Edilberto Aldán's Blog, page 59
October 6, 2020
Desnudo
Una actriz porno mexicana, así se presenta, sube a un camión y anuncia a los pasajeros que va a realizar una protesta por la falta de seguridad en el transporte público. “El día de hoy vengo en protesta por la inseguridad que se vive en el transporte público en Puebla y también porque no nos dejan trabajar en los centros nocturnos. En modo de protesta, me voy a desnudar”, la mujer procede, en el pasillo del camión comienza a quitarse el vestido, “a quien no le guste, tápese los ojitos y quien guste, comparta”.
En el transporte viaja poco más de una decena de personas, casi todas ellas hombres. En un asiento delantero, otra mujer le cubre los ojos a un menor de edad y le voltea la cara hacia la ventanilla mientras Annie Sex Teen, desnuda, recorre el pasillo. La actriz hace su comercial y se quita el vestido, encima de las nalgas tiene pintado “+ seguridad”, se contonea y va por el pasillo, conminando a los pasajeros a que graben su performance. En Twitter escribiría: “En Puebla queremos más seguridad en el transporte público y queremos trabajar. Miles de familias dependen de los empleos de los centros nocturnos tanto de Puebla como de Tlaxcala… Por favor comparte y hagamos viral el video para hacerlo llegar a quien corresponda”.
Los pasajeros se excitan, siguen los movimientos de la actriz a lo largo del pasillo empuñando en alto sus celulares, graban, le gritan, uno dice que no sabe chiflar, ella se contonea, va hacia el fondo del transporte y ofrece la grupa, un hombre le desliza la mano por entre las nalgas, la manosea. Ella no se inquieta, sigue en lo suyo, en su protesta, otras manos masculinas se animarán a tocarle las nalgas mientras Annie Sex Teen se desliza por el pasillo, sonriente.
El video promocional, porque eso es, no una protesta, dura poco más de 2 minutos, un par de minutos eternos que refleja la estulticia con que los medios y las redes banalizan la protesta ciudadana. La grabación de la supuesta protesta fue difundida no sólo a través de las redes sociales, también ocupó espacio en los medios, se calificó al performance como inusual y, más de uno, se divirtió al presentarlo.
El divertimento de la actriz porno me parece peligroso, no desde una perspectiva moral, no lo descalificó desde mi pudor, señalo que es grotesco porque en el afán de promocionarse como producto demerita la protesta al mandar un mensaje equivocado. Mientras miles de mujeres son violentadas en el país, mientras miles de personas son asaltadas todos los días en el transporte público, una actriz en busca de publicidad gratuita para su carrera y su sitio de trabajo, elige dejarse invadir por extraños como protesta por la inseguridad.
El mensaje que se manda a los hombres que vemos ese video es que hay una mujer dispuesta a arriesgar su integridad física con tal de que el Estado, los gobiernos, asuman su responsabilidad en cuanto a brindar seguridad en el transporte público. La reacción de los hombres que la manosean y preguntan dónde trabaja, no responde al motivo de la protesta, sólo a saciar su deseo. ¿Qué nos queda del mensaje?
Los medios, con tal de saciar el morbo de su audiencia, retoman el video y lo difunden publicitándolo como un hecho inusual, extraño; el motivo de la protesta, de nuevo, queda anulado, por encima de muchas otras causas que merecen espacio, eligieron difundir esas imágenes, con el único criterio de hacer divertido un momento, ¿a cuáles y cuántas notas se les robó espacio para mostrar a una mujer desnuda?
La actriz sentencia en algún momento que espera que su protesta llegue a “quien corresponda”, no será así, ninguna autoridad tomará en serio el anuncio de una joven actriz porno defendiendo su derecho al trabajo; pero nosotros, la audiencia, ya tuvimos nuestro momento divertido del día, y eso lo justifica todo.
Coda. En La agonía del Eros, Byung-Chul Han determina: “El capitalismo intensifica el progreso de lo pornográfico en la sociedad, en cuanto lo expone todo como mercancía y lo exhibe. No conoce ningún otro uso de la sexualidad. Profaniza el Eros para convertirlo en porno”. Así.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MXOctober 5, 2020
Legión de idiotas
Romper internet es lo más sencillo del mundo, hasta un personaje como Kim Kardashian puede hacerlo, pero los jóvenes asesores venden el fenómeno como algo más complicado, para así justificar que, al menos en materia informativa, hacer periodismo se simplifique a intercalar video de perritos entre nota y nota, o empujar hacia la audiencia el meme gracioso antes que promover el texto periodístico que es necesario leer para glosar en menos de los caracteres necesarios de un tuit.
Romper internet se relaciona con la explotación de lo simple, lograr que una publicación, foto o vídeo atraiga una cantidad inusual de tráfico a una página, saturar de visitas a los servidores hasta que dejen de responder, esa es la idea de éxito, que la fotografía de una copa sobre el culo de alguien consiga reventar la capacidad de respuesta de la infraestructura instalada. Eso es lo que hasta una Kardashian puede hacer, no se requiere mucho, porque otra forma de lograrlo es despertar la indignación del colectivo.
