S. Bonavida Ponce's Blog, page 30

July 16, 2017

Hastaterrestres


«Somos los Borg, bajen sus escudos y rindan sus naves, añadiremos sus características biológicas y tecnológicas a las nuestras. La resistencia es fútil»Star Trek - Primer contacto
        



        Habíase un lugar,        Procyon.
        En Canis Minoris, el planeta más alejado en la órbita de Procyon, se repetía el eterno drama cósmico de una madre por querer dar de comer a su retoño.        —¡No guta! ¡No guta!        El pequeño R’on’Llö apartaba con disgusto la cucharada de comida de en frente de la cara. La gran piedra ovalada, en el centro de la vivienda, contenía la masa viscosa de nenúfares iridiscentes mezclados con especias de jannabis. En aquel recipiente toda la familia introducía su lengua bífida y disfrutaban del sustento familiar. Bueno, toda la familia no, ya que el pequeño J’or’Llön aún no poseía una lengua lo suficiente desarrollada como para alcanzar la sustancia del interior.        El trabajo de su progenitora, L’aMenT’ea, se veía dificultado por la obstinación de su pequeño de apartar con constancia la comida que ella le acercaba con tanto amor. Los siete ojos de la amantísima madre observaban hartos en distintas direcciones, a saber: dos observando con cariño a su pequeño, uno cerrado descansando la pupila, tres enfurruñados y el último mirando la hora en el reloj holográfico de pared. «Tres horas. Tres horas para darle de comer».        —R’on’Llö —gritó su madre— si no haces caso, ¡vendrán los Hastaterrestres y te comerán!        Invocar el nombre de los Hastaterrestres rara vez fallaba. Los siete ojos de la criatura, inmóviles en su contemplación, se quedaron observando a su madre, que le observaba ahora con pena. Pero ya no mostraban terror.        —Nooooooo... No miedo. No existen Hastaterrestres.        —¿Cómo que no existen? ¿Quién te ha dicho semejante aberración?        —Hermana M’aRaian’Na dijo que Hastaterrestres no existen. Dice que invención de madre para dar de comer asco nenúfares.        «Después tendré unas palabras con mi hija», pensó la pobre madre que comenzaba exudar gotas verdes de pura ansiedad.        —¿Con qué eso te ha dicho M’aRaian’Na? Ya verás tú sí existen o no.        En otros tiempos, L’aMenT’ea hubiera levantado su enorme cola reptiliana y le hubiera aplicado un correctivo -sin proporcionarle daño mortal- en toda la cara a su pequeño. Por desgracia, la educación cambiaba a un ritmo alarmante, y la moda en Procyon había modificado aquellas actitudes, que ahora resultaban tan retrógradas. El círculo de ancianos milenarios había sido substituido recientemente por los adoradores de Procy, estos aseguraban que sustituir el daño corporal por un parlamento prolongado creaba Procyonanos más inteligentes, más proclives al discurso y por ende más intelectuales. También poseía un añadido interesante según las nuevas corrientes, los pequeños presentaban menos cicatrices traumáticas, y por ende, el gasto en sanidad Procyonana bajaría mucho.        L’aMenT’ea subió la cola por instinto pero enseguida la bajo. Su hijo ni se inmutó ante aquel gesto que para él no significaba nada.        —Ven, señorito, ya verás si existen o no. ¡Te vas a Procyonar vivo!        La madre, con sus cuatro extremidades, agarró en volandas al pequeño, quien no se quejó y se dirigieron al ático de la vivienda. Allí disponían de toda clase de instrumentos de medición, análisis y otros elementos extraños que no vienen a cuento de ser narrados. Entre aquellos objetos había un catalejo sideral. Un instrumento capaz de observar miles de parsecs a la redonda. Sin soltar a su pequeño, calibró la máquina y enfocó en una dirección concreta del universo. En aquella posición, en una migaja cósmica escupida en medio del espacio, residía un sistema con un pequeño sol anaranjado tipo-G alrededor del cual orbitaban nueve planetas. Con la lengua accionó la función de zoom y la acción produjo un aumento en pantalla. Un planeta que presentaba una gran variedad de colores azules, verdes y cúmulos blancos se presentó en la interface.        —¡Observa! ¡Observa con detenimiento a los Hastaterrestres! — Y dicho esto sentó a su pequeño en su regazo y le permitió observar con los siete ojos por el catalejo sideral.        Lo que vio el pequeño R’on’Llö lo dejó aterrado. Un mundo de asqueroso color azul -aquel color le recordaba a los mocos de la monstruosidad de G’odZ’illaz- una tonalidad propia de sus más temidas pesadillas. Después, la madre accionó con habilidad el zoom para que su pequeño pudiera observar aquella raza de seres bípedos, deformes e inadaptados. «¿Solo dos ojos?¿Solo dos manos?». Pero lo que más le asustó fue espiar la ingesta adquirida por aquellos seres bípedos. Comían insectos, lagartos, hormigas... Las formas comestibles le recordaron a su amigo H’orm’igüin de la guardería. El horror transfiguró el rostro del pequeño, quien con sobresalto, apartó los sietes ojos del catalejo sideral.        —No, ma’mmá. No, ma’mmá. Nene quiere nenúfares. Hastaterrestres malos. Hastaterrestres malos.        L’aMenT’ea sonrió al fin satisfecha con su lengua bífida.
        —Recuerda, R’on’Llö, si no comes nenúfares... ¡Vendrán los Hastaterrestres y te comerán!

