Álvaro Bisama's Blog, page 189

April 27, 2017

El reto de la DC

MUCHO MÁS que la reelección o la pérdida de algunos diputados es lo que se juega la DC en su decisión de esta semana. Ha llegado a un punto de su historia en el que debe adoptar ciertas definiciones esenciales: si está dispuesta a ser una fuerza política autónoma, con perfil reconocible, o se resigna a ser arrastrada por la inercia de la mescolanza; si quiere transmitir un mensaje propio a los chilenos, o se somete a la lógica del pragmatismo/oportunismo que está tan en boga; si acepta que le tomen examen de progresismo a cada rato, o defiende sin complejos sus señas de identidad.


Por razones de sobrevivencia, la DC necesita terminar con los equívocos respecto de los valores que la mueven y las causas que la comprometen. Será determinante su visión sobre el futuro del país después de una experiencia de gobierno tan insatisfactoria como la de estos años. La DC recibió un ultimátum de la Nueva Mayoría -no habrá pacto parlamentario si la DC no va a la primaria oficialista-, lo cual es revelador de la crisis terminal de la coalición. Lo que exigen en el fondo es que Goic acepte ser derrotada legalmente por Guillier, y que luego quede obligada a respaldarlo. “Sean amables y acepten suicidarse”, es la propuesta. El dato rotundo es, sin embargo, que si la DC no concurre a la primaria oficialista, vendrá un remezón político fuerte.


La NM tiene defectos de fábrica. Ello está ilustrado por el hecho de que en su seno han convivido hasta hoy los simpatizantes de los gobernantes de Cuba y Venezuela junto a quienes solidarizan con los perseguidos por ellos. Las diferencias se refieren a la valoración de los derechos humanos, la adhesión a la cultura de la libertad, las concepciones sobre el funcionamiento de la economía, el papel del Estado y la iniciativa de las personas. Cuesta imaginar que la NM consiga proyectarse en otro gobierno.


El asunto crucial es si la DC será capaz de defender su lugar bajo el sol, lo que no es contradictorio con la disposición de dialogar y establecer acuerdos con otras fuerzas. Si se deja amedrentar y cede ante la coacción, quienes simpatizan con ella dudarán de apoyarla. Si finalmente se ve obligada a presentar su propia lista al Parlamento, tendrá una oportunidad de recuperar votos que había perdido y de ganar otros.


El reto de la DC es romper con la servidumbre binominal y levantar la voz con firmeza. La candidatura de Goic puede constituirse en noviembre en una opción de voto para muchas personas, de diversas sensibilidades, que quieren gobernabilidad y reformas bien concebidas, y que no quieren votar por Guillier ni por Piñera.

Esa candidatura podría favorecer la confluencia de socialcristianos, socialdemócratas y liberales de centro en una plataforma que ofrezca a Chile una vía de progreso real. Lo primero es dejar atrás este período de confusión y palabrería, en el que las consignas no han dejado pensar bien.


Hay momentos en que lo realista es atreverse a dar un paso difícil. La DC necesita hacer camino al andar.


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Published on April 27, 2017 02:30

Mauricio Redolés

RECONCILIACIÓN, justicia, perdón, impunidad, consenso… eran las palabras que definían, que le daban forma, a la transición. Por la prensa nos enterábamos de que se encontraban restos de ejecutados en Pisagua. Y en el Patio 29 aquí en Santiago. También del contrabando de armas, de los cheques al hijo de Pinochet y de la oficina que se creó para desactivar a los que lucharon contra la dictadura y luego empezaron a robar bancos. Los mensajes nunca eran directos. Iban envueltos en sonrisas (Aylwin) o bien eran pachotadas disfrazadas de dichos populares (Pinochet).


Pero por debajo de las noticias estaba la vida. La vida en el barrio, en las oficinas, en las universidades, en los centros culturales y en los galpones donde incluso se insinuaba algo parecido al destape. Mauricio Redolés siempre estuvo allí, atento a la vida. Supo tomarle la temperatura a esos días en que el futuro era indisociable de un pasado gangrenoso. Porque la transición, como salta a la vista en su espléndida antología El estilo de mis matemáticas, era caminar hacia delante mirando hacia atrás, a los que se quedaron en el camino.


Uno de ellos fue Gaete, protagonista del poema (y canción) más popular de Redolés, “¿Quién mató a Gaete?”. El coro postula que puede haber sido el copete o el carrete, pero entre medio de los versos se filtran otras versiones. Podría ser el Mamo o la Sudamericana de Vapores, lo que remite al Golpe, pero al mismo tiempo se informa que pudo morir en un campo de “con-cer-ta-ción”. O quizás fue el sida, el Fondart, un operador de Codelco… En ese clima que ya es noventero, hay una sola certeza: Gaete “no cachó los nuevos vientos”.


