Edilberto Aldán's Blog, page 24
January 31, 2022
Herido
Nada más peligroso que un animal herido no es una frase hecha, tampoco una metáfora, es una certeza producto de la experiencia, incluso cuando uno se acerca con las mejores intenciones, si la bestia está lastimada, su instinto no le permitirá distinguir entre el auxilio y el ataque. La exhibición de cómo el modo de vida de José Ramón López Beltrán contradice los preceptos de austeridad del presidente, han lastimado a López Obrador, al grado que no ha tenido cuidado alguno al lanzarse a atacar a sus adversarios, agraviado por la exposición de lo que supone la vida privada de los suyos, el presidente lanza dentelladas y descalificaciones a modo de defensa.
Insisto, es irrelevante que el hijo del presidente haga a un lado las enseñanzas de su padre, es un asunto entre ellos que a José Ramón López Beltrán le guste y pueda disfrutar de vacaciones en el extranjero o vivir a todo lujo cuando Andrés Manuel López Obrador pregona la austeridad monacal y, desde el púlpito mañanero, predica en contra de esas prácticas. Los hijos no son el reflejo de los padres, son personalidades independientes que siguen sus propias decisiones y son responsables de las consecuencias.
La algarabía de la República Opositora por la exhibición de José Ramón López está saliéndose de madre y desviando la atención de lo que importa ante la oportunidad de ensañarse con el hijo del presidente, sin criterio y sentido crítico que aporte a la vida pública se multiplican los chistes, memes y condenas que tienen un sesgo clasista, que son motivados por la envidia y que ocultan un sentido del humor vulgar porque parte de la condena moral, el modo de vida no es lo que importa, sólo se tiene que investigar si hay conflicto de interés alguno, si el hijo del presidente ha logrado canonjía alguna gracias a sus lazos familiares, si ha habido tráfico de influencias, eso nada más, eso es el asunto público, eso es lo relevante y se resuelve con una investigación simple.
Al abordar el tema en su conferencia matutina, el presidente se desbordó, abatido y malhumorado como pocas veces, desdeño tener algún interés por el dinero, por el poder, bramó en contra de la riqueza mal habida y la corrupción, al referirse a su nuera, la llamó “señora” y con esa referencia dio pie a que se cuestione su relación con el matrimonio y las decisiones de José Ramón López Beltrán.
La indignación que mostró López Obrador lo llevó a llamar “mercenario” a Carlos Loret de Mola, desconocer a Víctor Trujillo, a diferencia de otras ocasiones en que insiste en que sólo tiene adversarios y no enemigos, el presidente les dio ese trato a quienes exhibieron a su hijo y el estado de la relación familiar, reaccionó como un animal herido.
Reitero, el asunto público es investigar si hay conflicto de interés, de continuar con la mofa y ridiculizando a su hijo, se corre el riesgo de que López Obrador siga reaccionando por el instinto, en defensa de los suyos, sin considerar que el presidente no puede ni debe descalificar desde su conferencia, no puede ni debe convertir en blanco a las personas, se debe contener y no transformar en presas a sus adversarios, pues se corre el riesgo de que sus seguidores cambien las palabras en acciones y se transforme en un acto de violencia irreparable.
Mesura, la crítica debe ser demoledora, pero no puede perderse el propósito de la misma a costa de un humor vulgar que acaba por convertirse en violencia.
Coda. Un poema de Alejandra Pizarnik, “Caminos del espejo”, tiene varios versos demoledores que refieren al momento en que la amante se rinde ante la presencia del amado y busca como asirse a esa presencia, sin miedo, en ofrenda. Es posible que la siguiente cita no tenga nada que ver con el asunto que hoy comento, pero me vino a la mente de inmediato ante el enfado del presidente cuando abordó el tema de su hijo: Caer como un animal herido en el lugar que iba a ser de revelaciones.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
Avariciosos
La República Opositora a la Cuarta Transformación está de fiesta, la difusión de una investigación conjunta entre Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI) y Latinus exhibe que José Ramón López Beltrán vive a todo lujo en Houston, el reportaje de Raúl Olmos, Verónica Ayala y Mario Gutiérrez Vega evidencia que el hijo del presidente Andrés Manuel López Obrador no sigue los preceptos de austeridad que el titular del Ejecutivo ordena a todos los mexicanos. Los adversarios de López Obrador han tomado las redes sociales, los grupos de mensajería y todos los canales para retar y burlarse del presidente y su familia, ellos, los que juraban que no eran iguales a los que nos gobernaron antes son lo mismo, pero más barato.
