S. Bonavida Ponce's Blog, page 25

March 18, 2018

JCP: Pleonasmo no es un león (1)

«Jugando Con Palabras.Iniciamos con algunas figuras literarias, si acaso ellas nos lo permiten, un juego que durará unos cuantos días en el blog.Pleonasmo1. m. Ret. Empleo en la oración de uno o más vocablos innecesarios,pero con los cuales se añade expresividad a lo dicho»Aquiescencias Tomo I


Habíase un lugar:
El león pleonasmo vio con sus propios ojos a la gacela en la distante lejanía. La gacela, proveniente de la especie Redundantis, lo vio también con sus propios ojos, los de ella nos referimos, no los del león, e inició la gacela una rápida huida bajando abajo la colina y corriendo tan rápidamente como sus patitas, extremidades realmente ágiles, le permitieron.
El león Pleonasmo corría muy mucho detrás de ella. Y así, de esta guisa de carrera maratoniana, llegaron el león y la gacela, ambos dos, al borde de un abismo cercano a la catarata del rio. La gacela, con cara de susto espantoso, observaba al león. El león, con cara de hambre famélica, observaba a la gacela.
El primero en hablar fue el león: ¡Prima querida, tengo hambre! ¿Dejamos de jugar y vamos a comer? Dijo el león con la boca. ¡Venga, vayamos ahora mismo juntos los dos a comer! Y como miembros de una misma familia bien avenida, justo en ese mismo momento, fueron tranquilamente a comer a la ribera del rio.
Esto es verdad, y no miento,y como me lo contaronos lo cuento".(Cuentos de la nieve blanca, S. XX)

Hemos rescatado algunos ejemplos de pleonasmo. Esperamos sonriáis un poco con ellos.
• Lo vi con mis propios ojos. (Castellano. Uso general)Seria harto complicado o digno de estudio intentar verlo con las orejas, por citar una anatomía humana sin más relevancia.
• Yo mismo estuve presente. (Castellano. Uso general)Entonces no quedó claro, ¿quién iba estar presente? ¿El vecino?
• Metete adentro. (Argentina)Lo reconozco, el otro día estaba delante de mi auto e intenté meterme afuera, pero fracasé estrepitosamente.
• Ahorita mismo. (México)Ni modo. En esta sentencia el empequeñecido adverbio de tiempo jamás se cumplirá. El ahorita se puede extender a un momento después, mañana, el siglo que viene o nunca, con predilección de este último.
• Un hombre conduciendo un auto es detenido por un oficial de la policía pleonástica mexicana: oríllese a la orilla. (México)Ni modo... se conduce extraño en ocasiones.
• ¡Te callás la boca! (Argentina)Quizá en argentina las personas puedan acallar otras partes corporales.
• Continuamos con un juez pleonástico, también argentino, que dijo: «el denunciante denunciará». (Argentina).Se me ocurre que quizás el denunciante no quisiera denunciar ante la autoridad impertinente, pero viéndose obligado el mismo en calidad de denunciante no le quedó otro modo. Vos sabés...
Si es como dice tía Flora, el pleonasmo es como el sexo, cuando comienzas ya no puedes parar. ^^
• Librería de libros. (Perú)Con absoluta felicidad, como si la felicidad no fuera absoluta en si misma, deseo leer con mis propios ojoslos libros de esta librería.
        • Hemos guardado el mejor para el final... (España)Cuando vayan a hogares españoles recuerden subir arriba y bajar abajo. Sobretodo no se olviden de la citada concordancia, ya que si subieran abajo y bajaran arriba causarían un gran revuelo en tan pequeño país.

Amigos, amigas, compañeros, compañeras, contertulios, contertulias, seguidores y seguidoras,  no sean vuesas mercedes negativas ante el uso del pleonasmo, pues realizando un uso no abusivo de las redundancias, lejos de incorrecto, aporta una expresividad auténtica a la lengua.

