S. Bonavida Ponce's Blog, page 19
June 9, 2019
Ecos de un estupro
«Desconfía del médico joven, y del barbero viejo»Refrán
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—¿Qué decís, princesa?En montaña nevada.—¿Qué decís, princesa?En montaña nevada cubierta con mortaja blanca.—¿Qué decís, princesa?En montaña nevada cubierta con mortaja blanca,perdido el reino, ganada la vida.
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—Recordadme, querido.En cueva cerrada.—Recordadme, querido.En cueva cerrada al refugio del viento.—Recordadme, querido.En cueva cerrada al refugio del viento,padre no sabe, madre no entiende.
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Nadie encontró al bufón y a la princesa, huyeron en una noche de luna llena, al amparo de las estrellas, protegidos con manto de amor se perdieron, en época de nieves, en la montaña infinita. El Rey buscó a su joven hija, los soldados como perros de presa rastrearon incansables, pero ni hombres, ni bestias, jamás ser alguno, halló pista sobre el bufón ni la princesa.Pasados los años, en ocasiones, en noches frías de luna llena con nieve en las montañas, se escuchan ecos en el valle, ¿la voz de la princesa? ¿La risa del bufón? El ulular lejano se asemeja a sus voces, las viejas callan, los jóvenes no creen.
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—¿Qué decís, princesa?—Recordadme, querido.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on June 09, 2019 23:20
June 2, 2019
Llegó con el levante: tenía tiempo
«El levante las mueve, y el poniente las llueve»RefraneroRecuerdo la primera vez que vi ese árbol, debió ser hace diez años, ¿alguna vez estuvo erguido? ¿Nació así? Su deformidad, su extrañeza, le confería una preciosidad única, atrayente, casi mágica.
No se mostraba erguido como otros de su especie, las ramas altas y frondosas no apuntaban al cielo, no buscaban la ansiada libertad celeste, el ramaje terrenal rozaba el suelo en una caricia tierna a la amada tierra.
En este tiempo fui y vine, me alejé y me acerqué, estuve en muchos lugares y en uno solo, pero por más que viajara no vi nunca árbol alguno que sus ramas tocasen el suelo, no al menos en la manera que lo hacía mi viejo amigo de Torredén; ni las ramas de chopos, sauces, cedros o banianos, por citar unos pocos, emulaban su antiverticalidad. Todo él, recostado, a modo de cadalso torcido, un retrato surrealista que, a pesar de la poca estética en un árbol, robaba las miradas de cuanta persona se fijaba en su figura.
No sé si le quedaban muchos años, o pocos, su apariencia física no demostraba lo uno ni lo otro, aunque cada año mostraba con orgullo su ramaje verde, caduco, que reflorecía con cada nueva primavera.
Hace dos días —tomé la foto el 23 de abril, Sant Jordi, aunque este escrito lo hilvané dos días después— me dirigía a la Ciudad Condal, mi inevitable devenir, camino a la estación, me conducía por delante de mi amigo. El rucurucu insistente alojado en mi pensamiento, «hazle una foto», esas pequeñas cosas que dejas pasar. Saqué el móvil y se la tomé, unos hombres en un café cercano me miraron con una sonrisa extraña, ¿burla o simpatía?, o quizá es que ellos ya habían tomado esa foto hace tiempo. En la foto, no muy bien tomada, solo se apreciaba su pose, deslucido de su verdadero encanto natural, por suerte su extraña anatomía refulgía: «¿y si un día no te vuelvo a ver?», pensé.
¿Por qué me es imposible quedarme callado en la soledad de mis pensamientos? Una cháchara infernal, un devenir de arrolladora incontinencia mental, una inutilidad propia de la gente pobre con contenidos vacíos de existencia. ¿No podía quedarse acallado el nihilista que hay en mí mientras, simplemente, miraba a mi amigo? Maldita sincronicidad cósmica, ley de atracción o ¿premonición?, no importa el término barato de esta pobre filosofía new age descafeinada de principios de siglo. La gente pobre tiene pensamientos filosóficos pobres, es la amarga realidad de estos tiempos.
Una semana después el ayuntamiento podó y troceó a mi amigo, vi sus restos, pequeñas virutas y troncos apilados, descansaban en un rincón de la acera, su vacío en el lugar de su nacimiento se me antojaba un crimen del que formaba parte, una tristeza me invadió, contuve una lágrima. ¡Debo estar loco! Dejo escrito lo que no me atrevo a verbalizar, es un insulto pensar.
Adiós, querido amigo, ya no veré tus ramas retorcerse en el suelo, ni acariciaré de nuevo tu tronco, medio caído, recostado en tu eterna siesta que mi memoria evocará hasta mi último aliento, ahora ya puedes descansar en paz, árbol querido, árbol amigo.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on June 02, 2019 05:24
May 28, 2019
Desaguaderos cósmicos
«Y la mayoría de las galaxias grandes parecen tener un solo agujero negro supermasivo en su centro»Creencia científicaLo dice la estimada doctora Bonaca:
La doctora Bonaca, investigadora del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, asegura que un inmenso agujero negro (otro más) causa estragos en los confines de nuestra galaxia.
http://bit.ly/2YLmwQ2
Centro Universidad de Tristonia Título Desaguaderos cósmicos Ponente Doctor Ignatius B.P.Astrofísico-teólogoFilólogo GuáltrapaArtista pixel art
Hola, soy el doctor Ignatius B.P.
permitidme que os ilumine con esta ponencia.
En el centro de todas las galaxias existe un enorme, gigantesco y monstruoso agujero negro por el que se cuela todo el espectro lumínico que llega hasta él, esa succión genera un impulso rotacional, una inmensa onda que hace girar al resto de sistemas y planetas a su alrededor.
¿Lo ven? El universo no es tan diferente del desaguadero del lavabo o de la cocina de nuestro hogar donde nos limpiamos las manos y la boca cada noche.