El presidente está obligado a responder por los actos de su hijo, por la exhibición de ese modo de vida lujoso, tendrá que salir al paso para afrontar las acusaciones de nepotismo o, por lo menos, el posible tráfico de influencias que le permite a José Ramón López Beltrán vacacionar en Aspen, Europa y Dubai, vivir en propiedades de millones de dólares, con múltiples habitaciones con baños completos, alberca, sala de juegos y cine, así como el conducir una camioneta Mercedes Benz que vale casi millón y medio de dólares. Sí, López Obrador está obligado a responder por su hijo, no sólo como presidente, también como padre y no puede quedar en un simple: que se le investigue.
Del otro lado del campo de batalla, los tetratransformistas ya han apurado las maromas necesarias para justificar el modo de vida de José Ramón López Beltrán y su familia, desde el argumento simplón de: los de antes robaban más, hasta que los bienes son propiedad de Carolyn Adams, esposa del hijo del presidente, o bien, que han sido regalados a la pareja, múltiples explicaciones que alejen de la necesaria obligación de rendir cuentas sobre el patrimonio y su origen del hijo de López Obrador; por supuesto, no ha faltado la teoría del complot y señalar la maldad de los adversarios al dudar de la honorabilidad de los López.
Lo que más se le ha señalado a López Obrador es que un miembro de su familia es incapaz de vivir bajo la austeridad que el presidente pregona, para eso, se ha multiplicado el rescate de los discursos contra los aspiracionistas, a quienes se acusa de no poder vivir con más de 200 pesos en la billetera, su deseo por tener tarjeta de crédito, estudiar en instituciones extranjeras o su incapacidad de conformarse con dos pares de zapatos.
La saña de los ataques contra José Ramón López Beltrán se entiende porque son el flanco débil del presidente, una crítica que López Obrador se ha ganado por transformar las conferencias matutinas en un púlpito en el que predica la austeridad y mandata a la mediocridad, sin embargo, los señalamientos de los opositores han sido igual de vulgares que las prédicas en la mañanera, concentran su encono en las apariencias y parecen motivadas por la envidia, así como da pena la altura de miras de quien exige conformarse con lo indispensable, es igual de vergonzoso que se acuse a cualquiera por poder vacacionar en Aspen. Al hijo del presidente se le debería criticar por hipócrita, se le debería juzgar por su incapacidad de transparentar el origen de sus recursos, no por el modo de vida.
José Ramón López Beltrán le debe una explicación a los ciudadanos que gobierna su padre, el hijo del presidente, le debe una disculpa a su padre por no saber acatar la austeridad monacal que se le exige al resto de los mexicanos.
Coda. A Franz Kafka se le atribuye la siguiente frase: “La avaricia, sin duda, es uno de los signos más auténticos de la infelicidad profunda”, en este caso tanto opositores como tetratransformistas son víctimas de ese pecado, ninguno de los bandos saldrá bien librado por sus rencores clasistas que sólo se concentran en las apariencias.
@aldan
Bajo presión, mi columna en LJA.MX
January 28, 2022
Ciego y sordo
Javier Coello Trejo ha denunciado a Hugo López Gatell, pide que la Fiscalía General de la República realice una investigación para analizar si el encargado de la pandemia es responsable de “homicidio por omisión”, el asunto lleva desde noviembre y es tema de actualidad porque el llamado Fiscal de Hierro ganó un amparo en el que se mandata a la FGR a realizar la averiguación pertinente, además que el presidente Andrés Manuel López Obrador ya defendió a su vasallo, aparte de destacarlo como un profesional de primer orden, se dijo dichoso de contar con sus servicios, con esa arrogancia, desató a sus perros en contra de cualquiera que se atreva a criticar a López-Gatell.
Coello Trejo se ha negado a entrar en controversia con López Obrador, lo llama mi presidente y no se engancha con la intención de polemizar con el titular del Ejecutivo, quien descalificó como politiquería el solicitar que se investigue el proceder de su científico favorito. El Fiscal de Hierro asegura que respeta el derecho de López Obrador de pensar lo que quiera, pero que “si en México se desliga la política de la justicia, López-Gatell tendrá que presentarse ante un juez y responder por la irresponsabilidad y la falta del deber que como subsecretario la ley le otorga”, eso nada más, con serenidad, sin ofensas.
