Everardo Curiel's Blog

Helados amargos y lunas de queso | Un cuento

Normalmente, cuando comparto uno de mis cuentos por aquí, lo publico sin introducción, sin rodeos, sin nada más… Esta vez es distinto, pues se trata de un relato especial. No tiene la estructura más elaborada que haya hecho, pero sí es uno de los que me ha costado más trabajo redactar, por el tema que aborda, el cual descubrirán si siguen leyendo. Lo hice con todo el respeto a las personas que sufrieron, en algún momento, algo similar. Este cuento es el resultado de un ejercicio creativo, en el que participé junto a mis amigos del rincón de lectura de la compañía Musarteti.

Que lo disfruten.

***

El señor de los helados era un monstruo y le había pedido guardar el secreto. Con una sonrisa torcida, mientras se abrochaba el cinturón, lo había amenazado: iba a lastimar a mamá si abría la boca. 

«No digas nada. Son malas palabras».

Arturo comenzó a vivir entre dos mundos: el nuestro, y el otro en el que revivía lo ocurrido aquella calurosa y horrible tarde de hacía un mes. Tan solo tenía cinco años… Saltaba del presente al pasado y temía que un día ya no pudiera volver.

Hay cosas que los adultos no comprenden, y tratar de explicárselas puede convertirse en una tarea imposible. Mamá no lo entendería y, aunque lo hiciera, ¡no podía contarle nada!

«Son malas palabras».

Tenía ya más de una hora dando vueltas en el colchón, intentando dormir, cuando escuchó una voz:

—No temas, Arturo, yo velaré tu sueño mientras luchas por tu alma.

Deslizó la cobija hasta dejar sus ojos descubiertos. A pocos pasos (pasos de conejo) el señor bigotón de pelaje pardo y orejas largas inclinó la cabeza para saludarlo y repitió:

—Yo velaré tu sueño.

El pequeño le agradeció con una sonrisa y posó la mirada en la pelota luminosa que colgaba sobre su cama.

—¿Por qué son tan tontos? —preguntó.

—¿Los adultos? —quiso saber el señor conejo.

—Mamá dice que la luna es de queso.

En ese momento los dos se quedaron viendo el juguete que pretendía ser el satélite de la Tierra.

—Tienes razón —removió sus bigotes—, son tontos. La luna ni siquiera tiene luz propia.

Tras un silencio que comenzaba alargarse incómodamente, retomó el tema inicial—: deberías decírselo, quizá ella pueda ayudarte. Solo…

—¡No! —interrumpió Arturo—. No puedo contarle a mamá… Son malas palabras.

Pero escuchó su voz como en un eco. Estaba ocurriendo de nuevo: se transportaba al otro mundo, el oscuro, el de aquella escena que en su cabeza tantas veces había repetido ya.

Una casa. Su casa. El carrito de los helados estacionado en la calle. Su música interminable. Postre de chocolate, vainilla o fresa a la venta. No hay niños comprando. El heladero no está vendiendo. Está en casa de Arturo. Su casa.

—No le cuentes a nadie, o te puedes arrepentir.

Arturo tiembla. Las lágrimas caen de sus ojos al entender que aquel monstruo disfrazado con mandil y boina, que abrocha su cinturón con manos hábiles, no se lo comerá por completo, pero volverá por él cada vez que tenga hambre. Más que un monstruo, le parece que es un demonio, el mismo diablo.

El niño solo puede decir:

—Malas palabras.

—Sí… malas palabras. Lo has entendido. ¡Buen chico!

Entonces recuerda la sugerencia del señor conejo:

«Deberías decírselo, quizá ella pueda ayudarte».

Sí, tal vez…

—¡Ayúdame, mamá!

Se deslizó en la espesa niebla y regresó al calor de su cobija, bajo la luz amarilla como el queso americano de aquella luna falsa que colgaba sobre su cama.  

Mamá atravesó la puerta, encendió la luz, hizo a un lado el conejo de peluche y abrazó al hijo.

—Oh, cariño, lo siento, tuviste una pesadilla.

—Una pesadilla no. Fue real.

Y comenzó a contarle todo: las malas palabras que creía que nunca iba a mencionar. La abrazó, la besó y supo que todo iba a estar bien.

Everardo Curiel

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Almendra | Reseña del libro

Autor: Won-pyung Sohn

Género: Narrativa

Editorial: Océano Gran Travesía

Número de páginas: 256 páginas

ISBN: 978-6075573076

Idioma: Español

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Yunjae observa a un psicópata que ataca a su madre y a su abuela (No es spoiler, lo dice la contraportada). No tiene miedo cuando ve correr la sangre, por eso no huye, y tampoco siente tristeza. ¿Qué le sucede a este adolescente?

Alexitimia

Así se llama el trastorno con el que nació Yunjae, el que le impide tener sentimientos como el miedo, la tristeza o la alegría. Tampoco es capaz de identificarlos en otras personas.

Conozco varias novelas que tratan el tema de la falta de sentimientos, aunque Almendra es la primera que leo en la que esta carencia se debe a un factor realista. Leerla nos ayuda a empatizar con quienes tienen alexitimia, y esto es importante porque muchos de ellos a menudo pasan por falsos diagnósticos, burlas y hasta agresión física.

Al final del libro hay una nota de la autora en la que reconoce que no es de las personas que participan activamente en cuestiones sociales, pero espera que su obra anime a las personas a que ayuden a jóvenes con condiciones como las que explora en Almendra.

“—Abuela, ¿por qué la gente dice que soy raro?

Sus labios se destensaron.

—Quizá sea porque eres especial. La gente no soporta cuando algo es diferente, mi pequeño monstruo adorable”.

¿De qué trata?

Almendra nos cuenta la historia de Yunjae, desde su nacimiento hasta el bachillerato, explorando con más detalle su etapa de adolescente, donde tiene que aprender a vivir solo, luego del incidente del psicópata. ¿Qué hará? ¿Lo que le enseñó su madre será suficiente para enfrentarse él solo a un mundo que muchas veces no entiende?