El agujero negro supermasivo de cada galaxia es un desaguadero instalado por Dios, arrastra en una espiral de decenas de años luz toda la porquería que encuentra a su paso y, en ese arrastre, se lleva la mugreal otro lado.
Imaginad por un segundo que sois Dios (un ente plural), y tenéis ganas de tomar un baño en vuestra bañera cósmica llamada universo y, de repente, la materia oscura se desborda, claro, como sois Dios queda mal que llaméis a un desatascador de cuba y tuberías, sois el diseñador de este magnífico cosmos en el que flotamos, así, para evitar que el vacío sobrante se caiga por los lados del universo conocido, miráis el catálogo de Ikea galáctico de dioses y otras monsergas cósmicas, elegís una galaxia-jacuzzi con agujero negro desaguadero último modelo con doble curva espiral, y, ¡alehop!, solo os falta seguir las instrucciones para montarlo, un agujero negro de proporciones macrobíblicas en medio de vuestra galaxia-jacuzzi, ni que decir que tal desaguadero, succiona la luz, el vacío, la porquería y lo que pille a su paso, con una garantía extendida de dos millones de años luz, según estipula la ley de la termodinámica de la cámara de comercio y bebercio espacial.
La conclusión de este estudio: el sistema de tuberías cósmico necesita una urgente reparación, sobran desaguaderos y nos vamos todos al retrete en un par de miles años luz.
En la próxima ponencia mostraré la perturbadora imagen de una escobilla cósmica de mano.
Pervivo para enseñaros.IGNATIUS B.P.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on May 28, 2019 04:20
May 19, 2019
Sinistemprun
«El tiempo es la cosa más valiosa que una persona puede gastar»Tirtamo (Teofrasto)Se vio dentro de un coche fúnebre. No le fue fácil digerir que había muerto.
—Morí ayer —susurró.
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Su pensamiento le arrastró a los experimentos en el laboratorio, a los pequeños saltos de hasta veinticuatro horas adelante en el tiempo que podía realizar una única persona. La sinistemprun, la máquina, también permitía un pequeño salto espacial en un rango de diez kilómetros, las coordenadas se habían fijado para una materialización física en el parque central de la ciudad, repleto de árboles, ajeno a miradas extrañas, y la ubicación temporal a las 11:00 del día siguiente. Cuando apareció tomó notas, leyó algunos periódicos y analizó algunos sucesos pero cuando quiso activar su retornador, no volvió. Algo había fallado, siguió el protocolo trazado para esas ocasiones y volvió caminando al complejo, al acercarse observó un coche fúnebre con una comitiva de vehículos de la empresa, lo que más le alteró fue ver su fotografía en el interior del primer vehículo y a su mujer vestida de luto. Así descubrió que había muerto.
⁂
Por suerte, antes de iniciar cada viaje, al viajante le cambiaban las facciones para que resultara irreconocible, no existían evidencias que el futuro pudiera alterar el pasado, pero cualquier precaución era poca tratándose de algo tan delicado como el tiempo. Se acercó a un grupo de empleados a ver si se enteraba del porqué. Al poco escuchó la frase, «La máquina explotó. Ha quedado irreconocible». Así que, ¿aquello había sido? La jodida Sinistemprun había explotado, pero antes de hacerlo lo había catapultado al futuro, y todos se creían que había muerto, bueno, en el fondo así era, miró su retornador y el tiempo se le agotaba, en unas horas, cuando la energía se le agotara volvería atrás, la máquina explotaría y moriría. No había recambio alguno ni solución posible, y eso que durante unos minutos le dio vueltas desesperado a la idea de poder salvarse. No, no había solución. Solo se le había concedido un regalo de unas pocas horas de vida.Mimetizando al resto de los allegados, se introdujo en una autobús habilitado por la empresa y, sin que sospechara nadie de él, llegaron hasta el tanatorio. Una vez allí, se separó del grupo y se quedó apoyado en una esquina, vigilando a pocos metros la sala de duelo, las personas pasaban a su alrededor ignorándolo, veía como los asistentes daban muestras de consuelo a su viuda, le apretaban la mano, pronunciaban las frases de rigor, algunos la abrazaban. No había sido un buen hombre, eso lo sabía bien. Siempre tan distante, tan frío, ¿podía culparse? ¿Qué importaba aquello ahora? Muchas dudas se arremolinaron en su pisque y, si la visión de su propia muerte no lo transformaba, nada lo haría; rememoró la frialdad calculada, el trato con los subalternos, con su mujer, con sus hijos. ¿Había hecho falta tanta distancia? ¿Era así mejor jefe? ¿Mejor persona?Su mujer lloraba e intentaba no mirar al ataúd, desviaba la mirada a algún otro lugar, él también desvió los ojos, posados sobre su esposa y observó su propio rostro en el interior del sarcófago de madera, ¿acaso aquel rostro desfigurado le devolvía una mirada siniestra o más bien enfurecida? ¿Él con furia al morir? ¡Qué estupidez! La muerte se afronta con frialdad, no deja de ser algo natural, los vivos mueren en alguna ocasión, punto. Lo achacó al carácter de la explosión.Consultó el reloj, era tarde, solo quedaban algunos amigos consolándola, pero, ante todo, no debían verle. No hacía falta ser dramático, conocía los peligros de su trabajo y ya nada se podía hacer, su final era cierto, solo quería despedirse.Miraba el reloj constantemente, faltaba poco para agotarse la energía del retornadorque le mantenía en ese marco temporal, acabado el plazo volvería atrás... y se acabó. Por suerte, el tanatorio, al arreciar la tarde, se vació, su mujer, acompañada con la única compañía de su hermana, quien la consolaba, dirigió la mirada al ataúd, estuvieron así un rato largo hasta que su cuñada se excusó y marchó al lavabo, así, por fin, su mujer restaba sola en la sala.La miró con cariño, ¿quizá la primera vez en mucho tiempo que lo hacía? ¿Por qué había sido como había sido? ¡Qué estúpido! Tantos momentos en los que le podría haber mostrado algo de cariño, ¿tanto le hubiera costado? Faltaba media hora.