Cuesta encontrar un antecedente literario de Gaete. De pronto hay que ir al cómic, a la revista Trauko y su saga “Checho López”, sobre un funcionario que tras perder su empleo empieza a degradarse.

En el prólogo a El estilo de mis matemáticas, Yanko González emparenta a Redolés con Pezoa Véliz, el primero en darle espacio a los pobres diablos, a los perdidos, como el protagonista de su poema “Nada” y también como Gaete y Checho López. Redolés y Pezoa Véliz tienen el mismo aliento popular y la actitud punk, al punto de que parecieran rechazar la formalidad de la letra impresa. Para muchos durante la transición, Redolés era antes que nada un músico, así como a fines del siglo XIX Pezoa Véliz leía sus versos en el mercado con el seudónimo de Juan Mauro Bío-Bío.


Esta antología permite fijar, en el mejor sentido, una obra híper dispersa e inencontrable. Lejos de la transición y de las tocatas en las que Redolés era número fijo, sus versos multiplican los significados y mantienen intacta la carga de rebeldía y ternura que distingue a los poetas eternos. Basta con citar “Ropavieja”: “Cuando uno deja ropa vieja como trapero, pongamos el caso de un pijama, luego es como trapear con los sueños. O si es la ropa de alguien que se fue de la casa, es como trapear con la ausencia. Y si es tu vieja camisa es como trapear con el recuerdo de ti mismo. Trapear con ropa vieja es trapear con sueños muertos”.


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Published on April 27, 2017 02:25

April 26, 2017

Un triste espectáculo

Las primarias están en la cuerda floja. Ninguna de las dos grandes coaliciones políticas ha logrado ordenar sus filas hasta el momento. Esto ha generado una serie de rencillas internas, a vista paciencia de la gente. Para muchos estos impases políticos no son más que un triste espectáculo. Pues generan la sensación de que la clase política está más preocupada de resolver sus propios problemas que los de la gente. Quienes ponen trabas a las primarias, y generan esta lamentable sensación, tienen nombre y apellido.


Por un lado, las primarias de Chile Vamos están en duda por culpa expresa de Sebastián Piñera. Mientras que Felipe Kast y Manuel José Ossandón ya inscribieron sus nombres, el expresidente aún no ha hecho lo suyo. Por otra parte, las primarias de la Nueva Mayoría están con freno a mano por encargo de Carolina Goic. Mientras que su principal contrincante, Alejandro Guillier, ha gritado a los cuatro vientos su intención de inscribirse, la Senadora ha sido en el mejor de los casos enigmática.


Parte del objetivo de tener primarias reguladas por la Ley es precisamente para evitar espectáculos como estos, donde los partidos y los candidatos ventilan sus problemas internos en la plaza pública. De hecho, las primarias funcionan bastante bien para reducir la frecuencia e intensidad de estos impases, al incentivar a los partidos a contrastar ideas y limar asperezas en casa. A su vez, sirven para que los partidos puedan escoger a los mejores candidatos, al someterse al escrutinio de sus votantes más fieles.


Quizás para los partidos tiene sentido sacar la calculadora y el mapa para tomar decisiones, sobre todo en época de elecciones. Después de todo, existen con el objetivo ulterior de ganar elecciones. Pero para la gente el debate de ir o no ir a primarias no solo es innecesario, pero además es redundante. Para ellos la imagen de los políticos hablando de política todo el día solo sirve para reafirmar la idea de que le están haciendo el quite a los problemas reales. Entre otras cosas, esta forma de hacer política sirve para potenciar la desafección con la clase política.


Ante esta sensible bifurcación lo ideal sería que todas las coaliciones que tengan a más de un precandidato presidencial simplemente se sometieran a primarias para definir a sus abanderados. Pues en lo material, para la gente tiene poco sentido ver a Piñera constantemente desconociendo las invitaciones de sus compañeros de coalición, y a Goic diariamente calculando su probabilidad de derrocar a sus socios históricos. Para la gente éstas situaciones solo confirman la intuición de que los políticos son parte del problema y no de la solución.


A pesar de que hay evidencia que sugiere que a nivel individual a Piñera y a Goic les podría ir mejor si se saltan las primarias, también hay algunas razones que invitan a pensar que les podrían ser útiles. Es más fácil verlo con Piñera, quien lidera en la derecha. Si se somete a primarias, el expresidente puede matar a dos pájaros de un tiro: primero, sacar de carrera a sus dos contrincantes más importantes, y segundo, legitimizar su intención de ser el candidato único de todo el sector. Dado que ganaría las primarias caminando, debiese ser una decisión fácil.