Motto: «Pleonasmo: Redunda, añade y da esplendor».
La lengua castellana es pleonástica por naturaleza.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on March 18, 2018 12:30

March 11, 2018

AUDIORELATOS ⁂ Jose Sinacento de León ⁂



Estimados,

El relato de Jose, gallardo caballero de La Góstalla, ahora convertido en audiorelato.

La Góstalla, esa región mágica, que recoge héroes y monstruos.

Audiorelatos Gostallenses

Abrazos.

Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on March 11, 2018 12:30

March 4, 2018

La inevitabilidad del tú

«Mi compañera letraherida, Miriam Jareño, utiliza en muchos relatos la segunda persona del singular; eso presenta, para mi yo lector, una aterradora visión, pues me convierto en protagonista de la acción, en el asesino de turno, en el despechado, en el moribundo...»Este relato y autoejercicio de metaliteratura está dedicado a Miriam

Escojo con cuidado las palabras que cargo en mi macuto al adentrarme bajo los árboles de este oscuro bosque onírico.
Él, o ella, o quizá... ello, estará esperándome detrás de la empalizada de viejos maderos desconchados, ajada por los años, inhóspita a los curiosos visitantes venidos del otro lado.
En algún punto, confluyo con el resto delante de la vieja cabaña, nos topamos los unos con los otros en este nexo de historias; lo singular da paso a lo plural, nos convertimos, por alguna clase de hechizo mayestático, en un grupo con un mismo objetivo. Abrimos la puerta a la que le chirrían los goznes, el suelo de madera cruje bajo los pies y descubrimos la vieja trampilla con un aro de hierro, herrumbroso y oxidado, que nos invita al oscuro sótano.
Vosotros, desde el otro lado, nos habríais avisado de haber podido: «Huid, ahora que podéis», pero sois meros lectores pasivos que no abrazasteis la pluralidad del grupo, la llamada de la aventura.
Al bajar, ellos nos esperaban, cuál títeres siniestros de un poder superior. Sus rostros, deformes  y llenos de pus, ocultaban pequeños ojos raquíticos, enrojecidos, acostumbrados a esta oscuridad; en  las manos, blandían alargadas cuchillas con restos de sangre amarronada.
La trampilla es cerrada...
Y detrás de ellos, te ocultas entre las sombras con mirada impía. Vanagloriándote de conocer la fugacidad de la existencia, de poseer el poder de la vida y la muerte en tus manos... hacedor del tiempo presente, pretérito y futuro.

Ahí, estás... tú.


Donde acaba el relato, empieza mi particular periplo en la fangosa tierra de la metaliteratura. Voy a probar suerte, me digo.


metaliteraturaDe meta- y literatura.1. f. T. lit. Literatura en la que se reflexiona especularmente sobre la naturaleza y la forma de la obra literaria.


Este relato, se convierte para mí, en un ejercicio de metaliteratura cuándo me doy cuenta que estoy mezclando tiempos verbales, distintas personas gramaticales y encima, para rematar la faena, uso en una frase (tímido, tímido...) la denostada voz pasiva que algunos novelistas recomiendan no usar.

Para muestra un botón.

¿Qué me sucede? Mezclo en un mismo párrafo la dos primeras personas, la singular (yo) con la plural (nosotros); además, en ese caso, intento utilizar -no sé si con acierto- el plural mayestático nos , que utilizaban reyes de antaño para referirse a su persona.
El condenado a muerte observa en silencio al rey, quien se levanta y sentencia: «Esta situación es muy desagradable para Nos . Os perdono».
Creo que leí lo del plural mayestático en un cómic de Neil Gaiman, pero no estoy seguro. En todo caso aquel tebeo, fuera de quien fuese, me fascinó.
También uso presente, condicional y pasado en un mismo párrafo, alarde de locura -patada al lenguaje sin comprensión- con el hedonismo de la experimentación más inocente.
Todo por culpa de Miriam, que utiliza esa segunda persona del singular tan disruptiva, que a poco, consigue meterte de lleno en la trama.
Me divierto mucho realizando estos experimentos, jugando con el lenguaje; reconozco mi medianía al tratar estos temas que se me escapan, pero me da igual. Me fascina jugar con las palabras. ¿Qué de divertido habría en el lenguaje, si no pudiera jugar también con él?
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Published on March 04, 2018 11:30

