Óscar Contardo's Blog, page 124

July 24, 2017

Idealismo y seguridad

Si hay algo peligroso en materia de apreciación de seguridad, es confundir las ideas con la realidad. En los periodos previos a la Segunda Guerra, muchos pensaban que Alemania aceptaría para siempre las condiciones de Versalles. Por su parte, la dictadura argentina en 1982 pensó equivocadamente que Inglaterra no reaccionaría ante la ocupación de las Malvinas. Las teorías pueden ser muchas, pero nunca pueden desconocer a los tenaces hechos. Cuando culminó la Guerra Fría no fueron pocos los que pronosticaron que estábamos ante el fin de la Historia.


Si la existencia de conflictos ha sido una constante del quehacer universal, ello explica por qué la paz y la estabilidad son los objetivos más compartidos y más caros a la comunidad internacional. Por ello su preservación es quizás el norte prioritario de los organismos multilaterales. Ello no implica la negación de la existencia de conflictos y riesgos en el mundo global; de lo que se trata es de buscar formas negociadas de solución o de contención de los mismos. La realidad imperante es que, con posterioridad al fin de la Guerra Fría, el número de conflictos armados ha aumentado, sus orígenes se han diversificado y las zonas de conflicto en el mundo han proliferado. En diversas regiones del mundo, viejos conflictos han reemergido, algunos Estados han desaparecido, otros se han fragmentado, conflictos de diversos niveles de intensidad afectan al centro asiático, así como a zonas de África y del Magreb.


Afortunadamente, América Latina vive una experiencia diferente. Los colombianos están construyendo la paz luego de una guerra que duró más de medio siglo. La democracia es el régimen generalizado en el continente, y se despliegan diversos procesos de construcción de confianza mutua. Son procesos valiosos, hay que cuidarlos y cultivarlos.  


¿Significa que vivimos el fin de la historia? ¿Que se acabaron los conflictos y que la paz y la estabilidad llegaron para quedarse? Ese es un buen propósito, pero sería una ilusión idealista asumir que tenemos asegurada para siempre la estabilidad, el imperio del derecho y la sana convivencia entre las naciones. Por ello, todo país debe organizar, en la forma soberana que estime, su defensa y su seguridad. Por cierto, compartiendo los instrumentos construidos por la civilización a lo largo de su aprendizaje histórico, uno de los cuales es el irrestricto respeto a los Tratados.


Afortunadamente los chilenos hemos extraído lecciones de nuestra Historia, y hoy disponemos de instituciones de defensa férreamente comprometidas con el destino del país, y que no participan de la coyuntura. Instituciones que han logrado una elevada preparación profesional, modernizadas en sus sistemas y en su orgánica. Este potencial, junto al capital humano, a la cohesión nacional y a una economía moderna y abierta al mundo, y por cierto, a una diplomacia que ha potenciado el número de nuestros amigos en el mundo, todo esto, ha permitido que Chile ejerza su vocación de paz al tiempo que ha sabido defender su soberanía.


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Published on July 24, 2017 00:20

Apagón blanco

El largo y traumático apagón generado por la nevazón y que afectó a más miles de hogares, no debe ser analizado como un hecho aislado. Las interrupciones a los servicios básicos producto de fenómenos climáticos nos están visitando cada vez con más frecuencia. Sobre culpas y multas que se ocupen los llamados a ello. Para todos los demás, es fundamental pensar en avanzar y no solo quejarse. Sacar lecciones y generar un plan de acción realista y no sobre-reaccionado. Darnos cuenta que este mercado de la energía si bien puede estar muy regulado en temas tarifarios, de concesiones y otros, está absolutamente desregulado en cómo las compañías hacen uso del espacio público tanto aéreo como subterráneo. Estos espacios requieren urgente de un orden y de asignarles los precios sociales que correspondan.