Mi experiencia de lectura

Es una novela que se lee muy rápido, gracias a sus capítulos cortos (sin desmeritar el hecho de que es una historia conmovedora). Solo un capítulo más, piensas antes de poner el separador, y terminas sumando más páginas de las que habías planeado adelantar.

Me enganché desde el comienzo. Después, como a la mitad del libro, empecé a temer que se convirtiera en algo que no me llevara a ningún lado, pues comenzaron a aparecer nuevos personajes de los que la autora cuenta su presente y pasado.

En los cursos y manuales de creación literaria, suelen advertir del peligro de escribir escenas o crear personajes que no aporten a la historia, aunque uno como autor piense que sí aportan. Incluso, muchas veces recomiendan eliminar todo eso que “no sirve”: “Ahora que terminaste tu primer borrador, tienes que quitar todo lo que se desvía del eje central. Son partes que el escritor necesita escribir para conocer a sus personajes y al mundo que los rodea, pero que el lector no necesita (ni quiere) leer”. Quien quiera aprender a contar una historia, haría bien en seguir esas recomendaciones. Sin embargo, de vez en cuando, alguien rompe las reglas y lo hace bien. Creo que es el caso de Won-pyung Sohn.

Conforme avanza la novela, se van atando cabos: algunos personajes que creía que eran secundarios adquieren protagonismo, y las escenas que me parecían irrelevantes cobran sentido. Aunque, siendo honesto, sí creo que sobran un par de ellas, pero eso no es tan malo pues, como mencioné anteriormente, los capítulos son cortísimos y no sentí que perdí tiempo leyéndolos.

En mi opinión, el último cuarto de la novela es lo mejor. No obstante, me cuestiono qué tan bien resulte ese final… No quiero desvelar más, pero si ya leíste esta novela, cuéntame qué te pareció.

Conclusiones

Una lectura recomendada, ágil, que trata un tema poco explorado en la literatura. Personajes con los que es fácil conectar. Dato curioso: la narración en primera persona es fría; te cuenta las cosas como las ve. Por ejemplo, si alguien está asustado, Yunjae describe cómo se le contrae el rostro, en lugar de decir que percibió el miedo en su mirada. El protagonista permanece impávido ante situaciones que afectarían el ánimo de la mayoría de las personas. Al principio puede resultar extraño, pero una vez que te “subes al tren” y decides creerle, se gana tu cariño

Valoración:

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Niebla | Reseña del libro

Autor: Miguel de Unamuno

Género: Narrativa

Editorial: Cátedra

Número de páginas: 302 páginas

ISBN: 978-8437603476

Idioma: Español

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Lecturas intimidantes

Últimamente me he enfrentado a lecturas tan especiales, que escribirles una reseña se ha convertido en una tarea difícil para mí. Una de ellas es Fahrenheit 451, la icónica obra de Ray Bradbury de la que, se suponía, hace tiempo les compartiría mi opinión y análisis. Lo siento, sé que lo prometí, pero no he logrado ordenar mis ideas para transmitir lo que significó para mí. ¡Ya lo conseguiré! Eso espero…

Sucede lo mismo con la novela (¿o debería decir «nivola»? Más adelante les explico) de la que hoy les vengo a platicar. Niebla es mi primer acercamiento a la obra de Unamuno y mi primera lectura del 2022. ¡Qué buen comienzo tuve! Tengo miedo de no poder expresar con claridad lo que pienso de ella. A caso ese sea el motivo por el que empecé escribiendo un párrafo hablando de otro libro, y sigo sin ir al grano. O sea, este escrito es un claro ejemplo de cómo no se debe empezar nunca un artículo. ¡El primer párrafo debe ser la introducción al tema, un vistazo general, el punto de arranque! Nunca hagas lo que estoy haciendo (inserta aquí el emoji de la carita con la sonrisa nerviosa, mientras una gota de sudor cae de su frente).

Bueno, intentaré ir al punto (ahora sí):

Si lees las reseñas que se han escrito sobre Niebla, pronto te darás cuenta de que casi ninguna menciona de qué va. Tal vez te den algunas pinceladas: la historia de un amor imposible entre dos personajes (Eugenia y Augusto). Ah, y de la mascota de Augusto: Orfeo, un perro que también es importante. Pero el mundo está lleno de novelas de amores imposibles, ¿cierto? Así que allí estás, intentando encontrar más de la historia, implorando no toparte con un spoiler sin previo aviso. No te enteras de mucho más, pero quienes reseñan intentan convencerte de que esta obra del señor Unamuno es muy buena, diferente, divertida y, al mismo tiempo, muy profunda. La interrogante te asecha: ¿vas a creerles ciegamente?

Sí, créeles. Sí, es la historia de un joven rico que se enamora de una muchacha huérfana, que pronto descubre que casarse con ella no será tan sencillo. Ah, y de su mascota (no olvidemos a Orfeo). Y sí, también tienen razón cuando dicen que es un libro diferente, divertido y con muchas ideas para reflexionar. Los diálogos son buenísimos, cómicos y a veces absurdos; me sacaron varias sonrisas. Si te animas a leer esta obra de Miguel de Unamuno, encontrarás una técnica narrativa inusual al día de hoy. ¿Cuánto más en el año de su publicación? Y el propio autor fue tan consciente de ello que se dio el lujo de nombrar «nivola» en lugar de «novela» a su creación.

Desde el prólogo, uno puede ir tanteándole el agua a los camotes

¡Uno de los personajes hace de prologuista! Una probadita de lo que está por venir: más adelante, los personajes sorprenden al lector, hablándole directamente.

En Niebla, Unamuno interrumpe la narración para hacer explicaciones, porque es el autor y puede hacer lo que le dé la gana:

“Mientras Augusto y Víctor sostenían esta conversación nivolesca, yo, el autor de esta nivola, que tienes, lector, en la mano, y estás leyendo, me sonreía enigmáticamente al ver que mis nivolesco personajes estaban abogando por mí y justificando mis procedimientos”.

Miguel de Unamuno es personaje, al mismo tiempo que autor. No lo explicaré, para que lo descubras por ti mismo.

Otras citas

“Aquí, en esta pobre vida, no nos cuidamos sino de servirnos de Dios; pretendemos abrirlo, como a un paraguas, para que nos proteja de toda suerte de males”.

