Hugo García Michel's Blog, page 88
May 19, 2019
De gansos, maromas y chamucos
Aunque me incliné por ver el partido León-América (el León ya es finalista y va contra Tigres), de pronto me estuve asomando al Canal 22 (para ver de qué se trataba
Me canso ganso
y de paso ver los primeros cinco minutos del programa
El chamuco
que ya pasa en el 22 y en TV UNAM) y a las diez al Canal 11, en el que se estrenó una cosa llamada
La maroma estelar,
conducida (es un decir) por Hernán Gómez. Mi conclusión es que ser zalamero hasta la ignominia, incluido el escribir canciones de amor para AMLO, sí reditúa y que el dinero de los impuestos sirve para que los más lambiscones del régimen reciban presupuesto y seguramente buenos sueldos para ser las nuevas estrellas de la 4T en los medios públicos (¿por qué no lo intentan en los medios privados y pelean por el rating? No, perdón, esa es una idea fifí: mejor la seguridad que les da papá gobierno siempre y cuando lo sigan alabando). Ahora, por ejemplo, John Ackerman tiene programas en TV UNAM y en Once TV, seguro con muy buena paga en ambos, y Gibrancito va que vuela para ser el nuevo Carlos Monsiváis, en el sentido de que es el ajonjolí de todos los moles con sus siempre confusas, somníferas e insoportables opiniones (Gibrán fue anunciado hoy por Facundo 2 como colaborador fijo en
La maroma estelar
). No duden que pronto se incorporen a las tres televisoras entes más delirantes aún, como Lord molécula, La atleta keniana, El ranchero caliente y el Chapucero. Pobre país.
Published on May 19, 2019 21:50
May 16, 2019
Autorretrato colectivo (y exacto)
Published on May 16, 2019 13:52
May 15, 2019
Cambio de términos, mismo significado
Published on May 15, 2019 20:33
May 14, 2019
IDEPURO
Cuando escuché que en su mañanera de hoy AMLO anunció la creación del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado (¿IDEPURO?) pensé que era una nota falsa, un chistorete más de los que acostumbra. Pero no: lo declaró en serio. Ojalá incluya la devolución por parte de los gringos de la mitad del territorio mexicano que se robaron, con todo y Hollywood (en la foto, la reacción de la tía Roberta al enterarse de tamaña ideota).
Published on May 14, 2019 13:05
May 13, 2019
SD y DPR
A Cayo Julio César le gustaba ser llamado Supremo Pontífice y Dictador del Pueblo Romano. Se podría adaptar el nombre e incluirlo en un nuevo artículo de la Constitución. Seguro Mario Delgado, Martí Batres y Ricardo Monreal gustosos se encargarían de lograr los votos necesarios para su aprobación en las Cámaras. ¿Cómo ven? ¿Lanzamos la propuesta?
Published on May 13, 2019 16:32
May 12, 2019
¿Quién será?
Published on May 12, 2019 12:06
May 11, 2019
Cámara húngara: Morena y la casita de los horrores
Toda casa tiene una o más plantas. La lúgubre casona de Morena posee dos: la planta baja y la planta alta, pero también hay en ella un sótano bastante descuidado que despide los más fétidos hedores. En cada una de dichas plantas, como en dantescos círculos del infierno, habitan diferentes personajes, una colección de seres que parecen arrancados del teatro del absurdo de Ionesco y del teatro esperpéntico de Valle-Inclán. Así, grotescos esperpentos, extravagantes adefesios y ridículas estantiguas constituyen buena parte de la insólita y chocarrera galería de entes que conforman la fiel e incondicional (cuando menos hasta el momento) corte de los milagros que rodea al presidente Andrés Manuel López Obrador. Veamos a algunos de quienes viven en cada uno de los niveles de tan peculiar y contrahecha edificación. 1. Empecemos por la planta alta. Ahí se encuentran los privilegiados e influyentes del régimen, personajes cercanos al líder que ocupan diversas posiciones dentro de la nomenklatura morenaica. Entre ellos hay nombres tan discutiblemente conspicuos como los de Yeidckol Polevnsky, Martí Batres, Gerardo Fernández Noroña, Epigmenio Ibarra, Jesús Ramírez, Jenaro Villamil, Rafael Barajas, Sanjuana Martínez, Tatiana Clouthier, John Ackerman, Irma Eréndira Sandoval, Paco Ignacio Taibo II, Manuel Bartlett, Octavio Romero, José María Riobóo, Javier Jiménez Espriu, Rocío Nahle, María Elena Álvarez-Buylla, Layda Sansores, Dolores Padierna, René Bejarano, Mario Delgado, Armando Guadiana, Napoleón Gómez Urrutia y, last but not least, Elba Esther Gordillo. Como diría el filósofo Pompín Iglesias en uno de sus más paradigmáticos apotegmas: “¡Qué bonita familia!”