February 25, 2018

Los cuentos de UTLA: Jose Sinacento De León

«La ilustración, de Ignatius B.P., es una adaptación libre en estilo Pixel Art de la obra pictórica titulada: 'La última libertad GóstallaIgnatius B.P.

Habíase un lugar, en el reino de La Góstalla...
Ubicado en la región sur de Sintildaria, un reino pequeño, conocido por todos como La Góstalla. Allí vivía un gallardo caballero, de la causa de las letras perdidas, llamado JoseSinacento De León. Vestía una robusta armadura Qué de brillos plateados, blandía una pluma por lanza y se batía con denuedo contra los malvados caballeros de la orden de la Santa ERA, que invadían con constancia pedante su reino. Estos malvados aniquilaban campos enteros de palabros, locuciones Góstallas y arruinaban la vida a cuanta persona se cruzaban por su camino.
Jose cuidaba con esmero la pequeña población de Sólos; unas singulares bestias, mitad palabra, mitad águila, monstruosas bestias de tilde puntiaguda, plumaje oscuro y enormes alas, que vivían en el cerro de Graphia. Pese a la apariencia feroz que poseían, el caballero había conseguido entablar amistad y se acercaba sin temor a ellas.
Un día, los malvados caballero de ERA, acudieron en legión y masacraron a los pobres Sólos; rompiendo huevos y lanzando a las crías al abismo de Graphia. Los gritos desgarradores de los Sólos que consiguieron escapar retumbó por el valle de los alaridos durante días.
Cuando la noticia llegó a oídos de Jose Sinacento de León mandó disponer su silla de monta sobre su gran , una langosta alada de cobriza armadura natural. A la cabeza de su centenar de leales Gostallenses, todos ellos armados con armaduras Qué, emprendieron marcha hasta el gran castillo de ERA, en la gran montaña de Orto.
Al llegar a la gran montaña, un ejército de caballeros de ERA le esperaban armados con armaduras blancas como la cal. Los Sólos sobrevolaban el campo, sin intervenir, eran bestias que a pesar de su fiereza eran precavidas en cuanto al uso de la violencia.
Jose cercenó cuellos, cortó brazos, hundió su espada en centenares de torsos que aullaban del mortal dolor. Casi podía abrazar la victoria, pero... ¡Qué aciaga es la providencia! Cuando la batalla parecía ganada, declinada en favor de las fuerzas Góstallas, aparecieron al fondo del valle las tropas de Tocompa; enemigos de Jose sin acento de León, que gracias a ilegítimas argucias habían pactado con los caballeros de ERA un pacto común para acabar con él.
Las dos fuerzas descomunales rodearon a las fuerzas Góstallas. Desbordado por dos frentes rodearon al ejército de Jose, su estimado cayó ensartado por muchas lanzas que atravesaron su cuerpo; el caballero continuó la lucha, sin montura, rodeado por algunos fieles que aún guerreaban sin cuartel contra el enemigo.
Apenas quedaban Gostallenses en pie; en el cielo todavía volaban los Sólos, quienes compadecidos por la suerte del guerrero, iniciaron un vuelo raso para al fin aterrizar próximos a Jose; le sujetaron con picos y garras, rescatando a los pocos supervivientes de esta índole y... huyeron.
La victoria de los caballeros de ERA, unidos a los Tocompa, arrasó las pocas fuerzas defensivas que quedaban en el valle; dos días después las fuerzas invasoras tomaron el control de todo el reino de la Góstalla.
Las nuevas leyes excedían el termino draconiano con creces; el abuso del vencedor sin escrúpulos ni honra. Entre los muchos edictos obligaron a todos los habitantes, y a los nacidos de ese entonces en adelante, a tildar el nombre José en aquellos que quisieran utilizar el nombre del antiguo caballero.
De él... No se supo más; aunque, cuentan algunas leyendas, que este no murió a causa de las heridas, que aún continúa reuniendo tropas en secreto,  albergando la esperanza de acabar con los malvados ERA, aniquilar a los Tocompa y retomar, para las gentes de la Góstalla, el antiguo reino.
¡Quién sabe, solo los necios aguardan a la esperanza, pero... es tan bonito soñar!
Esto es verdad y no miento,y como me lo contaron,os lo cuento.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on February 25, 2018 11:30