“lo más liberador del arte es que le hace a uno olvidar que exista. Hay quien se hunde en la lectura de novelas para distraerse de Sí mismo, para olvidar sus penas …”

Conclusiones

Solo aplaudiré de pie. No más comentarios. Y si me piden que me ponga un poco quisquilloso, solo por decir algo, diré que hay unos pasajes —donde los personajes reflexionan sobre la existencia, la vida y la muerte— que están un poco extensos.

Valoración: Pensaba ponerle cuatro estrellas, aunque, mientras escribía esta reseña, me di cuenta de que me marcó más de lo que pensaba cuando terminé de leer el libro, días atrás. Por eso, cuatro estrellas y media, que se redondean a cinco. ¡Caso cerrado!

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Fiesta en la madriguera | Reseña del libro

Autor: Juan Pablo Villalobos

Género: Narrativa (Narconovela*)

Editorial: OCEANO (2019)

Número de páginas: 108 páginas

ISBN: 607557011X

Idioma: Español

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*Subgénero en que varios lectores han catalogado la novela.

¿Cómo sería hablar sobre el narcotráfico con el hijo pequeño de un narcotraficante?

No puedes esperar que haga una disertación elaborada de tres puntos, en la que explique cuáles son los efectos nocivos de las drogas y por qué su padre no debería distribuirlas por medio mundo, exterminando a quienes se interpongan en su camino. Es posible que ni siquiera sepa cómo su progenitor se gana la vida, como en el ejemplo que cuenta el standupero Carlos Vallarta: un narco le dice a su hijo que cuando le pregunten en la escuela por el trabajo del padre, responda que vende jergas. Hasta que llega el día que el muchacho tiene suficiente edad para comprender que el nivel de vida que llevan no es el de un vendedor de jergas.

Narcoliteratura

Quien no esté familiarizado con el género de la narcoliteratura podría pensar que se trata de historias que hacen apología al fenómeno social del narco (y las hay), similares a los narcocorridos, pero esta literatura puede tener otros objetivos: entretener, moralizar, o simplemente representar una realidad. Creo que esto último es el caso de Fiesta en la madriguera.

Cabe aclarar que, aunque esta historia podría considerarse una narconovela (yo le pondría esta etiqueta), no sé si Juan Pablo Villalobos esté de acuerdo. En cualquier caso, no es una novela “típica” del género. Hay que leerla para entender a qué me refiero.

El narrador y personaje principal

Tochtli es un niño y es el hijo de un narcotraficante. Le gustan los sombreros, los franceses y las guillotinas. Además, tiene un especial interés por usar palabras inusuales. Como ya se habrán dado cuenta, nuestro protagonista es un erudito en ciertos temas, pero desconoce otros, como lo diferente que es la vida para el resto de las personas en el país, o lo que significa realmente ser un narcotraficante. Así pues, él nos cuenta a través de las páginas de esta noveleta, cómo es su vida cotidiana: encerrado en una mansión (la madriguera), solo tiene contacto con su profesor particular, con su padre, con algunos empleados domésticos y con un político corrupto que los visita de vez en cuando. Tiene un pequeño zoológico personal, pero ahora quiere agregar un animal más a la colección: un hipopótamo enano de Liberia que está en peligro de extinción.

Nos muestra, desde su particular visión infantil, pero con un humor negro que puede llegar a horrorizar, cómo son los gajes del oficio de su padre. O cómo los percibe.

“A veces necesitan tres balazos, o hasta catorce. Todo depende de dónde les des los balazos. Si les das dos en el cerebro segurito se mueren. Pero les puedes dar hasta mil balazos en el pelo y no pasa nada, aunque debe ser divertido de mirar”.

“Nosotros no usamos tigres para los suicidios o para los asesinatos. Los asesinatos los hacen Miztli y Chichikuali con orificios de balas. Los suicidios no sé cómo los hacemos, pero no los hacemos con tigres. A los tigres los usamos para que se coman los cadáveres”.

Advertencia y conclusiones

Antes de escribir esta reseña, leí las de otros lectores y me di cuenta de que, a muchos de ellos, aunque les pareció una historia entretenida y redactada con originalidad, alegan que no sienten empatía por el personaje principal, y solo por eso les ponen una baja calificación. Pero vamos a ver… ¡Si ese era el objetivo del autor! Entiendo que es difícil sentir simpatía por un niño que cree que sería divertido mirar cómo matan a alguien. Pero no tienes que estar de acuerdo con todos los personajes, ni siquiera con los principales, para apreciar una buena novela. De todos modos, me siento con la responsabilidad de advertirte que, si eres una de esas personas, Fiesta en la madriguera no es para ti.

Por si alguien todavía no se ha dado cuenta, estoy en contra del narcotráfico y lamento todo el sufrimiento que ha causado, en especial a mi país, México. A pesar de eso o, mejor dicho, por esa razón considero que es una lectura a la que vale la pena darle una oportunidad. Es corta, fácil de leer y llena de humor negro que hace reír y reflexionar al mismo tiempo.

Valoración:

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Este año he elegido bien mis lecturas, porque la mayoría de ellas las he calificado con 4 estrellas. Esta no es la excepción. Sin embargo, sigo buscando libros que alcancen la valoración máxima. De las lecturas que llevo en el año, solo una lo ha conseguido. Ya te diré cuál es.

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Carnicero a tus zapatos | Un cuento

A sus cincuenta años, a Nicolás Pascual se le habían cerrado muchas puertas: las de la facultad de medicina, las de un empleo en la fábrica de chiles jalapeños en escabeche, las de la frontera —cuando le negaron su visa—, las del corazón de Delfina —o Nina, como Nico la llamaba—, que terminó casándose con un gringo con cara de pocos amigos. Tampoco se le habían acomodado las cosas para cumplir su sueño de convertirse en maratonista.

Nicolás Pascual heredó la carnicería de su padre, en la colonia Oblatos. Nunca había logrado aclientarse como hubiera querido, pero el changarro había prosperado lo suficiente para permitirle subsistir. De vez en cuando, tenía pedidos importantes, como el que debía entregar al día siguiente.