Mientras que en su mañanera, López Obrador no se cansó de ensalzar a su sirviente y contra sus adversarios por orquestar una campaña contra el subsecretario de Salud, dijo de López-Gatell que “es una autoridad y es una gente decente, un hombre honesto, un auténtico servidor público, pero es tanta la descomposición, la inmoralidad de los conservadores, y como no les han resultado sus pronósticos de desastre, hemos ido avanzando enfrentando la pandemia y no con malos resultados si lo vemos en el concierto de las naciones”. Irritado, el presidente señaló que sus adversarios están obnubilados y hacen una cosa irracional, que manipulan a millones, por lo que decidió apoyar a López-Gatell de las injustas acusaciones, dando todo el apoyo jurídico, político y moral necesario.
En La casa de la contradicción, Jesús Silva Herzog-Márquez señala que nos encontramos ante el peligro de una “terrible regresión autoritaria basada en la soberbia de quien se imagina como una estatua por encima de la Constitución, libre de las restricciones de la aritmética y ajeno a los fastidios de la realidad”, ese es el retrato puntual de Andrés Manuel López Obrador. La arrogancia es vanidad, un exceso de estima que te hace sentir superior, te ciega y ensordece ante el juicio de los demás, desde ahí defiende a los suyos el presidente, desde anular la opinión de los otros y sólo escuchar su propia voz, una que es incapaz de empatía con las víctimas, esa que le dice que no se puede equivocar, que no hay rectificación posible porque está por encima de todas las cosas.
Javier Coello Trejo, en su serena respuesta a las descalificaciones del presidente, aseguró “Yo no creo que sea politiquería denunciar un delito”, y no, no lo es, sólo la arrogancia de López Obrador, seguro del lugar que va a tener en la historia, puede confundir una solicitud de investigación con una acción concertada por sus adversarios, sólo la ceguera del presidente puede hacer a un lado la necesidad de explicaciones que necesitan quienes han perdido a los suyos por la pandemia, sólo la discapacidad a la que somete el orgullo excesivo es capaz de cancelar el diálogo posible sobre cómo se atendió la pandemia, porque eso es lo que se está pidiendo, sólo eso, que se investigue porque los miles de muertos y nosotros merecemos buscar la verdad.
Coda. En su artículo más reciente, la maestra Petra Llamas García, cita a Elie Wiesel: “Lo contrario del amor no es el odio, es la indiferencia. Lo contrario de la belleza no es la fealdad, es la indiferencia. Lo contrario de la fe no es la herejía, es la indiferencia. Y lo contrario de la vida no es la muerte, sino la indiferencia entre la vida y la muerte”, sí, la indiferencia como la arrogancia que anula el entorno por sentirse superior.
@aldan
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January 27, 2022
Cerco
La duración de la pandemia y la necesidad de volver a la normalidad impulsan a buscar las mínimas certezas y a bajar nuestros estándares en búsqueda de las palabras que nos brinden esperanza de que esto tendrá fin, en la medida en que se prolongan las restricciones nos conformamos cada vez más con menos, aceptamos cualquier frase dicha por quien sea, si nos indica que el fin está cerca; preferimos abandonarnos a esa irresponsabilidad antes que usar, otra vez, el criterio.
A lo largo de dos años se nos ha advertido de los peligros de la infodemia relacionada con el coronavirus, que sólo debemos acudir a fuentes certificadas para informarnos sobre la enfermedad, sus posibles tratamientos y las medidas que se deben tomar; en paralelo, todos los días somos bombardeados por grupos que politizan esa información para promover sus agendas; cada vez se hace más difícil escuchar con claridad el mensaje correcto que ayude a transitar hacia adelante.
Además, todos los días se estrecha el cerco que afecta nuestro juicio porque se relaciona directamente con nuestros sentimientos, no pasa un día sin que los contagios y los muertos se acerquen al círculo de los que queremos, a los que amamos; cada vez el riesgo de la enfermedad toca más cerca a los nuestros, y aún no hemos resuelto cómo hacer que las palabras y gestos de antes funcionen para el ahora para así resignificar el ofrecimiento de estar para quien se contagió, para ayudar y servir a quien sufrió una pérdida o, algo tan simple, tiene miedo.