Ofender a los internautas es simple, basta indicarles que no son lo que presumen para que inicien la ofensiva, sin importar que con su respuesta demuestren que son aquello por lo que son señalados, como calificarlo de “legión de idiotas”, esa declaración que hiciera Umberto Eco y que todavía hoy sigue siendo respondida por un airado grupo que intenta quitarse la supuesta descalificación.
El comentario de Eco no se relaciona en absoluto con el saco que los internautas se colocan, no es que el novelista haya dicho que “Las redes sociales le dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban solo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad”, tal y como se encuentra en muchos artículos, con unas mentirosas comillas para indicar que se cita textualmente al autor de Apocalípticos e integrados.
Uno de los últimos libros de Umberto Eco, De la estupidez a la locura, recopila una serie de sus artículos periodísticos, en el texto final de este volumen “Los necios y la prensa responsable”, hace referencia a lo de “legión de idiotas”, aunque la traducción de la editorial Lumen lo cambia por “legión de necios”, ahí se explica que entre los periódicos e internet las noticias circulan y se deforman porque él estaba hablando de otra cosa:
“Admitiendo que entre los siete mil millones de habitantes del planeta haya una dosis inevitable de necios, muchísimos de ellos antaño comunicaban sus desvaríos a sus íntimos o a sus amigos del bar, y de este modo sus opiniones quedaban limitadas a un círculo restringido. Ahora una consistente cantidad de estas personas tienen la posibilidad de expresar las propias opiniones en las redes sociales. Por lo tanto, esas opiniones alcanzan audiencias altísimas, y se confunden con muchas otras expresadas por personas razonables”.
La supuesta descalificación de Eco a los usuarios de las redes sociales no aparece en ningún lado, incluso el autor de El nombre de la rosa, pasa ligero por la reacción de los usuarios y apunta hacia la necesidad de distinguir entre ideas absurdas y aquellas que están bien articuladas.
Sí es un problema la facilidad con que se asume la crítica en redes sociales, cómo es más sencillo ofuscarse si crees que alguien descalifica tu esfuerzo o intención, y más grave, la reacción violenta como respuesta, la búsqueda de descalificación que, apurada, no duda en anular a quien sea, sin tomar en cuenta qué es lo que se pone en duda.
Quién lo dice, cómo lo dice y para qué lo dice ya no son cosas que se piensen al momento de reaccionar, la velocidad y necesidad de atención nos simplifican, ¿no deberíamos dejar de buscar romper internet?, ¿no sería mejor una pausa, sintetizar y considerar qué es lo que realmente necesitamos de la audiencia?
Coda. Unas líneas de Seamus Heaney: “¿De qué sirve una nota contenida o un verso contenido / Al que no se puede asaltar en busca de certidumbre?”
@aldan
October 2, 2020
Consulta
Es difícil estar en desacuerdo con el ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Javier Laynez Potisek: La Justicia no se consulta, la contundencia de esta descripción se volvió tendencia en Twitter a partir de la decisión de seis magistrados de aprobar la constitucionalidad de la consulta para enjuiciar a los expresidentes. Hecho está, por más que sean verdades terminantes, ningún tuit podrá impedir que el 1 de agosto del 2021 se realice una pregunta a los mexicanos que quieran ir a las casillas.
Como coincido en que la justicia se aplica, no se consulta, puedo calificar como capricho del presidente Andrés Manuel López Obrador el que se tenga que preguntar si se “¿Está de acuerdo o no con que las autoridades competentes, con apego a las leyes y procedimientos aplicables, investiguen y en su caso sancionen la presunta comisión de delitos de los expresidentes, Salinas, Zedillo, Fox, Calderón y Peña antes, durante y después de sus respectivas gestiones?”; creo la SCJN notó algo de ese antojo del líder de la Cuarta Transformación y, al final, modificó muchísimo la pregunta, dejándola así: “¿Estás de acuerdo o no en que se lleven a cabo las acciones pertinentes con apego al marco constitucional y legal para emprender un proceso de esclarecimiento de las decisiones políticas tomadas en los años pasados por los actores políticos, encaminado a garantizar la justicia y los derechos de las probables víctimas?”.
Lo único que queda claro es que realizar ese “proceso de esclarecimiento” puede incluir a la administración de López Obrador, ¿o no?, ¿la Cuarta Transformación no se mide en años?, ¿el presidente no es un actor político?
El costo de la consulta está calculado en unos 8 mil millones de pesos, cantidad inimaginable para los comunes como yo, ¿cuántas ligas se requerirían para afianzar todo ese dinero?, ¿cuántos sobres manila con aportaciones a un partido se requieren para envolver esa millonada?, ¿cuántas casas se podrían comprar para regalarlas a un matrimonio tetratransformista?