Aquella tarde bajó la cortina antes de lo acostumbrado. Total, ¿qué más daba una hora más o una menos? Pero, justo antes de cerrar, llegó un cliente de quién sabe dónde, pidiendo tres kilos de New York por favor, en cortes de pulgada y media, gracias… Nico resistió la idea de decirle que no, señor. Si no he podido quitarles a los gringos las tierras que nos robaron hace años, ni a mi Nina chula que se la llevó un güero sin gracia, ni el orgullo que perdí en el consulado, ¿cómo espera que tenga terrenos de New York, aunque sean de tres kilos?

No. Ese era un mal chiste. Nico se limitó a negar con la cabeza y a decirle que lo sentía mucho pero no tengo ese corte, y en su pensamiento terminó: mis clientes solo piden chorizo o hueso para el caldo, o carne para asar (de la que caiga). Y se entrega en filetes gruesos o delgados.

Si hubiera tenido un poco de voluntad, habría atendido a aquel cliente, pues, en honor a la verdad, sí tenía ese corte, pero le daba flojera despostar, a esa hora, la res entera que guardaba en refrigeración, en lugar de terminarse la espaldilla que todavía quedaba en el mostrador. Además, tenía un pedido para el día siguiente, y no podía arriesgarse a quedar mal.

Como decía: aquella tarde cerró su cortina antes de lo acostumbrado y entró en su ropero. Así le decía a la cámara frigorífica donde tenía dos medias reses. “Su ropero”. La había nombrado de esa manera, porque le parecía que las piezas de carne ensartadas en ganchos tenían un parecido con la ropa que se suele guardar colgada. Un día, cuando le contó a un sobrino aquella apreciación, este le contestó que claro que no, tío Nico. Tú estás bien loco.

Como decía: aquella tarde cerró su cortina antes de lo acostumbrado y entró en su ropero. Adentro no estaba Narnia, pero sí un mundo que visitaba con frecuencia sin que nadie lo supiera todavía. Allí estaban las dos mitades de res, colgadas una al lado de la otra, en un aparente intento de formar el rompecabezas, pero había algo más: su apreciada caminadora.

Nicolás pascual observó con deliberada atención el botón de emergencia antes de cerrar la puerta de aquél gélido lugar. El botón era la única manera de salir, si alguien se quedaba allí accidentalmente, o, en su caso, de manera voluntaria. Todo se puso oscuro. Sin ver absolutamente nada, fue hasta su caminadora, consciente de que había pasado muy cerca de las carnes que, en su curiosa imaginación, colgaban como dos elegantes esmóquines. Se había aprendido el recorrido de memoria. Se apoyó en el aparato y buscó por encima de su cabeza la cadenita del foco que había colocado él mismo. La luz amarillenta inundó la cámara.

Nico sopló y observó el vaho. Frotó sus manos; comenzaba a sentir el frío. Se despojó de sus ropas tan rápido como pudo y subió a la caminadora en calzones.

—Lamento que tengan que ver esto, señoritas.

Comenzó a avanzar, al tiempo que contaba:

—Uno, dos, tres, cuatro, cinco, seis.

Alcanzó la velocidad deseada y se mantuvo constante.

—Quince, dieciséis, diecisiete…

Había iniciado aquél excéntrico entrenamiento hacía un mes, luego de leer un artículo sobre el North Pole Marathon, el más frío del mundo. Se le había pasado por la cabeza que quizá era su oportunidad de abrirse una puerta y cumplir aquella meta tan anhelada de convertirse en maratonista. Si iba a correr en el Polo Norte, sobre el hielo y la nieve, a treinta y siete grados bajo cero y con vientos de más de cuarenta kilómetros por hora, tendría que entrenar para estar en forma y enfrentar las extremas condiciones climatológicas. La idea de la cámara frigorífica había saltado al instante, como un chispazo, y pensó que ser carnicero y tener un cuarto frío es una señal. Debo hacerlo.

—Cincuenta y tres, cincuenta y cuatro, cincuenta y cinco, cincuenta y seis… ¿Qué les parece, señoritas? ¿Creen que tengo posibilidades en ese maratón?

Nicolás pascual había conocido a las dos señoritas aquél mismo día, cuando se las trajeron del rastro municipal. Dos medias reses. Luego de engancharlas, se les había quedado viendo mientras en su rostro se asomaba una evidente confusión. Eran del mismo tamaño y tenían un peso similar. Podrían pertenecer al mismo animal, pero… ¿Y si no? Por si las dudas, las nombró diferente: Paquita y Panchita. Señoritas Paquita y Panchita. Un placer conocerlas.

Ahora, apreciable lector, le suplico pueda disculpar el giro que tomará la narración a partir de este momento; es menester, para conocer la perspectiva de Paquita y Panchita. Como bien dicen, hay que darles voz a quienes no tienen. Y estas señoritas, evidentemente no la tenían, pues les habían cortado la cabeza.

Habían llegado por la mañana a aquella carnicería de la colonia Oblatos. Cuando el hombre calvo que atendía el negocio se les quedó viendo con cara de circunstancia, tuvieron una premonición: las cosas se pondrían extrañas.

Para empezar, el carnicero había errado al ponerles nombres distintos, pues las dos medias reses pertenecían, en efecto, a la misma vaca. ¿Se llamaban Paquita o Panchita? Las dos mitades tuvieron una discusión:

—Creo que deberíamos llamarnos Panchita —dijo Panchita—, pues yo soy la mitad más importante.

—¡Qué dices? —saltó la otra—. Según tú, ¿por qué eres la más importante?

—Pues porque a mí me marcó nuestro anterior propietario. ¿No lo recuerdas? ¿Cómo lo vas a recordar, si fui yo la que sufrió el hierro caliente en la pata trasera, encima del corvejón? Sin esa marca, no tendríamos identidad.

—¡Claro que lo recuerdo! Tú y yo somos una, y también me dolió —respondió la parte izquierda, profundamente resentida—. Se te olvida que ya te quitaron el cuero y, con él, la marca. Además… yo tengo mejores razones para ser más importante —se regodeó.

—¿A sí?