La pandemia ha debilitado nuestro criterio y ya a cualquier cosa le asignamos el valor de información, al grado de permitir la irresponsabilidad de las autoridades de calificar a la variante ómicron como un covidcito que se cura con paracetamol, Vaporub y caricias; queda claro que los gobernantes tienen como obligación no generar pánico, pero hay una brecha enorme entre eso y desestimar la gravedad del contagio, así como ocultar información o señalar que se tiene otros datos.
El cerco se estrecha y el miedo es mayor cuando toca a los nuestros, esa está siendo nuestra mayor debilidad.
Coda. En Macbeth, Macduff le pregunta a Rosse sobre el estado de Escocia, así le responde:
¡Ay, pobre país!
Se diría que teme conocerse.
Ya no puede llamarse madre nuestra,
sino nuestro sepulcro;
donde nada, sino el que nada sabe,
se mira sonreír alguna vez,
donde los suspiros, los lamentos y los gritos
que desgarran el aire, pasan inadvertidos;
donde el dolor violento
se ve como emoción vulgar; donde la gente
oye tocar a muerto sin preguntar por quién:
y donde fenece la existencia de los buenos
antes que las flores de sus gorras se marchiten,
porque mueren antes de enfermar.
@aldan
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January 26, 2022
Tacet
John Cage aseguraba que ni estando en un cuarto aislado ni quedándonos estáticos podemos lograr que haya un silencio total; el latido del corazón, el sonido de nuestra respiración o el simple andar del viento lo impiden. Cage compuso la pieza 4′33″, una obra en tres movimientos que puede ser interpretada por cualquier instrumento, la partitura contiene una palabra única: Tacet, que en notación musical indica que el intérprete no debe sonar su instrumento o cantar, debe guardar silencio durante cuatro minutos y treinta y tres segundos.
Esta extraordinaria composición de Cage nos enfrenta a lo que consideramos silencio, confronta al espectador a la idea que tenemos contra la realidad, si no se habla se hace un silencio, si uno se introduce a un tanque de aislamiento sensorial se logrará el silencio, sin embargo, Cage demostró que no era así, que el silencio es otra cosa, aislados, en esa burbuja, antes que dejar de escuchar se va a encontrar un sonido “nuevo”, el silencio es imposible, en el tanque se comenzarán a escuchar los flujos del cuerpo, ante 4′33″ el material sonoro de la obra se compone de los ruidos que escucha el espectador, según entiendo a Cage, el silencio es imposible.
Así lo creo en relación con las manifestaciones y protestas de ayer en múltiples ciudades, en las que se tomaron las plazas para exigir justicia por los asesinatos de periodistas, en las que se dijo que no se mata la verdad silenciando al mensajero.
Sí, es claro que el interés del crimen organizado y grupos de la clase política desean silenciar a los periodistas, quieren generar zonas de silencio para que la ciudadanía omita ciertas circunstancias, deje de escuchar, atender, ciertas cuestiones, sin embargo, está probado que eso no puede ocurrir, que resulta cierto el grito de las manifestaciones: no se mata la verdad matando periodistas, los actos de corrupción, los hechos criminales, los atentados y las muertes violentas, tarde o temprano, se difunden. Quienes no quieren que se sepa la verdad pueden apostar a silenciar al gremio periodístico, el poder es capaz de justificarse haciéndose la víctima de una herencia, como hizo el presidente Andrés Manuel López Obrador, al final, siempre estaremos nosotros, la ciudadanía con la posibilidad de comprender las consecuencias del aislamiento, confrontados a la realidad y las razones por las que no se habla de lo que vivimos.
No habrá silencio posible sobre lo que quieren callar, el periodismo siempre estará ahí, ni mujeres ni hombres “valientes”, personas dispuestas a que el otro conozca su punto de vista acerca de lo que ocurre en su entorno cercano.
No importa la cantidad de ocasiones en que el crimen organizado y cierta parte de la clase política intente acallar a los otros, siempre habrá un espectador dispuesto a escuchar el silencio, todo eso que cabe en la ausencia de palabras, el horror, por supuesto, pero también la alegría, el gozo de reconocer que del otro lado hay alguien y atiende.
No hay silencio impuesto posible, siempre cabe la posibilidad de que el otro comprenda qué se está diciendo, incluso cuando se omiten las palabras.