. 2. En la planta baja se encuentra gente de menor importancia, de reducida cuantía, pero que realiza una labor empeñosa a pesar de su proverbial medianía y su estridente grisura. Se trata sobre todo de jóvenes que, de no haber ganado su jefe las pasadas elecciones de julio, ni en sus sueños más húmedos habrían alcanzado el grado de exposición mediática del que hoy gozan sin más merecimiento que su abierta y desatada lambisconería. Son como voceritos lacayunos que tratan de explicar y justificar los yerros que un día sí y otro también comete Su Alteza Serenísima. ¿O es que alguien con dos dedos de frente cree que si AMLO no hubiera arribado a la presidencia, individuos tan opacos y fanatizados como Gibrán Ramírez, Hernán Gómez, Antonio Attolini, Abraham Mendieta o los increíblemente anodinos muchachos y muchachas defensores de la 4T que aparecen en programas como
Punto y contrapunto
, de Foro TV, tendrían la efímera y relativa fama de que gozan hoy día? Son una obvia imposición oficialista. 3. Finalmente, en los sótanos llenos de penumbra y sordidez se hallan unas criaturas viscosas cuya simple existencia se asemeja a una pésima broma y que han ido surgiendo al calor de la mediocridad informativa que fomenta la posverdad obradorista. Me refiero a ese inenarrable muestrario entomológico que conforman los llamados “youtubers de izquierda”, quienes de izquierdistas tienen lo que Donald Trump posee de amor por los inmigrantes mexicanos. Sujetos inenarrables a los cuales periodistas como Julio Hernández (alias “Julio Astillero”) han bendecido y dado cobijo, al considerarlos como “las nuevas voces” del periodismo mexicano (y no lo dijo a manera de sarcasmo). De ese modo, los sótanos (y las cloacas) de la casa morena están infestados de seres como “El chapucero”, “El quesadillero”, “El charro político”, “El caporal”, “El mariachi ninja”, “La oro sólido” y otros por el estilo, con un discurso rastrero y primitivo, aderezado con un maniqueísmo galopante. Cuentan con miles de seguidores en YouTube, es cierto, pero eso no habla de su calidad como informadores u opinadores, sino del analfabetismo político de quienes cerrilmente los toman en serio (hace poco, varios de ellos se unieron para rendir homenaje a quien consideran un guía, un gran pensador y un intelectual lleno de luces: nada menos que el inefable Alfredo Jalife. Con eso queda dicho todo). A estos vloggeros los acompañan, en las catacumbas de la casona, los seudo periodistas paleros que se sientan todos los días en las primeras filas de las conferencias mañaneras del presidente y a los que la sabiduría popular ha bautizado con sobrenombres como “los locos Adams”, “la keniana”, “el ranchero caliente”, “la gordita del fleco”, “lord molécula”, etcétera. Caricaturescos ejemplares de una fauna supuestamente reporteril que es como el fruto de una pesadilla de la cual el país no puede despertar. Al final, tras revisar los nombres y sobrenombres de los personajes que habitan los dos pisos y el sótano de la casa morena, sólo se me ocurre formular una pregunta, ingenua si se quiere: ¿qué mente perversa y delirante fue capaz de realizar semejante casting?
Published on May 11, 2019 18:13
May 7, 2019
Ni hablar
Nada que decir, nada que justificar. El Liverpool desapareció al Barcelona y mereció el resultado. Messi no existió; Jordi Alba estuvo fatal; Coutinho..., en el intrascendente papel de Coutinho; ni siquiera Ter Stegen pudo salvarnos. Equipazo el de los Reds de Jürgen Klopp y gran lección de futbol. Y qué decir de ese público: conmovedor hasta las lágrimas. Ni siquiera me siento triste ante tal demostración. Al contrario. Ojalá mañana gane el Ajax, puede ser una final de ensueño.