—Ajá…

—Pues cuéntame.

—Yo soy la parte izquierda, el lado donde teníamos el corazón. Sin él, nunca habríamos llegado a tener vida. Por tal motivo, considero que deberíamos llamarnos Paquita —zanjó la media res a la que Nicolás Pascual había puesto aquel nombre.

—¡No seas mensa! Solo las personas tienen el corazón del lado izquierdo, ¿o también nosotras? En todo caso, ya te quitaron el corazón. Tu argumento no es válido.

De repente, ambas sintieron que no había manera de encontrar solución a tamaño conflicto existencial. Entonces, Paquita se sintió ridícula, pues estaba hablando consigo misma; con su otra mitad, pero consigo misma, al fin. Panchita hizo lo propio y se reprochó por ser tan frágil de mente, pues ¿cómo es posible que estés hablando contigo misma como si de otra se tratara?

—Trastorno de identidad disociativo —dijo una, para sí misma, pero la otra (que también era ella misma) alcanzó a escuchar.

—¿Qué?

—Eso es lo que tenemos. También se le conoce como trastorno de personalidad múltiple.

—¿De dónde sacaste eso?

—No lo sé…

En esas estaban, cuando entró el carnicero a la cámara frigorífica y se desnudó antes de ponerse a correr en la caminadora que estaba en el centro.

—Lamento que tengan que ver esto, señoritas.

Era perturbador ver las carnes flácidas del calvo rebotando como gelatina.

—¿Por qué cuenta los pasos si la caminadora puede hacerlo por él? —preguntó la media res izquierda.

La otra se habría encogido de hombros, es decir, del hombro derecho, si no estuviera muerta.

—Cincuenta y tres, cincuenta y cuatro, cincuenta y cinco, cincuenta y seis. ¿Qué les parece, señoritas? ¿Creen que tengo posibilidades en ese maratón?

Un accidente impidió que respondieran. Y, aunque lo hubieran hecho, Nicolás Pascual no las habría escuchado, porque estaban muertas. Bien muertas.

Las señoritas no supieron si por equivocación o por presumir, el calvo subió la velocidad de la caminadora, a tal grado, que no pudo mantener el equilibrio y salió disparado; con tan mala suerte, que fue a dar de bruces contra el piso y se rompió la frente.

Nicolás Pascual duró una hora inconsciente, antes de morir. La causa de la muerte la determinarán los especialistas, pero, ya sea por hipotermia o por desangramiento, así terminó su vida.

A sus cincuenta años, a Nicolás Pascual se le habían cerrado muchas puertas. Irónicamente, la que cerró él mismo (la de la cámara frigorífica) fue la que impidió que su sobrino lo encontrara a tiempo para salvarle la vida. Tan solo un minuto después del accidente, se había metido al local por la puerta de atrás. Nico le había confiando la llave para entrar en caso de necesitar carne en los horarios que la carnicería permanecía cerrada. Sacó la espaldilla del mostrador, dejó el dinero en la caja y se fue.

Este no es un final triste. No del todo. Para que pueda comprender a qué me refiero, ruego al lector, me permita cambiar una vez más el enfoque de la cámara, y ponerla en Nicolás. Dentro de su cabeza.

En la mente se pueden hacer proezas inimaginables. En la mente lo imposible puede volverse real. Nicolás Pascual estaba participando en el North Pole Marathon. No entendía por qué en calzones, pero iba feliz. Hacía mucho tiempo que había dejado atrás a sus contrincantes y ya podía ver la meta. Apretó el paso con el corazón a punto de salirse. Cuando rompió el listón, no sabía si las lágrimas eran de frío o felicidad. Una hora fue suficiente. Así rompió el récord de tres horas con treinta y seis minutos y diez segundos que había establecido Thomas Maguire en el año 2007.

Después, todo se volvió negro.

Everardo Curiel

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Las uvas de la ira | Reseña del libro

Autor: John Steinbeck
Género: Narrativa
Editorial: Alianza
Número de páginas: 688
ISBN: 9788491813590
Idioma: Español

Quiero recomendarles una novela extraordinaria. En las uvas de la ira acompañaremos a una familia que es obligada, por los bancos y las condiciones laborales durante La Gran Depresión, a dejar su tierra de origen junto a los sembradíos de algodón en el estado de Oklahoma, para migrar dentro de su país en busca de trabajo y de un sueño. La familia Joad es una de tantas que de la noche a la mañana se quedan sin nada, y tienen que aprender a vivir un estilo de vida nómada, y todo lo que eso conlleva.

Una historia sencilla y, al mismo tiempo, compleja

Cada elemento en ella tiene una razón de ser. Un ejemplo es la escena de una tortuga que siempre camina en la misma dirección, no importa las veces que alguien perturbe su camino, siempre vuelve a caminar en la misma orientación. Podría parecer que únicamente forma parte del contexto, un detalle curioso, pero es más que eso: es un avance de lo que está por suceder con la los Joad, que viajarán con la “casa” a cuestas, con un destino en mente, pero con muchos obstáculos.

John Steinbeck dibuja unos personajes tan bien definidos que llegas a sentir empatía por algunos y a odiar a otros. Dicho sea de paso: aunque la narración está en tercera persona, la mayor parte está contada con un acercamiento a un joven, Tom Joad, como si una cámara lo siguiera de cerca, a través de la cuál podemos experimentar lo que vive. Quizá por eso muchos consideren que es el personaje principal, pero, desde mi punto de vista, quien carga con más protagonismo es la madre, una mujer de carácter que toma las riendas de la situación y lucha por el bienestar de su familia, que a pesar de querer mostrarse fuerte, de vez en cuando se quiebra y nos deja ver su lado más frágil.

Las descripciones que hace el autor son exquisitas

Para que se hagan una idea, les comparto un fragmento:

«En el cielo, gris entre las estrellas, brillaba una pálida luna tardía en cuarto creciente, etérea, fina. Tom Joad y el predicador caminaban rápidamente por un camino abierto por las huellas de ruedas y de tractores a través de un campo de algodón. Solamente el desigual cielo mostraba la llegada de la aurora, marcando el horizonte en el este con una línea inexistente en el oeste«

El lector de este libro debe ser paciente y no esperar escenas de acción cada dos páginas. Es una historia extensa que se va cocinando lentamente y que haría bien en disfrutar como se hace con los olores de un platillo muy elaborado, que llenan la casa aun cuando falta mucho tiempo —horas, quizá— para que esté listo.