Coda. “No existe tal cosa como un espacio vacío o un tiempo vacío. Siempre hay algo que ver, algo que escuchar. De hecho, por mucho que intentemos hacer un silencio, no podemos.” Una nota de John Cage en Silence: Lectures and Writings, eso, que nadie intente ese silencio.
@aldan
January 25, 2022
Impune
José Luis Gamboa Arenas, Margarito Martínez y Lourdes Maldonado son los tres primeros periodistas asesinados en México en el 2022, así, los primeros, porque seguramente vendrán más, junto con Afganistán somos uno de los países más peligrosos para los periodistas, de acuerdo a un reporte de Artículo 19, del 2000 a la fecha han asesinado más de 140 periodistas, peor, el 90% de los asesinatos de estos profesionales de la información no han sido sancionados.
Las condiciones en que los periodistas desarrollan su trabajo parecen indicar que México es un país en guerra, no es así, el problema de estos crímenes es la corrupción que genera impunidad.
El asesinato de Lourdes Maldonado ha llamado la atención porque la reportera estaba bajo el Mecanismo de Protección a Periodistas. Tras su muerte se reprodujo hasta el hastío cuando acudió a la conferencia matutina del presidente Andrés Manuel López Obrador para exponer su caso y pedir “apoyo, ayuda y justicia laboral porque hasta temo por mi vida”, dijo Lourdes Maldonado al referir el pleito legal que tenía con Jaime Bonilla, exgobernador de Baja California. Ayer el presidente se comprometió a que “no haya impunidad y se encuentren a los responsables”, mencionó que se investigará si el móvil del asesinato tiene alguna vinculación con la denuncia que presentó en la mañanera, pero que no era “responsable adelantar algún juicio, hay que esperar y no dejar de considerar lo político. Se está llevando a cabo la investigación”.
Obviamente, el asesinato de periodistas en México no es responsabilidad del presidente, pero sí del conjunto de autoridades que permiten que todo se desvanezca en el olvido mientras se “lleva a cabo la investigación” de los cientos de asesinatos; investigaciones que se terminan archivando porque se relacionan con el crimen organizado.
El asesinato de un periodista no merece más o menos atención que el de cualquier otra persona, lo que se debe criticar, y comenzar a demandar que mejoren, son las condiciones en que se realiza la investigación de estos casos, porque la impunidad en que quedan estos crímenes lo único que provoca es que en la mentalidad de los grupos criminales sea fácil deshacerse de aquellos que denuncian sus actividades.
Todo asesinato es lamentable, en el caso de los periodistas no es que se exija justicia por considerar que son diferentes al resto de la ciudadanía, sino porque los motivos porque son asesinados se relacionan con el ejercicio de la libertad de expresión y si el crimen organizado decide callar a quienes los investigan, la impunidad sienta el precedente de que pueden actuar contra cualquiera.
Coda. En defensa de Sergei Esénin, poeta que se cortó las venas y luego se ahorcó, Maiakovski escribió un poema que finaliza con los siguientes versos: “En esta vida, morir es cosa fácil,/ mucho más difícil es hacer la vida”, eso le estamos ofreciendo a los periodistas, que sea más fácil ser asesinados que contar historias.
@aldan
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January 24, 2022
Restricción
En defensa de los derechos de las audiencias, la primera Sala de la Suprema Corte de Justicia determinó que en los noticieros de radio y televisión se debe diferenciar, de manera muy clara, lo que son las noticias de las opiniones. Una regla que en la práctica presenta diversas complicaciones técnicas, y que desde que fue incluida en la Ley Federal de Telecomunicaciones y Radiodifusión no se ha podido llevar a cabo. A pesar de que a primera vista la obligación de diferenciar opinión de información pudiera parecer una buena medida para evitar las paparruchas, lo cierto es que este tipo de regulaciones están tratando al público como un menor de edad incapaz de distinguir entre un punto de vista, un comentario y lo que es un hecho.
La decisión de la primera Sala de la Suprema Corte de Justicia determinó que esta medida aplica únicamente para los medios de radio y televisión, además señala que la información proporcionada a través de estos canales debe ser objetiva e imparcial; en esta restricción no se incluye a los medios impresos, lo que implica que los televidentes y radioescuchas no tienen el mismo criterio que los lectores, ¿son la radio y la televisión más poderosos, más influyentes?, ¿qué poder considera que se ejerce sobre los pobrecitos que ven y escuchan noticias?, porque al final de eso se trata, como si al señalar la diferencia entre información y opinión se lograra alcanzar la imparcialidad, difundir la verdad, como si ser imparcial fuera lo mismo que ser veraz.