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on July 16, 2017 12:00

July 14, 2017

VIDEORELATOS ⁂ NUTLET y Agradecimientos ⁂

«Hay más cosas en el cielo y en la tierra, Horacio, que todas las que pueda soñar tu filosofía»Hamlet 1.° acto, escena V
Estimados,

Videorelato: NUTLET, cualquier parecido con Hamlet de William Shakespeare, es cierto. ^^

Además, realizamos un bonito agradecimiento a un montón de seres del mundo virtual.

Abrazos.
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Published on July 14, 2017 07:00

July 9, 2017

Susurros de NUTLA: los cortantes

«Surgió una duda de carácter inclusivo en la Academia de Estudios Estúpidos. Se discutía acerca de la decisión de adjetivar a la Muerte: ¿es puta o es puto? ¿Posee género? Nadie ha levantado los faldones de tan execrable ser para corroborar su sexo»NUTLA
        Los cortantes: «tenemos que hablar»
        Es esa frase muy utilizada por los cortantes. Un eufemismo de gran valor al que recurren esa estirpe maléfica de seres denominados los cortantes. Pequeños, enjutos, oscuros, con miradas lindas que enmascaran una antigua maldad. En el interior de sus dedos esconden pequeñas cuchillas retráctiles que, llegado el momento, extraen con felina voluntad. Las hojas, muy afiladas, las utilizan para rebanar corazones, ojos, orejas y demás despojos epidérmicos en sus víctimas.
        Dice una leyenda, que la Muerte fue una cortante en sus buenos tiempos, después evolucionó hasta el ser que conocemos hoy día...

        Los cortantes no esperan un diálogo, eso ya quedó claro, poseen un discurso preparado de antemano para producir un estado somnífero en su víctima.
        ¡Qué no te puedas defender, estúpido!
        El monólogo lo inician con la ejecución de su autoría, «tenemos que hablar» en el momento en que su víctima no lo espera. Suelen estar sentados de frente, no por valor, ni por misericordia. Les encanta disfrutar con la acuosa mirada del otro antes de destrozarlo.
        La víctima, por norma, no ofrece resistencia. El discurso empezado con la anestesiante frase los deja por norma indefensos. Las cuchillas en los dedos pasan rápidas por el corazón, los ojos y las orejas del incauto desválido. Esos dedos -ahora cuchillas- han sido afilados durante días y, en ese momento, asestan las cuchilladas del ansiado banquete final.
        —Tenemos que hablar —afirma el cortante.
        Pero esa frase es una gran mentira. El cortante no espera hablar. Solo espera cortar.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on July 09, 2017 12:00

July 2, 2017

Cortázar me robó

«En suma, desde pequeño, mi relación con las palabras, con la escritura, no se diferencia de mi relación con el mundo en general. Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas»
Julio Cortázar