Datos que han circulado en prensa por estos días señalan que solo un 18% de la red de distribución está soterrada, dato que no me calza con lo que veo todos los días. Por otra parte, se discute de lo costoso que puede ser soterrar los cables; entre seis y siete veces más que un proyecto aéreo. Sin embargo, antes de entrar en soluciones, hay un marco general insuficiente que hay que mejorar. Sin atacar aquello, no hay solución sostenible.


Las compañías de servicios públicos no pagan ni al estado ni a los municipios por el uso del espacio aéreo por su cableado o por el uso del subsuelo por sus redes enterradas. Es más, nadie les exige el retiro de los cables en desuso, ellos cobran a su libre decisión cualquier cambio de servicios que sea necesario para implementar un proyecto que afecte sus redes, y cuando hay cambios de pavimentos “aprovechan” de pedirles a los municipios o particulares que dejen pasados “unos cuantos tubos más por si acaso”. Dado que no hay precio asignado por el uso de estos espacios, el comportamiento es propio de la ley de la selva.


En consecuencia aquí hay una urgencia regulatoria que manejada con sentido común y conciencia de los beneficios de la competencia, permitiría  un espacio público más ordenado, estético y donde todos paguen los costos sociales que generan.


Regulado el espacio aéreo y subterráneo, podemos ya pensar en las herramientas para implementar las soluciones. Algunas ya están en su lugar y operando. Por ejemplo, Las Condes, decretó hace años que todos los nuevos desarrollos deben incluir el tendido de cables subterráneos  contra lo cual el municipio otorga un 10% extra de constructibilidad. Esta medida hoy goza además de sustento legal, toda vez que la Ley General de Urbanismo y Construcciones permite establecer condicionamientos y otorgar premios.


Surgen otras ideas de buenas prácticas implementables desde ahora. Cobra real importancia hacer bien las podas de mantención, elegir especies de hojas caducas para el arbolado urbano y así evitar que la nieve se aloje en hojas y se desganchen, privilegiar árboles de madera dura tales como plátanos  orientales y robles americanos, etc.


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Published on July 24, 2017 00:05

Espejo de la memoria

Esta columna fue escrita junto a Rodolfo Fortunatti, Vicepresidente Profesionales y  Técnicos DC.


El próximo viernes se conmemoran 60 años de la fundación del Partido Demócrata Cristiano. También se celebran 50 años de la promulgación de la Ley de la Reforma Agraria, uno de los hitos más trascendentales del gobierno de Eduardo Frei Montalva.


Desde entonces, partido y reforma marchan indisolublemente unidos. La cultura popular campesina, profundamente penetrada por las tradiciones cristianas, cifra sus esperanzas de redención en el abanico de partidos humanistas que, en 1957, concurre a la formación de la colectividad. Luego vendrán las grandes victorias municipales de 1963, la Marcha de la Patria Joven, y el triunfo de 1964 que dará inicio a la Revolución en Libertad.


Aquella fue una revolución de la persona, de su dignidad y de sus derechos y Frei fue el primero en reclamar jerarquía constitucional para los derechos económicos y sociales. Así lo escuchó el Congreso cuando presentó su proyecto de reforma: “Todas las constituciones modernas consagran, en la enunciación de derechos de la persona humana, los derechos de carácter social. Esos derechos, reconocidos en instrumentos internacionales a los cuales ha concurrido el gobierno chileno, forman parte del patrimonio cultural de nuestro tiempo y constituyen la conquista más importante de la gran multitud de los hombres que viven de su trabajo”.


En la práctica, todos derechos indivisibles e indisponibles, pues Frei nunca sacrificó la reforma educacional por la ley de guarderías y jardines infantiles, ni la creación de la Junta Nacional de Auxilio Escolar y becas por el programa de viviendas.


Es el auge de una nueva conciencia política, personalista y comunitaria, según observara Jacques Maritain, su inspirador. Y ésta es la memoria, el espejo de la historia donde los democratacristianos pueden reconocer su identidad y actuar en consecuencia. Ahí se encuentran los valores y principios que empujaron el progreso. Y, en contraste con ellos, se tornan nítidos y lacerantes los desaires que padecen los derechos fundamentales, piedra angular de todo el edificio humanista cristiano, cuando camaradas nuestros rechazan la universalidad del acceso a la educación, la interrupción del embarazo en tres causales, o el uso de las aguas como un bien esencial para el derecho a la vida.