Las características de los géneros periodísticos permiten distinguir perfectamente cuando se está opinando sobre un hecho y lo que es noticia, ¿por qué consideran los magistrados que un lector sí puede distinguir la verdad entre una nota informativa y una crónica, pero los radioescuchas y televidentes, no? No sólo eso, aparte de discriminar entre la inteligencia y criterio de las audiencias por el canal a través del cual deciden informarse, la restricción parte de un planteamiento falso, uno que reduce la “información” a aquello que se adquiere cuando se trata de notas informativas.
Una nota informativa bien hecha debe responder a cinco preguntas básicas: qué, quién, cuándo, cómo y dónde; de preferencia se deben omitir los adjetivos y las opiniones de quien redacta el texto, pero informar implica relatar los hechos y no se puede ser imparcial con lo que se cuenta; además de ser técnicamente complicada de cumplir, esta restricción obligaría a los periodistas a un tono de autómata al momento de narrar la historia, así como al conductor al momento de presentarla, ¿o el tono de voz y los gestos no tienen una intención?
Quizá lo más grave es que se considere que sólo las notas informativas son “información”, ¿una crónica, un reportaje, las entrevistas, artículos y editoriales no son información?, el propósito de estas narraciones se cumple cuando una noticia o dato informa acerca de algo, ¿no se informa el televidente o el radioescucha cuando atiende una entrevista o presencia la crónica de un suceso
La determinación de la primera Sala de la Suprema Corte de Justicia no toma en cuenta el derecho a contar las diferentes versiones de una historia y confunde la verdad con una versión única de los hechos, básicamente promueve la censura.
Una restricción absurda que en un intento por defender los derechos de las audiencias termina tratando como niños sin criterio a los radioescuchas y televidentes.
Coda. En el prólogo de Autobiografía de rojo, de Anne Carson, Tedi López Mills escribe: “Pero la observación y la verdad no son sinónimos. En medio se pueden contar historias, cuya distancia de una categoría tan aplastante como la de la verdad depende del limbo moral en que uno las coloque (…) Las historias en cambio, crean su propio mito, su leyenda, su resumen. Quedan los personajes, las vidas, las descripciones, el suspenso, la catarsis, la tragedia y afuera, en una esquina, las palabras que lo relatan todo. La verdad no está en ningún lugar porque está en cada una de las partes que, hasta cierto punto, funda el principio de otra historia”.
@aldan
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January 21, 2022
Lacayo
No le deseo la cárcel a Hugo López-Gatell, aunque se la merezca, aunque su servilismo al presidente Andrés Manuel López Obrador lo haga evadir la responsabilidad ética en el manejo de la pandemia de coronavirus; más allá de mis deseos, la Fiscalía General de la República está obligada a explicar por qué no lo quiere investigar y fincar responsabilidades.
El juez de control Ganther Alejandro Villar Ceballos ordenó al Ministerio Público Federal iniciar una investigación en contra del subsecretario de Promoción y Prevención de la Salud, como presunto responsable del delito de homicidio por omisión. Desde el 2020, algunos familiares de las víctimas fallecidas a causa del covid-19 presentaron denuncias en contra de López-Gatell, lo acusaron de incompetente y negligencia, pero esas acusaciones fueron desechadas así nomás porque sí. Con esta orden del juez, la FGR está obligada a explicar las razones por las que desechó las denuncias, en especial la realizada por Felipe Jiménez Palacios y Nayeli Martínez Aguilar, a quienes representa el abogado Javier Coello Trejo.
Una vez conocido el fallo del juez, Coello Trejo fue entrevistado en varios medios y explicó que López-Gatell no acató las recomendaciones sanitarias de la Organización Mundial de la Salud por lo que incumplió con sus obligaciones como responsable de establecer las estrategias necesarias en materia de salud.
Difícilmente la FGR le podrá fincar una responsabilidad penal al subsecretario, ya ha habido otras denuncias en que lo denuncian por la comisión de delitos contra la salud pública y no han avanzado, tampoco aquellas en las que se le acusa por atentados contra la humanidad; lo más que le van encontrar a López-Gatell es que cometió una falta administrativa, y no irá a la cárcel, como es el deseo de muchos.