        Maldito. Si, como lo estáis leyendo. Maldito Cortázar y toda su estirpe literaria. Nací demasiado tarde, esa ventaja fue aprovechada por el bellaco, que desde su alejado meridiano temporal me robó una creación de mi inventiva. Claro, podríais dispensarlo de tan réproba conducta, aduciendo que su nacimiento fue anterior. Pero no, no es excusa.         Os explico: hallábame yo disfrutando, por orden imperativa de Panith, de Cronopios y famas, un recopilatorio de relatos de dicho autor, cuando sin previo aviso comencé a leer un relato.         ¿Cómo? Pero... si esto lo he escrito yo. Y así era, allí estaba con toda su magnificencia, un relato de mi autoría, en un libro del infame Julio. No era únicamente un cruce de ideas, no vayáis a pensar en esas casualidades coelhísticas del universo, donde los pensamientos de un par de escritores se cruzan originando una misma idea. No, no se trataba de una azarosa causalidad cósmica. Estaba copiado, que digo copiado, calcado palabra por palabra, coma por coma, hasta mi querido asterismo estaba allí...⁂
        Flotando en medio de una línea en blanco, después de tres puntos suspensivos, formando con sus tres estrellas resplandecientes el bello triángulo que le da forma. Mostrando con su presencia la evidente pista del crimen cometido contra la intelectualidad ajena, ¿desde cuándo Cortázar ha utilizado asterismos?        Leí la narración hasta el final. Esperaba encontrar, quizá en alguna página, un giro o contragiro, que arrastrara al pequeño relato por otros derroteros. Lamentablemente, a medida que avanzaba en mi lectura, al principio con desconcierto, después con exasperación, se iba perpetrando con más alevosía aquel vil plagio.

        Maldito. Pero, ¿quién se cree que es para robarme mi relato?                                           Entonces, me adormilé, y habiéndome Cupido serenado del enfado, salí de mi asombroso asombro sin asombro, pues me di cuenta de un singular hecho...

        Cortázar, era yo.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on July 02, 2017 12:00

June 30, 2017

VIDEORELATOS ⁂ Rising to the sky ⁂


«La esperanza es como la lluvia...»UTLA



Estimados,

En youtube, nueva historia: «Rising to the sky».
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Published on June 30, 2017 07:27

June 26, 2017

AUDIORELATOS ⁂ Cosmogeólogo ⁂


«La razón última de un cosmogeólogo es preservar los objetos alienígenas en su entorno natural»UTLA
Estimados,

Audiorelato: «Cosmogeólogo»

Abrazos. ^^


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on June 26, 2017 06:52

June 25, 2017

Sin Conflicto sí hay Historia

«La paz no es la ausencia de conflicto, sino la presencia de alternativas creativas para responder al conflicto» DorothyThompson
        Aburrición odiaba en secreto a Conflicto, pues este se le adelantaba en sus galanteos con Historia.
        —Buenos días, Historia. ¡Qué linda andáis hoy! —comentaba con sensualidad Conflicto.        —¿Acaso el resto de días no ando linda? —Historia, molesta, le respondía con sequedad. Estaba cansada de tanto piropo sin fundamento.        —Hola, Historia, ¿qué tal? —Era la única frase que Aburrición, en un intento vano de llamar su atención, se le ocurría. Ni así, Historia reparaba en él.                «Maldito Conflicto», pensaba Aburrición, «a él si le contesta».
        Aquella noche, al llegar a casa, Aburrición preparó un pequeño zumo. En él añadió bilis de minotauro en cantidad mortal para cualquier ser. Para rebajar el sabor del veneno, lo suavizó con savia de mandrágora, dulce al paladar. Con la mezcla, el zumo adquirió un color verduzco.
        «Se acabó, Conflicto. Ahora Historia será toda para mí».
        Al otro día, Aburrición acudió con la botella que contenía el zumo verdoso.
        —Conflicto, estimado compañero, ayer por la noche hice un poco de zumo detox de mandrágora, ¿quieres?        —Déjamelo en la mesa. Después probaré.
        Aquello no le hizo gracia a Aburrición, pero no le quedaba más opción que dejar la botella sobre el escritorio para no levantar sospechas. Depositado el trago mortal sobre la mesa, marchó inquieto a su puesto de trabajo. Confiaba, que en breve, Conflicto bebería de aquel venenoy se iría para siempre.        Aburrición pasó al rato por el despacho de Conflicto, pero cuál fue su sorpresa al encontrar allí a Historia, quién bebía animada un líquido verde en una copa.
        «No».
       —¿Habéis bebido? —preguntó Aburrición observando a Historia.
       —Sí —dijo Conflicto—, sabe bien.       —Está rico —añadió Historia—, pero ¿qué le has añadido a la mandragora que está tan amarga? ¡Ni qué nos quisieras envenenar! Ja, ja, ja
        En ese momento Conflicto comenzó a sentirse mal, se tambaleó y cayó. Historia empezó a dar tumbos y siguió el mismo camino en dirección al suelo. Aburrición los observaba atónito, su elaborado plan fracasaba, y solo su mirada pasaba de un cuerpo a otro sin acabar de creérselo.
        «No, Historia, tú no».
        Aburrición se acercó a la mesa, observó apenado el cuerpo de Historia estirado en el suelo, agarró la botella y bebió de su propio brebaje.