Published on May 07, 2019 14:57
May 4, 2019
Cámara húngara: El Partido Conservador
Un día sí y el otro también, durante sus inefables conferencias mañaneras, el presidente de la República insiste en la existencia de un imaginario Partido Conservador que se conjura en su contra para atacarlo y tratar de debilitarlo. Obsesionado con su acartonada y maniquea visión de la historia de México, que parecería fruto de sus lecturas de las cartografías que venden en las papelerías, el primer mandatario ha dividido al país en dos bandos y de esa manera de ver las cosas parten todos sus juicios y, sobre todo, sus prejuicios. Se trata de un punto de vista basado en una bipolaridad histórica que proviene de la segunda mitad del siglo XIX, cuando en el país existían dos bandos políticos que se disputaban el poder: el Partido Liberal, de corte progresista y pro estadounidense, y el Partido Conservador, de corte ultramontano y pro europeizante. Esa visión divisionista de la historia mexicana fue la que se nos enseñó a muchos por medio de los libros de texto gratuitos, en los años en que gobernaba el PRI como partido prácticamente único. En ella, se nos decía que había dos clases de personajes históricos: los héroes buenos, broncíneos e impolutos y los villanos malvados, impíos y de mala entraña. Cuauhtémoc en oposición a Cortés, Morelos en oposición a Calleja, Juárez en oposición a Maximiliano, Madero en oposición a Díaz, etcétera. No había matices, no había zonas grises, los liberales eran los buenos-buenos y los conservadores eran los malos-malos. Mucho ha avanzado la historiografía mexicana por fortuna y hoy día cualquier historiador serio no toma en cuenta esa partición absurda que, sin embargo, continúa imperando en buena (o mala) parte del inconsciente colectivo. Hidalgo y Zapata siguen siendo considerados como personajes prácticamente perfectos, mientras que a Iturbide o Miramón se les adjudica toda clase de vicios y maldades. Esta visión priista de la historia de México, en su versión más burda y reduccionista, es la que ha adoptado Andrés Manuel López Obrador y es la que pregona cuando trata de dar lecciones en sus mítines o en sus diarias conferencias mañaneras. Por supuesto, él y su partido (en ese orden) pertenecen al lado bueno, al lado liberal, izquierdista y progresista (aun cuando los hechos no los avalen), mientras que a sus adversarios (como gusta llamarlos) los ha englobado del lado malo y derechista y los denomina, satisfecho, como el Partido Conservador. Las preguntas que surgen entonces son: ¿existe en México tal partido? ¿Todos aquellos que no están de acuerdo con la manera de gobernar o desgobernar de López y Morena son por necesidad conservadores? Ambas cuestiones se responden solas y cualquiera con un mínimo de inteligencia sabrá resolverlas. Lo importante aquí es más bien preguntarse qué debe hacer ese cada vez más amplio sector de la ciudadanía que se opone al obradorismo y sus cotidianos dislates. Resulta claro que los partidos políticos de supuesta oposición a Morena se encuentran debilitados, desconcertados, desorganizados, algunos incluso al borde de la inanición y la quiebra. No hay en este momento un sólo partido capaz de reunir a quienes rechazan al actual gobierno, a pesar de la urgencia, cuando menos a mediano plazo, de constituir una oposición organizada. ¿Por dónde vendrá esta? Difícil saberlo. Aún no surgen organizaciones civiles y mucho menos líderes capaces de encabezar esa labor que poco a poco se vuelve más ingente (increíble que a escasos cinco meses de gobierno ya se vuelva urgente una oposición). Los políticos de siempre carecen de la necesaria presencia y el indispensable prestigio que se requiere para liderar un movimiento de esta envergadura. No dudo que con el tiempo empiecen a surgir nuevas caras o que de las inevitables divisiones y defecciones del morenismo aparezcan quienes se opongan al líder máximo. Por el momento, la inteligencia y la paciencia son los elementos principales que yo veo para el surgimiento de una verdadera oposición al régimen, el cual no tardará en comenzar a fragmentarse por los sectarismos de siempre y porque Morena está constituido por corrientes absolutamente disímbolas y hasta contrapuestas que, tarde o temprano, entrarán en conflicto y lo harán de manera cada vez más virulenta. Al tiempo, como suele decirse. El Partido Conservador imaginado por la febril y delirante mente de López Obrador no existe. Una o varias oposiciones en ciernes, en cambio, ya están ahí, cuando menos en estado larvario. Dejemos que surjan de manera natural. Hagámoslo con inteligencia, hagámoslo con paciencia.
Published on May 04, 2019 19:48
May 1, 2019
Declaración de principios a principios de mes
Published on May 01, 2019 12:08
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