Para Goic este cálculo es más complejo, pues la Senadora busca llevar a la Democracia Cristiana por una senda que le devuelva la independencia y autonomía de su época de gloria. A ésta visión romántica se contrapone una visión la pragmática, que sugiere que ir a primarias es el mejor camino. En efecto, sumando y restando pareciera que la segunda opción es mejor, pues es la única forma de mantener a la coalición de centroizquierda unida, y minimizar la probabilidad de victoria de Piñera. Dado lo que está en juego, debiese ser una decisión fácil.


Esta contraposición, entre lo romántico y lo pragmático, es lo que dificulta la decisión de Goic. Pues ir a primera vuelta significa privilegiar lo romántico por sobre lo pragmático e ir a primarias implica favorecer lo pragmático por sobre lo romántico. Si suponemos por un segundo que el objetivo de Goic es mantener la unidad de su coalición, reducir la probabilidad de que esa misma coalición pierda en la elección presidencial, mientras repara (en la medida de lo factible) la fe de la gente en la política por el solo hecho de someterse a primarias, no debiese ser una decisión difícil.


Las primarias son positivas para la democracia, e incluso podrían ser beneficiales para todos los involucrados, mediando algunos costos. No someterse a primarias solo profundiza la desafección con la política, lo que eventualmente podría transformarse en un sentimiento anti-sistema más permanente. Las visiones individualistas de Piñera y Goic podrían dañarles en el largo plazo. Si insisten en su travesía, el primero podría generar un problema innecesario con sus dos rivales más importantes y la segunda podría llevar a la DC a una debacle electoral de proporciones épicas.


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Published on April 26, 2017 06:00

Igualdad de remuneraciones

Desde hace ya varios años surge de manera intermitente la vieja discusión acerca de la necesidad de igualar remuneraciones entre hombres y mujeres.


Muchos gobiernos y organismos internacionales han abogado por disminuir la brecha salarial basada en razones de género, proponiendo mecanismos de incentivos a la contratación y leyes relativas a dicha discriminación.


Chile no ha quedado atrás en la materia. Actualmente, contamos con una ley sobre igualdad de remuneraciones que, en términos sencillos, reconoce expresamente este principio de “igualdad” basada en género para trabajadores que realicen “un mismo trabajo”, consagrando, de igual manera, criterios diferenciadores basados en capacidad, calificación, idoneidad, responsabilidad o productividad.


Cada vez son más las mujeres que ingresan al mercado laboral, superando hoy el 47,4% y la brecha entre hombres y mujeres se ha ido acortando paulatinamente. Mientras a mediados del siglo pasado las trabajadoras ganaban, en promedio, la mitad de un hombre, hoy la diferencia ha disminuido, alcanzando en promedio un 20,6%, la cual se da principalmente en mujeres con mayor calificación profesional. Estas cifras no son para celebrar, pero sí son esperanzadoras.


Un nuevo proyecto de ley se está debatiendo hoy en el Senado, el cual plantea que la igualdad remuneracional no sólo debe relacionarse con el mismo trabajo, sino que debe apuntar a “trabajos de igual valor”, criterio del todo ambiguo que, por consecuencia procesal, implicará que la Dirección del Trabajo y los Tribunales, intervengan en la política salarial de cada empresa y que de manera discrecional se cuantifique el trabajo de cada trabajador aunque realicen funciones distintas con distintos grados de responsabilidad y capacitación.


La experiencia nos ha demostrado que la “igualdad por decreto” no es la solución a una problemática social como ésta. La evidencia está sobre la mesa, ahora el desafío pendiente es cómo combatimos este problema desde las políticas públicas. No siempre las leyes prohibitivas son la solución a los problemas y es tiempo que nuestras autoridades apunten a algo más.


Los esfuerzos para alcanzar salarios más equilibrados entre hombres y mujeres debieran ir por una política integral que cuide los equilibrios entre una adecuada educación tanto a empleadores como a trabajadores, una moderada protección en temas relacionados a discriminación, la remoción de muchas barreras que encarecen la contratación -como es el sistema actual de salas cunas y la rigidez de los fueros maternales-, pero también incentivando la contratación femenina mediante programas de capacitación y mayor flexibilidad en el trabajo.


Todo mercado laboral es perfectible, pero dicha perfección no se alcanza mediante más regulación y encarecimientos de costos que, por rebote, sólo provocan mayor rigidez y más trabas. El secreto está en moderar la regulación, bajar barreras e incentivar. Sólo así mejoraremos la situación de las mujeres en este sensible y complicado mercado laboral.


