S. Bonavida Ponce's Blog, page 22

October 7, 2018

Púer y Polabra (Tallo 2)

«Imagina encerrar a tan bello animal
en este lóbrego
rincón del mundo»
Aquiescencias Tomo I
Nadie sabía muy bien en el bosque porque una cría humana habitaba sola en aquella extraña cabaña, anclada entre las copas de un roble, con forma de seta. Los animales más valientes, como el lobo, o el búho, se habían acercado a una distancia prudencial para espiarla, uno desde tierra, otro desde el aire; y de sus respectivos reportes se obtuvo la siguiente fabulación: humana, doce años, estatura corta, facciones blanquecinas, pelo blanco e iris blancos, sin progenitores a la vista o al olfato.Con esas noticias, la mayoría de animales respiraron más tranquilos, pues aunque por todos era sabido que no existía mayor bestia que hollara la tierra que el ser conocido como humano, una cría humana, no representaba peligro alguno.Aunque, claro...A ninguno de ellos se le había perdido nada por casa de Polabra, y, de esa manera, evitaban por prudente animalversión acercarse a la cabaña; bueno, ningún animal, no. Púer si se acercaba ufano y alegre, él no tenía miedo de la niña y, además, él conocía el pequeño secreto que escondía Polabra en el pequeño baúl que le había regalado su abuela en su séptimo cumpleaños y que le hacía habitar aquel trecho del bosque.


Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on October 07, 2018 11:30

September 30, 2018

Púer y Polabra (Tallo 1)

«Escuchad el maravilloso sonido de la vida que fluye a nuestro alrededor. Las agudas notas emitidas por el corazón, imperceptibles para la mayoría, se esconden entre pliegues de baja frecuencia: alegría y tristeza»Aquiescencias Tomo I
Habíase un lugar:
Muchos animales juzgaban a Púer por su caparazón de afiladas espinas, espinas tan grandes que la mayoría de animales del bosque se asustaban nada más intuir el resplandor de la luz contra la punta de aquellos aguijones. La creencia más común, en el imaginario colectivo difundido entre la comunidad bosquelística, consistía en imaginar un ataque desenfrenado proveniente de Púer al cruzarse en su camino; así, con tan infundado pensamiento, cuanto animal que intuía aquellos brillos en la lejanía de los árboles, caminos o riachuelos, daba media vuelta para no cruzarse con él y evitar el pinchazo fatal que le depararía el erizo.Resulta paradójico pensar que, aquel armazón que portaba a cuestas y que tanto le protegía de los malvados depredadores, fuera su peor enemigo en la obtención de amigos.Solo había un animal en todo el bosque que se acercaba a él. Pertenecía a la especie humana, tenía doce años y se llamaba Polabra.

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Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on September 30, 2018 11:30

Púer y Polabra

«Escuchad el maravilloso sonido de la vida que fluye a nuestro alrededor. Las agudas notas emitidas por el corazón, imperceptibles para la mayoría, se esconden entre pliegues de baja frecuencia: alegría y tristeza»Aquiescencias Tomo I
Habíase un lugar:
Muchos animales juzgaban a Púer por su caparazón de afiladas espinas, espinas tan grandes que la mayoría de animales del bosque se asustaban nada más intuir el resplandor de la luz contra la punta de aquellos aguijones. La creencia más común, en el imaginario colectivo difundido entre la comunidad bosquelística, consistía en imaginar un ataque desenfrenado proveniente de Púer al cruzarse en su camino; así, con tan infundado pensamiento, cuanto animal que intuía aquellos brillos en la lejanía de los árboles, caminos o riachuelos, daba media vuelta para no cruzarse con él y evitar el pinchazo fatal que le depararía el erizo.Resulta paradójico pensar que, aquel armazón que portaba a cuestas y que tanto le protegía de los malvados depredadores, fuera su peor enemigo en la obtención de amigos.Solo había un animal en todo el bosque que se acercaba a él. Pertenecía a la especie humana, tenía doce años y se llamaba Polabra.