Mientras trataba de imaginar los 8 mil millones de pesos, alejaba con la mano, sí, como a las moscas, la idea de los cientos de usos que se pueden dar a esa cantidad: escuelas, infraestructura, apoyo a micro y pequeños negocios… las espantaba para que no turbaran la imagen de un presidente satisfecho con el cumplimiento de su capricho.
Eso del capricho me lo guardé, mi pecho y mi boca sí son bóvedas, no se me fuera a salir y me escuchara algún tetratransformista, tampoco lo puse en Twitter para no llamar la atención. Lo pongo aquí porque los lectores que me preocupan jamás pasan del primer párrafo, así que no corro peligro.
La sonrisa plácida del presidente satisfecho, esa imagen, me la quitó el noticiero de la noche, afuera de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, tras enterarse del resultado, uno de los manifestantes elevó las manos al cielo y gritó: “Gracias Andrés Manuel, gracias”, coincido con él: gracias por nada.
Coda. “Memorial de Tlatelolco”, de Rosario Castellanos:
La oscuridad engendra la violencia
y la violencia pide oscuridad
para cuajar el crimen.
Por eso el dos de octubre aguardó hasta la noche
para que nadie viera la mano que empuñaba
el arma, sino sólo su efecto de relámpago.
Y a esa luz, breve y lívida, ¿quién? ¿Quién es el que mata?
¿Quiénes los que agonizan, los que mueren?
¿Los que huyen sin zapatos?
¿Los que van a caer en el pozo de una cárcel?
¿Los que se pudren en el hospital?
¿Los que se quedan mudos, para siempre, de espanto?
¿Quién? ¿Quiénes? Nadie. Al día siguiente, nadie.
La plaza amaneció barrida; los periódicos
dieron como noticia principal
el estado del tiempo.
Y en la televisión, en la radio y el cine
no hubo ningún cambio de programa,
ningún anuncio intercalado ni un
minuto de silencio en el banquete.
(Pues prosiguió el banquete.)
No busques lo que no hay: huellas, cadáveres,
que todo se le ha dado como ofrenda a una diosa:
a la Devoradora de Excrementos.
No hurgues en los archivos pues nada consta en actas.
Ay, la violencia pide oscuridad
porque la oscuridad engendra sueño
y podemos dormir soñando que soñamos.
Mas he aquí que toco una llaga: es mi memoria.
Duele, luego es verdad. Sangra con sangre.
Y si la llamo mía traiciono a todos.
Recuerdo, recordamos.
Esta es nuestra manera de ayudar a que amanezca
sobre tantas conciencias mancilladas,
sobre un texto iracundo, sobre una reja abierta,
sobre el rostro amparado tras la máscara.
Recuerdo, recordemos
hasta que la justicia se siente entre nosotros.
Que poderosa idea: la terca, indispensable, salvadora memoria, mantenerla hasta que la justicia se haga.
@aldan
October 1, 2020
Quino
Describe Virginia Woolf “y mi mundo sólo gira alrededor de una memoria enterrada, como todos lo hacemos, ya que hay señales, si es que no me equivoco, de que todos y todas estamos recordando algo, siempre buscando furtivamente algo”, yo le creo, asumo que todo el tiempo estoy girando en su búsqueda, mi relación con las personas a las que amo me auxilia en la búsqueda y me impulsa a compartirla.
Ayer acompañé a mi hijo en sus clases virtuales, después de elaborar con plastilina un modelo del sistema circulatorio, la maestra les pidió cambiar de libro y comenzó a hablarles de los Derechos de los niños, con la misma atención con que moldeó tiras azules y rojas para hacer las venas y las arterias fue recibiendo información sobre esos diez principios; enseguida pasó a un ejercicio en el que tenía que desarrollar cuatro actividades relacionadas con sus derechos. La verdad me pareció un poco simple el ejercicio propuesto por el libro, mi hijo me sacó de la desazón cuando en vez de preguntarme qué era la explotación me cuestionó sobre qué podíamos hacer para que los niños pobres no tuvieran que estar en la calle vendiendo chicles. Afortunadamente lo hizo cuando comenzó el receso de media hora que le permite despegarse de la pantalla, me dio tiempo de elaborar algo medianamente pasable, en lo que encontraba un apoyo para lograr una mejor explicación. Le dije que los derechos son los superpoderes de las personas, que ejerciéndolos se consigue estar mejor en el mundo, hacer un mundo mejor. Sin mencionar a Stan Lee y la frase que se le atribuye al Tío Ben de Spider Man, conseguí articular que los derechos no son un privilegio y que ejercerlos es una gran responsabilidad.
Reiniciaron las clases con otro tema. La tarea no fue sobre los Derechos de los niños y no me dio tiempo de ampliar sobre el asunto. Me quedé con la espinita, estaba seguro de que podría decirle algo más, los recordaba mucho más potentes que como los describió la maestra o como los simplificó el libro de actividades. Más tarde me enteré del fallecimiento de Joaquín Salvador Lavado, de mano del pesar desenterré la memoria. En 1976 la Unicef le pidió a Quino hacer un afiche para ilustrar los 10 principios de la Declaración de los Derechos del Niño, recordé el colorido cartel en que Mafalda los comentaba. Ese que en la esquina inferior mostraba a Mafalda diciéndole al globo terráqueo: “Y estos derechos… a respetarlos ¿Eh? ¡No vaya a pasar como con los diez mandamientos!”.