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Published on April 26, 2017 06:00

Prioridades en la información de logros de aprendizaje

La Agencia de Calidad de la Educación ha anunciado que este año se entregarán los resultados Simce en conjunto para todos los niveles, un objetivo importante que es necesario valorar. Si bien no todos los establecimientos tendrán la capacidad de analizar el importante volumen de datos con la misma precisión, más información ayuda a los establecimientos y sostenedores a tomar mejores decisiones.


Es interesante, además, notar que la Agencia de Calidad de la Educación está volviendo a dedicarse a las labores que le encarga la ley y no a otra cosa. Vamos por parte.


En primer lugar, esta institución demoró dos años, con complicidad del Ministerio de Educación, en publicar la clasificación de los establecimientos educacionales según mandata la ley. Esto llama la atención, porque la clasificación de los establecimientos es una manera mucho más justa de evaluar los colegios que el Simce. Incluye elementos como la formación ciudadana, el clima escolar, la equidad de género, además de considerar el nivel socioeconómico de los estudiantes, una de las críticas centrales al Simce. ¿Por qué la Agencia demora el acceso de las familias a esta herramienta, que a todas luces es mejor que el Simce?


En segundo lugar, además de tardarse en cumplir la ley, lo ha hecho de manera incompleta. Por ejemplo, tanto la “amplia difusión” como la comparación entre establecimientos que la Ley 20.529 considera es dificultada por el sitio web que utiliza la Agencia para la publicación de la clasificación. La ley es explícita al indicar que para padres y apoderados “se incluirá información sobre los establecimientos de la misma comuna y de comunas cercanas” (Art. 20). Sin embargo, el portal actual solo permite ver promedios comunales y algunas estadísticas, pero dificulta considerablemente la comparación: se espera que el apoderado sepa el nombre de todos los colegios con los que quiera comparar y debe ingresarlos y visualizarlos uno a uno. De seguro la informática permite un sistema más práctico, transparente y adaptado a las necesidades de los padres. No se entiende la tendencia de la Agencia de Calidad por descuidar el espíritu de la ley.


En tercer lugar, a través de glosas de la Ley de Presupuestos del Sector Público 2017 (algo que parece ser ya una tradición) el gobierno ha deformado la labor de la Agencia de Calidad. Por ejemplo, se le ha dado una tarea “formativa” que la ley no le otorga, desviando recursos de su labor evaluadora. Además, se ha limitado el uso de la información, su formato de publicación y, para colmo, se ha pretendido desautorizar el Plan de Evaluaciones (atribución que reside en última instancia en el Consejo Nacional de Educación) prohibiendo el Simce de 2° básico. Todo lo anterior es lamentable, y muestra cómo el Ministerio de Educación ha desdibujado la lógica del Sistema de Aseguramiento de la Calidad. La Agencia debe dejar de distraerse en labores propias de los establecimientos, como la evaluación de aula, y dedicarse a lo que la ley le exige.


Uno esperaría, en realidad, que el Ministerio se dedique a aplicar a cabalidad la ley, aunque no sea del agrado de las autoridades políticas de turno. La prueba siguiente serán las visitas de orientación de los establecimientos educacionales de Desempeño Insuficiente, que se acaban de anunciar (es de esperar que los padres de los estudiantes que asisten a esos establecimientos hayan sido informados, según mandata la ley). Aunque uno no debiera, dados los antecedentes vale la pena recordar: los informes deben ser públicos.


 


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Published on April 26, 2017 05:50

Renacer de la política

SE DICE que la política está desprestigiada, y es verdad. Pero como lo que viene después de la política es la violencia o la tecnocracia (o una mezcla de ambas, al estilo de la orwelliana 1984), resulta claro que debemos dedicar todos nuestros esfuerzos a volver a prestigiarla. ¿Por dónde podemos partir en esta tarea titánica? No tengo recetas mágicas, pero sí puedo hacer una constatación elemental: la gente de nuestro tiempo no se apasiona con los discursos, quiere ejemplos, necesita ver que los ideales no se hallan solo en los libros, sino en personas de carne y hueso.


Afortunadamente para nosotros, esas personas existen. Reparemos hoy en dos figuras que en estos días han vuelto a ser recordadas: Patricio Aylwin, a un año de su muerte, y Renán Fuentealba, que acaba de cumplir 100 años. A veces estuvieron en posiciones distintas, pero tienen en común la coherencia, un valor que hoy escasea y cuya ausencia es una de las causas del malestar de la política.