Otras cosas a resaltar:

Con esta obra, Steinbeck hace una crítica al capitalismo y a problemáticas sociales de su tiempo, que se hace más evidente en los capítulos cortos donde se describen las condiciones laborales de la época. Estos se alternan con los más largos, en los que se cuenta la trama central. Además, podemos apreciar la influencia de su amigo y mentor, el biólogo Ed Ricketts, con claras posturas ambientalistas.

Reitero mi recomendación, con la advertencia de que la lectura puede parecerle lenta a algunos lectores. Incluso, habrá más de uno que crea que sobran unas cuantas páginas, según qué temas sean de su interés.

Si le dan una oportunidad a esta novela, o si ya lo hicieron, me gustaría conocer su opinión.

Valoración:

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Cómo conseguir libros gratis o muy baratos | Parte 2

Esta es la segunda parte donde te contaré cómo conseguir libros gratis o a bajo precio, de manera legal. Vamos directo al grano:

Sorteos

Algunos autores tienen dinámicas en las que sortean sus libros, en especial dentro de las primeras semanas o meses, luego de publicarlos. Por cierto, ¿sabías que próximamente sortearé mi novela Lenguas de los condenados? Si estás leyendo esto antes del día 5 de julio del 2021 todavía estás a tiempo de participar. ¿Qué tienes que hacer? Únicamente suscribirte a mi boletín, haciendo clic aquí. Yo te enviaré las instrucciones a tu correo electrónico. Si se te pasó la fecha, te invito a que te suscribas de todos modos, porque en el fututo habrá más regalos.

Intercambios de libros

Esta opción me encanta y tiene muchas variaciones. ¿Tienes un libro que disfrutaste mucho, que te gustaría compartir con alguien más? ¡Excelente! Aunque no lo creas, hay más personas dispuestas a intercambiar sus libros contigo. Pero, OJO, ten en cuenta esta regla no escrita: no se vale ofrecer uno, solo porque no le ves valor y quieres deshacerte de él. La idea es intercambiar libros en buen estado, o, al menos, en condiciones similares. Además de intercambiar con amigos o conocidos, también hay ciudades que tienen puntos de intercambio de libros, para dejar el tuyo y tomar otro. ¿Donde vives no existe uno? ¿Por qué no tomar la iniciativa? Estoy seguro de que más de un lector te lo agradecerá. También puedes encontrar puntos virtuales. Por ejemplo, grupos en Facebook u otras redes sociales. Subes la foto de algún ejemplar y esperas a que otro usuario te ofrezca. También hay grupos de préstamo, donde debes regresar el libro después de leerlo.

Bibliotecas públicas

Una opción tradicional. Siempre han estado allí, pero rara vez nos acordamos de ellas. Suelen ser lugares tranquilos para leer. Además, muchas tienen servicio de préstamo, también.

Liberación de libros

También conocido como bookcrossing, es un movimiento internacional que promueve la liberación desinteresada de libros. Quizá algún día te encuentres uno en la mesa de alguna cafetería, una banca en el centro histórico de tu ciudad, o en algún parque. Pensarás que alguien lo olvidó y buscarás con la vista a su dueño que debería estar buscándolo, para regresárselo (eso deberíamos pensar todos, je, je, je). Si no encuentras al dueño, hojearás el libro y en la primera carta verás un mensaje similar a este: “Hola, si te encontraste este libro, es para ti. Solo te pido que, a cambio, liberes otro. Así fomentamos la lectura”. Por favor, ¡no rompas la cadena! Es más, tu puedes iniciar una hoy mismo.

Ofertas

En las librerías tradicionales siempre hay libros a precios accesibles. Quizá te lleve tiempo buscar entre los estantes, pero, si eres de los míos, sabrás que no es un problema. Muchos lectores amamos pasar tiempo viendo portadas y leyendo sinopsis. Habrá veces en las que encontrar precios bajos es más sencillo, pues vienen marcados con una etiqueta de otro color, o están en secciones especiales de ofertas.

Recomendación 1: Hay temporadas en las que todos los libros (o gran parte de ellos) están en rebaja. Pero, ¡cuidado!, que no te timen. Hay casos en los que las ofertas no son reales. Por ello te aconsejo que vayas a la librería semanas o meses antes de estas fechas y veas cuánto cuestan los títulos que te interesan. Así podrás darte cuenta si realmente te están haciendo el descuento que dicen.

Recomendación 2: Las librerías grandes con varias sucursales casi siempre tienen una página en internet, donde puedes consultar su catálogo. Además de buscar por autor, título o género, muchas veces tienes la posibilidad de ordenar la lista por precio. Seguro que encuentras un buen libro por menos de lo que te hubieras imaginado.

No hay excusa para no leer buenos libros. ¡A por ellos!

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Cómo conseguir ibros gratis o muy baratos | Parte 2

Esta es la segunda parte donde te contaré cómo conseguir libros gratis o a bajo precio, de manera legal. Vamos directo al grano:

Sorteos

Algunos autores tienen dinámicas en las que sortean sus libros, en especial dentro de las primeras semanas o meses, luego de publicarlos. Por cierto, ¿sabías que próximamente sortearé mi novela Lenguas de los condenados? Si estás leyendo esto antes del día 5 de julio del 2021 todavía estás a tiempo de participar. ¿Qué tienes que hacer? Únicamente suscribirte a mi boletín, haciendo clic aquí. Yo te enviaré las instrucciones a tu correo electrónico. Si se te pasó la fecha, te invito a que te suscribas de todos modos, porque en el fututo habrá más regalos.

