usar todas sus redes sociales para intentar atacar a quien figura como la mejor carta para la presidencial 2017, el ex Presidente Piñera. Pero los chilenos no son tontos y no se van a dejar engañar. El país sabe y ha vivido en carne propia los costos de una mala administración y ahora quiere un buen gobierno, preocupado de los problemas reales, se sus problemas.


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Published on April 03, 2017 01:13

Apuestas del PS

EL PS ha despejado una traba en su camino a las elecciones de fin de año. La “consulta” se había convertido en eso. Llegaba cuando la sociedad y otros partidos ya habían clarificado suficientemente sus opciones. Los precandidatos del PS habían quedado fuera del visor ciudadano.


Pero solo ha dejado atrás la decisión de no decidir. Ahora deberá elegir entre dos candidatos ya en carrera: Lagos y Guillier. Ambos abajo en las encuestas, ambos ligados a otros partidos de la coalición. La decisión implica, un esfuerzo arduo de repechaje y un lazo de cercanía mayor con uno u otro partido aliado, al cargar la balanza en ruta a las primarias.


No es una opción fácil. Será entre el candidato que hoy pierde por menos y aquel que hoy pierde por más. Pero también entre un candidato frágil y vulnerable para los tiempos más exigentes que le esperan; que solo hace suyo vaguedades, apuntando a aquello donde más calienta el sol de los votantes; y un candidato que contiene propuestas de futuro en tiempos donde la actual obra de la coalición cosecha un rechazo abrumador. Todo esto, mientras asoma por la izquierda de la coalición el canto de sirenas de otra izquierda naciente que denuncia a la Nueva Mayoría como un conjunto de vaguedades que camuflan su indiferenciación con la derecha; o sea, la repetición del diseño de Valparaíso en la pugna entre DJ Mendez y Sharp. PC y PS son las canteras de votos del Frente Amplio.


Si la Nueva Mayoría gana con Guillier, será un gobierno que prolonga la agonía de la misma coalición. No tiene contenidos nuevos que la rejuvenezcan; solo consignas ad hoc nacidas de un seguimiento ansioso de las encuestas. Tampoco cuenta con respaldo sólido para gobernar. Guillier no es de las filas de ningún partido importante de la Nueva Mayoría y estos, en ese trance, privilegiarán su campaña parlamentaria, porque de la fortaleza de su bancada dependerá su peso relativo futuro. Ahora, si Guillier pierde, como hoy ocurriría – la suma de las preferencias por precandidatos de la Nueva Mayoría es superada por la suma de aquellos de Chile Vamos – el ajuste de cuentas en la coalición será feroz. Apostar al oportunismo no habría servido. El Frente Amplio recibirá un goteo más intenso de la izquierda de la coalición, mientras la DC deberá decidir qué hacer.


En cambio, con Lagos, gane o pierda la coalición, se tendría a futuro una centroizquierda con propuestas para el Chile que viene; o un legado de gobernabilidad seria y exitosa, en vez de la gobernabilidad mala y rechazada que caracteriza hoy a la Nueva Mayoría a ojos de la ciudadanía.


Una palabra adicional. El PS tiene en José Miguel Insulza una figura que puede ser clave en un parlamento más ingobernable. La experiencia y destreza reconocidas de Insulza darían al PS, como gobierno u oposición, un liderazgo de peso en esta etapa que se anuncia difícil. No debe derrocharlo.

Veremos si la puesta PS será por sus principios, sus valores, su identidad de largo plazo o por el sacrificio de ellos en aras de un continuismo de mal pronóstico y triunfo también discutible.


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Published on April 03, 2017 01:00

¿Y si postergamos?

ESTA PREGUNTA intuyó la Presidenta Bachelet a días de poner en marcha el Transantiago. Sin duda una pregunta difícil, a sabiendas que el gobierno de Lagos no había cumplido con la infraestructura mínima para las velocidades requeridas por el modelo troncal-alimentador. Existía además un informe de Fundación Chile advirtiendo que la tecnología de cobro y control de flota no estaría listos. Más aún, los operadores entrarían a las calles sin las mínimas garantías; habiendo asumido enormes compromisos financieros para comprar buses-oruga, terrenos para terminales, contratación de choferes y otras condiciones exigidas.


Pocos advertimos públicamente esta situación, y es probable que antes de ponerse colorada, en mente de la Presidenta primaron los consejos de Hacienda del costo político-económico de postergar, o el optimismo mesiánico de Transportes en que la carga se acomodaría durante el viaje. La historia se juega en esos minutos estelares, momentos en que la intuición, el criterio y la experiencia ponen a prueba los liderazgos. Sin duda la fallida implementación de Transantiago cambió para siempre la historia del país y la vida en la capital.


Hoy nuevamente nos vemos enfrentados a un momento crucial, tal vez no tan crítico como hace 10 años, pero sin duda relevante respecto al futuro. En los próximos meses caducan las primeras concesiones de un tercio de los servicios de Transantiago, oportunidad que permitiría cambiar las reglas del juego y pensar en el transporte público que nos acompañará hasta mediados del siglo XXI. Lamentablemente, la contingencia, lo apremiante de los plazos y los síntomas de captura regulatoria cegaron las capacidades del exministro Gómez-Lobo para pensar en una licitación innovadora o realmente competitiva. En este contexto, las señales por parte de la nueva Ministra Paola Tapia de revisar las bases de licitación, incorporando temas tan fundamentales como un plan antievasión, -paradójicamente omitido por su antecesor-, dan espacio para preguntarse nuevamente: ¿Y si postergamos?


Lo que se ha adelantado de las bases de licitación, indica que estarían delineadas para perpetuar por 12 años más el mismo Transantiago que tenemos hoy, con buses del siglo XX. Si bien se exigiría que la flota cuente con al menos 1 bus de bajas emisiones, o la extensión por 2 años más a quienes propongan buses alternativos, no existen incentivos reales para dar un golpe a la cátedra y jugársela por un Transantiago del siglo XXI, con toda la flota de buses eléctricos o híbridos. De hecho, el polinomio tarifario, si bien plantea como factor de pago la calidad de servicio (y de los buses), incorpora elementos como el valor de los combustibles, mantención y vida útil de la flota que son radicalmente distintos entre buses eléctricos o diesel, favoreciendo a éstos últimos.


Muchos contribuyentes estaríamos a favor de aumentar el subsidio al Transantiago si el gobierno da una señal potente con tecnologías de futuro: buses eléctricos limpios, silenciosos, que mejoren la experiencia de los usuarios, reduciendo la evasión y la contaminación ambiental y acústica para Santiago. Si se postergó la restricción vehicular, todavía estamos a tiempo de postergar también la licitación del Transantiago, aprovechar está segunda oportunidad y hacer las cosas bien para cambiar la historia.


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Published on April 03, 2017 00:10

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Álvaro Bisama
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