Pero hay un riesgo peor. Y es que, sobre esa memoria luminosa, avanza la sombra que amenaza, más que nuestro domicilio en la centroizquierda, los firmes lazos de camaradería que un día permitieron reconocernos como partido. Somos responsables del eclipse y, por eso,  tenemos el deber de recuperar nuestra antigua lucidez. Es hora de asumir que estamos en presencia de dos candidaturas presidenciales en la Nueva Mayoría, la nuestra, que representa nuestros valores es la senadora Carolina Goic. Es hora de admitir que dos listas parlamentarias pueden ofrecer una salida al aislamiento en que se encuentra la Democracia Cristiana. Y es hora de abrirse a la alianza con el Partido Radical y otro más.


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Published on July 24, 2017 00:00

Los otros

La tentación, deformada por años de injusticia, invita a escribir de la Supercopa de Colo Colo. Sobre todo después de las semanas vividas por el Cacique. Evito hacerlo. No quiero hacerlo. Este fin de semana pasaron cosas mucho más importantes que el primer título conseguido por el club popular. Además, ocurrieron lejos de Chile y teniendo como protagonistas a chicos llenos de esfuerzo y sacrificio, que no gozan del soporte mediático ni de la ayuda que sé se tiene en el fútbol. Por eso, me encantaría hacer algo más que una columna.


Un acto de justicia. Mínimo, pequeño, tal vez insuficiente y escaso. Pero necesario.


El viernes, un equipo sub 17 se coronó por primera vez en la historia campeón sudamericano de básquetbol, logro que este deporte no conseguía hace exactamente 80 años, cuando un cuadro adulto conquistó igual hazaña. Estamos hablando de 1937, cuando el mundo y el deporte eran totalmente distintos. Entre otras cosas porque la altura se transformó, en esta especialidad, en un obstáculo casi insalvable para un país que no posee los componentes raciales para competir al más alto nivel en ese sentido. Por eso, lo obtenido por estos muchachos es sencillamente impresionante.


Derrotaron, además, a la poderosa Argentina, que sí ha logrado alcanzar el alto rendimiento incluso a nivel mundial. Lo que hicieron este fin de semana debe quedar anotado como uno de los triunfos más importantes del año. Y no puede olvidarse con el devenir de los acontecimientos, más que nada futbolísticos, que suelen actuar como nocivos distractores y distorsionantes lapsus de memoria. Como el que puede ocurrir con Claudio Romero, campeón mundial, y a las pocas horas, oro panemericano.


No puede pasar inadvertido como tampoco el maravilloso logro de las hermanas Melita y Antonia Abraham, que se coronaron campeonas mundiales de remo sub 23 en Bulgaria. Estas impresionantes deportistas chilenas, desconocidas para muchos, son las mejores del planeta en su categoría y ya supieron de logros en Sudamericanos y Panamericanos, llegando incluso a una final olímpica en los juegos de la Juventud, antesala de la máxima cita.


Lo que hicieron fue grandioso y lamentablemente inconmensurable, en el peor sentido para nuestro país. Claro, porque muy pocos logran darse cuenta de la verdadera hazaña conseguida. Las mejores del planeta y con todo un futuro para mejorar y ser medallistas olímpicas a lo menos. Depende de ellas, pero también de nosotros.


De un Chile que logre reconocerlas antes de su triunfo venidero, las apoye para conseguirlo y entonces, legítimamente, nos sintamos partícipes de su logro. Difícil. Por el país donde vivimos, donde el deporte es tan poco importante. Un país ciego que sólo los ve cuando ganan. Qué tristeza.