—¿¡Cariño?! —se acercó a ella.
Su mujer se volvió del pequeño sofá, asombrada, pero reconociendo la voz de ultratumba de su marido.
—¿Tú?
Sobrecogida, con miedo en el rostro, tembló y echó el torso para atrás, pero él tendió su mano y, con ese gesto, apaciguó su temor, ella aceptó entonces la mano y se dejó levantar del sofá, la llevó al enorme balcón del que disponía el centro. Allí podrían hablar a solas. Disponía de menos de media hora, ¿qué podía decir en tan poco tiempo? ¿Disculparse? ¿Decirle lo mucho que la quiso en vida? Le dijo estas cosas y muchas otras que llevaba guardando durante mucho tiempo. Cuando acabó, ella, que era su mano derecha en los experimentos temporales, le preguntó:
—¿Saltarás en breve?—Sí —revisó su retornador—, solo me quedan dos minutos.
Ella asintió muy seria, abrazada a él, respiró con fuerza, él sintió la respiración de su mujer en el cuello, le besó y la mujer se separó un poco, apenas faltaban veinte segundos.
—Amor... —dijo ella.—¿Sí?—No fue un accidente. Yo averié la máquina.
Atónito, fijó la mirada en la incipiente sonrisa macabra que nacía en el rostro de su mujer y su inicial estupor mutó de la sorpresa al odio. Su cara, marcada por rabiosas arrugas, era el reflejo de la furia misma, quiso lanzarse con las manos, atenazarle el cuello, ejercer mucha presión y estrangularla, pero el tiempo se había esfumado, como su propio cuerpo que desaparecía en la nada. Ella miró a esa nada, despejó la sonrisa de su rostro y volvió, con el rictus agravado por la seriedad, al interior del tanatorio, a rendir el último adiós al cuerpo de su exesposo.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on May 19, 2019 03:00
May 12, 2019
Aberración
«No hay que depender de las mayorías silenciosas, Evey, el silencio es frágil, un grito puede romperlo»VBrassos 128 B, un planeta al amparo de la estrella Próxima Centauri, contiene habitantes antropomorfos, seres bípedos muy parecidos a los humanos, excepto, en un pequeño detalle...
—Me temo que deberemos amputarle esa fea extensión.
Las palabras del doctor aturden a la mujer, unos minutos atrás, observaba con incredulidad la mutante extremidad adicional adosada al cuerpo de su hija. Ante esa visión, no sabe como sentarse en la butaca. Su marido, al lado, observa a su hija indiferente; ella, inquieta, se pone de pie, como si desde la perspectiva más elevada las preocupaciones se diluyeran.Su esposo ni la mira, ¿la culpa a ella? Permanece sentado mientras observa, con esa anodina mirada y un rostro muy serio, a su hija que está estirada en el interior de una incubadora, una máquina que recrea el antiguo proceso de gestación Brassiense, cero orgánico, muchos tubos y muchas luces.Ella, aún de pie, la mirada preñada de ternura, examina el minúsculo bracito que surge del cuerpo de su hija, se parece tanto al otro, al normal, pero es una aberración, el cuerpo de su hija es anormal, tan amorfo, ¿dos brazos? ¿Es culpa suya? Su marido, con la invariable mueca de preocupación se rasca la barbilla con su único brazo, al instante lo descansa sobre la pierna y, con sus seis dedos, repiquetea nervioso en la rodilla. Ella le observa desde su altura más elevada, se lleva la mano a la espalda, como cuando está nerviosa, y en esa actitud de reflexión se encuentra, cuando el médico vuelve a interceder.
—Es necesario amputar cuanto antes.
Él asiente. Ella se queda mirando la asquerosa extremidad extra. ¿Por qué a su pequeña? En esas ve como las dos manitas se mueven al unísono. Parece tan normal.
—Necesitaré sus firmas —arremete de nuevo el doctor.
El médico acerca su mano al ordenador, con un dedo enciende la pantalla, para después posarla en el teclado de 32 teclas que se reparte como una esfera plana delante de él, ergonomía adaptada para seis dedos.
—¿Tendrá secuelas de mayor? —Interviene la madre nerviosa, sin dejar de mirar la manita extra de su bebé—. ¿Es peligrosa la operación? ¿Le dejará alguna marca?
La retahíla de preguntas surge atropellada de la boca, como derrotada por tamaño esfuerzo, hunde la cabeza y se sienta en la silla, se lleva la mano a los ojos, no puede mirar al doctor directamente. Tiene miedo de lo que dirá.
—Apenas una pequeña cicatriz sin importancia, siempre y cuando realicemos la operación con carácter de urgencia.
El padre sigue sin decir nada, solo asiente, como hipnotizado. El medico calla, desvía la mirada de él y la dirige a la mujer, quien, finalmente, se quita la mano del rostro y le mira. Es consciente de que continúa en estado de shock, nunca habría imaginado que podría pasarle algo así, a ella.
—¿Saben? Es muy normal que duden, que les preocupe el futuro de su hija... —mientras el doctor habla, sigue tecleando con su única mano el teclado de 32 teclas—. Hace años trabajé en la unidad especial de mutaciones genéticas. Vi casos similares. La mayoría de padres toman la buena decisión y optan por extirpar, pero...
Un breve silencio. Ella mira el bracito extra, el apéndice contiene una manita chiquitina y, al observar a su pequeña, alojada en la incubadora, siente pena y asco a la vez.
—Un pequeño porcentaje de padres no se deciden. No sé, es como si esperasen que con ese brazo extra sus hijos fueran a ser más fuertes, más listos, algunos incluso poseen extrañas creencias religiosas, en fin, no deseo molestarles con mi opinión, pero es mi deber informarles que los padres que no dan el visto bueno... —El doctor suspira cansado.