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Published on September 30, 2018 11:30

September 23, 2018

El último zar


«El deseo nos hace tomar su propia violencia como un signo de eternidad» Etienne Rey

Desesperación contenida es mantenerse erguido mientras el reino que has defendido durante tantos años, cae bajo tus pies.
¡El rey ha muerto, larga vida al rey!
No hay lágrimas en sus ojos, esa es la auténtica flema de un monarca que observa impávido la devastación absoluta de su antiguo poder.
¡El rey ha muerto, larga vida al rey!
La reina, su reina, yace muerta sobre el lecho blanco y la última carga desesperada de la caballería, choca contra la infantería enemiga.
¡El rey ha muerto, larga vida al rey!
No tiene castillos donde esconderse y los obispos le abandonaron largo tiempo atrás. El rey se tambalea, cae herido de muerte en el entarimado de mármol blanco y negra obsidiana.
¡El rey!
Gary Kaspárov concede el duelo.Deep Blue analiza la partida con fría tranquilidad.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
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Published on September 23, 2018 11:30

September 16, 2018

El Búho Loco

«Cuando el búho canta,o llueve
o escampa»Refrán popular
—No he de mirar atrás. No he de mirar atrás.Susurraba María en una angustiosa repetición. Su camisón blanco le entorpecía el paso de sus pequeñas piernas, apenas avanzaba, y aquel ruido seco, constante, en la espalda, un arrastrar de garras y plumas contra el entarimado suelo de madera, le erizaba el vello detrás de la nuca.María inspiró y mantuvo suspendido el aire en sus pulmones durante un momento, el ruido a su espalda también se detuvo. Reanudó los pasos confiada camino del dormitorio, pero una tabla crujió a su espalda, quizá fruto de sus propios pasos, o ¿eran los pasos del Búho Loco ?


Una sombra oscura, con alas, la perseguía desde aquel día que visitó, con su amigo Anthony, el pequeño bosque de Creek Hill. Fue el día que mataron un gorrión a pedradas.  Solo había sido un juego, la piedra de ella apenas le rozó el ala a la pequeña ave, la de Anthony se estrelló contra el pico y los ojos.


Mamá no la creía cuando le hablaba de la sombra larga, oscura, con alas deformes que la perseguía por la casa desde aquel día. Papá hacía ver que sí la creía, pero María sabía que no. Con su abuela no sabía que pensar, hasta que una noche se presentó en su cuarto y le contó una historia de un demonio de la naturaleza. «No eches la mirada atrás» decía la historia que le contaba su abuela. «La sombra del Búho Loco te mata si la miras fijamente» y ella le creía. Al finalizar el viejo relato, le depositó un beso en la frente y una rama fresca de muérdago bajo la almohada.


La abuela falleció hará seis días, tiempo en el que la rama de muérdago se marchitó con lentitud. ¿Quién le daría ahora muérdago para protegerse?

Con las palmas en los ojos avanzaba a tientas por el pasillo. Avanzaba con el vello erizado, con el corazón dando enormes golpes contra su pecho, ¿cuán lejos estaba de su habitación? Avanzaba rápido, a ciegas, sin poder levantar las manos del rostro por miedo a ver aquella desangelada sombra; las piernas le fallaron, equivocó el paso y cayó por las escaleras que la conducían a la planta baja; rodó, se golpeó la cabeza contra los escalones, y la cabeza, ladeada de una forma antinatural, observaba hacia arriba; mientras, el blancor del techo se desvanecía de su visión poco a poco, envuelto en una sombra oscura que la reclamaba con un ulular funesto...