Intercambios de libros

Esta opción me encanta y tiene muchas variaciones. ¿Tienes un libro que disfrutaste mucho, que te gustaría compartir con alguien más? ¡Excelente! Aunque no lo creas, hay más personas dispuestas a intercambiar sus libros contigo. Pero, OJO, ten en cuenta esta regla no escrita: no se vale ofrecer uno, solo porque no le ves valor y quieres deshacerte de él. La idea es intercambiar libros en buen estado, o, al menos, en condiciones similares. Además de intercambiar con amigos o conocidos, también hay ciudades que tienen puntos de intercambio de libros, para dejar el tuyo y tomar otro. ¿Donde vives no existe uno? ¿Por qué no tomar la iniciativa? Estoy seguro de que más de un lector te lo agradecerá. También puedes encontrar puntos virtuales. Por ejemplo, grupos en Facebook u otras redes sociales. Subes la foto de algún ejemplar y esperas a que otro usuario te ofrezca. También hay grupos de préstamo, donde debes regresar el libro después de leerlo.

Bibliotecas públicas

Una opción tradicional. Siempre han estado allí, pero rara vez nos acordamos de ellas. Suelen ser lugares tranquilos para leer. Además, muchas tienen servicio de préstamo, también.

Liberación de libros

También conocido como bookcrossing, es un movimiento internacional que promueve la liberación desinteresada de libros. Quizá algún día te encuentres uno en la mesa de alguna cafetería, una banca en el centro histórico de tu ciudad, o en algún parque. Pensarás que alguien lo olvidó y buscarás con la vista a su dueño que debería estar buscándolo, para regresárselo (eso deberíamos pensar todos, je, je, je). Si no encuentras al dueño, hojearás el libro y en la primera carta verás un mensaje similar a este: “Hola, si te encontraste este libro, es para ti. Solo te pido que, a cambio, liberes otro. Así fomentamos la lectura”. Por favor, ¡no rompas la cadena! Es más, tu puedes iniciar una hoy mismo.

Ofertas

En las librerías tradicionales siempre hay libros a precios accesibles. Quizá te lleve tiempo buscar entre los estantes, pero, si eres de los míos, sabrás que no es un problema. Muchos lectores amamos pasar tiempo viendo portadas y leyendo sinopsis. Habrá veces en las que encontrar precios bajos es más sencillo, pues vienen marcados con una etiqueta de otro color, o están en secciones especiales de ofertas.

Recomendación 1: Hay temporadas en las que todos los libros (o gran parte de ellos) están en rebaja. Pero, ¡cuidado!, que no te timen. Hay casos en los que las ofertas no son reales. Por ello te aconsejo que vayas a la librería semanas o meses antes de estas fechas y veas cuánto cuestan los títulos que te interesan. Así podrás darte cuenta si realmente te están haciendo el descuento que dicen.

Recomendación 2: Las librerías grandes con varias sucursales casi siempre tienen una página en internet, donde puedes consultar su catálogo. Además de buscar por autor, título o género, muchas veces tienes la posibilidad de ordenar la lista por precio. Seguro que encuentras un buen libro por menos de lo que te hubieras imaginado.

No hay excusa para no leer buenos libros. ¡A por ellos!

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Cómo conseguir libros gratis o muy baratos | Parte 1

Por algún extraño motivo, yo pensaba que la razón principal por la que muchas personas no tiene el hábito de la lectura era porque una bruja, que vivía en una alcantarilla de alguna conocida ciudad, había lanzado un hechizo. Así que hice una encuesta con mis amigos de Facebook para ver si ellos habían llegado, como yo, a la misma conclusión lógica. Me equivoqué. Los resultados fueron similares a los datos del INEGI, que en el 2020 mostró que el 43.8% de las personas que no leen lo atribuyeron a la falta de tiempo, 27.8% al desinterés y solamente el 1.3% a la falta de dinero.

Para intentar aportar mi granito de arena e impulsar la lectura, escribiré algunos artículos con ideas para cuando nos enfrentemos con estas problemáticas: falta de tiempo, desinterés y falta de dinero. Empecemos con esta última.

Hoy quiero mostrarte que, a pesar de que varias de las novedades en los aparadores de las librerías tienen precios que no todos pueden permitirse pagar, existen alternativas para leer a bajo costo o gratis. ¡Y de manera legal! Sin dar más rodeos al asunto, marear la perdiz, enrollarme como una persiana, etc., vamos a ello:

Libros de Dominio Público

Son aquellos que no generan beneficios económicos al no estar bajo derechos de autor. Esto sucede, por lo general, setenta años después de la muerte del autor. Por poner un par de ejemplos, mencionaré Frankenstein, de Mary Shelley y Viaje al centro de la Tierra, de Julio Verne. Estos son solo algunos de los enlaces donde puedes descargar, gratis, libros de esta categoría (tanto de ficción como de no ficción):

Proyecto Gutenberg: https://www.gutenberg.org/

Planeta Libro: https://planetalibro.net/

OpenLibra: https://openlibra.com/es/collection

Feedbooks: http://es.feedbooks.com/publicdomain

Biblioteca Cervantes Virtual: http://www.cervantesvirtual.com/

Literanda: https://www.literanda.com/

Libros electrónicos

Quizá ahora estás pensando: “Sí, sí, pero a mí no me gustan los libros antiguos”. Comprendo que muchos textos del dominio público a veces exigen más atención, debido a que están ambientados en un contexto lejano al nuestro, escritos desde una cosmovisión distinta a la que tenemos nosotros y con estructuras narrativas que pueden parecer lentas, comparadas con las de los libros contemporáneos. Además, muchos de ellos están llenos de palabras y frases que ya son anticuadas. Sin embargo, dentro de esas líneas que parecen despedir olor a guardado, seguro que podemos encontrar tesoros, historias increíbles y plumas de autores que no pasan de moda.

Ya que te he soltado un sermón, tengo una buena noticia: también es posible leer a autores contemporáneos (muchos tan buenos como los clásicos), sin que nos cueste un ojo de la cara. El secreto es este: libros electrónicos. Por lo general son mucho más económicos, pues no se gasta en la impresión en papel. ¿Cómo pueden conseguirse? Hay muchas tiendas en internet, donde los puedes encontrar. Yo te recomiendo Amazon, que puede que sea la tienda con más títulos disponibles.