El padre asiente, aunque es posible que no haya oído nada, al menos la mujer así lo intuye, su esposo tiene la mirada perdida, la mirada de cuando está preocupado y no atiende, o no quiere atender; ella misma viaja en una nube muy lejos de la consulta, piensa en la operación, en el bisturí, en los cortes, sangre, vísceras y huesos rotos. Tiembla y siente asco. El doctor levanta la mano del teclado y la posa en su vientre y, sus seis dedos, tamborilean en el estómago, como si esa zona fuera una extensión del teclado. La mirada del doctor les observa, un barrido, mujer, hombre, y vuelve a ella, quien le aparta la mirada.
—Al principio, algunos de los pequeños se desarrollan bien, ya saben, crecen con esa mutación extra, incluso la mayoría, en los primeros estadios, articulan todo el conjunto, mano y brazo, con precisión —Aunque la voz del doctor es serena, al menos eso le parece a la mujer, anticipa cierto nerviosismo por llegar en su monólogo, similar a la calma que precede a la tempestad—. Pero a la mayoría de edad, el brazo se les pudre o acaban perdiendo movilidad articular en la mano, a los que no les sucede nada de eso, padecen otros síndromes, los problemas circulatorios ocasionados por la compensación extra que supone acarrear más sangre son muy comunes, también los de índole respiratoria, por el mismo principio. También sufren cardiopatías, la descompensación castiga mucho al corazón. Los pocos casos que alcanzan una edad adulta y que no sufren de ninguna índole anatómica, se les detecta depresión, esquizofrenia o síndrome disociativo de la realidad. No importa lo sanos que parezca, o que incluso alguno de ellos se haya hecho famoso por dar conciertos de piano a dos manos, esos que sobreviven únicamente representan el 1%. Estudié las estadísticas, créanme cuando les digo que los restantes 99% llevan una vida insana, con muchísimos problemas. Ustedes son libres de decidir, pero escojan rápido.
La mujer agradece el final agónico del discurso, se comenzaba a encontrar mal, tenía ganas de vomitar, pestañea, pierde el enfoque al mirar el segundo bracito de su hija, y lanza una mirada de auxilio a su marido. Este se gira, y vuelve a asentir. Espera que él decida por ambos, pero ¿está ahí con ellos? ¿Se encuentra en la consulta?La pausa se alarga, ahora sí, como un leitmotiv fúnebre, el hombre asiente de nuevo, su mujer pestañea, tiene un tic en el ojo, le sale cuando está muy nerviosa, y, entonces, por fin, su marido se dirige con aplomo al médico.
—Amputaremos.
Ella lanza un suspiro. No quiere volver a mirar a su hija, no hasta que no le hayan quitado esa malformación. ¿Por qué? ¿Por qué a ella? Piensa en lo mucho que beneficiará esa decisión a su pequeña, las burlas, las humillaciones, los problemas físicos descritos por el doctor, ¿qué hombre se querría casar con una mujer con dos brazos? La sola idea le hace temblar, no, no piensa mirar a su hijita aunque se le parta el alma, al menos no hasta que se lo quiten, su determinación es fuerte, de hecho, solo le hace falta seguir las afirmaciones de su marido, que por fin ha vuelto, ha tomado el control y eso la tranquiliza en parte, pero, y a pesar de la aparente tranquilidad que va adquiriendo de nuevo, el pulso le tiembla, le tiembla todo el brazo, todo su ser tiembla, cuando el médico le aproxima la hoja de carácter legal y ella, dócil, se apresura a lanzar un garabato, apenas una insana copia de su firma, para dar el consentimiento de la extirpación quirúrgica.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on May 12, 2019 10:44
May 5, 2019
Conspiración en Almajardín. ¿Por qué el señor Ermute tiró a Henstep?
«Nacer es solamente comenzar a morir»Théophile GautierLa melodía de tañidos, una tríada de notas agudas y penetrantes, marcaron la señal de cambio de turno. El pasillo se llenó de esféricos alumnos, bolas luminosas, que transitaron veloces camino de sus respectivas aulas al compás del melodioso tintineo. Los repiqueteos agudos, emitidos desde el campanario lugartiempo, traspasaron el interior de cada uno de los alumnos, quienes, constreñidos por la poderosa vibración en su interior, sintieron un poderoso, «rápido, tenemos que ir a clase», y por ello se afanaron aún más en acudir con sus respectivos profesores.Encima de las puertas, carteles rectangulares de brillos dorados, señalaban el clasificatorio nombre asignado a las aulas, así, en IºS el señor Búho enseñaba ululantes cantos, en IXºE, en la clase del ser sin rostro, aprendían telepatía empática, en VIIºR la señorita Gididí mostraba costumbrista historia zombi, en la segunda planta, en VIIºG, confección de atrapasueños y artilugios; una clase clausurada en la tercera planta, al final del pasillo, con un cartel desvencijado y borroso no permitía adivinar el número, aunque si la letra, una borrosa i, donde el marco quemado y la balda atravesada con clavos, impedía la entrada a los alumnos esféricos. Ese aulario cerrado era el preferido de los rumores, pues ellos retransmitían, fueran ciertas o falsas, noticias acerca de una antigua clase de historia sobre humanidad, seres terribles que vivían en un extraño planeta verdiazul, o al menos esa era la fábula, insistentemente repetida, por los rumores.También había otras y muy variadas clases, pero la última, la que ocupaba la séptima planta de la escuela de Almajardín mostraba la clase VªO y nadie sabía que se impartía en ella, ni los rumores, ni mucho menos las esferas, quizá sí lo supieran algunos profesores, pero ningún rumor había conseguido sonsacar tal información a ninguno de ellos, pero sí coincidían los rumores en señalar al director, el adusto señor Ermute, como único conocedor del secreto.