¿Cómo no recordar esos difíciles momentos en el más célebre de los discursos de don Patricio, cuando ante un Estadio Nacional lleno de gente nos llamó a “restablecer un clima de respeto y de confianza en la convivencia entre los chilenos, cualesquiera que sean sus creencias, ideas, actividades o condición social, sean civiles o militares”?  Y ante las rechiflas de muchos no se amilanó, sino que clamó con fuerza: “Sí señores, sí compatriotas, civiles o militares: ¡Chile es uno solo! ¡Las culpas de personas no pueden comprometer a todos! ¡Tenemos que ser capaces de reconstruir la unidad de la familia chilena!”.


Pocos eran entonces capaces de darse cuenta de la importancia de esas palabras valientes, que pusieron las bases para que tuviéramos una transición a la democracia que en todo el mundo se reconoce como un éxito. Pero en ese momento él no estaba esgrimiendo una carta triunfadora, porque era más fácil y popular dejarse llevar por el rencor y la venganza. Comprometerse con la paz requiere en ocasiones una gran dosis de valentía, como la que tuvo en los Estados Unidos John Adams, su segundo Presidente, que puso en juego todo su prestigio político para evitar que la naciente república entrara a la guerra entre Francia e Inglaterra. Finalmente logró su propósito, pero eso le costó el no ser reelegido. Don Patricio buscó un Chile para todos, y por eso es capaz de constituir un ejemplo perdurable.


Lo mismo cabe decir de Renán Fuentealba, tres veces presidente de la DC, parlamentario por largos años, también intendente y que, sin embargo, es capaz de trabajar como uno más en la Municipalidad de Coquimbo. Esa disposición a subir y a bajar, a estar donde lo necesiten, aunque no sea un lugar rutilante, es una muestra de grandeza.


Coherencia en sus vidas públicas y privadas. Jugados por su visión humanista cristiana. Fiel reflejo como nos recordó el padre Felipe Berríos en la inauguración de la Fundación Aylwin, que a veces se gana, perdiendo.


Don Patricio y don Renán: dos ejemplos para tener en cuenta en los próximos días, cuando comience la Junta Nacional de la DC, si de veras se busca intentar un renacimiento de la política.


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Published on April 26, 2017 05:29

Ley de educación superior

EL GOBIERNO presentó una indicación sustitutiva al proyecto de Educación Superior, donde excluyó artículos que serán materia del reglamento. Ello pudiera acelerar el trámite, pero como el camino reglamentario es peligroso cuando la ley es imprecisa, el beneficio de la agilidad no puede hacerse a costa de claridad y certeza.


La indicación contiene avances, como por ejemplo mantener la autonomía de la CNA y hacer obligatoria la acreditación para todas las instituciones. En las carencias, el proyecto es desbalanceado. Una ley de educación superior que se proyecte debe concebir al sector técnico profesional (TP) como parte integrante del sistema, vinculándole al sector universitario. Las instancias de trabajo que hoy tiene el sector TP con el Mineduc y el sector productivo (Consejo de Educación TP), son significativamente mayores a las que nunca tuvo. Sin embargo, se requiere una instancia en que el sector universitario y el TP trabajen juntos con el Estado y potencien ahí complementariedades que hoy poco se dan. Peor aún, la indicación no corrige la exacerbación de nichos dentro del sector universitario (pertenencia al Cruch), y el anuncio del proyecto de universidades estatales genera otro, sin que la frontera de esos nichos sea la calidad.


Desde la perspectiva de lo TP, la mayor debilidad de la indicación es en lo que no está. No hay una norma que termine la discriminación en contra de la naturaleza y continuidad del estudio TP. Hemos visto una creciente presión de gremios, que ahora se ha traducido en un proyecto de ley con suma urgencia, que dispone de nichos protegidos a “carreras de exclusividad universitaria”. La reglamentación en base de calidad y su supervisión adecuada hace innecesaria y profundamente negativa esta ola de diferenciación, sin fundamento en la calidad, único impulsor de una ley con promesa de futuro.


En el mismo sentido, el proyecto mantiene la limitación del desarrollo de los alumnos hacia estudios de posgrados, incluso aquellos propios de la naturaleza TP. Terminar con esta limitación requiere una homologación del título profesional TP a la licenciatura universitaria, que valide para efectos de continuidad de estudios las trayectorias diferenciadas existentes. Ello permitiría que los egresados TP accedan a una infinidad de posgrados propios de su naturaleza, y al financiamiento de Becas Chile, un programa que para los alumnos TP hoy es excluyente.