February 18, 2018

Cuatro fotografías en una




«Eran momentos felices,nadie fotografía las penas»Isabel Allende




Estimados,
Hoy tan solo os traemos cuatro fotografías adosadas en una y esta adivinanza: ¿Qué tienen en común un castillo, unas vías de tren, una concha marina y un gatiluz?
La respuesta, enteramente visual, la dejamos a vuestra amable interpretación.
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Published on February 18, 2018 11:38

February 11, 2018

De palabras y palabros

«La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos.
La palabra es lo que nos salva»Ana María Matute

Estimados,
Adoro las palabras, eso es algo que ya muchos intuíais hace tiempo, y ahora gracias al inestimable YouTube plasmamos en el canal que poseemos en dicha red social, una serie dedicada a una palabra al día.
Canal de Youtube Aquiescencia
Hace poco la RAE (Real Academia Española), una de las tantas academias que regulan el uso del idioma español, aceptó entre sus vocablos la palabra «palabro».
Me alegré mucho, ya utilizaba el término palabro hacía mucho tiempo, herencia de un ser muy querido que ya no tengo aquí conmigo.
En estos nuevos vocablos aceptados de facto -es decir, aceptados por el gran uso que se les confiere en la realidad- la academia realiza hincapié en que «palabro» es un término coloquial y que su uso queda restringido a ciertos ámbitos.
Quiero recalcar que no es por ello menos importante que otras palabras, al contrario, pues tendemos a pensar que solo las organizadas en el grupo de las cultas son las correctas, sin embargo, es esta palabra vulgar -nada que ver con inculta, pues vulgar proviene de vulgo, que significa el conjunto del pueblo- y coloquial la que muestra, como tantas otras, la verdadera esencia de nuestros sentimientos.
La literatura como arte de expresión busca precisamente eso, aunar las letras para poder acariciar así nuestros sentimientos, cavar en lo más profundo de nosotros para encontrar la veta de nuestras emociones.
Hemos nacido para sentir, somos seres sintientes, despreciar esas palabras, sería despreciar una parte de nuestra herencia que, al menos para mí, sería muy triste perder.
Espero que disfrutéis con todas las palabras y palabros que os traeremos.
¡Qué riais, penséis, os emocionéis y, por que no... lloréis!
La vida es emoción.
Abrazos, estimados.«Palabras y palabros, ¿qué haríamos sin ellos?»



Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on February 11, 2018 11:30

February 4, 2018

Los sueños de... Casa de pájaros

«Utiliza en la vida los talentos que poseas:el bosque estaría muy silencioso si sólo cantasen los pájaros que mejor cantan»Henry Van Dyke
Una casa pequeña, construida al final de un camino de rocas mojadas, queda asentada a los pies de un acantilado. A los pies, un inmenso lago rodeado por montañas que impide el paso a cualquier que no posea dos alas para volar.«Bajo la cordillera». El césped, no muy crecido, recibe la huella de mis pasos húmedos; pisadas mojadas por el rocío matutino me dan la bienvenida con ese maravilloso petricor. El caminito, horadado en base al uso del trasiego de pisadas de los lugareños, marca la dirección hacia la casa.Es de madera, posee una única planta aunque de estructura alargada es más grande de lo que pareciera desde el promontorio. El cobertizo extra, con una extraña y gran cristalera, da al Lago. En su interior, centenares de pájaros pian tranquilos al nuevo día.La mujer de la casa, una rubia de pelo largo, sonrisa bellísima, me sonríe. La cara posee unos rasgos en exceso de anime; esa clase de dibujo animado nipón que engrandece ojos, sonrisas y facciones. Ella me sonríe con una alegría desmedida y una sonrisa tan grande que son imposibles de recrear en el mundo real. Me señala con el dedo índice en dirección a los pájaros. No dice nada. «¿Debe ser más bien callada o, quizá, muda?».Al entrar en la habitación huelo una sorprenden combinación de plumas, alpiste y heces de aves. La inmensa jaula que representa la estancia me acoge con un centenar de ojos redondos y pequeños que me observan. Algunos pájaros se sobresaltan, otro curiosos me sobrevuelan; la más atrevida, una graciosa cotorra de plumaje verde-rojizo, pico negro, con una mancha negra instalada en su coronilla gracioso, se posa en mi hombro.Me mira con ojos muy abiertos. Noto las plumas rozarme la oreja, y por un instante siento el miedo del picotazo en la oreja; per no. Se acerca más a mi cabeza y con un suave picoteo me agarra del dedo pulgar que había levantado para proteger mi cuello. El mordisqueo picotil me produce cosquillas.Salimos al camino, yo, la mujer y la cotorra. Paseamos por el sendero de vuelta al promontorio. Observamos la caída del sol. Animo al ave a que vuele, pero se queda engarzada en mi hombro y me vuelve a picotear la mano como indicando: «No me hace falta, yo estoy bien aquí». A mi espalda, me doy la vuelta apresurado, la gran urbe. Una gran ciudad anodina e intranquila, que nunca duerme, que nunca descansa, con ruidos propios de una gran metrópoli. La cotorra señala con el pico en su dirección y niega con la cabeza. En ese momento, vemos como «¿alguien?» se escapa de la gran ciudad. Una pequeña sombra que se acerca en dirección a la casa de pájaros.La noche se acerca. Vuelvo al interior de la casa, al cobijo de esas cuatro paredes y deposito a la cotorra en su habitación-jaula. La mujer observa al interior y una lágrima rueda por uno de sus ojos. Los pájaros han muerto, están repartidos por el suelo. La pequeña sombra sonríe maligna situada al lado de un altavoz gigantesco que emite todos las infernales canciones heavy, reggaetón y rap juntas; con su mezcla de odios e intolerancias. Máximo volumen. Máximo odio. Así murieron los pájaros, con un sobresalto de un ataque cardíaco con la música tan alta, en ese zumbido atronador que sus pobres tímpanos no pudieron soportar.La pequeña sombra sonríe, mira en dirección a mí, a la cotorra; y acerca la mano al volumen: «No».Grito desesperado, pero no voy a llegar a tiempo de impedir que accione la palanca al máximo.¿Es un sueño? Indudablemente. Sé gracias a ello que en mis manos tengo el poder de crear una especie de campana de Faraday, una cúpula transparente insonorizada que impedirá el traspaso de las malignas ondas. La pequeña sombra gira el aparato de volumen al máximo. Mis manos aprisionan a Cotorra entre ella, la mujer me abraza de la cintura. El ensordecedor volumen aumenta, aumenta; en el interior de la campana solo sentimos la vibración de las ondas pero el poder de la vibración es muy alto. Le traspaso la cotorra a la mujer, que ahueca la palma de las manos y protege con ellas al ave. La campana de Faraday revienta en miles de pedazos. Mis oídos revientan y el dolor es insoportable durante un instante; me comienza a salir sangre por las orejas. «Maldita». Me levanto del suelo mareado, con las manos engarzadas la una contra la otra formando una bola y arremeto con toda la violencia de la que dispone mi cuerpo contra la ella. Choco contra ella, la tiro al suelo y, en mi desmedida furia y enloquecido por el dolor, la arrastro en dirección al gran ventanal al que nos acercamos con rapidez. Atravesamos la gran cristalera, otrora refugio de las aves y la inercia nos empuja en dirección al abismo. Veo los grandes colmillos y los ojos rojos en el interior de esa oscuridad, que no puede parar mi envite. En ese contacto con la oscuridad que me rodea, siento el miedo, el odio, un odio inmenso que recorre todo mi ser. Estamos al borde del precipicio, me paro en seco, aún con las manos engarzadas al ser oscuro. A pocos metros, la aparto de mi con fiereza, la sombra se separa de mi cuerpo, cae al abismo, mientras con algo que parecen manos, pliegues ocultos en el interior de su cuerpo, intenta agarrarse a algún asidero, pero le resulta inútil. Cae. Cae. «Cae maldito ente». Aún así, me da pena que muera, no disfruto de su lenta agonía hacia las frías aguas del inmenso lago. Regreso a la casa. La mujer, arrodillada en el suelo, protege con el cuerpo a Cotorra.«¿No he podido salvarla?». Una lágrima recorre mi rostro, tanto dolor, tanto sufrimiento, no han servido para nada. En ese momento, la mujer abre la boca, pero no escucho nada. Aun rezuman sangre mis pabellones auditivos. La cotorra encrespa las plumas, bate las alas y de un grácil salto se incorpora con sus patas en el suelo. Se acerca volando en mi dirección y se posa en mi antebrazo, camina por él hasta situarse en el hombro. Me picotea la oreja con agradable ternura, la mujer se acerca y me agarra de la mano. deposita un pañuelo en mis oídos. Vuelve a abrir los labios pero no consigo escuchar nada. Ella comprende que no estoy entendiendo y sonría, muestra una triste y amplia sonrisa. Unidos los tres, observamos juntos el amanecer de un nuevo día, ahora... deberemos encargarnos de repoblar la casa de pájaros.



Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on February 04, 2018 11:30

January 28, 2018

Fundéu y el bigote


«Preguntando...
se llega a la Fundéu».S. Bonavida Ponce





Pues andaba yo dándole vueltas a eso que tengo por cerebro (sí, algo tengo), mientras acababa de construir mi segunda novela que va camino de las 90.000 palabras. Y en uno de esos capítulos me surgió una duda tonta pero existencial que no quería dejar pasar.
Cito lo que comenta nuestra querida RAE al respecto de las partes del cuerpo humano: Las partes del cuerpo humano deben nombrarse con artículos determinados. (el/la/los/las/lo)
Ej: El jugador se rompió la pierna. ("no" su pierna).La dama cruzó las manos. ("no" sus manos).
Y en aquel momento de locura escrituril, que nos envuelve a todos los que en algún momento nos embarcamos en esta locura del escribir, me surgió la duda.¿Y el bigote? ¿Es parte del cuerpo humano?Será una de esas "tontás" que vosotros véis muy claras, pero en aquel momento no supe a qué atenerme. Son esas ideas que se nos fijan en la mollera a los escribientes, sobre todo cuando llevamos muchas horas practicando el que (algún día) será nuestro oficio que nos dé de comer, y no se nos van de la cabeza.Entonces, ¿el bigote forma del cuerpo humano o no?Le pregunté a mi amigo Utla Aquiescente, que él a su vez preguntó a la Fundéu; esa hija pequeña de la RAE, siempre atenta y solicita, que tuvo a bien sacarme de mi pequeña y miserable duda.Así, uno escribe más y mejor, o mejor y más.Palabras de un escribiente jorobado.
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Published on January 28, 2018 11:30

