Hugo García Michel's Blog, page 172

October 7, 2016

Marvin Pontiac / Legendary Marvin Pontiac (2000)

Marvin Pontiac, el legendario bluesero que nunca existió. Inventado por John Lurie (The Lounge Lizards), Pontiac no es sino el alter ego (con detallada biografía incluida) que empleó el excéntrico músico para realizar este estupendo y oscurísimo disco con un blues bastante lascivo y enigmático. Si Pontiac es un personaje ficticio poco importa. Su música resulta más que real, aunque sólo se encuentre en este disco de (supuestos) éxitos.

Mejor tema: “I’m a Doggy”


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 07, 2016 21:00

October 6, 2016

¿Quién es Quién?

Y Eric Burdon anunció a los cientos de miles de asistentes: “Con ustedes The Who, un grupo que va a destruirlos en más de una manera”.
  Año 1967. El hoy legendario festival de música en Monterey, California, se acercaba a su término. Era la última noche, la del 18 de junio, y había dos cartas para cerrar con espectacularidad la primera gran celebración del hippismo norteamericano: Jimi Hendrix y The Who. Era necesario tomar una decisión al respecto y aquello olía a conflicto, sobre todo porque los integrantes del cuarteto británico, con Pete Townshend a la cabeza, habían escuchado rumores acerca de lo que Hendrix estaba preparando: una actuación en la cual tocaría a impresionante volumen, haría uso de toda clase de efectos e incluso destrozaría instrumentos. En una palabra, Townshend y compañía se sintieron plagiados, ya que si por algo eran conocidos era precisamente por tocar al más alto volumen y terminar sus presentaciones en medio de un caos lleno de humo, estridente ruido de feedback y la destrucción de sus instrumentos.
  En un principio pensaron en negarse a salir a escena, pero los organizadores del festival lograron persuadirlos de que lo más justo era echar a la suerte quién cerraría el evento. Una moneda al aire lo decidió. The Who sería el penúltimo grupo y Hendrix se llevaría la gloria de clausurar el histórico acontecimiento. Aunque se pusieron furiosos y furiosos salieron al escenario, Pete Townshend y sus compañeros Roger Daltrey, John Entwistle y Keith Moon pronto se dieron cuenta de que había sido lo mejor. Al aparecer ellos primero, podrían realizar su acto y el creador de “Purple Haze” tendría que inventar otra cosa para no quedar como un simple imitador.
  Y así fue. Esa noche The Who tocó como pocas veces, con una ira desbordada que dejó atónito a un público habituado a todo, menos a esa violencia escénica. En especial, Townshend se mostró como un verdadero matarife y no estaba fingiendo. Acostumbrado durante sus actuaciones a la potencia de sus amplificadores Marshall, el guitarrista se sintió frustrado porque aquella noche sólo contaba con unos modestos Vox que no reproducían sus salvajes acordes con el debido volumen. Por eso, luego de interpretar “Substitute”, “Summertime Blues”, “Pictures of Lily”, “A Quick One, While He’s Away”, “Happy Jack” y “My Generation”, culminó esta última clavando una y otra vez, como balloneta, el brazo de su guitarra contra las bocinas, mientras Daltrey giraba espectacularmente su micrófono en el aire y Moon hacía estallar bombas de humo desde su batería, al tiempo que pateaba los tambores y lanzaba al piso los platillos. Aquello era un espectáculo inédito para los “alivianados” espectadores creyentes del peace and love y el flower power.
  A pesar de su histórica actuación en Monterey, The Who no pudo evitar que Jimi Hendrix fuera la estrella no sólo de la noche, sino del festival entero. El de Seattle tocó como nunca hasta entonces y convirtió su acto en una provocadora ceremonia ritual llena de magia, energía y sensualidad, cuyo momento cumbre llegó cuando roció su guitarra de gasolina y le prendió fuego para luego dejar el escenario convertido en ruinas. Además, Hendrix sí pudo usar amplificadores Marshall…

(Casi medio siglo después de aquella noche turbulenta, The Who –o sus dos sobrevivientes: los extraordinarios Pete Townshend y Roger Daltrey– se presentará en el Palacio de los Deportes de la Ciudad de México, el 12 de octubre próximo)

(Mi colaboración de este mes en mi columna "Comunicación interrumpida" del periódico cultural La Digna Matáfora que dirige Víctor Roura)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 06, 2016 20:34