Todavía con pesar busco en casa los libros de Quino, mi favorito Hombres de bolsillo y Ni arte ni parte, por supuesto las recopilaciones de Mafalda, la decena de tomos sueltos compilados por Ediciones de la Flor, el de los 10 años y Toda Mafalda, en este último encuentro las ilustraciones de la Declaración de los Derechos del Niño, ya encontré en quien apoyarme para tener esa conversación con mi hijo. Sé que debería o podría escribir algo más sobre el genio de Quino, pero el inmenso agradecimiento que le debo en la educación de mi hijo, el acompañamiento que hizo en la mía su arte y hoy puedo compartir, es mucha más grande que cualquier cosa que pudiera redactar. Gracias, Quino.
Coda. De la revisión del espléndido Toda Mafalda, las siguientes frases sueltas:
Lo malo de la gran familia humana es que todos quieren ser el padre.
¿Y no será que en este mundo hay cada vez más gente y menos personas?
Tenemos hombres de principios, lástima que nunca los dejen pasar del principio.
Ya que amarnos los unos a los otros no resulta, ¿por qué no probamos amarnos los otros a los unos?
Lo malo es que la mujer en vez de jugar un papel, ha jugado un trapo en la historia de la humanidad.
No es que no haya bondad, lo que pasa es que está de incógnito.
La vida es linda, lo malo es que muchos confunden lindo con fácil.
Todos creemos en el país, lo que no se sabe es si a esta altura el país cree en nosotros.
¿Pensaron alguna vez que, si no fuera por todos, nadie sería nada?
¿Y si en vez de planear tanto voláramos un poco más alto?
No es cierto que todo tiempo pasado fue mejor. Lo que pasaba era que los que estaban peor todavía no se habían dado cuenta.
La justicia vence siempre, pero nunca nadie levanta los pagarés.
Cada vez va quedando menos que decir.
@aldan
September 30, 2020
Quiéreme
Quien quiera ver a la Cuarta Transformación como un movimiento novedoso está en su derecho, nada se puede oponer a la fe sin ojos que la masa tiene a las acciones del presidente Andrés Manuel López Obrador; para uno mismo, lo único que resta decir es: allá ellos, buenas noches y buena suerte.
Sin embargo, a pesar del pesimismo documentado al que uno se pueda rendir, siempre quedan resabios de las reacciones que nomás no dejan de ser claros, que por más esfuerzo que se realice, dejan un desánimo imposible de sobreponer ante lo que uno descifra de las declaraciones del líder de la Cuarta Transformación, pero sobre todo de sus seguidores, esa masa amorfa que cada tanto se personifica, se decanta, en la declaración de una sola persona.
Andrés Manuel López Obrador, estoy convencido, personifica de manera sucinta todo aquello contra los que de mi generación estuvimos en contra, quienes crecimos entre las crisis económicas y políticas provocadas por el priismo, nos dividimos entre el pesimismo y la euforia, quienes no creemos que hemos hecho suficiente como para cambiar el sistema político nacional y quienes se abandonan a la fe de las buenas intenciones de la Cuarta Transformación. Dos bandos que jalan al resto de la comunidad, polos que se rinden a la polarización con que el presidente simplifica el discurso político y que nos mantiene discutiendo entre nosotros, antes que, con una idea, rebelarnos ante la imposición.
Declarado está, a López Obrador lo que le interesa es que lo quieran, él no paga para que le peguen, lo que al presidente le interesa es que lo amen, ser arropado por nuestro cariño, que apreciemos sus buenas intenciones, sin importar cuál es el propósito o fin último. Cautivos de su discurso, no nos detenemos a reflexionar en lo que se hace en su nombre, como la extinción de fideicomisos que en el Congreso los lopezobradoristas promueven.
Su ariete en el Congreso, Mario Delgado, promueve la idea de que la disolución de esos fideicomisos no significa que desaparecerán los apoyos a lo que sea, ciencia, cultura, arte… Lo que subrayan es que la Transformación requiere sacrificio, y se lo creemos por el discurso polarizado, sin ver que, en este intento por centralizar el poder de decisión, volvemos a los tiempos en que la opinión del presidente lo era todo.
Poco, muy poco es lo que se puede hacer ante la lambisconería de los tetratransformistas, La decisión de borrar de un plumazo todos, todos, los fideicomisos porque algunos permitieron opacidad sólo refleja la urgencia de que la sociedad, los ciudadanos organizados, defiendan los derechos de todos.
Eso, el extremo, la oposición, la crítica, señalando lo que no podemos dejar de ver.