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Published on September 16, 2018 11:30

September 10, 2018

El «espejoo» de John Wallis

«Con el tiempo, sabrán lo que es perder. Sentir desesperadamente que están obrando bien. Y, aun así, fallar. Pueden temerle. Huir. Pero el destino es inevitable»Thanos
La disciplina científica, conocida como aritmética, se encarga del estudio de los números y de las operaciones que se hacen con ella.
1695. Inglaterra. Hogar de John Wallis:
Con los ojos aún medio cerrados, John deambulaba por el pasillo que unía su dormitorio con el lavabo. Hasta el mejor criptógrafo del parlamento británico necesita, recién levantado, echar la meada matutina.Horas antes, su criada había recogido un regalo para él. Se trataba de un nuevo espejo circular, de esos tan de moda en las casas burguesas, que, molesta, no sabía dónde colocarlo. Contrariada por el hecho de no poder devolver el regalo, se le ocurrió anclarlo, en el lugar más remoto de la casa: el lavabo. En la pequeña estancia ya se encontraba otro espejo, casi idéntico, un doppelgänger del que sostenía ella entre las manos, se dirigió a la pared contraria, en la cuál había un gancho y lo dejó anclado delante del otro. Como la mujer iba muy ajetreada, no observó la maravillosa sucesión de imágenes que reproducían ambos espejos circulares puestos enfrente uno del otro.Cuando el señor Wallis acudió al lavabo, no del todo despierto, alzó el cuello y vio, su propia espalda, reflejada en una vorágine inacabable de reflejos. Su primera reacción fue echarse para atrás, movimiento que emularon al unísono sus múltiples copias en el interior de los cristales. Recuperado de la impresión inicial, acercó el rostro al espejo circular que tenía delante, sin dejar de mirar de soslayo, los reflejos del que tenía a la espalda.—¡ OOH ! ¿No se acaban nunca los reflejos?
...En la mente de John Wallis...
La mente de un criptógrafo, matemático y filólogo no es un lugar tranquilo. La electricidad transmitida por las neuronas marcha a una velocidad tan vertiginosa que cualquier cerebro normal acabaría reproduciendo el molesto fenómeno conocido como jaqueca.—Nunca se acaban. No es finito.La mente de John Wallis entró en un soliloquio sin fin, un bucle del que no parecía poder salir; mientras, algunas figuras y formas matemáticas, pululaban por los resquicios de las lejanas sinapsis. ¡Eureka! Espetó el genio ante su propia brillantez. Pero, ¿fue antes la idea, la palabra o la grafía? John no lo sabría jamás, pues su paralelismo cerebral, le permitía pensar en varios temas a la vez.—Prefijo latino que indica lo contrario de... «in». Inacabado no es acabado. Inusual no es usual. ¿Lo contrario de finito? ¿Infinito?A la par, una larga e interminable demostración matemática, como una larga hilera de vagones, viajaba paralela al término.Y, en esa carrera, entre filología y aritmética, se sumó un nuevo actor, una nueva y reluciente grafía matemática.∞El símbolo del infinitoUn ocho tumbado
John Wallis, gracias al reflejo de dos espejos, conseguía erradicar el oscurantismo científico que, durante 1600 años, había imperado por culpa de las palabras de Aristóteles sobre el infinito. (Cita).«El número no puede ser infinito, ya que éste, así como todo lo que tiene número, puede contarse, y, si puede contarse, no es infinito». (Aristóteles, Cuaderno Phys III, nº5).


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Published on September 10, 2018 02:38