October 5, 2016

Dicen


Dicen que el tubo de la pasta de dientes debe apretarse desde abajo.
Lo dicen muchas mujeres que dicen que los hombres solemos apretarlo desde arriba.
Incluso, dicen, puede ser causal de divorcio.
Como los ronquidos o como esa manía masculina de dejar abierta la tapa del retrete.
He vivido con dos mujeres jóvenes que no aprietan desde abajo el tubo del dentífrico.
Yo sí lo hago, quizás un poco femeninamente.
Es curioso vivir con muchachas frescas, despreocupadas, un tanto desordenadas
que no saben que el tubo de la pasta debe apretarse desde abajo.
Para que no se vea como un objeto arrugado y disforme.
Casi como una pieza de arte conceptual.
De ready made.
Claro que para mí eso es un pecado venial, perdonable, sin importancia.
Es tanto lo que río con una, lo que reí con la otra.
Es tanto lo que disfruto
                                     que estoy dispuesto a disculpar
                                                                                         algo tan nimio
como la mala manera de comprimir, de estrujar,
                                                                              un simple tubo dental.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 05, 2016 16:26

October 4, 2016

Un blues para Luis

Impresionado, atónito ante la inesperada muerte de nuestro compañero de páginas en Milenio, el espléndido Luis González de Alba (a quien mencioné apenas el sábado pasado en mi columna “Cámara húngara”, sin imaginar que al día siguiente se quitaría la vida), quiero recordarlo con música, la música que a él le gustaba, según me reveló en una breve entrevista sobre sus preferencias discográficas que le hice a principios de julio pasado para “Acordes y desacordes”, la sección de música que coordino para el sitio de la revista Nexos. He aquí algunas de sus respuestas.

¿Cuál fue el primer disco que escuchaste?

Uno de 78 rpm, el aria “Deh vieni alla finestra”, de Mozart.

¿Cuál es el primer disco que compraste?
La 6ª sinfonía, Patética, de Chaikovski.

¿Cuál es tu disco favorito para manejar?
No enciendo ni el radio.

¿Cuál es el disco que mejores recuerdos te trae?
Romance, de Luis Miguel.

¿Cuál es el disco que adquiriste más recientemente?
El Putumayo de Grecia.

¿Cuál es el disco que prefieres para hacer el amor?
Romance
. Luis Miguel.

¿Cuál es el disco que quisieras que tocaran en tu funeral?
No podré escuchar ninguno...  Pero los presentes podrían gozar el aria “Erbarme Dich" de La Pasión según San Mateo de Bach.

  Cuando este domingo me enteré de lo sucedido con Luis y dado que aún carecía yo de información, temí que hubiese sido asesinado. Al saber que había decidido suicidarse y que desde agosto pasado tenía pensado hacerlo justo el 2 de octubre de 2016, me sentí más tranquilo y no pude menos que mostrarme admirado por su determinación, su valentía e incluso su congruencia.
  Admirador de su obra, coincidente con su pensamiento político crítico y agudo, no me queda más que saludar la vida de este gran ser humano. Vaya este blues para Luis. Descanse en paz.
 
(Publicado hoy en mi columna "Gajes del orificio" de Milenio Diario)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 04, 2016 12:00

October 3, 2016

Cantautoras: ¿una moda o un movimiento?