Coda. Uno de los poemas más poderosos que conozco es The hollow men de T.S. Eliot, más allá de mis gustos personales, quizá por eso mismo, invariablemente me dice algo y, aparte, se relaciona con esta idea apocalíptica que de vez en cuando nos ronda.
Between the desire/ And the spam/ Between the potency/ And the existence/ Between the essence/ And the descent/ Falls the Shadow/ For Thine is the Kingdom/ For Thine is/ Life is/ For Thine is the/ This is the way worlds ends/ This is the way worlds ends/ This is the way worlds ends/ Not with a bang but a whimper
Que en la traducción de Jaime Augusto Shelley se establece de la siguiente manera:
Entre el deseo
Y el espasmo
Entre la potencia
Y la existencia
Entre la esencia
Y el descenso
Cae la Sombra
Por que tuyo es el Reino
Porque Tuyo es
La vida es
Porque Tuyo es el
Así es como se acaba el mundo
Así es como se acaba el mundo
Así es como se acaba el mundo
No con un golpe seco sino en un largo plañir.
La traducción de Jaime Augusto Shelley, para mí, por entrañable, es la mejor, mi más querida, la que atesoro porque tuve la oportunidad de conversar acerca de ella con el poeta cuando Claudia Santa-Ana, en 2005, invitó al poeta de la Espiga Amotinada a coordinar la primera residencia artística en el CIELA Fraguas. Guardo en la memoria varios momentos de conversación con el poeta. Jaime Augusto Shelley falleció ayer, sostengo que ningún dolor es colectivo, es una experiencia individual, los motivos de mi duelo son personales, no volveré a escuchar la risa franca de Jaime Augusto al momento de recitarle su traducción y que me dijera que no había entendido nada, no habrá repetición de la mirada que me brindó cuando le hablé de la suerte de Eraclio Zepeda. Soy hombre, duro poco, como estableció Octavio Paz, los motivos de mi duelo por el fallecimiento del poeta rebasan las frases que pudiera escribir para hacerme entender. Lo lamento.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX y A Opinión Magacín
September 29, 2020
Dolor

El dolor es una experiencia individual, un malestar físico o mental al que difícilmente se le puede caracterizar de una manera unívoca, si bien se le puede clasificar cada dolor es distinto, cada quien sabe lo que carga, aquello que lo provoca, podemos intentar interpretar ese dolor, imaginar cómo lo vive el otro, jamás asumirlo como propio.
El dolor arrincona, aísla, la compasión, escribió Susan Sontag, es una emoción inestable, necesita traducirse en acciones o se marchita, quizá por eso la resignación con que las víctimas de una pérdida aceptan la oferta de acompañarlas en su dolor, no hay mucho más que hacer.
Ante el dolor de las víctimas no se puede forzar a que correspondan de inmediato al reconocimiento de la búsqueda de empatía, el dolor las encapsula, se ensimisman.
De nuevo Susan Sontag: “Durante mucho tiempo algunas personas creyeron que si el horror podía hacerse lo bastante vívido, la mayoría de la gente entendería que la guerra es una atrocidad, una insensatez”, lo que aplica para la violencia de género, es un horror similar al de las guerras, también suma muertas, desapariciones y víctimas. En México esta situación de violencia no cesa, al grado que la visibilización no basta como una forma de erradicar el problema; ciegos, incapaces de comprender el alcance de nuestras acciones, ante la justa indignación de las mujeres, solemos cuestionar sus formas de expresar su ira.
Cuestionar las formas de sus manifestaciones es realizar una nueva agresión, insistir en que acepten nuestro acompañamiento, también. Con motivo del Día de Acción Global por un Aborto Legal y Seguro, en diferentes ciudades del país las mujeres salieron a manifestarse; de nueva cuenta se cometieron los errores de siempre: estigmatizar y cuestionar las formas antes que comprender el motivo de la manifestación.
En los medios y a través de redes abundaron los señalamientos acerca de la violencia de la protesta, las acciones vandálicas, destacar aquello que disminuye el motivo de la manifestación y lo transforma en una imagen iracunda o en un resultado maniqueo: “saldo de la protesta, civiles y policías lesionados”.
Aunado a lo anterior, el estigma, desvincular la demanda de que se cumplan un derecho de las mujeres y convertirlo en otra cosa: “marcha proaborto”, la protesta de miles de mujeres que salieron a la calle, millones en todo el mundo, se reduce a un absurdo porque así conviene a los grupos conservadores para infundir el miedo, para caricaturizar una exigencia y acusarlas de estar realizando “apología del delito”, inventar que hay un grupo interesado en que se continúen practicando abortos caseros o clandestinos.