⁂
Henstep se levantó del camastro solo para decirle, a su compañera de cuarto, que estaba durmiendo, después, se volvió a acostar. Bitathá asintió, molesta e ignorada por su compañero, absorbió el eco de algunas palabras sueltas diseminadas por la estancia y, al escuchar la segunda repetición del terceto de notas, marchó corriendo a clase. Un tiempo después Henstep removió su aura lumínica y con la desperezada sacudida removió algunos finos haces de tinieblas de su lecho, solo en el cuarto se levantó, emitió una fugaz vibración y marchó para el jardín, allí donde quedaba el pozo con la curiosa inscripción que tanto llamaba su atención.El pozo. Una construcción fascinante, erigido en cuarzo rosado, con un semiarco de huesos que lo envolvía en todo su diámetro, y la inscripción, tallada a mano en el mineral, rezaba: «la curiosidad echa a perder a los mejores». La inscripción le fascinaba desde hacía muchas perspectivas atrás, más aún que el propio pozo, cuando lo vio el primer día en su ingreso en Almajardín, perspectivas más tarde cuando fue asignado al cuarto de Bitathá y, desde la ventana ovoidal de la habitación, volvió a observarlo; en su segunda semana lo ubicó mientras transitaba por el pasillo exterior cercano al ala este y le llegaban multitud de frases escampadas por los rumores, al pasar de las perspectivas escuchaba cada vez más, porque oía en demasía a los rumores en pasillos, zonas de recreo, lavabos y aularios, la misma frase, «no te acerques al pozo, no te acerques al pozo», frase que, lejos de ahuyentarlo, lo atraía.
⁂
El señor Ermute vigilaba desde su despacho, ubicado en la séptima planta, colindante a la habitación cerrada, el pozo, lo observaba desde muchas perspectivas, pasadas, presentes y futuras, se conocía de memoria la tallada inscripción y, también observó, al esférico alumno, conocido como Henstep, acercarse en horario lectivo al borde del agujero. El director agarró un libro con su única mano, de título Desesperación, y bajó raudo las escaleras de caracol, una bajada de emergencia situada en la cara este del edificio. Las escalinatas conducían hasta el patio del pozo.
⁂
Henstep se encaramó al borde del pozo, curioseaba en la linde, observando el vacío del agujero, una negrura casi sin fin se extendía mucha distancia bajo su esencia. Al final de ella, un puntito redondo, azul y verde, giraba y susurraba «ven Rey mío, ven». La sombra de Ermute sorprendió a Henstep, el alumno no esperaba al director allí y menos tan de improviso, pensó en alguna excusa que transmitirle, pero este, sin decir ni una sola palabra, le estampó la portada del libro en toda su ovalidad, el golpetazo empujó a Henstep unos centímetros, los suficientes para perder agarre en el borde. Cayó al interior del pozo, el director tiró tras de sí el pesado volumen con título Desesperación, y, esfera y libro, cayeron arrastrados por alguna clase de succión, más poderosa que la fuerza de gravedad, hacia el no tan lejano globo redondo, azul y verde, al que se aproximaban más y más veloces. Un presagio acudió a Bitathá contándole lo ocurrido, aunque los rumores no le confirmaban nada de lo que le contaba aquel buen ser, con un pálpito y, sin esperar a la finalización de la clase, salió volando al pasillo, recorrió el claustro interior y llegó a tiempo de observar, espantada, los últimos haces de luz de Henstep escapándose desde el interior del pozo, mientras el director Ermute daba la espalda al pozo y abandonaba el patio, presta, Bitathá se acercó al pozo y de un brinco lumínico se lanzó a su interior, fue engullida por la misma succión, recorriendo la misma negrura que Henstep, siguiéndole allí donde él fuera.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on May 05, 2019 11:02
April 28, 2019
Federico, Mijaíl y un amigo común
«Cuando el diablo se mezcla en los asuntos humanos para arruinar una existencia o trastornar un Imperio, es muy extraño que no se halle inmediatamente a su alcance algún miserable al que no hay más que soplarle una palabra al oído para que se ponga seguidamente a la tarea» Alejandro DumasA través del tiempo, de los ecos que conforman las palabras, se reproducen situaciones similares en distintos continentes y épocas.¿Cómo podrían quedar unidos, por los ecos de las palabras, un poeta español y un novelista ruso?No tiene sentido esta introducción sin saber el tema del que tratamos.
⁂
Federico García Lorca, uno de los mejores poetas españoles, escribió en 1920 unos versos acerca de su amigo Satanás, un ser que nos ha visitado a todos en algún momento. El diablo es noble con sus conocidos, a pesar de sus muchas excentricidades y que, siempre se espera de él, cumpla su palabra, más no debe el incauto contraer deuda alguna con semejante amigo, se cobrará muy cara la deuda si no se paga a tiempo, ya sabemos todos a que me refiero.
Nos pondremos en situación con la poesía del poeta español Federico.Cita de Prólogo (Federico García Lorca), 24 de julio de 1920:«Además, Satanás me quiere mucho,fue compañero míoen un examen delujuria, y el pícaro buscará a Margaritame lo tiene ofrecido.Margarita morena,sobre un fondo de viejos olivos,con dos trenzas de nochede estío,para que yo desgarresus muslos limpios».
En 1920, este amigo común y Federico, trasnochaban juntos, pero mi asombro viene, no al descubrir la cantidad innumerable de amigos comunes atesorados por Satanás, sino los versos que susurró a Federico; palabras sobre él, Satanás, y la misteriosa Margarita, una beldad morena de trenzas de noche.¿El diablo y Margarita? El asombro, revisitando mis propias incursiones lectoras con nuestro amigo común, me condujo hasta la lejana Rusia, país de almas escépticas en la galería diurna pero de poderosas inclinaciones teológicas en la onírica pasarela nocturna, el viaje concluyó en un autor maldito, maldito por ser demasiado brillante y, maldito, por ser demasiado ingenuo, me refiero a...Mijaíl Bulgákov. El escritor ruso comenzó, en 1928, la escritura de una grandiosa obra de la literatura, El maestro y Margarita, el libro, auspiciado sin duda alguna por los susurros incesantes de Satanás, su mejor lector, incluye a nuestro amigo común como personaje de la trama, quien se presenta en Moscú donde realiza un sinfín de fechorías y, en ese camino de perversión, trastoca la vida a un grupo de personas.¿De dónde sale mi asombro? ¿A dónde nos conduce esta cháchara? Señalo algunas pistas que se remueven inquietas en mi cabeza.