Sucedió a mitad de los años noventa de la pasada centuria. De pronto, en pleno auge del movimiento grunge, como de la nada surgió una pléyade de talentosas mujeres jóvenes que no sólo sabían cantar y tocar uno o más instrumentos, sino que además poseían grandes dotes como compositoras. Se podían rastrear, ciertamente, algunas de sus influencias (no hay músico en la historia que no las tenga), pero cada una tenía un estilo muy bien definido que la diferenciaba de las otras.
  Ahora que se cumplen dos décadas de la aparición de ese álbum deliciosamente sicalíptico y provocadoramente sugerente que es Tidal de Fiona Apple (Epic, 1996), no está por demás recordar a aquel grupo de casi teenagers (Fiona lo era, a sus 19 años) que en la antigua tradición de gente como Joan Baez, Melanie, Judy Collins, Buffy Saint Marie, Laura Nyro, Janis Ian o Joni Mitchell, se empeñaron en buscar una voz propia como compositoras e intérpretes y lo lograron de muy buena forma.
  Hablo de cantautoras como Tori Amos, Ani Difranco, Alanis Morisette, Heather Nova, Tracy Chapman, Liz Phair, Aimee Mann, Jewel, Lisa Loeb, Cat Power, Paula Cole, Michelle Shocked, Natalie Merchant, Beth Orton, Meredith Brooks, Sheryl Crow y, por supuesto, la ya mencionada Fiona Apple.
  En ese 1996, hace 20 años, además del Tidal, aparecieron álbumes tan buenos como Dilate de Ani Difranco, Boys for Pele de Tori Amos, This Fire de Paula Cole, Myra Lee de Cat Power, Trailer Park de Beth Orton, más el homónimo Sheryl Crow... y tan sólo un año antes habían salido el célebre Jagged Little Pill de Alanis Morisette, el I’m with Stupid de Aimee Mann, el Pieces of You de Jewel, el Tails de Lisa Loeb y el New Beginning de Tracy Chapman, entre otros trabajos memorables de ese tiempo no tan lejano.
  ¿Fue aquel auge de mujeres cantautoras una moda o se dio de manera espontánea? Todo indica que fue esto último lo que sucedió y los resultados fueron artísticamente muy afortunados.
  Pero, ¿qué podemos decir del actual boom de cantautoras mexicanas e hispanoamericanas? ¿Hasta qué punto podemos compararlo con aquel auge noventero tan rico y fructífero? ¿Sería justo equipararlos siquiera? No estoy tan seguro.
  Lo que en un principio fue el surgimiento, hace algunos ayeres, de jóvenes cantantes y compositoras como Julieta Venegas y Ely Guerra (sus respectivos y estupendos discos debut, Aquí y Lotofire, datan  de 1998 y 2002), tuvo herederas variopintas que han acabado por conformar, más que un movimiento, una cofradía de calidades desiguales y a la baja que incluye no sólo a México sino a países como Argentina, Chile y Colombia.
  He llamado a esto el rockcito ñoño, debido a que la mayor parte de sus intérpretes (casi todas dentro del rango generacional que se conoce como millenials) suelen realizar interpretaciones lastimeras y depresivas (¿o deprimentes?), con voces débiles, chillonas e infantiloides y cuyas más notorias representantes nacionales son cantautoras como Natalia Lafourcade, Ximena Sariñana y Carla Morrison.
  A ellas se pueden sumar los nombres de otras jóvenes músicas mexicanas e iberoamericanas como Mon Laferte, Elis Paprika, Javiera Mena, Francisca Valenzuela, Denise Gutiérrez, Mariana Vega, Deborah del Corral y otras que seguramente se me escapan. A casi todas las hermana un mismo sonsonete puberto al cantar (aunque algunas de ellas ya están muy alejadas de la pubertad), un tonito bobalicón, como de niñas bembas o adolescentes sempiternas. Cantan y componen de un modo tan uniforme y tan parecido que, al contrario de sus congéneres de habla inglesa de los pasados años noventa, parecen querer sonar lo más parecido posible entre ellas mismas.
  Lo que hace 20 años era un interesante movimiento dentro del rock internacional, en nuestros lares se traduce hoy en algo que semeja más una moda. Y si algo caracteriza al final a las modas es su carácter efímero, pasajero y, en muchas ocasiones, intrascendente.

(Mi columna "Bajo presupuesto", publicada en el No. 144 de la revista Marvin)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 03, 2016 14:37

October 2, 2016

Comida celebratoria

El motivo tuvo que ver con un libro, con una novela, con mi abuelo Emiliano y con las ganas de reunirme con la gente que más amo. Ahí estuvieron mis hijos Alain y Jan, sus parejas Hallet y Liza y mis queridísimas Paulina y la amiga incógnita.
  Comimos muy rico, nos reímos, leímos fragmentos de cierto libro y la pasamos muy bien. Un domingo hermoso al lado de los míos.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 02, 2016 21:21

October 1, 2016

La Belisario Domínguez (carta a los senadores del PAN)