Permíteme aprovechar este espacio para publicitar mi novela Lenguas de los condenados. Se consigue en Amazon (Clic aquí), en digital y papel. Si la quieres en físico y vives en México, también puedes escribirme a contacto@everardocuriel.com, para enviarte un ejemplar firmado y con dedicatoria (el costo es de $250.00 MXN más cuarenta pesos de envío). Fin del anuncio.

Todavía hay más. Y perdona que siga con el tema de Amazon, pero es que creo que esta plataforma tiene muchas cosas interesantes. Por ejemplo: Kindle Unlimited, que quizá te interese si eres de los que son capaces de leer varios libros al mes o a la semana. Es un servicio de tarifa plana, en el que al suscribirte tendrás acceso a un catálogo de más de un millón de títulos (y el número sigue creciendo cada día). Algo así como un Netflix de libros. Obtén una prueba gratuita de un mes, haciendo clic en este enlace: https://amzn.to/35dUvWJ

Autores regalan sus libros

Así es. Hay muchos autores que regalan sus libros, a través de sus páginas web, plataformas como Amazon, etc. Por eso es importante que sigas a escritores de tus géneros favoritos para que no te pierdas esos regalos. Además, en los sitios de internet de muchos de ellos es frecuente encontrar cuentos, relatos o fragmentos de sus obras. De acuerdo, estos últimos no se pueden considerar libros, pero somo si lo fueran. No tienen el formato portada, índice, contenido, etc., aunque no significa que carezcan de calidad literaria.

En mi página, por ejemplo, puedes leer algunos de mis cuentos. Un ejemplo más es el sitio web del escritor Sergio Yalú, donde hay relatos estupendos, entre ellos, El fin, Malicia y Patos Salvajes, que conforman su libro Oscuranda. Échale un ojo: https://sergioyalu.wordpress.com/

La red está llena de contenido gratuito, para gustos de todos los géneros e intereses.

Segunda mano

Ya te compartí varias opciones para leer en digital, y es que los libros electrónicos tienen muchos puntos a favor (tema para otro artículo), pero las veces que he hablado de ellos, más de una persona me ha dicho que prefiere el papel. Y reconozco que hay algo insustituible en las paginas al tacto.

Que no cunda el pánico. En las librerías de segunda mano, además de encontrar ejemplares a precios razonables, te puedes topar con auténticas gangas. Y de paso vivir la experiencia de adentrarte en los pasillos y encontrarte alguna reliquia de mucho valor. Estos lugares son misteriosos, únicos y fascinantes a la vez.

Hay más

Aquí terminaré este artículo, pero habrá una segunda parte, porque conozco más maneras de conseguir libros gratis o muy baratos y quiero compartírtelas. Espérala pronto.

Felices lecturas.

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Lazos mortales | Reseña del libro

Autor: Phillip Margolin

Género: Thriller judicial / Thriller político

Editorial: Ediciones B

Número de páginas: 432 páginas

ISBN-10: 8466617802

ISBN-13: 978-8466617802

COMPRAR

Nota: por lo pronto, el libro se encuentra en Amazon solo en papel, en idioma inglés. En español se puede comprar a través de otras plataformas, aunque está muy escaso. Si lo consigues, considérate afortunado. Vale la pena buscarlo.

Mafiosos infiltrados en la política, políticos envueltos en escándalos sexuales, guerra sucia por el poder, asesinos a sueldo, prostitución, un hombre acusado de la muerte de su propio abogado y de un senador norteamericano. De todo esto trata la novela, pero hay mucho más. ¡Tengan en cuenta que no estoy haciendo ningún spoiler!

Amanda Jaffe es la única abogada que está dispuesta a luchar por su cliente, quien insiste en su inocencia y niega los dos asesinatos que se le atribuyen, aunque ella no puede creerle tan fácil. Si es verdad que mató a su anterior abogado, es probable que ella misma corra peligro. Por otro lado, ¿podría este hombre matarla, siendo que ella está intentando ayudarlo?

Esta novela muestra lo que muchos sospechan que ocurre en las altas esferas del poder, pero rara vez se atreven a decir en voz alta. Acontecimientos difíciles de creer y al mismo tiempo muy posibles.

Una historia que pocos conocen

Ya lo he dicho antes: me considero un Indiana Jones de la literatura. Me fascina descubrir libros buenos que pocos conocen. Lazos mortales es uno de esos casos. Lo encontré en una tienda de usados. Una compra acertada. Después me di cuenta de que casi no tiene reseñas en español, y es que Phillip Margolin es poco leído en este idioma. Tan es así, que en Amazon está a la venta solo en formato físico (inglés y pasta blanda) y a un precio nada barato.

Mi opinión

Se trata de un thriller en el que ocurren muchas cosas, por lo que en ningún momento se vuelve lento. Si te gustan las tramas bien elaboradas, este es tu libro; justo cuando crees que el conflicto se está solucionando, te das cuenta que apenas has visto la punta del iceberg.

“Lasos mortales lo tiene todo: unos personajes carismáticos, unos giros en la trama inesperados y un final de gran fuerza”.

Booklist

Definitivamente me gustó. ¿Ya dije que lo leí dos veces? Solo tengo un “pero”: el inicio puede resultar un poco enredoso, pues Margolin pone todos los personajes sobre la mesa (o sobre las páginas, mejor dicho) desde un principio, casi al mismo tiempo, y al ser tantos se complica recordar sus nombres y su papel en la historia. No hay que desesperarse, una vez superadas las primeras cuarenta páginas, la lectura marchará sobre ruedas.

Recomendable si te gustan los géneros de acción, espías y thrillers judiciales.

Algo interesante es que, como en muchas novelas de este género, el autor ejerció como abogado criminalista por muchos años, antes de dedicarse a la escritura. Y su conocimiento se ve reflejado en este libro.

“Margolin logra una vez más crear una acción intensa a partir de sus amplios conocimientos legales y su soltura narrativa”.

Publisher Weekly

A tener en cuenta

No me puedo despedir sin mencionar lo siguiente: por los temas tratados en Lazos mortales, hay unas cuantas escenas de violencia y prostitución. Quizá no sea recomendable para todo tipo de público.

Valoración:

COMPRAR

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