Finalmente, la indicación sustitutiva elimina una fuente de financiamiento para inversión y desarrollo que contenía el proyecto original y que si bien no estaba solo asociada a las instituciones TP, no las excluía. El futuro del sector TP requiere de un despegue significativo de instituciones de calidad mundial, equivalentes a los politécnicos finlandeses, canadienses, entre otros, para que innoven en sus métodos de enseñanza, mejoren sus ambientes de aprendizaje, innoven en sus prácticas docentes, y para que califiquen a sus profesores. Todo ello requiere de recursos y de una mirada diferente a la que ha prevalecido en Chile, que le exige muy poco al mundo TP, que erróneamente espera de ellos lo que de universidades masivas, en parte por desconocimiento, en parte por historia, pero en gran parte por no darse el tiempo de verificar el potencial que tiene el sector TP como camino único de educación e impacto social.


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Published on April 26, 2017 05:27

¡Alejandro, por Dios!

TODOS TENEMOS algún pariente o amigo inclinado a hacer comentarios inoportunos, lo que en buen chileno denominamos “meter la pata”. Es natural que los niños sean propensos a incurrir en estos desaciertos, principalmente porque todavía no son capaces de distinguir los distintos tipos de relaciones sociales y suelen repetir ante terceros lo que han escuchado en la intimidad de su hogar o, también, porque carentes de la información mínima hablan ingenuamente de aquello que no saben. De allí el viejo adagio popular que reza: “los niños y los curados dicen la verdad” o “dicen leseras”, agregaría yo.


Esto se me vino a la cabeza cuando leí que, en el aniversario del PS, el candidato presidencial de la NM criticó “las fuerzas voraces de las transnacionales que explotan a nuestra gente”. ¿En qué estaba pensando  Guillier para decir un anacronismo de ese tamaño? Esta frase sobre las transnacionales está tan fuera de época, que es algo así como colocar un legionario romano en una película sobre la guerra del golfo. Con todo, el punto va más allá de la anécdota que, en sí misma, es bastante folclórica; pero políticamente merece una segunda reflexión.


Está claro que al candidato Guillier le cuesta dar con el tono adecuado para expresar sus mensajes. En la medida que crece el ambiente de campaña, y se ve forzado a hablar, este tipo de equivocaciones se acumulan a una velocidad inesperada para alguien que fue “rostro” en los medios de comunicación. Haber deducido que, porque sabía hacer las preguntas, sabría elaborar las respuestas fue un error de los dirigentes de la Nueva Mayoría que se hace más evidente, en la misma medida que, con el transcurso de las semanas, se vuelve más irreversible.


El caso es que, al mismo tiempo que él nos entretiene con sus “Guilliericosas”, Beatriz Sánchez avanza a paso firme, con bastante carisma y un discurso bien articulado, tan punzante como empático. Es hora que todos los que estamos “al lado de acá” del Frente Amplio nos empecemos a preocupar, porque los días en que los partidos y coaliciones tradicionales tenían una posición sólidamente asentada pasaron. Basta mirar las elecciones en Francia. Y varias otras, por cierto.


El Frente Amplio no es comparable a MEO, aquí hay un proyecto político bien articulado, por lo que la votación que obtenga su candidata está muy lejos de ser un mero accidente puntual.  La posibilidad de que, con esa falta total de talento que está mostrando, Guillier genere las condiciones para dejar a la NM  tercera en noviembre ya no es ciencia ficción. Por último, aunque claramente un resultado así aseguraría el triunfo de Piñera, proyectaría hacia el futuro el clima de incertidumbre que existe en nuestra sociedad. Eso tampoco es bueno para un eventual gobierno de la centroderecha.


Los líderes del pacto gobernante ya cometieron la barbaridad de destruir la coalición de centroizquierda que los precedió. Reducirla a despojos en el lapso de cuatro años sería un verdadero récord. Al menos podrían estar atentos a las metidas de pata de su candidato y, cual mamá avergonzada, gritarle: ¡Alejandro, por Dios! Cada vez que sea necesario.


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Published on April 26, 2017 05:25

Terremoto albo

Colo Colo se mareó, en una semana se derrumbó lo que había construído. Lo peor de todo es que fueron grietas internas. Se pasaron de giles. Desde afuera nadie les lanzó la bomba de Trump. Hoy los archirrivales ni inflan lo que dicen. La U de Hoyos está en su mundo de paz y la UC en la Libertadores. El resto que pelea el título se dedica a jugar.


Los blancos se sacan los ojos en la elecciones declarándose amor después de tener un odio profundo (Mosa-Monsalve). Aparece la renovación urgente de Paulo Garcés como si fuera Ley de la República. Explota Pablo Guede declarando en contra del árbitro Eduardo Gamboa porque le dirigió el partido con San Luis (no le cobró un penal a Rivero y ojo se salvó del penal que cometió Paredes). Aníbal Mosa declara que Colo Colo es de izquierda, siendo que en el último tiempo desfilaron por la mesa del directorio de Blanco y Negro Sebastián Piñera, Gabriel Ruiz Tagle, Hernán Levy y Leonidas Vial, personajes claramente de derecha, salvo que el mapa político se haya cambiado por los temblores de estos días.