Es una pena que el incumplimiento con la responsabilidad ética no se sancione, porque entonces López-Gatell sí tendría que ser castigado por considerar que su amo es una fuerza moral y no una fuerza de contagio; por sus declaraciones cantinflescas acerca de que el cubrebocas sirve para lo que sirve y no sirve para lo que no, así como sus ataques a los padres de niños con cáncer que reclaman por el desabasto de medicamentos… más lo que se acumule, de eso sí es responsable el subsecretario, de comportarse como un lacayo dispuesto a cualquier tontería con tal de complacer a su amo; López-Gatell no sería el único acusado, los sirvientes con que el presidente integró su gabinete muestran su negligencia cuando, recientemente, acompañan a López Obrador en la mañanera sin usar cubrebocas, cuando una semana antes, tras enterarse del segundo contagio del presidente, ante la presencia del secretario de Gobernación, ahí sí, todos, se presentaron con mascarilla.
Además, castigar con cárcel al subsecretario por hacer lo que le indica el presidente no resolvería el problema de fondo, que es la actitud servil de los funcionarios de la Cuarta Transformación, capaces de todas las maromas posibles con tal de no contradecir lo que diga López Obrador.
¿Merece la cárcel López-Gatell?, no, la imbecilidad no está penalizada.
Coda. “Qué buen vasallo sería, si tuviese buen señor” inicia el Cantar del Mío Cid, en el caso de esta pareja ni vasallo ni señor, sólo un lacayo complaciente e irresponsable.
@aldan
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January 20, 2022
Ricardo Salinas
Elektra, compañía propiedad de Ricardo Salinas Pliego pretendía dejar de pagar un adeudo fiscal de 2 mil 636 millones de pesos por concepto de Impuesto Sobre la Renta, ayer la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordena al empresario que pague al SAT, el mismo día, Twitter bloquea parcialmente la cuenta del dueño de TV Azteca por incumplir las reglas que prohíben el abuso y el acoso.
El año pasado, la jefa del SAT, Raquel Buenrostro, declaró que las empresas de Ricardo Salinas Pliego deben alrededor de 40 mil millones de pesos por impuestos y que el empresario quiere evitar el pago mediante diversos juicios, la resolución de la Suprema Corte fue sobre un caso que inició en 2015, la decisión de que debe pagar podría afectar las demás demandas; nos dieron un “palo sabroso” declaró Salinas Pliego, pero no nos vamos a dejar, aseguró en un video que difundió a través de TV Azteca.
Ricardo Salinas considero un “desagradable asunto de la censura en Twitter” lo que ocurrió con su cuenta, antes que asumir que acosaba a otras personas, el empresario se defendió escribiendo que quienes lo acusaron “se llevan y no se aguantan”, los descalificó como criticones que “cuando uno les contesta en sus mismos términos, las perritas salen corriendo, ladrando, con mami Twitter y ándale que me bloquean la cuenta”.
Sobre ambos asuntos, Ricardo Salinas se defiende convirtiendo las decisiones de la SCJN y Twitter en ataques de los “gobiernícolas”, una vulneración a la libertad de expresión; el empresario no asume que quiere evadir impuestos y los transforma en que los ministros se rehusaron a revisar su caso y lo descartaron, mientras que sobre el bloque de su cuenta escribió que se debe a la decisión de unos burócratas escondidos ahí en Twitter, en Instagram escribió “Lo que me parece un logro es entender que twitter SI bloquea las cuentas de quienes nos DEFENDEMOS de los ataques de pendejos como #LaBrujaDresser, el señor de la cornamenta #Chapucerdo”, y los grupos a los que no les parece que diga que ‘el INE debe morir’”.
La máscara que emplea Ricardo Salinas Pliego en redes sociales es la de un empresario exitoso, sin pena por su riqueza, generador de empleo, que busca transformar al país y que se expresa de manera directa, llamando a las cosas por su nombre y sin pelos en la lengua, en realidad es un incendiario que insulta a la menor provocación, que no duda en ofender a quienes piensan diferente de él y que, envalentonado por sus seguidores, disfruta descalificando de manera soez a los otros.
“Estaré aquí, en mi cuenta de Facebook, en Instagram y en TikTok leyéndolos y platicando con ustedes mientras resuelvo el tema en Twitter. A los que les duele que les diga la verdad y se oponen a todo lo que no sea como ellos quieren… no me voy a ir. Aquí estoy y señores, aquí voy a seguir”, amenazó Salinas Pliego.