Federico García LorcaPrólogo.Poesía.Margarita y Satanás.¡España! Mijaíl BulgákovEl profesor y Margarita.Narrativa.Margarita y Satanás.¡Rusia!
Y, tal novela de misterio, nuestro amigo común, el soterrado Satanás rey de todos los infiernos, se nos descubre como el nexo común entre ambos textos además de la bella dama.¿Casualidad? Mi asombro no sería tal, una simple coincidencia metafórica y de personajes, después de todo la flor de la margarita puede simbolizar la virginidad, la pureza, denostando a la celebérrima rosa, ya demasiado gastada por muchos versos y, en consecuencia, ambos genios, Federico García y Mijaíl Bulgákov, usaron la margarita en detrimento de la otra, pero no, mi desconcierto aumenta, pues no nace de la etimología poética de la evocada Margarita, es su descripción física, ¡morena y con trenzas de noche!, es esa descripción la que sacude con fuerza algunos recuerdos en mi frágil y escurridiza memoria, recuperar sin éxito aquello que se le escapa a uno. Acudo, en mi intento de salvación, al otro demonio, San Google, él me dirá lo que busco.
Cita de El maestro y Margarita (Mijaíl Bulgákov):«Era inteligente y hermosa y aún añadiríamos algo más [...] Margarita Nikoláyevna era una mujer de treinta años[...] La Margarita de treinta años veía reflejada en el espejo a una mujer morena, de unos veinte años, con el pelo ondulado.[...] A la luz de la lunasu cabello era blanco, formando en la nuca una trenza que flotaba en el aire».
¿¡Margarita morena con trenzas de noche a la luz de la luna!?Demasiada casualidad para tan poco lector. Si existe alguien, con mayor entendimiento, alguien que pueda esclarecer luz sobre el asunto, bienvenido será a este lugar.Amigo común, ¿dejarás, en algún momento, de susurrarnos tus excentricidades al oído? ¿Dejarás de reírte de tus esclavos? ¿De plagiar y repetir la misma tonadilla en unos y otros?Aunque seguiré pensando que los caminos de Satanás son inescrutables, ciertamente Satanás, debemos rendirte homenaje por unir a sendos artistas en estos ecos de metaficción.Debo advertir (el yo escritor) que quizá resida una mentirosa palabrería en todas estas afirmaciones, o tal vez sean mentirijillas fruto de los susurros de nuestro amigo común. Lo sé todo. (susurra...) La anterior frase, atribuida con entereza al señor Satanás rey de todos los infiernos, cae en mis oídos igual que se desliza, después de leerla, en vuestros ojos. Del resto de temas, casualidades, plagios, mezquindades y lecturas prohibidas... mejor las dicte el diablo en otro momento.
93% imaginación7% realidadPero es ese 7%lo que realmente importa
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on April 28, 2019 10:11
April 21, 2019
La paradoja M
«Una paradoja (del latín paradoxa, ‘lo contrario a la opinión común’) o antilogía es una idea extraña opuesta a lo que se considera verdadero a la opinión general»Explicación de paradoja en WikipediaLa paradoja M
A mediados de 2019 la onda Beresheet, en hebreo la ampulosa palabra significa Génesis, aluniza en el satélite de nuestro querido planeta quedando destrozada en el impacto contra la superficie. Los israelís, en vez de desanimarse, comienzan sendos proyectos de construcción de hábitats extraterrestres que, de manera autosuficiente, puedan dar cobijo a humanos, ya sea en el vacío del espacio exterior o en la superficie de un planeta.
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Los ingenieros de ambos equipos ponen mucho celo en calcular y diseñar todos los pormenores del acondicionamiento humano fuera de nuestro acomodaticio planeta: tuberías, bombas y salidas de oxígeno repartidas con doble sistema por todos los rincones de la casa, la aclimatación también se reparte en un doble circuito de seguridad por sí uno de los dos fallase, se une al ecosistema un sofisticado sistema de temperatura autorregulable según las inclementes temperaturas exteriores, se contemplan en los saneamientos chorros aspersores de baja potencia y secadores de higiene íntima con ventilación templada, todo para eliminar el uso de celulosa en la limpieza, se incorporan baldosas antideslizantes en suelos, paredes y pasillos, agarraderas en techos y paredes, aunque de porte antiestético, poseen el impagable uso en una situación de gravedad cero, en la que los habitantes desconocen si la gravedad les jugará una mala pasada y les hará falta gatear de manera invertida por el techo, las plantas y flores necesarias para recrear una atmósfera y dar un toque de habitabilidad poseen focos de luz y regaderos automáticos implantados en el propio subsuelo donde la tierra de la maceta queda recubierta por una capa de plástico ultrafino muy resistente, en el ambiente de una casa terrestre hay polvo inocuo, pero en un hogar espacial la tierra de las macetas no debe encontrarse flotando alegremente por el comedor, además, todas las estancias poseen capacidad estanca por lo que ante alguna fuga de oxígeno, un desperfecto en las paredes o ante cualquier otro imprevisto, los habitantes podrían llegar a sobrevivir en una única estancia hasta que pudieran arreglar, por sus propios medios, el desperfecto... En fin, que los ingenieros israelís realizan miles de cálculos para garantizar el éxito de la subsistencia humana en el espacio profundo.