Se recita con total naturalidad la cifra de 18 millones de dólares que debe recaudar el Club Social para quedarse con las acciones de Mosa en cinco años, como si fuera tan simple cobrar los derechos de formación, conseguir auspicios y hacer una colotón.


Para terminar se escucha al fondo tímidamente la voz de Jaime Pizarro, quien después de perder una elección dice que lo más importante es la institución. Esperé más liderazgo (tal vez ingenuamente) de un tipo que ganó todo en Colo Colo y que en el momento de crisis declara políticamente. Así están, a cuatro fechas de terminar el torneo. Se patean la cabeza ellos mismos y no se dan cuenta que son punteros.


Además, pareciera que en toda esta crisis el único culpable fuera Paulo Garcés. A él lo crucifican, como si fuera el único que juega. Se ha equivocado harto. Errores notorios para un equipo grande y en una posición tan expuesta. Ha sido responsable en resultados claves y hoy no está en su verdadero nivel. Ser arquero es enfrentar todo solo, es un mundo único, es la soledad absoluta. Te equivocas y te matan con furia o te elevan a la categoría de ídolo. Lo que no comprendo es que lo abandonen. No hablo del discurso público, sino del apoyo que importa, en la cancha.


En Quillota, Garcés en vez de puñetear el balón intentó colgarse de él, se le escapó, falló, pero Ignacio Lara, el que convirtió el gol, estaba solo. Nadie lo marcó. Campos quedó impávido y estaba a un metro de la jugada. De eso hablo. ¿Por qué no se critica las pocas ocasiones de gol que se generó Colo Colo? ¿Por qué no se analiza la rapidez que que se perdió la forma de jugar?.


Paulo Garcés, a ti te digo ya que te tengo respeto, tápate los oídos, dedícate a jugar, olvídate de tu representante, del futuro contrato, de los gritos que te matan, tu misión es una: atajar.


Pablo Guede, a ti te digo, ya que te considero un gran entrenador, vuelve a tu raíz, dirige y calla. Disfruta tu mejor versión, que es en la cancha, planifica partidos y refleja tu sabiduría. El Guede que patalea y alega todo está para la liga y no para un grande de Chile. 


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Published on April 26, 2017 05:00

La barbarie latinoamericana

Actualmente en Venezuela, hay 11 militares como ministros en diversas carteras del gobierno como Justicia, Agricultura, Pesca, Vivienda, Alimentación, Obras Públicas y Energía. El carácter militar del régimen chavista es indiscutible en ese sentido. Mal que mal, su creador y principal líder, Hugo Chávez era un coronel. Por ejemplo, en 2005 y ya siendo gobernante, Chávez creó mediante un decreto un cuerpo militar especial, el comando general de la Reserva Nacional, con autonomía presupuestaría y que obedecía directamente al presidente. Además, mediante tal decreto Chávez recuperó su rango soldadesco, perdido al ser dado de baja en 1992 cuando hizo su fallido golpe militar. Pero no lo recobraba como coronel, sino como comandante en jefe de las fuerzas armadas venezolanas. Porque con esa medida, Chávez unificó el rol de presidente con el grado de comandante militar. Una sutileza no menor, que sin embargo, contraviene la necesaria sumisión del poder militar al poder civil en cualquier democracia decente. Porque aunque Chávez perdiera la presidencia en una elección, seguiría siendo comandante de las fuerzas armadas venezolanas ¿Les suena eso?


En el fondo, Hugo Chávez tenía mentalidad de regimiento, igual que un Pinochet o un Franco. De hecho, su primera acción pública no fue una campaña electoral sino un golpe de Estado. Ya como presidente, democráticamente electo, Chávez siguió, sin embargo, pensando con la bota militar. Por eso, frente al sutil proceso de militarización venezolana, en 2005, Andrés Oppenheimer advertía: «si Chávez hace la mitad de lo que dice, su reestructuración de las fuerzas armadas -y su distribución de armas a civiles- será una traba formidable a la democracia en Venezuela, no importa cuánto tiempo esté Chávez en el poder, ni quién lo suceda». Y lo reemplazó Maduro, quien siguiendo la mentalidad militar de Chávez, en 2013 hablaba de conformar su gabinete al modo de estados mayores. En 2014, asignó a los militares la distribución de alimentos. Hoy ya viste de militar inclusive. Eso aunque, como diría Étienne de la Boétie, es solo un hombrecillo que ni siquiera ha husmeado una sola vez los campos de batalla.