Estimados señores senadores del Partido de Acción Nacional:
  Por medio de la presente y dado que este año corresponde a ustedes determinar a cuál mexicano notable se otorgará la presea Belisario Domínguez, quiero sumarme a la propuesta de mi compañero de páginas en Milenio, el estupendo escritor y articulista Luis González de Alba, para que la medalla correspondiente a 2016 sea otorgada a Gonzalo Miguel Rivas Cámara, el heroico empleado que el día 12 de diciembre de 2011 ofrendó su vida para salvar de la muerte a cientos de personas que se encontraban en la gasolinera “Eva”, sobre la autopista México-Acapulco, a la altura de la ciudad de Chilpancingo, Guerrero.
  Como ya González de Alba ha propalado en las páginas de este diario en diversas ocasiones, ante el incendio provocado que amenazaba con extenderse y volar por los aires no sólo esa gasolinera sino los tanques subterráneos de combustible y la gasolinera al otro lado de la carretera, Gonzalo Rivas no huyó del lugar y aunque no fuese responsabilidad suya, dado que él era encargado de las computadoras y no de las bombas que ardían, se dedicó a apagar el siniestro y a cerrar las válvulas, con tan mala fortuna que el fuego lo alcanzó y lo envolvió fatalmente. Luego de tres semanas de dolorosísima agonía, este valeroso ingeniero de sistemas falleció en un hospital.
  Ya Luis comparó el heroísmo de Rivas Cámara con el de Jesús García, el célebre Héroe de Nacozari, y resulta más que justo y obligado que Gonzalo reciba la Medalla Belisario Domínguez, como un homenaje y un reconocimiento a su valor civil y humano y al sacrificio de su vida, al impedir una hecatombe que habría costado centenares de muertos.
  Se sabe que hay voces mezquinas que no quisieran que se recordara a Gonzalo Rivas Cámara. Esperemos que ustedes, señores senadores de la República, no hagan eco de ellas y actúen en consecuencia. Se trata, sin duda alguna, de un real servidor de la Patria.

(Publicado hoy en mi columna "Cámara húngara" de Milenio Diario)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on October 01, 2016 18:00

September 30, 2016

John Phillips / Pay Pack & Follow (2001)

Entre 1973 y 1979, el legendario líder de The Mamas and the Papas grabó una serie de canciones producidas nada menos que por Mick Jagger y Keith Richards, quienes junto con Mick Taylor y Ron Wood también intervinieron como instrumentistas. Las cintas se perdieron por más de diez años, pero fueron encontradas y parte del material apareció en este disco de maravilloso sonido stoniano setentero. Una joya imperdible.

Mejor tema: “She’s Just 14”


 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 30, 2016 20:22

September 29, 2016

12 X 5

12 X 5 (1964) es el segundo disco de los Rolling Stones aparecido en los Estados Unidos y por ende, el segundo que se conoció en México (en el Reino Unido apareció The Rolling Stones Vol. 2 y ambos varían en algunos de los temas incluidos).
  El álbum que aquí nos ocupa significó un cambio gradual en la evolución del grupo de la música negra al rock. Ciertamente hay aquí temas blueseros (“Confessin’ the Blues”) y souleros (“If You Need Me”, “It's All Over Now”, “Time Is on My Side”), pero la tendencia hacia el rock and roll es más notoria, no sólo por la sensacional versión de “Around and Around” de Chuck Berry sino incluso por los temas propios. La voz y la armónica de Jagger sonaban de manera estupenda y el juego de guitarras de Brian Jones y Keith Richards formaba una dupla perfectamente acoplada, mientras que la sección rítmica, con la precisión de Bill Wyman en el bajo y de Charlie Watts en la batería, daba la concisión necesaria para que el sonido del conjunto fuera tan compacto como excitante (para no hablar de la siempre magnífica contribución de quien podríamos considerar como la sexta piedra rodante, el pianista Ian Stewart).
  Las joyas de 12 X 5 son la ya mencionada “Around and Around” (aún entusiasmante), el blues de Little Walter “Confessin’ the Blues”, esa tonada rítmicamente soulera que es “ It's All Over Now” de Bobby Womack, la célebre “Under the Boardwalk” (conocida en nuestro país como “Fue en un café”) y la sensual y exitosa “Time Is on My Side”. Respecto a las composiciones propias, son bastante aceptables, en especial “Congratulations” y “Good Times, Bad Times”.
  Un estupendo segundo disco.

(Reseña que escribí originalmente para el Especial de La Mosca No. 11, en mayo de 2004)
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 29, 2016 13:34

September 28, 2016

Con Enrique Blanc

Tarde lluviosa en Polanco para entrevistar, en las instalaciones de la editorial Planeta, en Masaryk, a Enrique Blanc, a propósito de su nuevo libro sobre Café Tacuba.
  Me dio mucho gusto volver a verlo después de muchos años (lo recordaba diferente) y más gusto me dio ver a mi queridísima amiga Viridiana Villegas, con quien quedé de verme pronto para comer juntos.
  Tarde lluviosa y agradable.
  A pesar de lo no tan agradable que resulta usar el metro y el micro en horas pico.
 •  0 comments  •  flag
Share on Twitter
Published on September 28, 2016 21:00

Hugo García Michel's Blog

Hugo García Michel
Hugo García Michel isn't a Goodreads Author (yet), but they do have a blog, so here are some recent posts imported from their feed.
Follow Hugo García Michel's blog with rss.