January 21, 2018

Malvados ucrónicos

«Los partidarios conquistados por medio de la palabra escrita son menos que los conquistados merced a la palabra hablada.El triunfo de todos los grandes movimientos ha sido obra de grandes oradores y no de grandes escritores» Un dictador cualquiera

1956. Dallas. Lago Grande.Ayer maté a mi séptimo ucrónico. No debía poseer más de siete años. Lo esperé en la linde del pequeño bosque entre Seis Lagos y Lago grande. A la altura del atajo para llegar a la urbanización desde el colegio Woodmoor. Le esperaba respirando en un volumen quedo, ya que la experiencia me ha enseñado que los ucrónicos detectan esos pequeños cambios en las aspiraciones. Apareció de repente, mochila en la espalda y observando tranquilo en derredor. Salí de entre los árboles, abrió los ojos, pero antes de que chillara le tapé la boca. Mi cuchillo le cercenó el cuello. No sufrió. Siempre intento que sea rápido, pero en ocasiones se rebelan, se zafan, y solo consiguen alargar la agonía.«Asesino prepúber» me nombran en algunos diarios. Si ellos supieran, no entienden la necesidad. Me alejé de Dallas todo lo que pude.
«1912. Alta Austria. Leonding. Querido diario, observo disgustado el cuchillo ensangrentado encima del escritorio, su contemplación me obliga a escribir. Son las aberraciones que me asaltan por las noches las que me conducen a realizar estos actos perversos. Espero, la historia, sepa perdonarme...».
1956. Texas. Kerrville.En ocasiones leo el diario de mi padre. Acabó con muchos ucrónicos en Alemania antes de partir del país. Sin embargo, su diario me obliga a recordar los peligros de los descuidos. Cualquiera de esas pequeñas aberraciones que escapan... una sola, puede cambiar el futuro; en ocasiones, con tal virulencia, que me estremezco al pensar en ello.Mis particulares visiones nocturnas repletas de hongos atómicos gigantes sembrándose por todo el mundo; la visión aterradora de explosiones kilométricas enraizadas en la tierra... Sueños en los que se entremezclan visiones, recuerdos y pensamientos de mis ancestros. Sí, rememorar sus errores también duele...Hoy maté a mi octava aberración. Una niña. No lloraba. Esta era especial. La mirada de la perfecta sociópata. ¿Cómo puede un padre no darse cuenta de la perversidad anclada en su hijo? Si la pequeña hubiera tenido un arma entre sus manos el final hubiera sido muy distinto. La soñe meses atrás con el sobrenombre de la enfermera muerte, centenares de viejos inocentes perecidos en sus manos y, a pesar de ello, soy yo el asesino.
«1912. Alta Austria. Linz.Tengo que escapar de este pueblucho. Anoche me encontraba en el cobertizo de la familia Poetsch. El pequeño estaba apilando heno, me acerqué con cuidado, pero pisé una rama. Maldito descuido, un paso más y mi hoz le hubiera cercenado la garganta. Pero no, la aberración disfrazada de niño escuchó el ruido y movido por ese instinto más allá de toda comprensión, se puso a correr y a chillar como un loco. Apareció el señor Hafeld: «Adolf, ¿qué son esos chillidos?» El buen señor Hafeld dio la voz de alarma; en esta extraña búsqueda de aberraciones no hay segundas oportunidades. Escapé por la puerta trasera, las autoridades magiares acudirían por la mañana. Era imperativo huir, pero el horror en mis ensoñaciones... La señal de la cruz doblada que acababa con millones de seres recaerá sobre mí durante años».
1956. Nueva York. Forest Hills.«Kew-forest school», reza el cartel, debajo la bandera norteamericana ondea al viento. El barrio de Whitepot alberga una cantidad ingente de personas blancas. No es de extrañar que esta pequeña aberración, un niño de piel pálida y melena rubia, sea el reflejo del lugar. No consigo quitarme la imagen de ayer. Fue la más macabra que he tenido en los últimos años. Las enormes explosiones se elevaban en un mar de humo. No quiero permitir a mi imaginación volar con imágenes de una tercera guerra mundial. Espero al pequeño en una esquina. He estudiado su rutina. El jueves sale una hora antes del colegio, compra un panecillo en la panadería de la esquina de Rego park y después se aleja por Alderton en dirección a casa. Lo adelanto y le espero en el vestíbulo. El cuchillo reposa en el interior de mi chaqueta. Aparece. La puerta se abre, se dirige en dirección al ascensor, me abalanzo sobre él, pero una puerta se abre. Mierda. Un vecino me observa perplejo, no hay tiempo, me abalanzo sobre el niño, pero el vecino se tira contra mí. Me intercepta. «Corre Donald. Avisa a la policía». Maldito estúpido. Forcejeamos. El ucrónico sale corriendo. No quiero matar a este hombre, es un inocente, pero le parto la nariz con tal fuerza que dudo respirará normal el resto de su vida. Aprovecho el golpe y le cortó la mano con el cuchillo. Chilla, afloja el abrazo y salgo a la calle. Escondo el cuchillo en el interior. Camino despacio para no llamar la atención. Sirenas de policía se acercan a toda velocidad, dirijo la mirada en todas direcciones, pero el pequeño ya no está. La aparición de los coches policiales finaliza todo intento de encontrar al ucrónico. Me alejo. Ya no tendré otra oportunidad.
2017. Estados Unidos. Washington. «Trump gana las elecciones». Quizá esto es lo que pensaba mi padre en los albores de su huida de Alemania. Un solo descuido y condenas a millones, a lo mejor escribir un diario me redime de alguna manera que ahora no vislumbro. Una triste continuación de las letras de mi padre... El infierno es saber lo que ocurrirá y no poder cambiarlo».