Como una burlona paradoja, días atrás, Nicolás Maduro anunció su plan para expandir la Milicia Nacional bolivariana a 500.000 miembros. El proceso estaría a cargo del general Vladimir Padrino López, quien es ministro de Defensa desde 2014. Posteriormente anunció la implantación del “Plan Zamora” para hacer frente a la supuesta amenaza de golpismo, supuestamente incitado desde Washington. Dicho plan iniciaría su fase verde, según Maduro, lo que implica que toda la estructura militar, policial y civil del Estado venezolano este movilizada. ¿Contra quién? Contra los civiles; los propios venezolanos.


Si alguno pensó que América Latina había dejado atrás el lastre del militarismo y las dictaduras militares, Venezuela hoy nos recuerda todo lo contrario.


Sin embargo, la izquierda latinoamericana, tan reacia ―supuestamente― a las dictaduras, sobre todo militares, es condescendiente con esta situación. Incluso muchos de sus líderes parecen apoyar tal proceso de clara extensión de la lógica de los cuarteles, es decir, de la militarización  de la vida civil venezolana. Es más interesante aún porque hay evidencia de sobra para asumir que en Venezuela se está cumpliendo el sueño húmedo de cualquier dictador militar latinoamericano, de derecha o izquierda, el de poder convertir un país en un cuartel. Tal condescendencia se explica por un detalle que Chávez tenía, era un promotor del socialismo. Pero lo que la izquierda parece obviar es que esa misma adhesión explica el proceso de militarización y dictadura que sufre hoy Venezuela. 


Porque lo cierto es que en su afán por instalar el socialismo del siglo XXI, Chávez pensó como militar y no como un demócrata. Porque su fuerza militar creada por decreto no era ni será algo distinto a las SS de Adolfo Hitler o las camisas negras de Mussolini. Porque su proyecto nacional Simón Bolívar de 2007 no apuntaba a otra cosa que poner a la economía y la vida social venezolana bajo el mando de los militares. Es decir, buscaba convertir a Venezuela, no en una gran fábrica como soñaba el déspota de Lenin, sino en un gran regimiento. Porque en el fondo, digámoslo con honestidad, la aspiración de crear una economía socialista, centralmente planificada, es aspirar a crear una economía militarizada. Por ello, la pretensión socialista siempre ha terminado siendo el camino hacia una economía basada en el racionamiento, que liquida el pluralismo democrático e impulsa la implantación de una dictadura, donde los ciudadanos deben enrolarse como tropa o sufrir la persecución. ¿No es eso acaso lo que ocurre hoy en Venezuela? Sí. Y aquello no es producto de la acción de la oposición ni del imperialismo, como aluden los socialistas y chavistas, sino del intervencionismo del gobierno y de la pretensión de llevar la seguridad de los cuarteles a la vida civil. Es decir, de convertir Atenas en Esparta.


Al socialismo latinoamericano no le gustan las botas militares, salvo que estas apoyen sus regímenes aplastando cráneos de opositores al socialismo. En otras palabras, su rechazo a la intromisión de militares en la política no está fundada en una ética democrática sino instrumental. La solidaridad de los pueblos parece estar condicionada a la adhesión ideológica. Es triste ver que el respeto por los derechos humanos más básicos y el pluralismo democrático, este supeditado a criterios espurios. El silencio de líderes y políticos latinoamericanos frente a lo que ocurre en Venezuela es realmente asqueroso.


Sin embargo, lo anterior no exime a las derechas del continente. Porque la barbarie latinoamericana tiene relación con que aún se siente pasión por el militarismo. Porque pocos lo rechazan de manera tajante, como una intromisión ilegítima del poder militar en los asuntos civiles y políticos. Esto, que parece obvio, no lo es tanto si consideramos que tanto derechas como izquierdas, parecen obviar aquello y ver con buenos ojos diversas dictaduras militares o militarizadas. En otras palabras, de la boca para afuera, muchos se quejan del azote de la bota militar contra los cráneos. Pero todo cambia según el color del uniforme que acompaña a la bota y según la mollera que sufre. Así, la barbarie continental es que los líderes siguen aceptando botas militares y dictaduras, siempre y cuando los uniformados estén de su lado. Con desazón debo decir que creo que Latinoamérica no ha abandonado el lastre del militarismo, la noción del caudillo, del líder decidido y sin contemplación. Y todos lo esperan y avalan, silenciosamente, sean de derecha o izquierda. Pero claro, por qué habría de extrañarnos, si en el fondo lo que se rechaza muchas veces no es la dictadura militar en sí, sino ciertas dictaduras militares.


La entrada La barbarie latinoamericana aparece primero en La Tercera.

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Published on April 26, 2017 04:39

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Álvaro Bisama
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