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Published on July 24, 2017 00:00

July 23, 2017

Camino a la primera vuelta

A LA primera vuelta de noviembre entrarán, de acuerdo a como van las cosas hoy, nada menos que siete candidatos: Piñera, Guillier, Goic, Sánchez, Parisi, MEO, y JA Kast. Incluso podría llegar alguien más (se comenta que Roxana junta firmas). Las primarias dejan algunas lecciones. La primera es que el Frente Amplio no es lo que ellos creían; digamos que resultó ser menos de la mitad, lo que pone muy contenta a la NM. Segundo, Piñera es más fuerte de lo que se pensaba, lo que pone en jaque a la NM. Tercero, tanto Guillier como Goic, al no participar, quedaron más debilitados de lo que ya estaban, lo que amenaza con crisis de pánico en la NM.


Goic hasta la fecha claramente no tiene el apoyo real del partido, que en este caso pasa por los incumbentes que maximizan sus propios temas electorales. Egoísmo 1.0. También es cierto que Goic aún no dice nada interesante y ya no sabemos si lo tiene por decir. Guillier sigue y sigue cayendo en las encuestas, al punto de estar ya a la par de Sánchez. Los errores no forzados del candidato son demasiados. Su relación con los partidos es ambigua por decir lo menos. Su comando no existe o no funciona. Quiere ser independiente, pero les pide a los partidos que le recolecten las firmas. En fin. Está claro que las firmas le han costado, aunque lo logrará, lo que es un indicador más de que en realidad no tiene tanto arrastre. Se dice el continuador de Bachelet y eso solo le resta votos. Su candidatura fue un fenómeno emocional de encuestas, las mismas que el descalificó.


En voz baja ya se comenta la posibilidad de que bajen a Guillier, lo que probablemente a él mismo le gustaría ya que no parece entusiasmado con su propia campaña. De hecho, de tanto en tanto amenaza que si no les gusta lo que hace, se va y punto. Se habla también de una nueva cara salvadora, y hasta Lagos ha salido a la palestra, pero eso es poco viable. La NM, al parecer, se prepara psicológicamente para ver cómo perder. Desde el punto de vista del capital político, y en el último intento de salvar a la NM, es mejor perder con Goic que con Guillier, ya que éste se declara exógeno a la política y no volvería a ser candidato. Con todo, lo más probable es que la NM finalmente busque atrincherarse en el Congreso y le quite fuerza a la presidencial. Lo mismo que hizo la derecha en la última elección. A todo evento, el tiempo de la NM terminó, fue un mal invento y ya sabemos de quién lo fue.


Todo esto no significa que la elección esté completamente definida. El escenario nacional está tan inestable y complejo que pueden ocurrir demasiadas cosas. Un evento crítico será la encuesta del CEP en agosto. Es la última antes de la elección y puede afectar posiciones; el poder que tiene el gobierno siempre lo hace apetecible, y las ideas “se ajustan un poquito”. Las tendencias de las encuestas Cadem y Adimark también serán importantes e irán marcando las expectativas. Los debates y la franja también tienen algo que decir, pero probablemente poco por la cantidad de candidatos. Sin duda es crítico el estado de la economía y el empleo, ya que Guillier sería el continuador, y Piñera el corrector. Tampoco hay que descartar los errores de los candidatos, a los cuales son bastante propensos. La campaña se hará cada vez más sucia a medida que va quedando en evidencia el fin de la NM.


Los rangos de votación que podríamos esperar, con la información de hoy, y sujeto a la cifra mágica de cuántos serán finalmente los votantes, son los siguientes: Piñera entre 40% y 50%, con una mínima probabilidad de ganar en primera vuelta. Guillier entre 15 a 25%; Goic entre 5 y 12%, ME-O y Parisi entre 2 y 4%, Sánchez entre 10 y 15%, y JA Kast entre 3 y 4%. Como podemos apreciar, hay muchos escenarios que admiten estos rangos, y es obvio que no corresponde sumar el máximo posible de cada cual: lo que sube uno lo baja otro.