        La policía relatista acompañó a Historia a casa. Esta había salvado milagrosamente la vida. Sin embargo, Conflicto y Aburrición habían perecido al acto. El CSI relatista determinó que aquella botella con líquido verde contenía, además de mandrágora licuada, una elevada dosis mortal de bilis de minotauro. La sospecha recaía sobre el propio Aburrición, ya que era el creador del zumo.        Historia se despidió de los policías. Se dirigió a su cocina. Allí agarró un pequeño potecito que contenía en la etiqueta: sangre de vampiro. Aquella sustancia prohibida por las autoridades relatistas -pues mal usada podía ser peligrosa- era un excelente protector estomacal contra el veneno de animales fantásticos. En su rostro se formó una gran sonrisa, examinó la botella con orgullo y la volvió a guardar en el estante secreto de arriba del armario. Esa noche, Historia, se acostó muy pronto.

       —Dos tontos al precio de uno. —Sonrió—. Buenas noches, Historia.

       Y se durmió.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on June 25, 2017 12:00

June 23, 2017

VIDEORELATOS ⁂ Ballenatos ⁂


«Dudley había alcanzado ya el tamaño y peso de una ballena asesina joven»J.K.Rowling

Estimados,

«Ballenatos», en esta ocasión, un cuento-sueño.

Felices sueños y buenos abrazos. ^^
«Solo existe el amor»



Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on June 23, 2017 08:38

June 20, 2017

AUDIORELATOS ⁂ La pandemia del miedo ⁂


«De lo que tengo miedoes de tu miedo»William Shakespeare


Miedo. Dinero.
¡Excelente tándem!

Audiorelato: «La pandemia del miedo»

La negatividad os hará libres.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on June 20, 2017 04:06