LA NEGATIVIDAD OS HARÁ LIBRES.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on January 21, 2018 11:30

January 14, 2018

Antes de mormir


«El sueño es alivio de las miserias de los que las tienen despiertas»Miguel de Cervantes SaavedraAuthor photography: cdd20

Prepara el macuto de los viejos pertrechos, asegúrate de moler un poco de compasión, de la que preparabas en el viejo molino de alegrías. 
Deja cartas para los allegados, que sepan que aunque en algunos momentos no supiste tratarlos con el cariño que se merecían, todos tenían cabida en tu corazón. 
Mientras te dirijas a la cama, deja abiertas la ventanas, muy abiertas, que por ellas puedan escapar las pequeñas palomas a las que con tanto cariño les has dado de comer durante todos estos años. Acaríciales el pico, las plumas y déjalas libres, que vuelen bien alto hasta el cielo. 
Arrópate con la manta, el frío es duro y a nadie le gusta, pero reconforta pensar en la calidez de los abrazos, de las palabras amables y de los momentos tiernos; intenta desterrar, aunque sé que esto es un poco complicado, aquellos momentos o palabras que te hicieron daño, a donde vas ya no los necesitas; y no, no derrames lágrimas por ninguna pareja, hombre o mujer, que te trató mal o con desprecio, recuerda que con toda seguridad tú también trataste mal a alguien en alguna ocasión. 
El perdón es el mejor pedernal para prender la llama que alumbrará el viaje. 
Ponte los calcetines que te bordó tu abuela, el viejo pijama que te regaló tu padre en aquel cumpleaños, ya tan lejano en el tiempo, y ponte en los pies la manta de agua caliente que heredaste de tu madre. No inicies el viaje, por favor, sin el gorro blanco legado de tu abuelo.
Envuelto en tan buena compañía ya puedes acurrucarte, cerrar los ojitos y decir un tímido adiós a tu anodina existencia. 
Mormir pequeñines, mormir.




Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on January 14, 2018 11:30