Las máximas interrogantes de hoy son básicamente tres: la primera es si Guillier y Goic llegan a la balota. Los escenarios que se abren frente a esta interrogante son dramáticos. La segunda interrogante es quién pasa a segunda vuelta. La tercera es cuántos votarán. Si Guillier pasa a segunda vuelta, la manija la tiene el Frente Amplio y podríamos volver a una nueva UP. Si es el Frente Amplio, la NM se divide, por lo que probablemente están perdidos. Si es Goic nuevamente, define el Frente Amplio.


Sea lo que sea esperemos que voten muchos chilenos, para su legitimidad.


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Published on July 23, 2017 00:23

El museo

EL CANDIDATO Sebastián Piñera tiene una nueva iniciativa: fundar un Museo de la Democracia, que se dedicaría a resaltar la “transición” y el consenso político que caracterizó a ese período. Hay que suponer que la transición por fin acabó, ya que ahora se erigiría un hito para recordarla.


Se ha dicho que la exposición incluiría referencias al plebiscito de 1988, la conformación de la Comisión Rettig y las reformas políticas que se tradujeron en la supresión de los senadores designados. Y material audiovisual como la película “No”, cinta que refleja la campaña de esa opción en el mentado referendo. No se ha aclarado si esto lo permitirán los titulares del derecho de autor del film, pero –en fin- será cosa de llegar a un buen acuerdo económico, que se pagará, por cierto, con fondos de todos. Una cosa es estar en desacuerdo con el modelo neoliberal y otra regalar lo que es propio.


En una palabra, el museo no contendrá ni un símbolo, sílaba escrita o exhibida, u objeto que huela a derecha; o para ser más exactos, del modelo que le cambió la cara a este país, generando un nivel de bienestar y oportunidades sin precedentes en nuestra historia. No, se trata una vez más de cortejar y tratar de agradar a la izquierda, y creer que con eso caerán seducidos y se declararán dispuestos a colaborar con el flamante nuevo gobierno. Esto demuestra que Sebastián Piñera y su círculo no han cambiado: se niegan a ver cómo les “negaron la sal y el agua” durante la pasada administración, a pesar que dieron cabida a quienes no votaron por él en diferentes cargos y marginaron a los propios partidarios, sin que obtuvieren nada de ello. Y se las volverán a negar.


De hecho, personeros de La Nueva Mayoría ya han rechazado la idea, calificándola de oportunista y señalando que si piensan que por eso alguien de izquierda va a votar por Piñera, están muy equivocados. Pero son declaraciones –a su vez- oportunistas, porque a la larga se van a plegar a la idea del museo, no solo porque generará pegas y asesorías, sino porque terminará siendo según ellos quieran, como ocurrió con el Museo de la Memoria, que contiene una visión totalmente parcial. No hay ninguna alusión a cuál fue el sector político que trajo el odio y la violencia a Chile como método de acción política. Y como ya sabemos que el anterior gobierno de Piñera no se caracterizó por ponerse firme ante nada, la iniciativa terminará transformada en otra cosa. Por ejemplo, en el “museo de los cómplices pasivos”. Propongo una ubicación: el cerro Chacarillas; los que estuvieron ahí con antorcha no se podrían negar.


Pero hay una dimensión doméstica del asunto que preocupa más: la próxima administración encontrará el presupuesto público en grave déficit y una economía en decadencia. Ello justificaría reconocer desde ya que habrá que limitar los gastos fiscales, pero en cambio se anuncia un nuevo gasto público: la construcción de un museo cuando menos superfluo. Y si bien su costo dentro del hoyo fiscal será casi irrelevante, denota la ninguna voluntad de pagar costos y tener la determinación política de llevar adelante las rectificaciones que el país requiere.