September 2, 2018

Mis vacaciones más afortunadas



Entrada 1.Las mejores vacaciones que disfruté sucedieron el mismo año que acontecieron tres graves hechos en mi vida: me despidieron del trabajo, mi mujer me abandonó y mi padre murió.
Entrada 2.Las personas se afanan en decir que es la infancia y la adolescencia donde guardamos los mejores recuerdos: paseos en bicicleta, caminatas por la playa, cariño incondicional de los abuelos, amores imposibles de verano...Ese no fue mi caso, mi padre, desde bien pequeño, anotaba en una libreta todos los gastos que yo le suponía. Escuela, manutención, ropa...Cuando tuve dieciséis años me llamó a la mesa, acudí y me expuso la cuantía que le debía. Estuve trabajando para él hasta la edad de veintiocho.Cuando cumplí la edad de treinta y tres, un tórrido día de verano, mi progenitor fallecía de un ataque al corazón.
Entrada 3.La que se supone debería haber sido la madre de mis hijos me abandonó por un puertorriqueño que había conocido en una sala de baile.En agosto de aquel mismo año que cumplía treinta y tres, y, quizá, debido al influjo de la calor, que altera algunas mentes susceptibles a las altas temperaturas, mi mujer decidió fugarse con su amante. Yo poseía un extracto bancario con el pago de un hotel a nombre de mi mujer, así, con lo que supuse una prueba, acudí hasta la policía para denunciarla por abandono familiar.Los agentes me llamaron una semana después, habían encontrado a mi esposa, con un hombre, en el fondo de un acantilado cercano a la playa. Se dirigían en coche desde el hotel hasta la carretera y los frenos les fallaron. Se despeñaron y murieron. Me alegré mucho.
Entrada 4.Ya han pasado diez años desde mi afortunado verano. En los viejos garajes se almacenan tantos trastos viejos, juguetes rotos de pasados alternativos que pudieron ser y, que en la mayoría de ocasiones, no fueron.No es mi caso, la mayoría de mis juguetes sirvieron para algo, no obstante, a pesar de su anterior utilidad, debo deshacerme de ellos.Encontré la vieja botella de Etiglencol, que parecía querer ocultarse entre cajas y viejas mantas. El Etiglencol es una sustancia para deportistas, aumenta el ritmo cardiaco, aunque mal  administrada puede causar muerte por infarto de miocardio y es difícilmente detectable en análisis forenses.En la esquina contraria, más alejada de la botella, encontré el extracto bancario del pago del hotel donde se alojó mi exmujer con su amante, al lado unas pinzas pequeñas, de esas que utilizan los mecánicos para reparar el cableado de conducción, dirección y frenada.
También encontré una antigua nómina y la carta de despido. Debo aclarar que la muerte del jefe de recursos humanos, quien opuso tanta resistencia a firmarme el finiquito, al caer por una escalera y partirse el cuello, fue una azarosa situación. Lo sustituyeron por una persona más joven y sin reticencias a firmarme los emolumentos que me  correspondían. Este último hecho sí puedo achacárselo por completo a la diosa fortuna, que aquel año me brindó, con este regalo, el verano más afortunado de mi vida.

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Published on September 02, 2018 11:30

