Miguel Habedero es autor de Walden tres y Caminos de desolación, dos clásicos de la contracultura en México durante los años sesenta. Ahora ha llegado a la edad en la que los hombres verdaderos se quitan la vida. De repente, una llamada telefónica...
Daniel Espartaco Sánchez (Chihuahua 1977). Premio Nacional de Literatura Gilberto Owen en 2005 y Premio Nacional de Cuento Agustín Yáñez en 2009.Premio Bellas Artes de Narrativa Colima para Obra Publicada 2013. Autor de El error del milenio (UG, 2006), Cosmonauta (FETA, 2011), Gasolina (Nitro Press, 2012), Autos usados (Mondadori, 2012) y Bisontes (Nitro Press, 2013). En 2014 publicó una novela policiaca en colaboración con su hermano, Raúl Aníbal Sánchez, La muerte del pelícano (Ediciones B).
Leo a Daniel Espartaco Sánchez a cuentagotas. Tengo a la mano casi todos los libros publicados de este escritor, pero procuro escanciarlo como un buen vino, como un gran mezcal.
Lo recomiendo a otros lectores, aunque no estoy tan seguro que se diviertan tanto como yo. Me gustaría que Ibargüengoitia fuera más del dominio público; o que los lectores de literatura mexicana entendieran que el humor no está peleado con las letras.
DES lo vuelve a hacer. Relata desde adentro el mundo literario, a los autores, sus homenajes, su indiferencia, su ignorancia. Se mofa educadamente de las instituciones; y parece como si nadie nunca lo hubiera hecho antes.
En Bisontes vuelve a aparecer Miguel Habadero, ese escritor de culto que sirve a DES para narrar desde las entrañas de la ballena blanca el ir y venir de un autor encumbrado por la crítica, por la academia, y a quien pareciera tenerle sin importancia todo eso.
Sigo leyendo a ese autor que busca describir que "el sueño terminó", el sueño del comunismo, el sueño del otro lado del muro de Berlín, el sueño de una Rusia perdida... todo ello en Región 4; en versión nopalera. Y es un disfrute, un goce mayúsculo.
Es un libro divertido que se lee muy rápido. Al principio no estaba convencida del todo, la sorpresa fue que aunque llegué tarde a casa (a las 10 de la noche), cansada de un día de trabajo abrumador, de mal humor por que no había comido nada y medio dormida porque en general no he tenido buen sueño, terminé el libro antes de las doce y sin darme cuenta. Pasó rápido, me atrapó por completo y sólo quería ver cómo solucionaba algunos detalles que recordaba haber leído hace muchos años en algún borrador. Recuerdo que tenía muchas más páginas y noté algunos cortes extraños en la prosa, producto, me imagino, de cuando alguien hace correcciones pero se encapricha con una frase y la deja. Debo decir con toda honestidad que tiene partes bellísimas y otras no tan buenas pero que no pierden por eso la calidad. Lo mejor de todo fue que terminé comiendo chachitos con leche helada, a las doce de la noche, leyendo el libro. Mágico. Es necesario que lo lean para entender esto.
El autor realmente sabe su oficio. Aquí nos regala una historia que, por desgracia, se ha repetido una y otra vez en la izquierda latinoamericana. Los hombres que alguna vez lucharon de la manera mas radical sucumben en su vejez a las comodidades y renuncian a sus ideales. La primera parte me recordó el estilo de Jorge Ibargüengoitia y la segunda la novela "La historia de Mayta".
Miguel Habedero aquí tiene profundidad. Es un personaje memorable. El libro comienza con humor agridulce, que se va volviendo agudo, mucho más hacia el final. Todo funciona en el relato: las imágenes, los eventos, el tono. La anécdota del juego de beis es una gloria.
Bisontes de Daniel Espartaco Sánchez contiene dos partes en las cuales se relata las reflexiones y situaciones del escritor sexagenario Miguel Habedero en diferentes épocas de su vida. La primera parte comienza con la invitación a participar en un homenaje en un estado del norte de México. Los relatos entre pasado y presente son incrustados en diferentes secciones tal como sus recuerdos acerca del primer encuentro con su hija Dialéctica, su estancia en la casa Walden tres y su participación en movimientos revolucionarios en los años setenta. En la segunda parte, el autor nos presenta a Habedero en sus más recientes días, su viaje a Creel en compañía de su última esposa y el hijo de ella, sus recuerdos en torno al movimiento revolucionario comunista desde su adolescencia y sus pensamientos desde la infancia y el pasar el tren en su lugar de origen el cual le hacía creer era el sonido de los bisontes cuando aún corrían por esas regiones antes de su extinción. Muy recomendable, aunque es un libro muy breve me recordó Gasolina, del mismo autor, una acción tras otra no nos permite dejar el libro ni por un momento.
Daniel Espartaco narra como si estuviera en un bar (o cafetería) y platicara historias de su vida de una manera ágil y entretenida, con pormenores chuscos pero también conmovedores. Muy recomendable.
Tal cómo los libros de Daniel que me ha tocado leer, fabuloso, atrapante y delicioso. Me parece un tratado fabuloso para reconciliar los principios políticos con la edad. Será uno de esos libros que voy a leer más de una vez, cada vez que haya que "re-reconciliar"
Durante veinte minutos me pregunté exactamente quién era este señor del que se narraba en la novela y del que se incluían tantos pies de página con libros impresos. Durante veinte minutos pensé que lo que leía era basado en una historia real. Nunca he disfrutado tanto un engaño.
Una historia de Miguel Habedero, escritor y leit motif de la obra de Espartaco Sánchez, que anima a la reflexión con respecto de qué pasó con el idealismo enarbolado en los años sesenta latinoamericanos y qué es lo que hacen sus protagonistas en la actualidad.
Miguel Habedero es un personaje entrañable, la historia te inyecta nostalgia. La lectura es sencilla y se disfruta, personalmente, admiro mucho la forma de escribir de Daniel.
Me encanto como un texto tan breve, pudo guiarme tan fácilmente entre sorpresivas explosiones de risa y reflexiones que me hicieron pasar un excelente día.