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Published on July 23, 2017 00:21

Al Constitucional

EL PRÓXIMO paso a una comisión mixta del proyecto de aborto en tres causales, fue un revés para el gobierno. Con todo, la aprobación del Congreso no preocupa al Ejecutivo, sino la posterior resolución que adopte el Tribunal Constitucional, especialmente después de que la oposición anunciara que recurriría a dicha instancia en caso de no contar con los votos para rechazar dicha iniciativa. Una vez más, y como ya ha ocurrido en innumerables ocasiones, se abrirá un debate en torno a la función y roles de este tribunal superior, escuchándose opiniones más al calor de una coyuntura, que de las razones que justifican o hacen necesarias una institución de esta naturaleza.


En principio, y más allá del interesante debate académico entre juristas y académicos, parece razonable –tal como ocurre en muchas democracias del mundo, con ese u otro nombre- que exista un cuerpo colegiado que limite el ejercicio de la soberanía popular, me refiero a las leyes dictadas por el parlamento, cuando éstas entran en colisión con las normas básicas que organizan nuestra convivencia y muy especialmente cuando se trata de derechos fundamentales. Así por ejemplo, y valga la exageración, si una determinada mayoría política determinara –en el marco de la lucha contra la delincuencia- que debe legalizarse la tortura como un mecanismo de investigación judicial, probablemente pocos se escandalizarían si una ley semejante fuera declarada inaplicable por una instancia superior de carácter constitucional.


El problema, sin embargo, estriba en otras dos dimensiones. La primera apunta a los problemas de legitimidad de nuestra Constitución, la que pese a sus innumerables reformas, es todavía percibida como un traje a la medida impuesto por un sector político que temió ser minoría en el futuro. De esa manera, nuestra Carta Fundamental no solo plasmaría una particular visión del mundo y la sociedad, sino que también consagró una gran dificultad para su futura modificación. Lo anterior no solo limita el espacio de la deliberación política, generando un desfase respecto de los profundos cambios experimentados por nuestra sociedad, sino que también acrecienta la idea de injusticia y ajenidad hacia muchas de las normas que consagra.


La segunda, es que tampoco el Tribunal Constitucional es percibido como una institución que, de manera preferente, haga una interpretación jurídica, rigurosa y desinteresada del texto. Desde la forma de elegir a sus miembros, pasando por el sorprendente nombramiento de algunos jueces, y culminando con la evidencia de cómo han votado sus miembros, se instaló la idea de que se trata de una institución demasiado permeable y funcional a los intereses políticos de uno u otro sector.


De esa manera, no es su existencia teórica, sino su práctica y realidad cotidiana, la que lo convierte en una tercera instancia revisora de carácter político, por un órgano desprovisto de cualquier atributo de la soberanía popular, y que ha sido funcional para el veto de quienes no han sido capaces de imponer democráticamente sus términos.


 


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Published on July 23, 2017 00:12

Política y convicciones

No puede negarse que la discusión sobre el aborto enfrenta visiones difícilmente conciliables. Por un lado, hay quienes creen que, bajo ciertas circunstancias, es legítimo poner fin deliberado a la vida que se gesta en el vientre materno. Por otro, algunos pensamos que tomarse en serio la dignidad humana implica no hacer excepciones: al fin y al cabo, la vida no admite ser respetada “a veces” ni “por grados” (ya lo sabía Bartolomé de las Casas). Se trata de un problema que toca el fundamento último de la vida social, y eso debería obligarnos a ser muy rigurosos con los argumentos.


Por lo mismo, llama la atención la aseveración de la Presidenta, quien se manifestó extrañada por el contraste entre el apoyo que las encuestas brindan al proyecto de aborto, y el voto en contra de la oposición. El argumento es bizarro, por decir lo menos, porque parece llamar a los parlamentarios a mirar únicamente las encuestas a la hora de legislar, cuestión que ella misma ha rechazado en otras ocasiones. En su mejor versión, el razonamiento podría formularse así: un parlamentario no debería votar según sus convicciones, sino según la opinión (supuestamente) mayoritaria.