August 26, 2018

Adicción


«Un adicto no es un adepto»Anónimo

Examino el diccionario de uso de la RAE, con exactitud, la segunda acepción de la palabra que encabeza el título de esta entrada.
Adicción...2. f. Afición extrema a alguien o algo.
Hoy hablaré de la peor adicción de todas, pero si me lo permitís, rebelaré el nombre de dicha droga al final del artículo. Un juego para generar expectativa y, quizá, hasta una segunda relectura.
Esta potente droga la consume la práctica totalidad de la humanidad. Su alcance, una pandemia de siglos prósteros y venideros, no asusta a nadie, pues la consumimos tan a diario que se ha convertido en parte de nuestro modus vivendi.
Sin embargo, sus efectos, a largo plazo, resultan devastadores. Además, la adicción crece con el tiempo; no tiene uno nunca suficiente de ella, se quiere más y más. Cualquier persona, en cualquier lugar del planeta, se levanta por la mañana aspirándola, sintiéndola en cada poro de la piel, inunda pulmones, atraviesas pupilas, se clava en las raíces de los cabellos, no hay parte del cuerpo que, sin lugar a dudas, sea susceptible de ser una zona de entrada del elemento.
Llevamos tanto tiempo, en nuestra sociedad, consumiéndola, (quizá desde antes de los albores del homo sapiens), que se ha vuelto invisible a nuestros ojos, no hay ninguna sustancia que pueda compararse con ella. Genera más adictos que ninguna otra, no importa que lleves 2, 10, 20, 30 o 90 años hollando el planeta, siempre quieres más.
En algunos casos, datos recientes realizados sobre personas en coma podrían, según dichos estudios, no ser afectados por ella. También, el rango de los informes arroja que, ciertos inhibidores en las mentes de las personas depresivas podrían aniquilar en parte la peligrosa substancia.
Para los amantes de las estadísticas, estas no engañan, su consumo ha aniquilado a más personas que ninguna otra plaga, epidemia, enfermedad o pandemia conocida, y, sin embargo, obviamos su peligrosidad porque nos hemos adaptado a ella; incluso las madres, esas que debieran protegernos de las adiciones, inconscientemente, nos la inculcan desde el pecho materno, en una terrible cadena de acontecimientos que nos llevan, a cada uno de nosotros, a ser unos enganchados en los que nos resta de existencia... 
Es posible que no haya dado suficientes datos técnicos, pero creedme, la peor adicción de todas se llama Vida.
La negatividad os hará libres.
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Published on August 26, 2018 12:33

August 19, 2018

Un relato de Salvaje con sabor a Oeste

«Alguien dejó la puerta abierta y entraron los perros equivocados en casa»Infierno de cobardes (Clint Eastwood)
La polvorienta nube de arena, en las afueras de Rae Town, anunciaba la llegada de la banda de Gramática Kid.En el interior de la taberna, cinco ojos, pertenecientes a Billy el tuerto, Calamity Rose y Salvaje Jones, observaban nerviosos el devenir de la polvareda.Las espuelas de Gramática Kid resonaron contra los tablones de madera del suelo, abrió con ambas manos el portón batiente y, junto con seis de sus hombres, se sentaron en una mesa vacía del local.
—¡Eh! Tú. Indio —Atronó Gramática Kid señalando con el dedo a Salvaje Jones, quien se encontraba detrás de la barra—. Sírvenos un whisky.
Salvaje Jones apuró la secada de una jarra de cristal en su delantal blanco y la depositó boca abajo encima de la barra.
—¿Whiskynormal o whisky con sabor a Oeste?—¿Pero qué dices Indio? Eso está mal dicho. No se dice «con sabor a».—Estar bien dicho, como Pato con sabor a naranja.
Salvaje Jones secó otra jarra de cristal con su delantal que, acto seguido, puso al lado de la otra.
—¿Pero qué vas a saber tú de gramática? Aquí Gramática Kid soy yo, palurdo, sírvenos un whisky... y rapidito.—¿Tener miedo de sabor a Oeste?
Las venas de los ojos de Gramática Kid se inyectaron en sangre mientras miraba de soslayo a sus hombres. Estos repartían risas burlescas y miradas nerviosas entre su jefe y aquel indio.
—Yo no tengo miedo a nada, Indio.—Entonces, whisky con sabor a Oeste.
Salvaje Jones se dio la vuelta, traspasó la puerta que daba al almacén y, después de unos minutos, reapareció con siete jarras de un líquido entre parduzco y dorado. Se encaminó hacia la mesa de Gramática y depositó delante de cada uno de ellos una jarra de whisky.
—¿Por qué has tardado tanto? ¿Has escupido ahí dentro?—Salvaje Jones no escupir.—No me fio de ti, Indio.—Los sioux no mienten —intervino la buena de Calamity Rose.—Tú calla, mujer. Nadie te ha dado vela en este entierro, y lo mismo va por ti, Billy el tuerto, si no quieres perder el otro ojo. —Gramática Kid buscó con la mirada a uno de sus hombres—. Tú, Jimmy, bebe esto y dinos como sabe.
Jimmy tragó saliva, agarró envalentonado la copa y la deglutió de un único trago.¡Gluc!
—¿Y bien?—Está bueno, un poco ácido, pero bueno.—Sabor a Oeste —anunció Salvaje Jones, que miraba muy fijo a Gramática Kid—. Solo para muy hombres.
Ante aquellas palabras Gramática Kid apuró de un trago la jarra, después se secó los labios con el dorso de la mano y estrelló la jarra contra el suelo acompañada de una carcajada histriónica. Sus hombres lo imitaron. Mientras abandonaban el local, el jefe de la banda dedicó una sonrisa a Salvaje Jones y una mirada lasciva a Calamity Rose y, sin pagar la consumición, se largaron.
Con una escoba, Salvaje Jones recogió los pedazos de cristal del suelo, atravesó la barra y se dirigió al almacén. Una vez dentro tiró los cristales y se levantó el delantal blanco. Su enorme pene apareció por el agujero abierto de la cremallera, acabó de miccionar en una barrica que ponía Whisky con sabor a Oeste e introdujo el pene en el pantalón y cerró la cremallera.
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Published on August 19, 2018 11:30