Hace unos días me preguntaba por qué pierde el tiempo en redes sociales uno de los hombres más ricos de México, ahora creo entender la razón, antes que usar las redes sociales como canales de conversación hemos permitido que se vuelvan vitrinas de exhibición, plataformas para empoderar figuras antes que discursos, de eso se aprovecha Ricardo Salinas, no importa que sea un fantoche que intenta evadir impuestos, busca generar la percepción de que es un defensor de la libertad de expresión que es atacado por los gobiernos. Se hace la víctima para esconder la violencia que ejerce.
Renunciar a las redes sociales para propiciar el diálogo, seguir haciendo famosa a gente estúpida y por las razones equivocadas, tendrá como consecuencia que los abusadores ocupen ese espacio y se lo apropien, anulando a los demás.
Coda. Dice el dicho que el valiente vive hasta que el cobarde quiere, Salinas Pliego no es valiente, es un vulgar abusador, quien intenta confundir a sus seguidores ocultando sus agresiones como si fueran manifestaciones honestas.
@aldan
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January 19, 2022
Politiquillos
La senadora Martha Márquez renunció al Partido Acción Nacional el año pasado, quemó las naves con esa organización acusando a la precandidata Teresa Jiménez Esquivel y a su grupo de colaboradores cuando fue alcaldesa de Aguascalientes de diversos actos de corrupción, no sólo eso, vapuleó a Marko Cortés, su dirigente nacional, señalando que era cómplice de actividades ilícitas; enseguida, antes de definir si seguiría en el Senado como independiente o aliada a otro grupo parlamentario, fustigó de manera machista al también senador Antonio Martín del Campo, señalando que le habían faltado valor por bajarse de la contienda interna para elegir candidato a la gubernatura en el PAN. Así, con gritos y sombrerazos, pero simulando gestos dignos, Martha Márquez se fue de Acción Nacional.
Tras esa renuncia, reapareció Martha Márquez pidiendo a la presidenta del Senado, Olga Sánchez Cordero, que ahora la consideren parte de la bancada del Partido del Trabajo, ¿por qué?, con la única intención de participar en la precampaña como representante de ese partido y así, asegurar que su nombre aparezca en la boleta de la elección del año siguiente.
Acostumbrada al escándalo, Martha Márquez aseguró a Reforma que su fortaleza es que ha tenido varios cargos en la administración estatal y eso le concede el derecho de participar como precandidata para que la ciudadanía vea que sí hay otras opciones, la senadora aseguró que “Los ciudadanos están necesitados de un cambio en Aguascalientes, de políticos de verdad. Los otros son politiquillos, son corruptos, y nos espera un muy buen camino”.
Triste declaración de Martha Márquez, lo único que exhibe es la mediocridad de la clase política de Aguascalientes, incapaz de vocación por el servicio público, negados a la memoria, obstinados en el corto plazo y en resolver a su favor los intereses personales. Martha Márquez salta a un partido al que ha acusado de actos de corrupción, actos similares a los que la motivaron a salirse del PAN, pero como todo se trata de los cargos, de la repartición de los puestos, de aprovechar la oportunidad, la senadora no ve incongruencia alguna en aliarse a una organización con la que no tiene ninguna afinidad.
El salto al PT de Martha Márquez es el ejemplo más reciente de la mediocridad de la clase política aguascalentense y su visión a corto plazo, porque en nombre de las necesidades de la ciudadanía, se borra el pasado y se realizan alianzas con quien antes despreciaste y acusaste; pero la senadora es solo un ejemplo más, porque el desarrollo de la contienda electoral para suceder a Martín Orozco en el gobierno estatal, ha funcionado como la arena para que todos los partidos y políticos exhiban sus miserias, apostando a las reglas no escritas, abusando de la especulación, contraviniendo las reglas que los partidos mismos se impusieron… y sin vergüenza alguna, declarando que lo hacen en nombre de la ciudadanía.
Qué fácil es justificar las ambiciones personales al declarar que se toman decisiones en nombre del interés de la ciudadanía, por eso estamos como estamos.
Coda. El engaño en política es tan difícil de ocultar como la verdad, escribió Jesús Reyes Heroles, no es necesario agregar nada más.
@aldan
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