En Aguascalientes la marcha fue separatista y tuvo que enfrentar la ignorancia de hombres y mujeres por igual, unas que ofuscadas clamaban que no hablaran en su nombre porque no son asesinas de niños, otros que aprovecharon la ocasión para exhibir lo limitado de su razonamiento ante problemáticas sociales complejas y la simpleza con que se rinden a teorías de la conspiración. A esta cita de incomprensión no faltaron quienes, necesitados de reflectores, demandaron atención quejándose de que se les impedía mostrar su solidaridad, los eternos aliados que no tienen inconveniente en gritar consignas escandalosas por que creen que la alabanza hipócrita los exime de sus responsabilidades.
No es difícil identificar a quien se encuentra en dolor, no debería ser tan difícil ejercer una empatía responsable con las víctimas, una que pueda permanecer a la espera, una que llegado el momento propicie el diálogo e instantáneamente nos lleve a reaccionar realizando lo que nos corresponde, en el sitio adecuado, otra vez Susan Sontag: “Nada hay de malo en apartarse y reflexionar. Nadie puede pensar y golpear a alguien al mismo tiempo”.
Coda. El final de “Los poseídos entre las lilas” de Alejandra Pizarnik:
“Las palabras hubieran podido salvarme, pero estoy demasiado viviente. No, no quiero cantar mi muerte. Mi muerte… el lobo gris… la matadora que viene de la lejanía… ¿No hay un alma viva en esta ciudad? Porque ustedes están muertos. ¿Y qué espera puede convertirse en esperanza si están todos muertos? ¿Y cuándo vendrá lo que esperamos? ¿Cuándo dejaremos de huir? ¿Cuándo ocurrirá todo esto? ¿Cuándo? ¿Dónde? ¿Cómo? ¿Cuánto? ¿Por qué? ¿Para quién?”.
@aldán
Bajo presión, mi columna en LJA.MX y A Opinión Magacín
September 28, 2020
Disponibilidad
Annus horribilis, año inaudito y terrible, 2020 en que la atención a la urgencia y a la emergencia dejará daños gravísimos a la vida de todos, daños que necesariamente modificarán las relaciones en todos los ámbitos y a todos los niveles. Ante la necesidad de atender una situación crítica mezclada con su obligatoria inmediatez y mediante una colaboración colectiva hemos dejado de pensarnos en el mundo y en relación con los otros.
Más allá de la pandemia, la humanidad enfrentaba el reto de la duplicación del conocimiento, que con la creación de internet pasó de duplicarse en siglos a hacerlo en años, algunos cálculos indican que en 2025 el conocimiento se duplicara en meses, otros señalan que ya en este año lo hace cada 73 días; el reto nunca ha estado en la adquisición de todo el conocimiento sino en la adaptación y uso que hacemos de todas esas posibilidades, sería insano e inútil considerar que esa es la tarea que debe emprender una persona; a lo que la duplicación del conocimiento sí nos obliga es pensarnos en relación con el desarrollo tecnológico y la forma en que incide en nuestras relaciones sociales.
La pandemia, ese alto obligatorio que se tuvo que hacer para la toma de decisiones que atendieran la urgencia y la emergencia, tiene como consecuencia la necesidad de una nueva normalidad establecida sin una reflexión sobre la normalidad en que nos veníamos desenvolviendo, pensar críticamente sobre el mundo en que vivimos y cómo ejercemos nuestros derechos y obligaciones.
Un ejemplo de las miles de cosas de las que alejamos la atención por la pandemia: la idea de disponibilidad a la que nos obligan los dispositivos móviles, desde hace unos años una gran parte de la población pareciera que siempre está disponible, la verificación de entrega y lectura de la mensajería instantánea nos obliga a una respuesta inmediata. En las relaciones personales esta inmediatez obligatoria ya ha afectado la interacción social, basta recordar cuántas veces al responder un mensaje se prioriza una justificación sobre las razones que demoraron la respuesta, antes que la resolución misma.
Esta ausencia de distancia se complicó con la pandemia, en tiempos de home office ya siempre estamos disponibles, se han perdido las fronteras entre lo íntimo, lo privado, lo público y lo social; ya no se piensa en la jornada laboral por horas, hemos perdido esa referencia. En un principio, el contar con un dispositivo que permitiera atender el trabajo sin importar la ubicación física parecía una mejora para los trabajadores, no habría pretexto para mejorar nuestro desempeño y la productividad; ahora es un factor que esclaviza al diluir los límites, ¿cuántas veces se responde a un mensaje del trabajo a deshoras, fuera de nuestro horario laboral?
Hace apenas unos años todavía discutíamos sobre la necesidad de establecer límites entre los ámbitos personal y laboral, hoy que en especial las redes sociales modificaron a las personas y su forma de conectarse con el mundo, el empleador no se detiene un momento para considerar la pertinencia de una petición a su trabajador a la hora que sea, sin importar que en el mensaje se establezca que cumpla con la instrucción en el horario laboral, el hecho mismo de la antelación regresa al individuo a su condición de empleado, ya está pensando en el trabajo aunque no esté ahí, por tanto, ya está trabajando.