August 12, 2018

Lina y el monstruo listo del metro

«La gente que viaja en el metro de Nueva York lleva siempre los ojos puestos en el vacío, como si fueran pájaros disecados» Carmen Martín Gaite
Le resultaba molesto ir en el metro, soportar el peso de las miradas de la gente, los codazos, la eterna lucha por un asiento. También por eso escogía quedarse de pie, para no tener que luchar por ese nimio gesto que representaba tomar un sucio asiento.En aquella ocasión no llevaba libro en el bolso, por lo que no podría tener la excusa de desviar la mirada de sus congéneres, distrayéndose entre las líneas perdidas de una novela. Por eso optó por agachar la cabeza y mirar al suelo, al límpido terreno que relucía bajo los pies (¿sucedían esas cosas, de suelos límpidos, en aquel metro?).
El terreno que pisaba reflejaba los fluorescentes del techo, líneas paralelas que se asemejaban a vías de tren en dirección al infinito. El convoy avanzaba rápido entre estación y estación, en cada una, las puertas del vagón se abrían y una oleada de personas bajaba y otra subía; ella, con la cabeza mantenida en esa posición solo veía sus propios zapatos y el calzado de la marabunta de pasajeros que la acompañaban: bambas deportivas, tacones altos, turistas con calcetines blancos en zapatos negros, mocasines, sandalias...
Como le exasperaba toda aquella turba de gente. Entonces, sin aviso, se fijó en el suelo, las pequeñas motas del pavimento, blancas, negras y grises, que conformaban la amalgamada superficie que pisaba, comenzaron a arremolinarse las unas con las otras.—¿Qué? —Lo dijo tan bajo que nadie se giró para ver por qué lanzaba aquella pregunta.Tampoco nadie prestaba atención al suelo, bueno, quizá sí había un niño pequeño que señalaba con el dedo bajo sus pies, pero su madre, más absorta en la contemplación de su móvil, no prestaba atención al dedo de su retoño, y, si la progenitora no prestaba atención al renacuajo, mucho menos lo hacía el resto de pasajeros.
Mientras, los puntos negros, blancos y grises se habían juntado formando un rostro bajo sus zapatos. Petrificada ante la visión de aquel rostro debajo de ella, se quedó aterrada contemplando la monstruosa visión que justo se formaba al comienzo de la punta de su calzado.

El rostro, aunque pudiera parecer una pareidolia sin fundamento, creaba una faz reconocible; esta miraba hacia arriba, y, la cara, formada por todas aquellos pequeños puntos blancos, negros y grises, sonrió. Abrió la boca y lanzó un susurro que, al parecer, solo ella escuchó en el vagón: «bonito tanga rosa».

Pervivo para enseñaros. IGNATIUS B.P.

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Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia


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Published on August 12, 2018 11:30