Aunque el argumento parece persuasivo, esconde varios peligros. En efecto, ¿qué tipo de política tendríamos si nuestros parlamentarios decidieran solo según encuestas? ¿No reside precisamente la virtud del político en saber oponerse a veces al viento y las modas intelectuales? ¿Qué tipo de conformismo ramplón está propiciando Michelle Bachelet? En rigor, un mundo de políticos subyugados por sondeos no permite ninguna deliberación auténtica. Ésta supone la confrontación honesta de puntos de vista distintos, no el silenciamiento de quienes disienten. La democracia no es solo ni principalmente contar los votos al final de la sesión, sino que consiste sobre todo en el tipo de discusión que se da previamente. Más allá del aborto, lo que menos necesita Chile son políticos pusilánimes, incapaces de tomar la menor decisión sin consultar la última encuesta. El argumento de Michelle Bachelet implica, en el fondo, la muerte de la representación política (y es paradójico que lo esgrima alguien cuya popularidad anda por los suelos).


Pero el razonamiento tiene otro riesgo implícito, tanto o más peligroso que el anterior: es la idea según la cual las “convicciones personales” deberían ser dejadas de lado en el  debate público. Es una exigencia curiosa que, además, opera de modo selectivo. En efecto, nadie le pide que deje de lado sus convicciones a quien defiende fervorosamente los derechos de la mujer, ni al que aboga por mayor igualdad social, ni menos al que busca abolir la pena de muerte. Como fuere, una discusión pública libre de “creencias personales” (el imposible sueño rawlsiano) es un lugar vacío, en el que nada relevante es debatido. Michael Sandel mostró hace muchos años que hay cierto tipo de discusiones que no admiten ser abordadas desde la neutralidad, pues todas las posiciones implican convicciones sustantivas (aunque, naturalmente, éstas deben ser formuladas de modo racional). Los partidarios del proyecto de aborto -Michelle Bachelet incluida- deberían ser capaces de tomarse en serio el desafío de argumentar sin recurrir a ese tipo de falacias. Las convicciones que dicen defender se merecen algo más que esa consigna.


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Published on July 23, 2017 00:02

Derivada constitucional

La tramitación del proyecto sobre despenalización del aborto en tres causales está teniendo un desenlace insólito: una verdadera carrera contra el tiempo, para lograr que el requerimiento al Tribunal Constitucional (TC) ya anunciado por la oposición, sea revisado antes de su cambio de presidente. De modo transversal, todos asumen que la viabilidad de la iniciativa dependerá, al final, del criterio jurídico y la orientación valórica de una sola persona -el actual o el próximo presidente-; una situación completamente absurda que se agrega a las evidentes señales de deterioro del proceso legislativo y al permanente abuso que los parlamentarios hacen de dicha institución.


En estos días, Alejandro Guillier ha propuesto disolver el TC, sin plantear una alternativa respecto a cómo se resolverían a futuro las controversias sobre la constitucionalidad de las leyes. O será necesario asumir que, para el candidato de la Nueva Mayoría, los eventuales riesgos de inconstitucionalidad de las normas jurídicas dejarían simplemente de existir, con todas las delicadas implicaciones que ello trae de la mano.


En el fondo, lo que comienza a anticiparse es la centralidad que en el contexto de las próximas elecciones va a adquirir otra vez la controversia constitucional. Un desacuerdo que, más allá de la intensidad que asume en distintos momentos, tiene sin duda una base permanente, asociada al cuestionamiento que un importante sector de la sociedad mantiene sobre la legitimidad de origen de la carta magna y en diversas zonas de su diseño institucional.


Luego de la derrota electoral en 2010, la centroizquierda decidió poner el desafío de una nueva constitución en el centro de su programa de reformas. Ello profundizó las divisiones e hizo más difícil abordar con altura de miras la necesidad de hacerse cargo de los verdaderos disensos, algo a lo que la histórica resistencia de la centroderecha tampoco ha contribuido. Lamentablemente, hoy el cambio constitucional corre el riesgo de convertirse otra vez en un caballo de batalla electoral, lo que impedirá abordar con responsabilidad y sentido de Estado las reales diferencias que sobre él existen.


Así, de nuevo estamos frente al mismo escenario, en un país que lleva ya demasiado tiempo alimentando en esta materia los fantasmas y los traumas del pasado. En efecto, convertir a la Constitución en un recurso para saldar cuentas con los adversarios es una mala alternativa, contraproducente además, que solo dificulta el imperativo de hacerse cargo de los desacuerdos reales y sustantivos que en la actualidad cruzan a los actores políticos y a un sector de la sociedad.


Sin ir más lejos, en el actual debate sobre el proyecto de aborto hay implicaciones constitucionales evidentes, entre las cuales está decidir si el texto constitucional debe seguir amparando la vida “del que está por nacer”, o privilegiar más bien los derechos reproductivos de la mujer. De mantenerse las cosas como están, discusiones de esa trascendencia deberán seguir siendo saldadas por una sola persona, el presidente de turno de una institución que el candidato del oficialismo hoy considera mejor eliminar.


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Published on July 23, 2017 00:00

July 22, 2017

Solo Lavín supera a Lavín

No me vengan con cuentos. No hay nadie más folclórico, despierto, ágil y proactivo que Lavín para sintonizar con el sentir popular. Qué farmacias populares ni ciclovías, el alcalde de Las Condes los supera a todos cuando se trata de implementar medidas rápidas, efectistas y mediáticas.


Solo Lavín es capaz de esperar que caiga la lluvia, paraguas en mano, en el techo del municipio. Solo Lavín maneja un par de drones con parlantes para combatir la delincuencia. Sólo Lavín crea pistas de esquí populares, piscinas con playas de arena, cruces de calle en diagonal y un extenso etcétera que le permite mantener activa presencia en los medios sin necesidad de involucrarse en debates muy elevados o complejos.


Solo Lavín elimina las tareas para la casa, crea el “botón antiportonazo”, arma a sus vigilantes con gas pimienta, abre canchas para patinar en hielo y, para no quedarse corto, a la idea de las farmacias populares responde con la “farmacia popular 2.0”.


Y por supuesto, solo Lavín convierte al mítico Hotel Ritz, la meca de los cinco estrellas de Santiago, en un albergue de emergencia para los vecinos de la comuna afectados por el corte de energía eléctrica.


¡Te pasaste Lavín!


Lástima que el normal de los mortales no podamos seguir tus consejos. “Alcalde, ¿quién pagará la cuenta del hotel?”, pregunta un sagaz periodista. “Pues la misma Enel porque se los voy a descontar del pago que les hacemos todos los meses”, responde el edil.


¿Se da cuenta? Ganas no nos faltarían de hacer lo mismo cada vez que falle un servicio. Si se atrasó el vuelo de Latam (lo que no sería ninguna novedad, por cierto), entonces en el próximo pasaje les voy a pagar menos. No tengo señal en el celular, lo descontaré de la cuenta que me llegue. Me salió mala una lechuga, ya verán los del Líder la próxima vez que compre.


¿Parece poco probable, cierto? Pero al amigo Lavín eso no le importa. Sabe que tiene a Enel agarrada del cuello y que la eléctrica no tendrá más alternativa que aceptar su descuento. Son las consecuencias de la débil y tardía reacción que tuvieron ante una emergencia híper pronosticada.


Lo que no me queda claro de este Lavín repotenciado es su objetivo. Porque siempre estuvo claro que su anterior paso por la alcaldía representaba una suerte de trampolín a La Moneda (y que le falló por muy poco). El “cosismo”, en ese contexto, no era cualquier cosa. Representó una nueva visión de la política y, de paso, de una nueva derecha, más focalizada en las preocupaciones concretas de los electores que en las divagaciones ideológicas.


¿Pero qué pretende ahora Lavín? Me cuesta pensar que su sueño sea concluir su vida política siendo un recordado alcalde de Las Condes. El apetito político no se satisface así tan fácil.


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Published on July 22, 2017 23:55

Óscar Contardo's Blog

Óscar Contardo
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