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El primer hábitat, el DomSheet, una mezcolanza entre el ruso y el hebreo, significa «casa de papel», se lanza en órbita geoestacionaria al planeta Tierra a finales del año 2020, y en su interior conviven tres cosmonautas: un ruso, un chino y una israelí.(Las siguientes conversaciones se han traducido del inglés, ya que ese es el idioma vehicular entre los tres cosmonautas).—Joder, parecía un castigo del dios cristiano, el 25 de diciembre, sí, Navidad, o día M, como llamé a aquel día. Ya, ya, es que la gente no tiene sentido del humor, y eso que fuimos nosotros los que vivimos los peores días de nuestra vida. Aquello... Aquello flotaba por toda la casa, por el comedor, en las habitaciones, en la biblioteca, joder, suerte que la israelí había cerrado la cocina, no quiero ni pensar que hubiera pasado si no hubiera cerrado la cocina... Y lo peor es que todo aquello era en parte mío —Conversación reportada por Iván Tzagerovik el 6 de enero de 2021 para el canal de noticias ruso La voz de Siberia.—Esa idea de mierda, tan extendida, que Wei Ji —palabra crisis en chino— significa oportunidad no se acercaría ni inmensamente al hedor de ser comparada con lo que sufrimos aquel día. He vivido mucho entre japoneses para haber asimilado parte de sus cotidianidades en la limpieza íntima, doy gracias a los espíritus que a bordo no hubiera ningún astronauta japonés. Hubiera muerto al instante —Palabras cedidas por el cosmonauta chino que no quiso que su nombre trascendiera a la opinión pública.
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El 25 de diciembre de 2020, una bomba de la tubería de residuos orgánicos se trabó debido a un compuesto orgánico producido por la evacuación gastrointestinal del cosmonauta ruso, el compuesto, altamente resistente no pudo ser licuado por las cuchillas del desagüe y llegó compacto al orificio principal del sistema de drenaje del sistema sanitario, llegando intacto a la bomba extractora, impidiendo posteriormente el paso del resto de desechos. Al taponar el tubo pero con el motor aún en servicio, se produjo un efecto de retroalimentación contrario, por el cual, los residuos volvieron por la tubería con una fuerza centrífuga de 1,20 metros por segundo... La tapa reventó y la materia oscura campó a sus anchas por las distintas estancias flotando en gravedad cero.
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—Suerte que cerré a tiempo la cocina. Sí, la única mujer en el espacio y estaba en la cocina... Sí, ¿se cansaran de usar esos malditos clichés tan infantiles? El ruso y el chino eran unos excelentes compañeros pero unos inútiles en la casa, y encima no me hacían ni caso. ¿Sabéis cerrar las puertas de casa?Les repetía continuamente. Sobre todo cerrad la puerta del lavabo, ¡cochinos! Doctores en astronomía y matemáticas pero no tenían ni idea sobre cómo llevar un hogar, para ellos mis advertencias eran como escuchar al profeta predicar en el desierto, ni caso, ni maldito caso, para ellos sentarse en la letrina con la puerta semiabierta era tradición, ¿acaso tenían miedo de cagar con la puerta cerrada? No volveré a tripular una nave con un chino y un ruso —Palabras extraídas de un reportaje para Inquire de la cosmonauta israelí Danna Stinker.
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El proyecto DomSheet se cancela el día 29 de diciembre de 2020, el clima generado, tanto en el ambiente y entre los cosmonautas, hizo insostenible la continuidad del proyecto.«Por desgracia, la exploración del espacio exterior no queda exenta de problemas cotidianos muy humanos, entre ellos, la Mierda».
93% imaginación7% realidadpero es ese siete por cientolo que realmente importa.
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on April 21, 2019 04:47
April 14, 2019
Detrás de un Maelstrom cósmico
«Se ha aceptado que en el centro de M87 se encuentra un agujero negro supermasivo (se propuso llamarlo Powehi, que en hawaiano significa "creación oscura adornada e insondable"), con una masa de varios miles de millones de masas solares»Galaxia elíptica M87El cosmos es un inmenso océano espacial; donde cabría esperar agua hay vacío, donde cabría esperar tierra hay planetas y los temidos arrecifes se esconden detrás de los perturbadores remolinos de luz engullidos por los aciagos agujeros negros, y detrás de ellos el abismo de lo insondable atrayendo a los futuros e incautos bajíos intergalácticos que se aproximen a ellos.En el primer cuarto del siglo XXI se toman fotos, se especula sobre los horizontes de sucesos, pero, ¿qué se esconde detrás del contorno luminoso? ¿qué se esconde detrás de lo infotografiable? Pues el acto de fotografiar el suceso, solo se fotografía eso mismo, el horizonte; el lugar de irás y no volverás queda todavía lejos...Existe una antigua leyenda hawaiana, transmitida de padres a hijos en la región del Pacífico Central, en la cual se narra un hecho de actualidad. En esta narración de los pueblos isleños rodeados de vasto océano, como el vacío inunda el espacio, quizá sea por su proximidad a este vacío que sientan más cercano el espacio cósmico, mucho más cercano que otros muchos pueblos. En la leyenda se cuenta el ancestral secreto escondido detrás de Powehi, el gran pozo negro, en él habita un Hemiarius Verrucosus, un pez-gato de proporciones titánicas, la morfología del cual presenta un diámetro tres veces el de la Tierra, pero Hemiarius no puede escapar aún del-otro-lado, quedó atrapado tras el agujero por mandato de Pelé, la diosa Madre. El crimen cometido, hartazgo en devorar planetas florecientes, el castigo impuesto, permanecer atrapado en Powehi hasta el estruendo final. Hemiarius se alimenta de rayos gamma, pero en el interior de un pozo negro esas partículas se repelen, no llegan al interior, la red del horizonte expele las finas partículas tan extrañas de encontrar en el vasto universo.Una emisión interferométrica proveniente de la Tierra rompe el ciclo natural de rayos gamma, el rebote de los rayos permite a los telescopios terrestres almacenar en los cinco petabytes de discos duros las fotografías del esquivo objeto de estudio, pero la emisión forzada quiebra el equilibrio de algunos rayas gamma, muchos rebotan y se posan tal plancton en el horizonte, se arremolinan en los sucesos arrastrándose hasta el interior del pozo, hasta la gran boca de Hemiarius, quien, paciente, engulle las partículas y nada agazapado, esperando saltar del charco a las oscuras aguas espaciales...