Otra de las consecuencias de la pandemia es que el paro de la actividad económica, la recesión y los empleos perdidos amenazan a todos, a la incertidumbre sobre nuestro futuro laboral hay que sumar el abuso que las empresas hacen de nuestra condición, ya no se nos permite exigir nuestros derechos, a la frase de que allá afuera hay diez que quieren tu puesto y lo harían por menos dinero, hay que sumar que se considera una impertinencia el señalar que no estás disponible para realizar un trabajo fuera de horario laboral, porque entonces se pone en duda el compromiso profesional del empleado: si puede hacerlo, debería hacerlo.
La pandemia se va a resolver, vamos a salir de esta, siempre lo hemos hecho; lo que no está muy claro es en dónde vamos a quedar y cómo cuando se establezca la nueva normalidad si nos rendimos ciegamente a lo que diga nuestro empleador, cuando no hablamos sobre responsabilidades y derechos.
No solamente se trata de pensar en leyes laborales, es indispensable pensar en esta forma de relacionarnos como un asunto de salud mental.
Coda. No, cansancio no es… escribió Fernando Pessoa: “No, cansancio no es…/ Es que yo esté existiendo/ Y también el mundo, / Con todo lo que contiene, / Con todo lo que en él se desdobla/ Y que es por fin lo mismo variado en copias iguales.”, el poema finaliza: “Porque oigo, veo. / Lo confieso: es cansancio”.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX y A Opinión MagacínSeptember 25, 2020
Asedio a la libertad de expresión
Sobre el asedio a la libertad de expresión desde la presidencia y la posibilidad de que se incremente la violencia
Mi colaboración con A Opinión Magacín
No
En la presentación (propósito) de El Ogro filantrópico, Octavio Paz señala con una humildad que le es poco reconocida por la contundencia con que expone sus certezas, que sus reflexiones sobre el Estado no son sistemáticas y las ofrece como una invitación para que los especialistas estudien los temas que el poeta desarrolla. Líneas adelante se pregunta cómo podrán los mexicanos supervisar y vigilar a un Estado cada vez más fuerte y rico, “Cómo evitaremos la proliferación de proyectos gigantescos y ruinosos, ¿hijos de la megalomanía de tecnócratas borrachos de cifras y estadísticas?”, la respuesta está en la sección final de esos textos: siendo libres, ejerciendo la libertad.
El Estado que le ocupa a Octavio Paz es semejante al monstruo sin cabeza que es la Cuarta Transformación, décadas después de escrita su disertación sobre el Estado, los mexicanos aún seguimos preguntando cómo evitar proyectos gigantescos y ruinosos, sólo que ahora en vez de tecnócratas obsesionados por las cifras, enfrentamos a un presidente apasionado por los pobres, a los que se siente obligado a salvar mediante las buenas intenciones.
El presidente Andrés Manuel López Obrador no está muy lejos del ogro descrito por Octavio Paz, pues el presidente basa sus acciones en la creencia de que todo depende de su interpretación de la voz del pueblo, las masas le hablan y él interpreta sin posibilidad de error qué es lo que se debe de hacer.
El saturnino gigante que ocupa Palacio Nacional es incapaz de comprender la disidencia pues está convencido de su buen actuar, en eso basa sus decisiones de gobierno y, por supuesto, en el compromiso de los suyos con sus acciones. López Obrador no dice que él es el Estado, se comporta como si sólo él pudiera interpretar lo que es la voluntad del colectivo, por eso puede exigir fidelidad absoluta y así explica que devore a quienes no coincidan con él. Lo hizo en la conferencia matutina: “pedimos lealtad a ciegas al proyecto de transformación, porque el pueblo nos eligió para eso, para llevar a cabo un proyecto de transformación, para acabar con la corrupción, para acabar con los abusos, para llevar a cabo un gobierno austero, sobrio, para hacer justicia”. Pausado, extendió la explicación para que no pareciera que exigía algo para sí: “Entonces, sí es lealtad al pueblo, básicamente, no a mi persona. La lealtad a las personas se convierte, la mayoría de las veces, en abyección, en servilismo. Nosotros queremos lealtad al proyecto de transformación, eso es lo que pedimos”. Ese nosotros que él encarna, la representación que él detenta.
Al mismo tiempo que exige que no se le cuestione, el presidente estimula burlón a un puñado de fanáticos a que se manifiesten contra él, se burla del Frente AntiAMLO con plena conciencia de que esa oposición ridícula no va a crecer y sólo le sumará puntos para mostrarse como víctima de las fuerzas oscuras que intentan detener la transformación que desea.
La lealtad ciega es sumisión, similar al servilismo, es supeditar el criterio propio a lo que López Obrador cree que encarna, ese rendirse es lo opuesto a la libertad, sobre la que Octavio Paz escribe: “la libertad no es un concepto ni una creencia. ‘La libertad no se define: se ejerce.’ Es una apuesta. La prueba de la libertad no es filosófica sino existencial: hay libertad cada vez que hay un hombre libre, cada vez que un hombre se atreve a decir No al poder. No nacemos libres: la libertad es una conquista -y más: una invención.”