June 18, 2017

Cosmogeólogo

«La función del ser humano es vivir, no existir. No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo» Jack London
            —Los Jalones. Fascinante pueblo. Viajaban por las estrellas cuando la humanidad aún rompía palos de madera con las manos. Esa de ahí es una nave espacial Jalona. Obsérvenla bien. Entrará en examen.            Un gigantesco orbe metalizado flota a la deriva en medio del espacio. La inconmensurable vastedad cósmica, repleta de estrellas, es el escenario idóneo para la enorme construcción. La colorida nebulosa de Magallanes es el telón de fondo donde el improvisado actor metálico actúa de forma espontánea en esta obra cósmica. Desde el puente de estudio algunos alumnos toman notas en sus estimuladores neuronales, otros solo observan el avance del leviatán solitario, los más desapegados con la asignatura se recuestan adormilados en las cómodas sillas ondulantes.            —Profesor Aldous, ¿es una nave de guerra?            —Todas las naves Jalonas llevaban mecanismos de ataque y defensa, pero no. Si se fija bien, le faltan los tubos retráctiles en la mampara exterior, las naves Jalonas apoyaban en esa zona las fibras láseres. Si se fija, el casco exterior está intacto, no presenta abolladuras ni haber sufrido impactos de algún arma. Por esa carencia y su estado de conservación se puede afirmar que no es una nave de guerra.            El alumno asiente y al acto envía más notas mentales a su estimulador neuronal. El córtex activa una secuencia y todo queda anotado en el banco cuántico de datos.            —Yo vi la nave museo Jalona en Tierra III —Alza la voz una chica rubia con tres ojos negros que se ruboriza cuando todos la observan—, pero no era tan grande como esta.            —En Tierra III exhiben la primera nave Jalona que encontró la Bihumanidad. Es una excepción consensuada con la Academia Cosmológica Universal debido a las extrañas leyes que rigen Tierra III —El profesor señala con un puntero láser la nave exterior flotando en el espacio—. El deber de un cosmogeólogo es conservar el objeto de estudio en su entorno natural. Sin alteraciones. La exhibición de la nave Jalona en Tierra III contraviene el código de conducta cosmogónico. Espero que no lo olviden. El lucro personal no debe enturbiar la pauta marcada por el estudio.            La mayoría de alumnos asiente. Otros miran despreocupados la grandeza de la nave exterior. Alguno anota por telepatía neuronal las palabras del maestro en sus apuntes.            —Profesor —alza la mano otra chica—, ¿por qué se extinguieron los Jalones?            —La respuesta a esa pregunta se encuentra en el manual, señorita Dixit.            La clase ríe. El rostro de la señorita Dixit se enrojece un poco.            —Yo quería saber... su opinión.            El maestro ríe. Parece satisfecho de haber puesto en evidencia a la alumna, pero su sonrisa no es pedante, parece un mero trámite a una interpretación que lleva tiempo ejecutando.            —Y la sabrá, pero por favor, señorita Dixit. Enumere las causas más probables, según el manual, de la extinción Jalona.            La alumna realiza un gesto aquiescente con la cabeza.            —Propuesta uno de orden natural. La nebulosa de la tarántula o alguna cercana creció en pocos millones de años, creando un polvo cósmico que impidió la filtración de rayos solares, eliminando así la vida en los planetas colonizados por los Jalones. Tampoco se descarta la aparición de convulsivos agujeros negros en la región Jalona. Propuesta dos de orden interno. Se produjo un conflicto bélico o una amenaza virológica de rango universal. Propuesta tres de orden externo. Fueron exterminados por alguna raza alienígena o un causante alieno.            La explicación se atiene perfecta al manual. Los alumnos, que antes reían, ahora aplauden con entusiasmo a su compañera.            —Y usted, ¿cuál es su opinión profesor Aldous?            —Ninguna de esas.            Hay algunas caras de extrañeza. Algunos alumnos se miran los unos a los otros. En ese momento un timbre subsónico resuena en las cabezas de los presentes.            —Bien, se acabó la clase, ya pueden retirarse. Para la próxima semana quiero un análisis detallado de sus observaciones del orbe Jalón observado en el día de hoy. Pasen buenos días.            Muchos alumnos, aunque intentan mantener la compostura, abandonan la sala con una gran sonrisa. Les esperan días de descanso y muchos de ellos ya no piensan en el trabajo que les aguarda por delante. El puente de estudio queda casi vacío. Solo Aldous y Dixit contemplan la nave Jalona a través de la gran pantalla.            La alumna se acerca con lentitud a la figura del profesor que permanece extasiado en la contemplación del gran orbe.            —Yo... —La chica observa en dirección a la puerta de entrada al aula. Está cerrada. En la estancia no hay nadie más a excepción de ellos dos.            La alumna se abalanza contra la cara del profesor. Ambos entrelazan sus cuerpos y comienzan a besarse. En los labios, en el cuello, juntan sus manos alrededor de sus espaldas, jadeos ahogados escapan de las gargantas.            —...aún quiero —Dixit inspira con fuerza—, saber su opinión.            —¿De la extinción? —pregunta, mientras renovadas caricias húmedas acarician la lengua de ambos.            —Síiii... —Dixit ahoga un gemido.            —Se extinguieron por aburridos. Vamos a mi camerino, y te explicaré en más profundidad, que hacer para evitar la extinción.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on June 18, 2017 12:00