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on April 14, 2019 13:24
April 7, 2019
La última noche de Maurice Joly
«...basta con que el mal príncipe desaparezca para que, por fuerza, la honestidad renazca en la práctica del gobierno...»Montesquieu respondiendo a MaquiaveloMiniprólogo:Con tristeza es recordado Maurice Joly, escritor satírico y abogado francés, su obra de ficción más importante, «Diálogo en el infierno entre Maquiavelo y Montesquieu», fue plagiada en el panfleto «Los Protocolos de los sabios de Sion», libro antisemita orquestado por el editor ultraderechista Pavel Krushevan y ensalzado por la Ojranka, policía secreta zarista rusa; se atribuye a Matvei Golovinski ser el plagiador que, Mutatis mutandis, escriblagió los protocolos, aunque existen controversias, como lo es casi todo en este rocambolesco circo de plagiadores y plagiados, pues, según se supo más tarde, el plagiado Maurice Joly, quedaba en evidencia al comprobarse que parte de su Diálogo lo tomó prestado de otra obra, «Los misterios de las personas» de Eugène Sue. ¡Leer para creer!
Minidrama Acto I:Vladimir había sido el nombre ruso más impuesto a los recién nacidos, y con él se invocaba a la antigua mano derecha de la Ojrana, la policía rusa, que algunos por burla la pronunciaban como la Ojranka. Sería incauto, pensar por nuestra parte, que un agente secreto bien experimentado, se hiciera llamar por su nombre verdadero. Así que, ante la ignorancia de su verdadero nombre, solo podríamos llamar a Vladimir por este nombre, quien, vestido con una chaqueta negra y olisqueando el petricor acaecido por la torrencial lluvia en quai Voltaire número 5, oía, agazapado en el umbral de una puerta de entrada, cada gota que repiqueteaba contra los cristales de las ventanas, como los solistas de miles de bandas musicales. Tic-toc-Tac, Tic-toc-Tac, la melodía propia de las gotas suicidas que fenecían en las cristaleras de un edificio de París. Maurice, el abogado, el escritor, el hombre, sentado en la única silla del diminuto comedor, apuraba una pequeña copa, a su lado, el vino en la botella, con apenas dos dedos de líquido turbio, se zarandeaba de un lado para otro. Maurice ojeaba con tristeza las páginas de un libro del autor Eugène Sue. Vladimir, mientras, en el portalón del edificio, metros más abajo, revisaba su reloj de pulsera, las manecillas se aproximaban con lenta temeridad a la medianoche —ellas sabrían el porqué—, para disimular, la antigua mano derecha de la Ojranka, extendía delante del rostro un periódico francés, del cual no entendía ni una palabra. ¡Leer para creer!
Minidrama Acto II:¿Qué contestáis al argumento, mi estimado Montesquieu, es mejor ganar la confianza de la gente o es mejor confiar en la fuerza? Ciertamente, Maquiavelo, harto estoy de escuchar sin parar la misma pregunta, ya quedasteis satisfecho de mi respuesta en nuestra conversación en el infierno. ¡Así es, eminencia, pero es que yo nunca me canso de escuchar vuestros razonamientos! Maquiavelo, ¿por quién me tomáis? ¿Acaso me comparáis con esa vil serpiente del servicio de policía ruso? Eminencia, por favor, jamás osaría compararos con ese tal Vladimir. Más os valdría, Maquiavelo, pues os hacía más listo. ¡Leer para creer!
Minidrama Acto III:En aquel periódico quedaba poco espacio para la imaginación y aún mucho menos para la improvisación, a menos que esta viniera impartida por la voz cantante del director de orquesta nombrado en dicha sede, llámese en la jerga periodística, editor jefe:—Debe empezar así...El joven periodista transcribía, en la máquina de escribir, efectuando obedientes asentimientos de cabeza, las palabras de su amado jefe. No todos los periodistas noveles forman parte de la generalización siguiente, pero la mayoría aman con candor inusitado a sus superiores, a quienes reverencian tal que a seres del panteón olímpico.—14 de julio de 1878. Se encuentra el cadáver de Maurice Joly. Escritor alcohólico y abandonado a la mala vida. La posible causa del fallecimiento es, con toda seguridad, el suicidio, debido...El escribiente transcribidor levantó los dedos del artefacto con teclas y abecedario blanco grabado en cada una de ellas, giró el rostro y apuntó la mirada al editor jefe, la mano comenzó a levantarse, trémula, con el dedo índice apuntando hacia el cielo, casi excusándose de poseer ideas propias, de querer preguntar algo, pero el editor jefe, viejo tigre en aquellos lances interrumpió con educada brusquedad al subalterno, pues no soportaba la más mínima interrupción mientras dictaba, y ni un sonido surgió de la boca del de más abajo:—¿No estaréis a favor de esa habladuría acerca del asesinato? No seáis crédulo, mi buen Stéphane, peligrosos ecos masónicos. ¡Ea, pues, continuemos! ¿Por dónde iba que ya ni me acuerdo? Déjeme revisar la última línea...¡Leer para creer!
Epílogo:¿Falsedad, mentira o tergiversación? ¿Biografía, metaficción o narrativa? Tres vértices de un mismo triángulo. ¿Quedaría demostrada la última gran mentira de los protocolosinspirada por Maurice Joly, aquella que clama un gobierno mundial invisible? Entonces sería, ¿asesinato, ficción o mentira?Después de todo, quizá sí existiera un gobierno mundial invisible, el gobierno mundial de la estupidez, pues la verdad más universal recaería sobre los hombros de la estupidez humana.
Y si no... ¡Leer para creer!
Cierra tus ojos, encuéntrate y sigue para adelante. Buena Suerte.
Un Tranquilo Lugar de Aquiescencia
Published on April 07, 2019 03:08