El presidente ya estableció su deseo: conmigo o contra el nosotros que él cree que encarna. Las opciones están dadas, y frente a la sumisión sólo queda la resistencia, la capacidad de decir No.
Coda. Un grupo fiel a López Obrador promueve una carta que se opone al desplegado “Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia” firmada por más de 600 personas, los tetratransformistas quieren demostrar que no hay censura en México y que no se vulnera la libertad de expresión. También en El Ogro filantrópico encontré algo sobre estos fieles, escribe Octavio Paz: “Movidos por un impulso generoso, muchos escritores y artistas han querido ser los evangelistas de la pasión revolucionaria y los cantores de su Iglesia militante (el Partido). Casi todos, tarde o temprano, al descubrir que se han convertido en propagandistas y apologistas de sinuosas prácticas políticas, terminan por abjurar. Sin embargo, unos cuantos, decididos a ir hasta el fin, acaban sentados en el palco de la tribuna donde los tiranos y los verdugos contemplan los desfiles y procesiones del ritual revolucionario” … donde dice el Partido coloque el nombre del presidente, donde dice revolucionario, va la transformación.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MXSeptember 24, 2020
Disparate
El país tiene una agenda urgente que atender, por supuesto es urgente combatir la corrupción, sin embargo, acabar e inocularlos contra esas prácticas no necesariamente implica que se tienen que dejar de atender el resto de los problemas nacionales. Acabar con la corrupción debe ser igual de importante que realizar acciones en contra de la impunidad y lo que produce, un ambiente violento del que son víctimas millones de habitantes.
Centrar la atención en simular el combate a la corrupción es similar a justificar que no se toman las acciones de gobierno necesarias para erradicar la violencia porque, en tiempos de pandemia, no se deben distraer recursos de otro asunto que no sea la salud pública. La agenda nacional es mucho más compleja que los paliativos que ofrecen las conferencias diarias del gobierno; se debe omitir cualquier pretexto que distraiga acerca de una estrategia en la que se avance con similar empeño en todos los rubros, de otra manera, no podremos analizar y participar de las acciones de gobierno, mucho menos exigir que no se descuiden recursos para lograr el país que requerimos.
Estoy convencido que sin la participación ciudadana no será posible ningún cambio, de ahí que sea preocupante las nimiedades con que un sector de la clase política nos quiere distraer del asunto público y las formas en que genera esas distracciones, apelando al instinto y las emociones, antes que a la razón e inteligencia.
El presidente Andrés Manuel López Obrador fue elegido por seis años, esas son las reglas del juego en que participamos y aceptamos, podemos estar de acuerdo o no con las acciones que desde la Presidencia realiza el líder de la Cuarta Transformación, contamos con vías institucionales para oponernos o apoyar las medidas que establezca, el ejercicio de la crítica es una de ellas, quizá la principal, por eso, brindar la mínima atención a quienes simplifican el papel de la oposición a estar contra del presidente, es una pérdida de tiempo. Olvidar los caminos institucionales para modificar aquello que nos afecta, un disparate.
Al creciente número de víctimas de la injusticia, la violencia y la desigualdad no le importa el interés de unos cuantos, en derrocar a López Obrador, además, el carisma del presidente ha logrado que cualquier crítica a su persona merezca una respuesta agresiva y descalificadora por parte de sus seguidores, cancelando cualquier oportunidad de diálogo. Más que nunca, no debería ser prioridad de la ciudadanía crecer como oposición al gobierno electo (lo que no implica la insana alabanza y lambisconería de los tetratransformistas).
Derrocar a López Obrador es una idea lejana y triste del tipo de democracia que necesitamos, sin embargo, como opinión pública cedemos a los cantos de sirena de un puñado de necios que con una absoluta ignorancia se han plantado en el Zócalo para simular una revolución de terciopelo. El Frente Nacional AntiAMLO es un disparate al que no deberíamos estarle concediendo atención alguna, en especial porque están sembrando el terror entre quienes se acercan, a través de mentiras, para aprovechar la paralización que genera el miedo.
Ese miedo se propaga a través de implantar entre los del Frena absurdos como que la Guardia Nacional está compuesta en su mayoría por venezolanos o que López Obrador está llevando al país al comunismo. La agenda nacional debería encabezarla la búsqueda de mejores condiciones de vida para todos, no el interés político, estamos distraídos por unos cuantos locos que anuncian aterrorizados el apocalipsis, ¿cuánto tiempo más les dedicaremos?
Coda. “Lo terrible, lo que causa pavor y terror, es activamente dañino y áspero”, señala Octavio Paz en un ensayo sobre Xavier Villaurrutia, “El terror es poder acumulado que de pronto se descarga y destruye todo lo que toca; el terror se manifiesta en el ataque y la reacción natural contra él es la huida o, sí tenemos fuerzas y ánimo, la resistencia”, ahí está la clave, ante la implantación del miedo se requiere oponer resistencia, rechazar a los del discurso del terror.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX

